El blog de Marc Bernabé

Hunter X Hunter

Saturday, May 17th, 2008
  • Título: Hunter X Hunter
  • Autor: Yoshihiro Togashi
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Shônen Jump
  • Años publicación: 1998-?
  • Clasificación: shônen, aventuras
  • Tomos: 25 (en curso)

Esta reseña va a ser un poco atípica, en el sentido de que la hago en respuesta a una petición de un lector del blog y también de que voy a hacerla de memoria, sin haber leído recientemente los primeros tomos del manga. En fin, a ver cómo me sale, ya que tengo que confesar que tengo una memoria muy extraña: soy capaz de recordar nombres, fechas o detalles concretos de muchas cosas, pero en lo referente a argumentos (de películas, novelas, mangas…) tengo una memoria horrible y al cabo de poco tiempo de haber visto una peli no soy capaz de acordarme exactamente de su argumento (recuerdo de qué va y si me gustó o no, pero no el argumento exacto). Así que, en el caso de esta reseña en particular, me perdonaréis si soy un poco parco en detalles.
La historia nos cuenta las aventuras del joven Gon, un chavalín que no conoce a su padre y que al principio del manga vive en un pueblo. Un buen día, se entera de que su padre es un famoso “hunter” (una especie de aventureros místicos con una licencia que les abre muchas puertas) y decide que quiere ir en su búsqueda. Así, lo primero que deberá hacer será hacerse “hunter”, para lo cual se presentará al examen reglamentario junto con muchos otros participantes. A partir de aquí, la historia se desarrolla con muchísima amplitud, ya que no se detiene en el estadio de “hunter”, sino que va mucho, mucho más allá. Gon hace realidad su sueño de ser “hunter” muy pronto (sobre el tomo 5, creo recordar), y luego se va enfrascando en otras aventuras, a cuál más variopinta, divididas en varias sagas y con muchísimos personajes bastante logrados (aunque personalmente no trago al arlequín gay, Hisoka).
Este manga es bastante especial para mí, ya que es el primer manga “abierto” que seguí y todavía sigo. Tenía una amiga que era gran fan de Yû Yû Hakusho y me hablaba muy bien de los manga de Yoshihiro Togashi; incluso, antes de irme a Japón por primera vez, me habló de un nuevo manga de Togashi titulado Hunter X Hunter que tenía muy buena pinta. En aquel entonces, 1999, yo sabía muy poco de manga más allá de lo típico (Dragon Ball, Dr. Slump, etc.), así que mi criterio no estaba formado en absoluto. Así, recuerdo una de las primeras veces en las que entré en una librería, concretamente la parte de libros del supermercado Jusco que hay al lado de la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto, donde estuve como estudiante de intercambio entre marzo de 1999 y febrero de 2000. Fue allí donde compré el primer tomo de Hunter X Hunter. En aquella época mi nivel de japonés era muy modesto, pero conseguí entender y seguir bastante bien el manga (no puedo decir lo mismo de Rurôni Kenshin, que la primera vez que leí en japonés, sobre la misma época, se me atravesó mucho porque lo encontré muy difícil. Lo que son las cosas, ahora lo estoy traduciendo y no me parece tan complicado ^_^). Así, con la ilusión de estar pudiendo seguir un manga en versión original, me compré todos los tomos que habían salido hasta el momento -los 5 primeros- y desde entonces llevo comprando y leyendo los tomos regularmente, a medida que salen.

El examen de hunter es mi saga favorita

Debo decir que los primeros cinco tomos me gustaron mucho; el examen de “hunter” es bastante trepidante y lo encontré muy bien hecho (aunque no sé si me gustaría tanto si lo releyera ahora, ja ja, ja). Las sagas posteriores tienen varios altibajos, pero hay algunas que no están mal. En concreto, la saga de la isla de videojuego (Grid Island) me pareció un coñazo como pocos, madre mía (¡y cuánto texto, qué pesadilla para un traductor!). Y la actual, la de los insectos, me está aburriendo mucho también debido a lo ridículo del diseño de los personajes enemigos. Si no dejo la serie es primero porque salen tomos de higos a peras -lo que no supone un gran gasto- y segundo porque al ser la primera serie abierta que empecé a coleccionar, tiene cierto valor sentimental para mí.
Y esta es otra cosa; Togashi fue más o menos regular durante los primeros 15-20 tomos, pero en los últimos años se está tomando la cosa a cachondeo y publica la serie cuando le da la gana, tomándose descansos larguísimos (el más largo, de un año y medio) que seguramente tienen desquiciado a su editor en la Shônen Jump. A pesar de todos estos parones y lo aburridos que son los nuevos episodios, parece que la serie sigue teniendo mucho éxito en Japón, ya que sus lectores siempre la votan como una de sus favoritas en la revista y cada vez que sale un tomo se encarama a los primeros puestos del ranking de ventas.
Con Yû Yû Hakusho, Togashi ya tiene el precedente de acabar quemado con una serie e inventarse un final precipitado y horriblemente dibujado para salir del paso; seguramente por miedo a que no pase lo mismo, en la Jump le están dando más manga ancha con Hunter X Hunter y le están permitiendo todo tipo de caprichos impensables para cualquier otro autor. Como se le ocurra terminar Hunter X Hunter de cualquier manera y con un dibujo tan “pasota” como el del final de Yù Yû Hakusho, me parece que a Togashi se le acabará el poco crédito que le pueda quedar ahora mismo. Esperemos que no la cague.
A pesar de ser una serie de la Shônen Jump y que además goza de una fama y unas ventas que ya querían para sí muchos otros títulos de la misma revista, nadie se ha atrevido todavía a licenciarla en España. Eso sí, supongo que algún día acabará llegando, ya que es mucho mejor e infinitamente más conocida y pedida que muchos de los bodrios que están licenciando las editoriales últimamente.

Rosario + Vampire

Monday, April 28th, 2008
  • Título: ロザリオとバンパイア –Rosario to Vampire – (Rosario + Vampire)
  • Autor: Akihisa Ikeda
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Monthly Shônen Jump / Jump Square
  • Años publicación: 2004-?
  • Clasificación: shônen
  • Tomos: 10 (en curso)

Como decía en los comentarios del post “Mangas licenciados”, voy a hacer un poco de trampa para provocar que la lista crezca un poquito en poco tiempo. ^_^ No van a ser todos mangas raros, clásicos y tal en este blog; también de vez en cuando me permito el lujo de comentar algo actual y con todas las probabilidades a favor de ser licenciado y publicado en España. Y este es uno de estos días en los que me apetece comentar un manga que con toda seguridad podremos disfrutar en breve en castellano, ya que lo tiene todo: dibujo atractivo, temática interesante, publicado dentro de la colección con más éxito del shônen manga y con un anime recientemente emitido. Este es el caso de Rosario + Vampire, manga publicado primeramente en la difunta Shônen Jump mensual y actualmente en publicación en la nueva revista Shônen Square, de la todopoderosa Shûeisha. Los tomos se publican dentro de la colección Jump Comics, como todos los de la archiconocida Shônen Jump (la semanal y original, se entiende), lo cual es garantía de una marca de “eficacia probada”. Para más inri, tiene una serie animada de 13 episodios emitida entre enero y marzo de este año 2008, con una segunda temporada ya anunciada para el otoño. No me creo que ninguna de las editoriales españolas, con estos precedentes, no haya pasado todavía una propuesta a Shûeisha para editar este manga, así que es cuestión de tiempo que se anuncie su licencia (siempre según mi modesta e independiente opinión, por supuesto).
¿Pero de qué va el manga? Básicamente, es una historia bastante tipiquilla y que no va a pasar ciertamente a los anales de la historia del manga, pero no está del todo mal. Tsukune Aono es un estudiante más bien mediocre y enclenque que fracasa en todos sus intentos para entrar en un instituto (en Japón, debes hacer exámenes para entrar a los institutos de bachillerato y entras o no según si has superado la nota de corte). Al final, decide probar en el instituto Yôkai*, donde, al parecer, puede entrar cualquiera ya que no se requiere examen para entrar.

* Lo de Yôkai no es gratuito. De hecho, en el manga el instituto se llama 陽海学園 (Yôkai Gakuen), que se traduciría literalmente por “Instituto Sol y Mar” o algo así. Pero la palabra yôkai, escrita 妖怪, tiene un significado bastante cercano al de “ser sobrenatural”. Ya expliqué un poco en este post que la palabra yôkai abarca a todo tipo de seres sobrenaturales; y engloba todo lo que nosotros conocemos como “monstruo”, “espíritu”, “fantasma”, “demonio”, etc. y además también abarca a seres no necesariamente malignos. Por lo cual, no existe una palabra exacta en español para traducir el concepto de yôkai”(y personalmente siempre tengo muchos problemas con esta palabra a la hora de adaptarla; realmente da muchos quebraderos de cabeza a un traductor). Normalmente, la palabra yôkai se aplica solo a los seres sobrenaturales del imaginario japonés, pero en este manga se utiliza también para los monstruos occidentales (vampiros, súcubos, hombres lobo…), en una curiosa amalgama que fusiona las tradiciones fantasmagóricas del mundo occidental con el japonés.

Ven p’acá, cordero…


A lo que íbamos. Nada más llegar al instituto, que tiene un aspecto tétrico que tumba de espaldas, Tsukune se topa con la bella Moka Ayakashi. Ambos chocan y caen al suelo; pero sorprendentemente, Moka se siente atraída por Tsukune y ¡le muerde en el cuello y empieza a chuparle sangre! Así, ante la mayúscula sorpresa de Tsukune, Moka le cuenta que ella es una vampiresa. Pasará poco tiempo hasta que el sorprendido Tsukune descubra que el Instituto Yôkai es un centro educativo para todo tipo de monstruos y seres sobrenaturales, donde, aparte de las asignaturas normales, se les enseña a vivir escondidos entre los humanos. Para ello, una de las normas más estrictas es que los estudiantes deben adoptar permanentemente un aspecto humano y actuar como tales. Esto es lo único que permite al pobre Tsukune pasar mínimamente desapercibido…
A partir de aquí, las típicas historias de enredo, con Tsukune metiéndose en toda clase de líos y tratando de evitar que descubran su condición de humano. Por cierto, que Moka lleva un rosario en el cuello que la inhibe a la hora de mostrar su verdadera apariencia de “vampira terrible”. Lógicamente, habrá momentos en los que el rosario se irá a tomar viento y aparecerá la atractiva y peligrosa vampiresa que lleva dentro… A eso súmale que la profesora es un gato diabólico, hay una súcubo por ahí que se encapricha también de Tsukune, una terrible sirena y, cómo no, un par de chulitos-piscina en forma, respectivamente, de hombre lobo y una especie de bicho feo en plan Hulk (hagure-ayashi, le llaman) y tienes la ración de monstruos necesaria para formar un primer tomo bastante entretenido. Además, ponle también una buena dosis de falditas cortísimas, chicas en bikini y, cómo no, panchira (escenas en las que se muestran fugazmente las bragas) y ya lo tienes todo.
Ya veis que la historia no es de lo más original y que, como decía antes, el dibujo no mata pero se deja ver. Imagino que con el dibujo pasará lo habitual: el primer tomo es normalito, pero a la que el autor le va cogiendo el pulso, lo va afinando y mejorando con el tiempo. En cualquier caso, no me cabe duda de que llegará aquí, así que si eres uno de los muchos Shônen Jump-adictos que hay por ahí fuera y el argumento te atrae, ve ahorrando por si acaso.

Ashita no Joe (Joe del mañana)

Thursday, April 24th, 2008
  • Título: あしたのジョー –Ashita no Joe- (Joe del mañana)
  • Autor: Asao Takamori (guión) / Tetsuya Chiba (dibujo)
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Shônen Magazine
  • Años publicación: 1968-1973
  • Clasificación: shônen, deportivo (spokon)
  • Tomos: 20

Mientras todavía duraba la serialización de Kyojin no Hoshi, al guionista Asaki Takamori le entró una especie de fiebre creativa y, entre los años 1966 y 1973, realizó con distintos seudónimos el guión de tres series que entrarían en la historia del manganime por la puerta grande. Primero, la propia Kyojin no Hoshi (1966-1971, firmando como “Ikki Kajiwara”), después Tiger Mask (1968-1971, también como “Ikki Kajiwara”) y finalmente Ashita no Joe (1968-1973, como “Asao Takamori”). Por supuesto, estas no fueron las únicas series que guionizó durante su carrera, truncada en 1987 a la prematura edad de 50 años, pero sí fueron de largo las más famosas.
Si Kyojin no Hoshi se convirtió en un fenómeno en el Japón de finales de los 60, Ashita no Joe (Joe del mañana) fue ya el no va más. Su popularidad fue tal que, por ejemplo, tras la muerte en el tomo 8 de Tooru Rikiishi, el carismático rival de Joe caído en el ring tras una épica batalla contra el protagonista, se celebró en las oficinas de la editorial Kôdansha el que de momento es el único funeral celebrado jamás para un personaje de manganime. Un funeral de verdad, se entiende, con sacerdote budista y toda la parafernalia asociada a los sepelios en Japón. Incluso también se dice que, en el primer caso de secuestro de un avión comercial en Japón, por parte del grupo terrorista del Ejército Rojo japonés, los secuestradores incluyeron en su comunicado reivindicativo la frase “Nosotros somos el Joe del mañana”.
Ashita no Joe narra la historia de Jô “Joe” Yabuki, un joven huérfano terriblemente conflictivo y antisocial que, un buen día, aparece por un pobrísimo barrio de chabolas de Tokio. Ahí, no tarda en meterse en una trifulca con el grupo local de gamberrillos, una pelea que presencia un viejo calvo y tuerto, con una prominente cicatriz en la cara y borracho hasta la médula, llamado Danpei Tange. Tange, ex boxeador que justo cuando estaba a punto de aspirar al título de campeón nacional se quedó tuerto en un combate y vio truncada su prometedora carrera, se prenda enseguida del joven Joe. En él, ve a un joven con madera para el boxeo, así que decide ponerle bajo su tutelaje y entrenarle. Pero Joe es más listo que el hambre, y el boxeo le importa un comino; por un lado, le dice a Tange que sí, que será su discípulo, pero a cambio deberá pagarle una cuota diaria para sus dietas. Así, Tange decide ponerse a trabajar en la construcción de carreteras durante la noche y gran parte del día, mientras en sus ratos libres entrena a Joe. Joe, por su parte, finge entrenar, pero en realidad, cuando Tange está fuera, se dedica a gastar el dinero que tanto le cuesta ganar a su tutor, jugándoselo al pachinko o bien inventándose timos para conseguir más dinero fácil.

Monumental paliza de Tange al rebelde Joe

Al final, Joe se inventa un timo tan grande que la policía no puede seguir pasando por alto sus fechorías, así que le detienen y le mandan a un reformatorio ante la desesperación de Tange, que ve como su sueño de convertir al salvaje Joe, tan propenso a meterse en peleas, en un boxeador legendario es cada vez más difícil. Pero no por ello abandonará, ya que decide mandarle a Joe una carta donde le explica algunos trucos del boxeo y le indica recomendaciones para entrenar. Su idea es seguir mandándole cartas para ir formándole desde la distancia. Esa primera carta empieza con la frase “Ashita no tame ni” (Para el día de mañana); y es precisamente esta frase la que da su título a la obra. Joe, como no podía ser de otra manera, hace trizas la carta pero luego, aburrido, decide recomponerla y leerla. Así, descubre que, si sigue las recomendaciones de Tange, puede depurar su técnica, lo que le permite obtener una cierta ventaja sobre los demás reclusos del reformatorio. Uno de ellos, el enorme Nishi, que al principio era el jefe de unos presos que sometieron a Joe a una serie de terribles torturas, acaba siendo vencido por Joe y finalmente se convierte en su fiel compañero.
A partir de aquí, empieza la carrera de Joe en el mundo del boxeo, donde tendrá que hacer frente a varios rivales como al terrible Tooru Rikiishi, o al fortísimo “último rival”, el mexicano José Mendoza, contra el que protagonizará un épico combate con terribles consecuencias. NO LEAS LO SIGUIENTE SI NO QUIERES SABER CÓMO ACABA LA HISTORIA. De hecho, la celebérrima última viñeta de la historia nos presenta a un Joe sentado en el rincón del ring, muerto tras quedar totalmente agotado por el terrible combate contra Mendoza, que, pese a conseguir in extremis la victoria por puntos, se ha quedado con el pelo blanco debido al tremendo desgaste físico. Este trágico y tan atípico final, en el que el protagonista no solo pierde el último combate, sino que además muere, supuso un verdadero shock para los lectores japoneses, que sin embargo no pidieron un funeral para Joe, repitiendo lo que se había hecho para su primer gran rival. FIN DEL SPOILER.
Francamente, es difícil no establecer paralelismos con Kyojin no Hoshi. Pese a que ambos protagonistas son diferentes (Hyûma es voluntarioso y obediente, mientras que Joe se hace el remolón y es un gamberro empedernido), el entorno es bastante similar, sobre todo en lo referente a la lentitud del avance de la historia y en los personajes que hacen de “tutores”. En ambos manga, pese a ser de temática deportiva, se tarda mucho en llegar realmente a los partidos/combates, ya que los autores invierten muchas páginas (tomos enteros) en poner la base de la historia hasta que por fin los protagonistas pisan la arena del estadio de béisbol o la lona del ring. Pero precisamente este es uno de los secretos del gran éxito de ambos manga, ya que ponen al lector en situación y permiten encariñarse de los personajes y conocerles perfectamente cuando al fin debutan en sus respectivas especialidades deportivas. Por otra parte, el paralelismo entre el padre de Hyûma y el tutor de Joe es evidente: ambos son antiguos expertos en su materia deportiva que vieron su carrera truncada en el mejor momento, actualmente muy pobres, borrachos y totalmente descarriados, pero que reconducen su vida para ayudar a los prometedores jóvenes Hyûma y Joe, y trabajan en condiciones durísimas en la construcción para ayudarles. Finalmente, el personaje grandullón que primero es enemigo declarado del protagonista y luego se convierte en su mano derecha (Chûta Ban en Kyojin y Nishi en Ashita) es también un punto en común clarísimo.
Al igual que Kyojin, Ashita me ha gustado muchísimo y ha sido un gran placer leer este gran clásico del manga. Ambas obras son capitales en la historia del cómic japonés, primero por los fenómenos que suscitaron en la sociedad nipona (originando auténticas fiebres por el béisbol en general y los Giants en particular en el primer caso y por el boxeo en el segundo) y segundo por la enorme influencia que han tenido en las obras posteriores. Del mismo modo que ocurre con Kyojin, es muy complicado que veamos esta obra publicada en español al menos en un futuro a corto o medio plazo, pero espero que llegue el día en el que se creen las condiciones de mercado que permitan la publicación de estos grandes clásicos de publicación actualmente inviable.

Kyojin no hoshi (La estrella de los Giants)

Monday, April 21st, 2008
  • Título: 巨人の星 –Kyojin no Hoshi- (La estrella de los Giants)
  • Autor: Ikki Kajiwara (guión) / Noboru Kawasaki (dibujo)
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Shônen Magazine
  • Años publicación: 1966-1971
  • Clasificación: shônen, deportivo (spokon)
  • Tomos: 19

Voy a dedicar dos entradas seguidas a las dos grandes series que originaron el boom del spokon y que marcaron un antes y un después muy pronunciado en la historia del manga: Kyojin no Hoshi y Ashita no Joe. Para los despistados, el “spokon” (abreviatura de スポーツ根性 sports konjô, o sea “tenacidad deportiva”) es un género de manga que se centra en las competiciones deportivas de cualquier tipo, poniendo siempre el esfuerzo, la tenacidad y el drama por delante de todo.
Es justo decir que antes de Kyojin y Ashita, por supuesto, hubo ya varios manga de deporte, lo que significa que no fueron los pioneros como tales. Pero sí consiguieron, con su éxito abrumador, marcar escuela e influir a todo lo que vendría después. Ikki Kajiwara (AKA Asao Takamori), el “inventor” de Kyojin, seguido de Tiger Mask (lucha libre de enmascarados) e inmediatamente después de Ashita, es el verdadero padre del género “spokon”, del cual beben directamente obras como Attack No. 1 (La panda de Julia), Ace o Nerae (Raqueta de Oro), Astro Kyûdan (Team Astro), Capitán Tsubasa, etc.
El título Kyojin no Hoshi se puede interpretar de dos maneras. Kyojin (literalmente “gigante”) es el término con el que los japoneses conocen a equipo de béisbol tokiota de los Yomiuri Giants, el más poderoso y laureado de la historia del béisbol japonés, conocido por tirar de talonario y fichar siempre a los jugadores más conocidos, convirtiéndose así en el favorito de la mayoría de los japoneses (con la honrada excepción del área de Osaka y cercanías, donde la fiebre por los Hanshin Tigers impide cualquier avance significativo de los Giants). Estableciendo un paralelismo fácil de comprender, los Giants son al béisbol japonés (el deporte rey en Japón) lo que el Real Madrid podría ser al fútbol español. Siguiendo con el nombre, “no” es partícula de posesivo (es decir “de”, “perteneciente a”); mientras que Hoshi significa “estrella”. Así, en una interpretación simple y literal, el título se traduciría por “La estrella de los Giants” –entendido tanto como “estrella” literal (ya que en la obra se menta varias veces a la “estrella de la constelación del gigante (Kyojin)” o a que “cuando muera, me convertiré en una estrella en la constelación del gigante”) como en su significado figurado de “jugador prominente”–. Hasta aquí todo bien. Lo que pasa es que el protagonista se llama Hyûma Hoshi, con lo que, en una tercera interpretación, el título podría traducirse perfectamente como “Hoshi de los Giants”.

El manga nos narra la historia de Hyûma Hoshi, un joven cuyo padre, Ittetsu, fue un prometedor jugador de béisbol que llegó a estar a punto de debutar con los Giants antes de la II Guerra Mundial. Sin embargo, al estallar la guerra le mandaron al frente, donde se lesionó el hombro, lo que finalmente le impidió debutar y tener una carrera estelar en el deporte rey de Japón. A partir de entonces, Ittetsu, muy pobre y viudo, vive con su hija Akiko y su hijo Hyûma en un barrio deprimido de la capital nipona, trabajando como jornalero en la construcción de carreteras. De carácter muy arisco y hostil, se pasa buena parte del día borracho e irascible. Sin embargo, los genes de Ittetsu han pasado a su joven hijo Hyûma, que resulta tener un gran talento para el béisbol, un talento que nadie conoce puesto que no pertenece a ningún equipo.
Hyûma entrenando con su padre Ittetsu, vistiendo la famosa chaqueta de muelles


Ittetsu se empeña en hacer de su hijo un grandísimo jugador que se convierta en la estrella de los Giants, precisamente lo que él no pudo llegar a ser, así que le impone un entrenamiento extremadamente espartano que incluye una especie de chaqueta de muelles a la que llama “Dai-league ball ikusei Gips” (literalmente “Escayola para formación de pelota de la liga americana”). Esta chaqueta de muelles, absolutamente legendaria, millones de veces copiada y ampliamente parodiada en el manganime y más allá, sirve para forzar a Hyûma a realizar esfuerzos sobrehumanos para realizar cualquier ademán, como por ejemplo comer con palillos o simplemente escribir, para así desarrollar sus músculos de modo que pueda lanzar pelotas con la fuerza, precisión y velocidad suficientes para derrotar a jugadores de la liga americana de béisbol.
Entre los planes de Ittetsu se incluye apuntar a su hijo a un instituto de hijos de papá que tiene un club de béisbol normalito. Para ello, trabaja día y noche en la construcción para conseguir el dinero necesario para la matrícula de su hijo. El caso es que, en Japón, participar en el torneo nacional de béisbol de institutos supone un escaparate muy importante que todos los equipos profesionales observan con atención para fichar antes que nadie a las futuras estrellas. Conseguir imponerse en los preliminares de cada prefectura para poder ir a las finales nacionales que se celebran en el celebérrimo estadio Kôshien, cerca de Osaka, es el sueño de cualquier adolescente pelón (como característica distintiva del béisbol, todos los jugadores de los clubes de instituto suelen raparse el pelo durante su pertenencia al club). Y, no digamos ya, coronarse campeón nacional en el Kôshien abre las puertas de cualquier equipo profesional, que acude raudo a fichar a los jugadores más destacados de la final.

Así, la obsesión de Ittetsu radica en que si su hijo no va al instituto, no podrá participar en el campeonato nacional y por lo tanto nunca destacará lo suficiente como para que los Giants se fijen en él y le fichen. Por eso trabaja día y noche en condiciones durísimas hasta lograr el dinero de la matrícula de su hijo, pero paga el sobreesfuerzo enfermando. Pese al rechazo inicial del presidente de la asociación de padres a dejar entrar en el instituto de “chicos bien” a un pobretón, Hoshi se gana el respeto de Chûta Ban, capitán del equipo de judo, disciplina en la cual es campeón de Japón, y líder de la escuadra de animadores del equipo de béisbol. Chûta resulta ser el hijo del presidente y además es un apasionado del béisbol; tras varios rifirrafes, el grandullón de Chûta acabará entrando también al equipo de béisbol y se convertirá en el único catcher capaz de detener las terribles bolas que lanza Hyûma, convirtiéndose así en su complemento ideal. A partir de este punto, empezará la andadura de Hyûma en el instituto; primero deberá ganarse la confianza de sus compañeros y entrenador y luego deberán participar todos en la competición con vistas a llegar al Kôshien. Por supuesto, no faltará el “gran rival”, que en este caso es Mitsuru Hanagata que, cómo no, acabará fichando por los Hanshin Tigers, grandes rivales de los Yomiuri Giants.
Pese a su antigüedad y su temática beisbolística, este título me ha gustado mucho. He comprendido por qué los japoneses se volcaron en él hasta el punto de convertirlo en un fenómeno nacional y por qué ha resultado ser tan y tan influyente en la historia del ocio japonés. Ahora, tras leerlo, comprendo mucho mejor muchas cosas que tantas veces hemos visto en el manganime. Francamente, veo muy complicado, al menos a corto-medio plazo, ver publicado este título en España, primero por su antigüedad, segundo por su temática y tercero porque no tiene un componente nostálgico ya que su anime nunca se emitió en nuestro país. Pero soñar es gratis…

Nonnonbaa to ore – La abuela y yo-

Sunday, April 13th, 2008
  • Título: のんのんばあとオレ -Nonnonbaa to ore (La abuela y yo)
  • Autor: Shigeru Mizuki
  • Editorial: Chikuma Shobô
  • Revista:
  • Años publicación: 1977
  • Clasificación: Shônen-seinen
  • Tomos: 1

Shigeru Mizuki es uno de los grandes. Nacido en 1922 y todavía en activo a sus 86 añazos, este veteranísimo mangaka participó en la Guerra del Pacífico, donde perdió el brazo izquierdo (lo que significa que ha realizado TODA su extensísima obra con un solo brazo), hizo de “cuentacuentos” por la calle (kamishibai), realizó numerosos encargos para las “librerías de préstamo de manga” (kashihon’ya), se consagró como mangaka de éxito en los años 60 y finalmente se ha erigido como uno de los especialistas más eminentes de Japón en el ámbito de lo paranormal. Investigar la obra de Mizuki a fondo llevaría años debido a lo bestialmente prolífico que ha llegado a ser este autor, en todos los ámbitos de su carrera. Básicamente, podemos destacar tres grandes tendencias en su obra:

  • Yôkai. los “yôkai” (妖怪) son los seres sobrenaturales japoneses. Fantasmas, monstruos, entes espirituales… Es muy difícil definir brevemente al yôkai, porque tampoco son malos ni buenos necesariamente, los hay con formas sólidas y otros etéreos -tipo fantasmas- y también los hay que no hacen nada, simplemente que están ahí. Mizuki, como veremos, es un gran maestro en el arte de lo paranormal, y en todo Japón, incluso a nivel académico, siempre que se menta a grandes estudiosos de lo paranormal surgen de buenas a primeras dos nombres: Kunio Yanagita, el gran padre de la etnología japonesa, y el propio Shigeru Mizuki. Mizuki ha publicado infinidad de obras presentando a los distintos yôkai, como enciclopedias, libros ilustrados, series de televisión, etcétera. Para los curiosos, una de sus recopilaciones de yôkai está en disponible en italiano (Enciclopedia dei mostri giapponesi, Kappa Edizioni) y francés (Yôkai. Dictionnaire des monstres japonais, Pika Éditions). Dentro de esta corriente “fantasmagórica” destaca el manga GeGeGe no Kitarô, tal vez su obra más famosa, que ha sido adaptada a anime (e incluso a película de imagen real) repetidas veces -y que tengo en la lista de obras por reseñar próximamente, permanezcan atentos a este blog-.
  • Histórico y bélico. Debido a su participación como soldado en la II Guerra Mundial, Mizuki ha escrito numerosas obras sobre la propia guerra (tanto en forma de manga como de ensayo), pero no se ha quedado ahí, sino que también tiene obras históricas y hasta una biografía de Adolf Hitler, que Glénat ha anunciado que editará en español, convirtiéndose así en la primera obra de Shigeru Mizuki que aparece en España.
  • Autobiográfico. Estamos ante un autor que no se corta a la hora de contar su pasado, y así tenemos varias obras que narran la vida de Shigeru Mizuki contada por él mismo, sobre todo en forma de manga. Se trata de libros interesantísimos, ya que nos abren la puerta a la totalidad de la era Shôwa (1926-1989) desde la perspectiva de alguien que la vivió de principio a fin. De hecho, su obra autobiográfica más conocida se titula 昭和史 Shôwa-shi (Historia de la era Shôwa).
El manga que tengo el gusto de reseñar en esta ocasión es principalmente autobiográfico, pero también tiene mucho que ver con los yôkai. Nos cuenta la infancia del joven Shigeru en su pueblo natal de Sakai-Minato, en la prefectura de Tottori (Japón “profundo” donde lo haya), y su relación con una anciana vecina llamada Fusa Kageyama, a la que todos conocían con el sobrenombre de “nonnonbaa”. Por lo que he podido investigar, “Nonnon-sama” (señora Nonnon) es como se llamaba en Sakai-Minato a la diosa budista Kannon. “Baa” significa “vieja”, “anciana”, y por lo tanto “nonnonbaa” es una manera dialectal de decir “abuela muy creyente”.
Nonnonbaa fue la que prendió la mecha de la pasión del joven Shigeru (a quien llamaban de pequeño “Gege”) por lo sobrenatural. Esta abuela fue la que le contó todo tipo de historias fantasmales y le fue hablando sobre los diferentes yôkai que existen y cómo hacerles frente (o evitar que se enfaden contigo o incluso propiciar que te echen una mano). La pobre Nonnonbaa se quedó viuda ya bastante anciana y la familia de Mizuki la contrató en primera instancia para hacerse cargo de las tareas del hogar, de ahí que Shigeru y ella reforzaran extraordinariamente el fuerte vínculo que ya tenían de antes, de cuando el joven futuro mangaka iba a visitarla a su casa para que le contara historias.

El joven Shigeru, Nonnonbaa y un yôkai

El manga es básicamente autobiográfico y nos cuenta las peripecias de Shigeru durante su infancia, a principios de los años 30, como por ejemplo las guerras de bandos que había entre los niños de los diferentes barrios, sus experiencias en la escuela y la gente a la que iba conociendo, así como a la alta mortalidad infantil, algo cotidiano y normal en la época, que se presenta como un suceso más, sin ahondar demasiado en el drama. También podemos conocer a su familia, con una madre orgullosa de proceder de una familia “que antaño poseía no sé cuántos almacenes” (como repite varias veces) y un padre bastante vivalavirgen. Es muy interesante ver cómo se vivía en el Japón rural de la preguerra y solo por esto el libro ya vale la pena.
A pesar de presentarnos la infancia del joven Shigeru y su bellísima relación con la entrañable Nonnonbaa, el libro también se permite pequeños desvíos hacia lo fantástico, con la aparición de algunos yôkai. Por un lado, es un poco decepcionante que haya estos retazos de fantasía en la obra, porque se desdibuja su “veracidad” como obra autobiográfica y provoca que el lector dude de si la obra es autobiográfica de verdad o no (me consta que sí). Supongo que se puede considerar a estos desvíos como representaciones de lo que realmente estaba pensando el pequeño Shigeru, es decir, que se pensaba que realmente ahí había un yôkai y que lo estaba viendo.

Este tomo único de 403 páginas es una gozada de principio a fin y lo disfruté como pocos libros me hacen disfrutar. La obra se publicó en dos partes en 1977, directamente en forma de libro (es decir, que no fue prepublicado en ninguna revista, como es lo habitual). Desafortunadamente, no he podido conseguir una edición original de la obra porque son muy difíciles de encontrar y aparte van carísimas. Actualmente, existen dos ediciones recientes disponibles en librerías japonesas: una en formato “bolsillo” publicada por Kôdansha (que es la que yo tengo y cuya portada aparece escaneada al principio del post) y otra en formato “lujo”, que la editorial Kadokawa publicó en 2007 con motivo de la consecución por parte de esta obra del Premio al Mejor Álbum del Festival de Angoulême 2007 (la primera vez que una obra japonesa recibe este premio del prestigioso festival dedicado sobre todo a la “bande dessinée” francobelga). Esta obra de lujo es en formato A4, tremendamente grande y pesada, y también cara (3800 yenes). Yo habría preferido agenciarme esta última edición pero, siendo realistas, su tamaño y peso me tiraron para atrás (que luego esto hay que facturarlo en el avión o enviarlo por correos).
Para los curiosos y en espera de que alguien se decida a publicar esta obra en España (que seguro que alguien lo hace, y más después de la consecución de semejante premio; lo que me extraña es que nadie haya anunciado su licencia todavía), sabed que obviamente está disponible al otro lado de los Pirineos con el título de NonNonBâ (Ed. Cornélius, 2006).