Visto el (relativo) éxito que tuvo
el post sobre la palabra Kanzenban y que parece que los artículos de opinión gustan bastante, aprovecharé para verter mi opinión personal (e instransferible) sobre la relación calidad/precio de los manga en España.
No voy a ser hipócrita y confesaré sin tapujos que, si no tuviera la enorme suerte de haber aprendido japonés, con casi total probabilidad ahora mismo no sería lector de manga. Provengo de una familia modesta y desde que, a los 14 años, empecé a ayudar en un kiosco de mi pueblo los sábados y domingos, estoy acostumbrado a ganarme mi propio dinero y, francamente, los precios de los cómics en general (no solo manga, ¿eh?) siempre me han parecido demasiado elevados. No hay que ser muy avispado para deducir que me encanta leer… Y una novela de bolsillo cuesta lo mismo o incluso menos que un manga, con la diferencia de que la novela tardas muchas horas en acabártela, mientras que el manga, en general, te lo pules muy rápido. A pesar de que tuve una etapa de un par de años en la que consumía bastantes cómics debido a que los veía en el kiosco donde trabajaba y me tentaban con su canto de sirena de “cómprame, cómprame”, sobre los 16 años o así lo dejé en favor de las novelas precisamente por esta razón: por el mismo precio, te compras una novela, que dura infinitamente más que un cómic.
Siempre me han gustado los cómics y desde muy pequeño iba siempre con un Mortadelo o un Zipi y Zape bajo el brazo (¡esos míticos Super Humoooor!), pero tuve una etapa en la que casi lo dejé de lado porque no quería ni podía gastarme tanto dinero en tebeos. Después de mi “etapa oscura” en el mundo del cómic, que duró hasta los 20 años aproximadamente, me fui a Japón y ahí se abrieron las puertas del paraíso viñetil: montones de manga a precios de risa. ¡Como para no reengancharse! Y así sigo hoy, flipado perdido y con tantos y tantos miles de páginas de manga por leer que ya casi nunca leo novelas.
La cuestión es que leer cómics es una afición cara. ¿No?
¡¡¡Pero ojo, porque esta situación nos la hemos buscado nosotros mismos!!!
¿Cómo?
Pues sí. Los lectores españoles de manga (ahora paso al manga en particular, aunque probablemente esto se puede aplicar también al cómic en general) somos unos pejigueras de agárrate y no te menees.
Veamos, ¿por dónde empiezo?
Otra de mis extrañas aficiones es la de comprar ediciones de manga de los países que visito (también me encanta viajar). Así, tengo manga de muchos países asiáticos (Corea, Tailandia, Vietnam, China, Taiwan…), de los Estados Unidos y también bastante de Europa (Francia, Italia, Alemania, Dinamarca, Suecia, Finlandia…), yo qué sé… Así pues, considero que estoy en la posición de poder juzgar la situación del mercado español de manga en comparación con la del resto del mundo.
Y una cosa os puedo decir: tenemos las mejores ediciones de manga del mundo. Por un lado, junto con Japón, los países asiáticos, y Francia, somos los únicos que ponemos sobrecubiertas a los tomos. ¿Páginas a color? ¡Ja! Muy pocos países publican con páginas a color. No he visto ningún otro país en el que la norma de la encuadernación de manga sea el cosido en vez del encolado estándar, como ocurre en España. El papel que se usa en España es con diferencia el mejor de todos (el que usan en el norte de Europa, Asia o Estados Unidos apesta y es malísimo), la calidad de impresión, en general, es de envidia. Señoras y caballeros, ni siquiera en Japón tienen las ediciones con papel blanco pristino y tinta negra negrísima que tenemos en España. ¡Ni siquiera en Japón! (Vale, eso si no contamos las Kanzenban y algunas maravillas de la técnica imprentil que sacan ahí. Me refiero a los tomos estándar de toda la vida).
¿Pero qué pasa? Que todo eso se paga. Poner sobrecubiertas se paga; coser los tomos en vez de encolarlos se paga; el papel blanco se paga; la calidad de impresión se paga; las puñeteras páginas a color se pagan (muy caras, por cierto)… ¡Todo se paga! Y aun así, los lectores de manga os quejáis de que en la página 43 del tomo 15 de Scramble Egg With Lemonade aparece la tinta levemente corrida y exigís a las editoriales que os devuelvan el dinero y que reimpriman la tirada (¿tenéis idea de lo que cuesta repetir una tirada? Yo no sé cifras, pero por lo poco que sé me las puedo imaginar y son muchos euros… ¿No estamos perdiendo el norte? ¿Cómo podemos ser tan rematadamente exigentes con la calidad de un manga y no indignarnos de que nuestras calles estén llenas de mierdas y de meados de perro, de papeluchos y colillas de cigarillos y apesten cosa mala, por decir una de las mucha cosas que me fastidian de este país?
Ya de por sí, España es un país con muchos menos millones de habitantes que, digamos, Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, etc. Ya de por sí, en España se lee muy (MUY) poco comparado con estos países que acabo de mentar. Ya de por sí, el mercado real que puede tener objetivamente (considerando la cantidad de población mediana, el bajísimo porcentaje de lectores y el bestial grado de endeudamiento y por lo tanto ínfimo poder adquisitivo que tienen nuestras familias) algo como el manga en este país es extremadamente pequeño. Y aun así, exigimos y exigimos más títulos, más calidad, y ponemos el grito en el cielo cuando alguna editorial intenta recortar un poco los gastos y elige un papel con un poquito menos de gramaje (sí, me refiero al famoso caso de Glénat y las “páginas que transparentan”. Que conste que no sé si hubo un cambio de papel respecto a los tomos antiguos o no, ni tampoco me importa, pero el revuelo que se montó por semejante GILIPOLLEZ fue de juzgado de guardia. Y de la manía de las paginitas a color ya ni hablo).
Y ahora los precios suben. Coño, claro que suben, ¡como todo! ¿O qué esperáis con unas cifras de inflación que llevan años superando el 3% y el 4% CADA AÑO? El papel es más caro, la gasolina de las camionetas de los distribuidores es muuucho más cara, el alquiler de las tiendas de cómics es más cara, el sueldo de los trabajadores de la editorial es más caro, los encuadernadores cuestan más, y la tinta, y las puñeteras sobrecubiertas (¿sabéis que se colocan A MANO porque en España no existen máquinas que puedan hacerlo automáticamente?), etc. etc. etc.
Pero aun así, esta semana he tenido la suerte de visitar Dinamarca y ya de paso atravesar el puente entre Copenhague y Malmö, en Suecia, y también ver la situación en ese otro país. Sí, sus mercados de manga son mucho más pequeños que el español, tienen muchos menos títulos (sobre todo en Dinamarca, donde tienen Dragon Ball, Ranma, Shaman King, Naruto y casi que para de contar), pero también tienen sueldos medios mucho más elevados que el español y su poder adquisitivo es por lo tanto mucho mayor. ¿Cómo es posible pues que ahí los manga cuesten unos 5 euros el tomo? Y aún añado otra cosa: si nosotros tuviéramos sus grandes sueldos y no los nuestros, seguramente los percibiríamos como que cuestan 3 euros o así… Y Dinamarca tiene 5,5 millones de habitantes, mientras que Suecia tiene poco más de 9, que conste.
¿La solución vikinga para esos precios reducidos? Ediciones modestas. Papel malillo, encuadernaciones fresadas, sin sobrecubiertas, impresión normalita, sin páginas a color.
¿Habéis visto las ediciones americanas? Ahí sí que tienen un mercado grande-grande, pero todos los tomos son iguales: mismo tamaño (seinen, shônen, shôjo, da igual, todo en el mismo tamaño, que estandarizar siempre sale mucho más a cuenta), mismo papel asqueroso de paperback, misma encuadernación encolada, mismas cubiertas de cartón sin sobrecubierta…
Vale, no estoy diciendo que bajemos el listón tan a lo bestia. Ya que pagamos por algo, que sea bonito y bien currado. Sin ir más lejos, en Francia tienen ediciones bastante bonitas y aceptables y cuestan menos que aquí (claro que las tiradas y las expectativas de venta ahí son muy diferentes). En nuestro país, Planeta deAgostini está haciendo un esfuerzo bastante encomiable en este sentido, ofreciendo ediciones aceptables a precios reducidos. Entre todos debemos ayudar a que iniciativas así prosperen, porque si no, con la crisis que se avecina, los aficionados al manga en España lo tenemos bastante crudo.
Si has llegado hasta aquí y has leído este mega-tocho hasta el final, ¡felicidades! Espero que entre todos podamos reflexionar y poner un poco de sentido a todo esto. Me parece que la cosa se nos está yendo de las manos y, como no nos apretemos el cinturón todos un poco y nos conformemos con simplemente LEER MANGA Y DISFRUTARLO (que es de lo que se trata, y creo que es importante recordarlo) con un nivel de calidad aceptable y acorde a lo que pagamos, tendremos manga para mucho tiempo. Si no, ¡igual nos lo acabamos cargando entre todos!
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