- Título: インセクト –The Insect– (El insecto)
- Autor: Leiji Matsumoto
- Editorial: Asahi Sonorama
- Revista: varias
- Años publicación: 1976 (este tomo)
- Clasificación: shōnen
- Tomos: 1
Leiji Matsumoto es principalmente conocido por sus historias de ciencia-ficción fantástica, como Capitán Harlock, Acorazado Espacial Yamato y Galaxy Express 999, por lo que internacionalmente se le suele considerar el rey de la “space opera” japonesa.
Sin embargo, su obra por supuesto abarca mucho más que eso, y en realidad este autor tiene al menos cinco facetas bastante diferenciadas y más o menos conocidas:
- Space opera. Su faceta más famosa de lejos. Matsumoto es el rey del género tanto en Japón como internacionalmente. No hay más que ver los vídeos de Daft Punk englobados en la macroproducción Interstella 5555.
- Guerra. Matsumoto tiene una amplia producción de manga bélico, entre los que destaca la serie The Cockpit.
- Cuatro tatamis y medio. Este autor fue el principal responsable de un género entero en la literatura y el manga japonés: la narración de las historias de tíos pobretones (mal)viviendo en pequeñas viviendas de cuatro tatamis y medio con cocina y lavabo comunitarios y sin bañera (había que ir a lavarse a los baños públicos). Su obra más famosa en este sentido es Otoko Oidon.
- Shōjo. Como muchos otros grandes autores de manga, Matsumoto empezó dibujando shōjo. Destaca por su capacidad innata de crear “animalitos monos”. De hecho tiene algunas historias co-creadas junto a su mujer Miyako Maki, en las que ella dibujaba los personajes mientras que él se encargaba de los animales (perritos y gatitos) ya que le “salían tan bien”.
- Entomología. Este autor tiene también algunos manga basados en insectos. Se trata de su faceta menos conocida, incluso en Japón.
El manga que tratamos en este ocasión forma parte de esta quinta faceta del “padre” de las bellezas Emeraldas y Maetel. Estamos ante un tomo que recopila un total de 11 historias cortas basadas de una u otra manera en el mundo de los insectos.
La verdad es que no hay hilo conductor entre ellas. Mientras que algunas se basan en la interacción de los humanos con uno o varios insectos (por ejemplo, una historia va de un tipo que tiene un montón de escarabajos en su casa) y otras personifican a los insectos (una de las historias ocurre en un hormiguero donde una poderosa hormiga –con cuerpo, rostro y ademanes de persona, ojo– domina a las demás). Otras historias simplemente se basan en alegorías, como por ejemplo la historia de un tipo bajito y regordete con gafas de culo de botella que, obviamente, recuerda a una mosca.
Hormigas, libélulas, escarabajos, moscas, ladillas, cucarachas, mariposas… Todas ellas tienen cabida en este tomo de ritmo muy irregular pero con ese sabor tan “matsumotero” que deja cierto regusto triste en la mente del lector, ese mono no aware del que hablábamos en la reseña de Galaxy Express 999 y que resulta tan propio del estilo del autor.
Por supuesto, en este manga encontramos también los típicos personajes Matsumoto: mujeres estilizadas, guapísimas, de pelo larguísimo y porte melancólico; hombres bajitos, feos, regordetes y borrachos; chicos desgarbados y perdidos por la vida… Vamos, una obra Leiji Matsumoto 100%.
Personalmente me ha gustado el manga. Cierto es que algunas historias son mejores que otras y que el ritmo es un poco irregular, pero en general es un buen manga. Una curiosidad muy interesante para los fans de Leiji Matsumoto que quieran llegar un poco más allá de su faceta como maestro de la space opera.
Lo mejor
- Historias cortas muy imaginativas.
- Las etilizadas, melancólicas y enigmáticas chicas Matsumoto.
Lo peor
- Ritmo irregular.
- Algunas historias quizás son un poco demasiado abstractas.
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