El blog de Marc Bernabé

Baka kyōdai (Los hermanos idiotas)

Friday, February 22nd, 2013
  • Título: バカ姉弟 –Baka kyōdai– (Los hermanos idiotas)
  • Autor: Tetsu Adachi
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Young Magazine
  • Años publicación: 1999-?
  • Clasificación: seinen, slice of life
  • Tomos: 5 (en curso)

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A menudo compro obras manga concretas porque se han adaptado o se adaptarán al anime, para así poder estar al día de lo que tiene más éxito en Japón. Este es el caso de Baka kyōdai, una obra que además de haber sido daptada al anime (entre octubre de 2009 y junio de 2010), se emitío por Asahi TV en sustitución de Atashi’n chi y, atención, en ella está implicada como productor una persona a la que, a fuerza de vernos por motivos de trabajo, he acabado considerando un amigo con el que salgo por ahí de copas cuando me paso por Tokio. Es la primera obra en la que este amigo participa como productor y al parecer es un trabajo muy duro, así que, a pesar de que no he visto ningún episodio del anime, decidí comprarme el manga para tener una primera impresión de esta serie. Por cierto, aunque el manga se llame Baka kyōdai (Los hermanos idiotas), el anime tiene otro título: Gokyōdai monogatari (Historia de unos hermanos). Supongo que quisieron evitar la palabra “baka” para no dar mala imagen ya con el título.

El argumento es un poco raro: dos hermanos (niña mayor y niño menor) viven prácticamente solos en un barrio. Su madre nunca aparece, al menos en el primer tomo, y por lo que podemos deducir por varias escenas que posiblemente es una trabajadora en una de las zonas de “diversión nocturna” de una gran ciudad, tipo azafata (hostess), bailarina, trabajadora de una soapland, algo así… Ni idea. El caso es que los niños están casi siempre solos y la acción en el manga, dividido en pequeños capítulos autoconclusivos, se limita a contar alguna peripecia de ellos en el barrio, normalmente con la participación de los vecinos o de alguna de las mujeres que podrían ser su madre, que les aprecian y cuidan como si fueran verdaderos hijos.

Así, los niños tienen básicamente una vida independiente y viven un poco a su bola, entrando y saliendo cuando les da la gana y yendo a comer o a dormir a casa de alguna persona conocida del barrio (la gente del barrio les aprecia extrañamente y, especialmente tienen fascinados a los viejos, que les consideran casi bodhisattvas).

El dibujo de este manga es curioso y encima es a todo color. El problema es que a mí personalmente no me gusta mucho, y los diseños de los dos hermanos protagonistas me repelen bastante. Sin embargo, el gran problema de este manga es otro, y es que resulta incomprensible. No sé dónde está la gracia. A menudo comento títulos y digo que están muy bien pero que solo son aptos para japoneses o bien para personas que conozcan muy bien Japón, porque se apoyan mucho en conceptos o situaciones demasiado localistas como para que se puedan comprender fuera de Japón. En el caso de esta obra, y a pesar de que me considero alguien que conoce bien Japón, sus costumbres y la mentalidad de los japoneses, hay algo muy gordo que se me escapa. Porque… ¿Dónde demonios está la gracia? No lo sé, hay muchas historias que resultan totalmente estúpidas, al menos para mí.

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Si es que el diseño de personajes es horroso…

Por ejemplo, una historia tomada al azar: La vecina rica del barrio, que siempre va vestida con kimono y trabaja en un restaurante japonés de lujo, les ve con una especie de balsa y les dice que no pueden ir a jugar al lago, que tienen que ir a estudiar caligrafía. Así, van a clase refunfuñando y la vieja profesora les dice que hoy no hay clase, pero que por favor les ayude a cuidar de los viejos de la casa, que están seniles. Van con ellos, y les dan un bizcocho. El viejo lo corta a pedacitos y lo mete en la sopa de miso. Los hermanos flipan con lo seniles que están: ¿a quién se le ocurre meter bizcocho en la sopa de miso? A continuación la vieja les dice que quiere pedirles un favor porque le duelen los hombros. Cambia la escena y vuelve a aparecer la vecina rica, que parece estar en una tienda de kimonos. Le enseñan una tela preciosa, muy cara. El vendedor le dice que la fabrican allí mismo los viejos de la tienda, que aún están en activo. Entran a la otra sala y ven a los dos hermanos trabajando en un telar. Flipan todos. El diálogo es… Vecina (cara de pasmo): Pe… Pero chicos… / Viejos: Son nuestros discípulos. / Hermanos: Ya está. / Viejos: Bienvenida, señora clienta. / Vendedor: Son cinco millones de yenes. Fin de la historia. ¿Dónde está la gracia? Y ojo, porque esta aún tiene cierta gracia y es bastante comprensible comparada con muchas otras…

A mí lo que me sorprende de todo esto no es que el manga sea más o menos bueno, o que sea más o menos incomprensible: en Japón hay obras buenas pero también hay un montón de morralla. Lo que me sorprende es que no solo escogieran esta obra para realizar un anime (algo que solo consiguen unas pocas obras), sino que encima recibió el premio a la excelencia en la 15º edición de los prestigiosos premios Media Arts Festival, en 2003. ¿Realmente es tan buena esta historia? ¿Soy yo tan idiota que no consigo entender lo buena que es? La verdad es que leer este tomo me ha dejado bastante anonadado y lleno de dudas. Yo que me creía un gran conocedor de Japón en general y de manga en particular soy incapaz de ver qué tan buena es esta historia… ¿Qué me pasa, doctor?

Lo mejor

  • Un manga a todo color no se ve todos los días

Lo peor

  • Es incomprensible
  • El diseño de los hermanos protagonistas me parece horroroso

Solanin

Thursday, January 17th, 2013
  • Título: ソラニン –Solanin–
  • Autor: Inio Asano
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Young Sunday
  • Años publicación: 2005-06
  • Clasificación: costumbrista, drama
  • Tomos: 2

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Aunque mucha gente tiene especial devoción por Oyasumi Punpun, a mí no me terminó de convencer cuando lo leí. Probablemente debería darle otra oportunidad: por un lado, tal vez el momento y las circunstancias en las que lo leí no fueron las adecuadas, y puede que fuera por leer únicamente el primer tomo y que la historia remonte en los tomos sucesivos. En todo caso, Solanin es la segunda obra de Inio Asano que leo y, francamente, me ha gustado muchísimo.

Esta es la historia de un chico, Taneda, y una chica, Meiko, de unos 22-23 años de edad, que hace relativamente poco que se han licenciado de la universidad y, aunque conviven desde hace un tiempo como pareja, aún tienen básicamente mentalidad de estudiantes. Meiko es la más adulta, tal vez, porque consiguió un trabajo de oficinista nada más dejar la universidad y más o menos se gana la vida, aunque está insatisfecha con el estilo de vida que tiene. Taneda, en cambio, sigue haciendo trabajitos irregulares como ilustrador y no parece que tenga intención de sentar la cabeza, al menos durante un tiempo. Todo cambia cuando, un día, Meiko tiene un ramalazo y deja su trabajo: este no la satisface, así que, ¿por qué seguir con él? Por otro lado, empuja a Taneda a intentar lo que realmente quiere: intentar triunfar en el mundo de la música. Así, la banda que Taneda tenía con sus amigos en la universidad, Rocci, se vuelve a unir para grabar una maqueta con la que intentarán que les fiche alguna discográfica…

No cuento más del argumento porque podría chafaros bastante el rollo, solo permitidme decir que las cosas en los mangas de Inio Asano no van como podríamos pensar que irán, no son las típicas historias de superación personal y éxito. Son historias más crudas, más “realistas” si lo quieres decir así, en las que hay lugar para la gloria, por qué no, pero también para el fracaso y la amargura. Y es en este aspecto en el que más me ha llegado Solanin, sobre todo el primer tomo.

Si tienes menos de 25-30 años y aún no te has independizado de tus padres, lo que voy a contarte te sonará muy distante, como la aburrida voz de un “abuelo” que cuenta sus batallitas. Solanin, para mí, es una historia que solo puedes disfrutar a fondo si tienes cierta edad y has tenido ciertas experiencias vitales. O no sé, tampoco me atrevo a decir grandes cosas, quizás el momento en el que la he leído ha sido un momento de cierta debilidad, de cierta nostalgia por los tiempos pasados, y por eso me ha llegado más adentro que si la hubiese leído en otra época de mi vida.

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¡Ah, divina juventud!

En mi caso, conseguí una beca para estudiar un máster en Osaka durante tres años, una época en la que conviví con mi pareja y en la que teníamos unos 23 o 24 años. Aún éramos estudiantes los dos, pero ya habíamos salido al mundo laboral y de hecho yo ya estaba trabajando como traductor de manga, por lo que estaba a caballo entre los dos mundos, el estudiantil y el laboral, un poco como los personajes de Solanin. Tan jóvenes, tan pipiolos, todavía sin casi experiencia, con un futuro lleno de interrogantes y bastante resistencia a dejar un estilo de vida, el universitario, tan cómodo, para salir a la “jungla” de la vida adulta, los ataques a la yugular en cuanto te despistas y el sálvese quien pueda.

¿Cuál es mi sitio en la sociedad? ¿Realmente quiero hacer lo que estoy haciendo ahora? ¿Esta persona con la que convivo es realmente con quien quiero estar el resto de mi vida? El paso de la juventud, o adolescencia si lo quieres llamar así, a la vida adulta es durísimo para muchas personas. Para todas, diría yo. Es un proceso paulatino, eso sí, y en un momento dado te encuentras, como quien no quiere la cosa, con una rutina diaria en un trabajo que no disfrutas especialmente (¡no es mi caso, por suerte!), con una hipoteca, las letras de un coche por pagar y hasta un crío o dos y… ¡Un momento! Rebobinen. ¿Cómo he llegado hasta aquí?

Solanin relata a la perfección esta primera época del paso a ser adulto, concretamente en el caso japonés. Tampoco es tan diferente al caso español, pero al haber vivido yo esta época concreta de mi vida en Japón me siento muy identificado con los personajes y lo que hacen (la vida universitaria, las fiestas, las cervezas con los amigos, los paseos, las charlas sin fundamento, los sueños de grandeza de futuro…). No sé si Asano quería transmitir este mensaje o no, pero desde luego a mí es el que me ha llegado, y me ha gustado mucho recuperar, gracias a las páginas de este manga, una sensación de nostalgia por una época de mi vida que, no sé si es la mejor o no, pero sí sé seguro que no volverá jamás.

Lo mejor

  • Un dibujo precioso, muy detallado y bonito.
  • El alud de sensaciones que despierta en el lector.
  • El realismo que Asano le imprime a la obra: también hay lugar para el fracaso y la amargura. Esta no es una historia de éxito, es una historia que cualquier veinteañero japonés puede o podría haber vivido.

Lo peor

  • No se me ocurre nada.

Neji-shiki (La espita) y Akai Hana (Flores carmesíes)

Monday, December 31st, 2012
  • Título: ねじ式 –Neji-shiki– (La espita) / 紅い花 –Akai Hana– (Flores carmesíes)
  • Autor: Yoshiharu Tsuge
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Garo
  • Años publicación: 1965-1984
  • Clasificación: alternativo
  • Tomos: 2

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Esta no es la primera reseña de obras de Yoshiharu Tsuge que realizo en este blog, por lo que, como estoy seguro de que me repetiría bastante si me pusiera a escribir tal cual, prefiero que leáis antes, aunque sea por encima, los posts sobre El hombre sin talento y la scanlation de Neji-shiki (cuyo enlace de descarga, por cierto, vuelve a estar activo después de muchos meses sin funcionar debido al “asesinato” de MegaUpload, ¡aprovéchalo!).

Hace ya unos diez años que descubrí a Tsuge. Fue a raíz de una convención Europa-Japón en Osaka, cuya temática era, ese año, el mundo del cómic. A mí me ofrecieron participar como ponente para contar el caso español, y acepté, por supuesto, de muy buen grado. Di mi charla y, en la cena posterior de los diferentes invitados pude conocer a varios expertos japoneses en manga, que previamente, en el simposio, habían hablado sobre una serie de cómics japoneses destacables. El nombre de Tsuge había salido varias veces y yo, ignorante de mí en esa época, no lo conocía, así que estuve hablando con ellos sobre el autor y, en cuanto pude, me pasé por una librería y me compré estos dos libros que reseño aquí.

Akai hana y Neji-shiki son dos libros de bolsillo de unas 300 páginas cada uno, pero podría perfectamente ser solo uno de 600, ya que ambos recopilan las historias cortas que han hecho de Tsuge el autor mítico que es actualmente. Aunque Tsuge debutó mucho antes como profesional, y creó numerosas obras para el mercado de las kashihon’ya, sobre todo de temática ninja y samurái, no fue hasta la segunda mitad de los años 60 que despuntó, sobre todo a partir de 1967 y hasta 1973 aproximadamente –el verdadero cenit de su carrera–. Estos dos libros, pues, recopilan la mayor parte de las historias cortas de esta época.

Se trata de historias, presentadas en su mayoría en la mítica revista alternativa Garo, con un alto contenido de melancolía, tristeza, e incluso surrealismo. Algunas de ellas, como las propias Akai hana y Neji-shiki, son directamente absurdas, como representaciones en forma de cómic de sueños, casi pesadillas. Invariablemente, la sensación que estas historias dejan en el lector llega a ser profunda: son historias que, en el momento de leerlas, te dejan con un WTF enorme (de nuevo, recomiendo encarecidamente descargar y leer su historia más conocida, Neji-shiki (La espita) y lo entenderéis), pero que conforme pasa el tiempo van calando y posándose en la memoria, dejando allí una impronta difícil de definir y que raramente permanece al leer o visionar una obra de ficción (a mí solo me ha pasado con cosas muy concretas, como Blade Runner). No sé, al menos a mí me produce esta sensación, y a juzgar por la fama que tiene Tsuge entre los lectores más gafapastas japoneses (gafotakus) y la “élite intelectual” nipona, no soy el único.

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“La familia Lee”, una historia sobre una familia de origen coreano que deja una sensación extraña en el cuerpo.

Es fácil dejarse llevar por las palabras de los grandes críticos que ensalzan a Tsuge como genio y mandan a sus obras, sobre todo a Neji-shiki, al Olimpo de los mangas más extraordinarios de todos los tiempos, y caer en la trampa de ensalzarlo a tu vez sin entender sus historias. Yo intento no caer en esa trampa; de hecho, no entiendo muy bien el mensaje que quiere transmitir el autor (si es que quiere “transmitir” alguno, claro está, que conociendo a los japoneses es dudoso), pero lo que sí sé es que Tsuge deja una fuerte sensación mí: una sensación de desasosiego, de soledad y hasta de “frío”, que me cuesta muchísimo describir pero que espero que hayáis, más o menos, entendido a través de estas palabras.

En estos dos libros (editados en 1994), como digo, se recopilan las 27 historias cortas más conocidas e influyentes de Yoshiharu Tsuge, entre las que destacan joyas como Numa (Pantano, 1966, la historia que “inauguró” la corriente de historias extrañas y surrealistas que tan conocido han hecho a Tsuge), Chiiko (1966), Umibe no jokei (Escena costera, 1967), Lee-san ikka (La familia Lee, 1967), Mokkiriya no shōjo (La chica del Mokkiriya, 1968), Gensenkan shujin (El amo del Gensenkan, 1968), o Yanagiya shujin (El amo del Yanagiya, 1970), aparte de las que dan título a sendos libros, Akai hana (Flores carmesíes, 1967) y, sobre todo, Neji-shiki (La espita, 1968).

Lo mejor

  • Recopilación bastante completa de lo más conocido y representativo de Tsuge.
  • Dibujo detallado y personajes bastante simples, bastante al estilo de Shigeru Mizuki (del que Tsuge fue ayudante durante un tiempo, por cierto).
  • Ese desasosiego que deja en el cuerpo. Increíble.

Lo peor

  • Algunas historias son directamente raras e incomprensibles. El lector no avezado puede sentir rechazo o pensar lo típico de “¿y este es el tan cacareado Tsuge? Pues vaya mierda”.
  • El autor, a priori, no permite que sus obras se publiquen fuera de Japón, por lo que en este aspecto es muy complicado poder leer algo de Tsuge en nuestro idioma.

Miyuki

Wednesday, December 12th, 2012
  • Título: みゆき –Miyuki–
  • Autor: Mitsuru Adachi
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Shōnen Big Comic
  • Años publicación: 1980-1984
  • Clasificación: comedia romántica
  • Tomos: 12
 

Si me seguís en Twitter, sabréis que últimamente me ha dado por hacerle justicia a Mitsuru Adachi, uno de los mangaka más grandes desde los años 80 y al que “injustamente” había relegado hasta que por fin decidí, el año pasado, leerme Touch, su obra más famosa.

Tampoco es que hubiera dejado de lado a Adachi porque quisiera ignorarlo, es que simplemente nunca había tenido la oportunidad de meterme en sus obras. Hay tanto autor y tanto manga que forzosamente, por mucho que leas, siempre tendrás una laguna aquí o allá, y una de las muchas que tenía yo era Touch… ¡Y a día de hoy sigo teniendo muchísimas lagunas! Solo espero poder tener el tiempo necesario para ir rellenándolas, algo de lo que desgraciadamente no voy sobrado.

Lamentos aparte, la segunda obra larga de Adachi a la que he dado una oportunidad ha sido Miyuki, que tenía en el punto de mira desde hace mucho tiempo a raíz de haber visto tomos sueltos en cientos de ocasiones en Japón (en tiendas, en casas de amigos o conocidos, en peluquerías, garitos de ramen, donde sea…). Sus portadas, muy simples, siempre me llamaban la atención, por lo que decidí darle esa oportunidad.

Y, sinceramente, me ha encantado el manga, casi al mismo nivel que Touch (que se creó casi de forma simultánea a Miyuki, por cierto), si no más. En estos momentos me estoy leyendo Cross Game, del mismo autor aunque realizada 25 años más tarde, entre 2005 y 2010 y, aunque me está pareciendo muy buena, de momento no me está despertando los mismos sentimientos que Miyuki. Veremos a ver, pero Miyuki me parece excepcional en este sentido, por ese ambiente tan “adachiano”, esas frases simples pero con tanta carga, ese “no te digo nada textualmente pero la imagen ya lo dice todo”, esos guiños a otras obras anteriores, esa complicidad lector-autor-personajes (sí, a tres bandas), esos chistecillos, ese ingenio… Vamos, una auténtica gozada lectora.

Quizás es que soy un nostálgico y prefiero las historias ambientadas en los años 80 (Maison Ikkoku de Rumiko Takahashi es otra de las obras de este tipo que han conseguido llegarme muy hondo, sin ir más lejos), pero Cross Game tendrá que currárselo mucho para ganarse mi corazón al mismo nivel que se lo ha ganado Miyuki.

Miyuki-hermana se pone enferma y Masato pierde el culo por cuidarla… ¿Amor de hermano…? ¿O tal vez…?

Tanto hablar de este manga, pero aún no he dicho ni de qué va. Pues es una comedia romántica con ciertos enredos protagonizada por los “hermanos” Masato y Miyuki Wakamatsu y muchos otros secundarios. Masato Wakamatsu es un adolescente que vive solo, puesto que su madre, y posteriormente su madrastra, fallecieron hace tiempo y su padre trabaja en el extranjero. Un día, durante unas vacaciones de verano, se tropieza con una chica preciosa, llamada Miyuki, y le tira los tejos… Pero enseguida descubre que es su hermana, hija de su madrastra, que había pasado los últimos años con su padre en el extranjero y ha regresado a Japón, con el consiguiente bochorno de Masato, que no la había reconocido. Miyuki decide quedarse a vivir en Japón junto a su hermano sin saber que Masato y ella no son hermanos de sangre y por lo tanto, “en teoría se podrían casar”. Masato sí conoce esta circunstancia, pero no quiere que ella se entere para no enturbiar o enrarecer su relación.

En medio del fraternal cariño entre Masato y Miyuki pululan un montón de personajes secundarios, como puede ser la dulce Miyuki Kashima, que pronto establece una relación de noviazgo (muy puro, eso sí, ni siquiera se tocan) con Masato, y varios pretendientes de Miyuki-hermana, entre los que destacan el gamberrillo Ryūichi, el profesor salido Torao Nakata. y Yasujirō Kashima, detective de policía mayorcete que, a pesar de ser el padre de la Miyuki-novia y estar casado, intenta tirarle los tejos a la chica…

Una comedia romántica, pues, con mucho salero y mucha gracia, con situaciones extrañas pero en general no forzadas (pese a lo que parezca tras leer la sinopsis XD), pequeños toques de humor, ciertas pinceladas de nostalgia o tristeza y un ambiente muy relajado y distendido que francamente me ha gustado mucho. Tal vez estaba saturado de tanto manga “recargado” tanto de dibujo como de argumento y este descanso me ha venido muy bien, no lo sé, pero he disfrutado considerablemente de esta lectura.

Lo mejor

  • Sutileza, buen gusto, guiños, narrativa excepcional…
  • Capítulos muy bien llevados, prácticamente autoconclusivos, refrescantes.

Lo peor

  • Haber tardado tanto en leerlo.
  • Contiene ciertas cosas que actualmente hacen fruncir el ceño. Por ejemplo, la evidente actitud machista de que “el hombre “Masato” lee el periódico mientras la mujer “Miyuki-hermana” cocina, o hace la colada, etc.” o de que “el hombre no sabe hacer ni una tarea del hogar, por eso las mujeres deben ayudarle cuando se queda solo (Miyuki-novia se presta varias veces a cocinar o cuidar de Masato cuando Miyuki-hermana no está, por ejemplo). Otro ejemplo sería el evidente tono pedófilo que tiene el padre cuarentón-cincuentón de Miyuki-novia, que claramente le tira los tejos a la quinceañera Miyuki-hermana (y eso que está casado y tiene una hija, pero bueno)… Hay que tener en cuenta el contexto en el que fue publicada la obra (hace 30 años y en una sociedad que va un poco más atrasada que la nuestra en este aspecto), pero aun así…

Bartender

Tuesday, December 4th, 2012
  • Título: バーテンダー –Bartender–
  • Autor: Araki Jō (guión) / Kenji Nagatomo (dibujo)
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Super Jump
  • Años publicación: 2004-2009
  • Clasificación: seinen, slice-of-life
  • Tomos: 21
 

Este manga me sonaba, pero realmente no le había prestado mucha atención hasta que me encargaron comisariar la exposición “Manga a la Carta” de este pasado XVIII Salón del Manga de Barcelona. Una seguidora de Twitter me preguntó si iba a incluirlo, yo le contesté que me encantaría, pero no me daba tiempo a conseguir ningún tomo para que figurara en la exposición. Entonces ella, amablemente, me mandó por correo los dos primeros tomos de la obra para que le echara un vistazo y pudiera incluirla en la exposición, y lógicamente aproveché para leerlos.

Bartender, como su título indica, nos narra varias historias relacionadas con el mundo de los cócteles y los bármanes. La acción gira en torno a la figura de Ryū Sasakura, un joven pero genial barman, formado en el extranjero y capaz de realizar los cócteles más maravillosos que uno se pueda imaginar. Desde los más típicos que conocemos todos (eso sí, realizados con una sutileza y buen hacer exquisitos), hasta otras invenciones o cócteles más complicados o rebuscados.

El coctelero siempre sorprende…

Sin embargo, como ocurre con casi todas las obras de este corte, el mundo de la coctelería no es más que una excusa para contar todo tipo de historias humanas relacionadas con las vidas de los clientes o incluso con el propio Sasakura o sus compañeros, tanto de bar –otros bármanes– como de reparto –como Miwa, el principal personaje femenino, que a menudo hace las veces de narradora de la historia–.

Lo mejor

  • Historias del día a día, entretenidas, y con mucha alma.
  • Existe un anime de 11 episodios, creado en 2006, que puede introduciros en el mundo de Bartender aunque no podáis tener acceso al manga.

Lo peor

  • Muy difícil verlo publicado por aquí, vista la escasa repercusión que una obra de corte similar, Bar Limelight, ha tenido.