- Título: ウルトラマン –Ultraman–
- Autor: Eiichi Shimizu (guión) y Tomohiro Shimoguchi (dibujo)
- Editorial: Shōgakukan
- Revista: Gekkan Heroes
- Años publicación: 2011-?
- Clasificación: tokusatsu, superhéroes, fantasía
- Tomos: 5 (en curso)
Lo primero que evoca el título Ultraman es, obviamente, el nombre del héroe más icónico del tokusatsu japonés, el “padre” de los Power Rangers, Kamen Riders y demás luchadores justicieros, aunque viendo la portada de este manga uno tiene dudas de que sea un título de la franquicia Ultraman y se pregunta si está ante una obra cuyo único punto en común con la famosísima serie televisiva es que el título es el mismo. Lo segundo es realmente difícil en un lugar como Japón, con tanta protección de los derechos de autor y tanto respeto por la obra ajena, y más por una tan representativa y que ha marcado a varias generaciones. Aunque se diera el caso de que realmente la palabra “Ultraman” no estuviera registrada y cualquiera podría usarla, sería muy complicado que realmente surgiera alguien en Japón dispuesta a utilizarla de forma tan flagrante.
Efectivamente, pues, este manga pertenece al canon oficial de Ultraman y está aprobado por todos los estamentos necesarios… Cosa muy curiosa porque de hecho, como veremos, desmonta varias temáticas recurrentes de la franquicia. No sé si leéis Zetman de Masakazu Katsura, pero a mí me ha recordado más a esta obra que al Ultraman clásico, al menos en el primer tomo. Por cierto, hace unos años reseñé un manga de Ultraman de los años 60, para que tengáis más información podéis leerlo.
La historia se desarrolla varias décadas después de que el “gigante de la luz” Ultraman salvara el planeta Tierra de la amenaza de varias criaturas provenientes del espacio. Ultraman se asimiló con un terrestre y, gracias a sus poderes, logró vencer a los monstruos y devolver la paz a nuestro planeta. Ahora, la figura de este héroe es un vestigio del pasado, y aunque su historia se cuenta en museos y libros de texto, ya pocos se acuerdan realmente de él. De hecho, la base de la Patrulla Científica, actualmente desmantelada, es ahora un museo… Sin embargo, pronto descubriremos que, a pesar de que la paz reina en la Tierra y la amenaza alienígena se percibe como muy lejana en el tiempo y como algo que no volverá a ocurrir, la Patrulla Científica sigue alerta, sin haber sido desmantelada, trabajando para prevenir posibles invasiones futuras. Así pues, lo primero que choca al empezar a leer Ultraman es que los miembros de la famosa Patrulla Científica, como Shin Hayata (que de hecho fue el humano que se asimiló con el gigante de la luz en su momento) o Mitsuhiro Ide, son ahora cincuentones.
Como no puede ser de otra manera, surge de nuevo una amenaza de invasión alienígena y es Shin Hayata quien debe salir a luchar, dotado de una especie de armadura biónica que le convierte en Ultraman, contra el monstruo de turno. Sin embargo, el bicho resulta ser muy poderoso y le “da pa’l pelo”. Pero en ese momento aparece Shinjirō Hayata, el hijo de Shin, que cuenta al parecer con un poder descomunal de forma innata, al que le proporcionan una nueva armadura creada especialmente para él sin que él supiera nada de antemano, y se pone a luchar para defender el planeta Tierra.
Lo mejor
- El manga está muy bien dibujado, y tiene muchísima acción. No se hace nada pesado, al contrario, la acción es trepidante.
- Me ha gustado ver la versión cincuentona de los personajes clásicos de Ultraman. Es un claro guiño a los lectores actuales de esta serie, que crecieron disfrutando de las aventuras de este personaje. Parece claro que los creadores de este manga quieren atrapar a las nuevas generaciones pero, también, apelar a la nostalgia de los mayores para intentar llegar al máximo de público posible.
Lo peor
- Como he dicho antes, todo el tema de las armaduras biónicas le quita un poco de magia a la serie y la acerca, tal vez demasiado, a otras obras como Robocop o Zetman.
- El diseño de ese traje biónico, de nuevo, es demasiado “robocop” para mi gusto. Le quita la esencia de “látex” de Ultraman. Igual ha sido demasiado…
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