El blog de Marc Bernabé

Skip Beat!

Thursday, October 8th, 2009
  • Título: スキッピ・ビート! –Skip Beat!–
  • Autora: Yoshiki Nakamura
  • Editorial: Hakusensha
  • Revista: Hana to Yume
  • Años publicación: 2002-?
  • Clasificación: shōjo, humor
  • Tomos: 22 (en curso)

skipbeat1

Voy a ser claro: las series shōjo pastelosas en general y las series de la revista Hana to Yume en particular no me gustan. La Hana to Yume, al menos en la última década, siempre se ha caracterizado por presentar historias bastante raras, ¿no os parece? Historias con temáticas poco convencionales y directamente extrañas, muchas de ellas con tintes de shōnen-ai, y en general con un estilo de dibujo bastante homogéneo entre ellas que a mí personalmente no me convence. Además, como traductor tampoco me gustan porque suelen tener mucho texto y también textitos escritos a mano por todas partes, por no decir los espantosos y a menudo aburridos free talk de las autoras. Y por último, tampoco me gusta nada el aburrido diseño de las portadas, lomos y solapas, que además siempre es exactamente igual desde hace décadas.

Skip Beat! es una serie de la Hana to Yume y, como tal, no se escapa de tener que sufrir este diseño anodino de portadas, de la cantidad respetable de texto y free talks ni del estilo de dibujo calcado al de tantas otras series de la misma revista. Sin embargo, al menos en el tomo 1, el que he leído, me ha parecido una serie bastante refrescante y, sobre todo, divertida.

Tengo que decir que las series shōjo que disfruto son básicamente las de humor, como por ejemplo Love Com o, sobre todo, las de Mayumi Yokoyama, autora cuyas obras Instituto Bijinzaka y Galism! he tenido el placer de traducir y disfrutar un montón. Yoshiki Nakamura, la autora de Skip Beat!, tiene en mi opinión bastantes similitudes con Mayumi Yokoyama en lo referido al uso de las caricaturas y la exageración gráficas aplicadas al manga. Y es que simplemente hay algunas viñetas que son impagables.

Kyōko Mogami, la protagonista, es una chica tan recatada y trabajadora, que llega a renunciar a estudiar bachillerato para poder dedicar todo su tiempo, día y noche, a trabajar y ganar dinero. Lo que quiere es conseguir fondos para poder pagarse un piso de semilujo y tener dinero para dedicarlo… A cuidar de Shō Fuwa, un guaperas chuleta amigo suyo de la infancia que llegó a Tokio para triunfar en el mundo de la farándula y convertirse en famosete. Un día, Kyōko se entera por casualidad de la verdad: Fuwa la convenció para que le acompañara a Tokio básicamente para que ella le mantuviese y le hiciera de ama de casa. ¡Y ella había sido tan idiota como para consentírselo todo!

Kyōko y Ren Suruga. Nada de humor en esta página.
Kyōko y Ren Suruga. Nada de humor en esta página.

Al enfrentarse a Fuwa, él reconoce la verdad y la deja tirada sin más contemplaciones. Al verse utilizada de tan vil manera, Kyōko sufre un ataque de rabia y jura que se vengará de él: hará lo imposible para conseguir ser una famosilla y lograr así que, un día, Fuwa, se arrepienta de lo que le hizo. De la noche a la mañana, Kyōko se cambia de peinado y de forma de vestir y empieza una carrera que la llevará a ser una artista. Lo primero: presentarse a una audición de la productora rival de la de Fuwa, una productora a la que precisamente pertenece Ren Suruga, otro guaperas que es el gran “rival” de Shō Fuwa…

Mucho humor y muy bien llevado en esta historia. Ahora, esta serie parece estar viviendo una segunda juventud gracias a la reciente versión anime, de 25 episodios, emitida entre octubre de 2008 y marzo de 2009, que ha hecho que esté en boca de todos y cuente incluso con videojuegos y demás. A mí me ha gustado bastante, pero el hecho es que la serie lleva ya 22 tomos publicados y no parece tener visos de finalizar. ¿Consigue Nakamura mantener el ritmo y el humor durante tantos tomos?

Lo mejor

  • Mucho humor y bastante bien llevado
  • Las caricaturas y monigotes que representan los estados de ánimo de la prota
  • El director de la productora LME. A mí me recuerda al director de la escuela de Ranma 1/2 (XD)

Lo peor

  • Shō Fuwa es asqueroso
  • El planteamiento es un poco estúpido y Kyōko es demasiado pava al principio
  • Tanto textito por todas partes pone un poco nervioso

Honey Honey no suteki-na bōken (La maravillosa aventura de Honey Honey)

Friday, July 17th, 2009
  • Título: ハニーハニーのすてきな冒険 –Honey Honey no suteki-na bōken– (La maravillosa aventura de Honey Honey)
  • Autor: Hideko Mizuno
  • Editorial: Asahi Sonorama
  • Revista: Ribon
  • Años publicación: 1968
  • Clasificación: shōjo, aventuras
  • Tomos: 2


Esta vez comentaré un manga shōjo clásico, de los años 60 concretamente, es decir, de antes de la irrupción de las autoras del “Grupo del 24” (más info sobre esto en la introducción de este post). Me gustaría conseguir más de shōjo antiguo, pero lo cierto es que es muy complicado, ya que, aunque se publicaba mucho material en las revistas de manga desde los años 50, este material raramente se recopilaba en forma de tomo y, por lo tanto, son un tipo de obras que cuesta mucho conseguir hoy en día. Es cierto que se están realizando recuperaciones del manga shōjo “primigenio”, sobre todo, claro está, salido de la pluma de grandes autores (masculinos) de manga como Osamu Tezuka, Shōtarō Ishinomori, Fujio Akatsuka, Kazuo Umezu o Mitsuteru Yokoyama, pero es raro que estas recuperaciones se realicen con material de autores y autoras menos conocidos o aún por reivindicar, como Hideko Mizuno. Esperemos que, con el tiempo, haya editoriales (japonesas, claro) que apuesten por la recuperación de parte de este fondo.
En cualquier caso, el manga que comento esta vez, Honey Honey no bōken (La maravillosa aventura de Honey Honey) es una feliz excepción a todo esto. Primero porque se publicó poco antes del gran “boom” que representó para el shōjo manga la eclosión de las autoras del “Grupo del 24”, sobre todo gracias a La rosa de Versalles, y por lo tanto las mentes empezaban a estar un poco más abiertas a que el manga para chicas era un género más dentro del manga y a que dentro del shōjo manga también había lugar para buenas y originales obras. Segundo porque es obra de Hideko Mizuno, una de las autoras shōjo más conocidas del momento y famosa por ser la única mujer que llegó a vivir en el Tokiwa-sō, los apartamentos del manga, aunque fuera solo por unos meses en calidad de invitada.
Como decía en la reseña de Kaze to ki no uta, se suele decir que el shōjo manga pre-Grupo del 24 “había sido básicamente un subgénero del manga bastante marginal y plano, con historias pueriles y poco elaboradas, destinadas a entretener a las niñas. Historias de chicas desafortunadas, huérfanas, con inmaculados amoríos, suspiros, príncipes azules y estas cosas”. Pues bien, Honey Honey no suteki-na bōken es exactamente esto, aunque en su favor se puede decir que tiene bastante más gracia que la media habitual.
Honey Honey, la protagonista, es una guapa sirvienta en la corte de la princesa austríaca Florel que se ve inmersa en una enorme y divertida aventura que la lleva a dar la vuelta al mundo sin comerlo ni beberlo. Todo empieza cuando Florel organiza una fiesta ante sus numerosos pretendientes y llega el famoso y guapísimo ladrón Fénix para robarle “la sonrisa del Amazonas”, un anillo con una piedra preciosa valiosísima. Lo que son las cosas, el anillo acaba dentro de un pescado, que cae encima de un tejado y que posteriormente se come el gato Mimi (que es el gatito de Honey Honey), tragándose la joya en el proceso. Florel declara entonces que el que le devuelva el anillo podrá casarse con ella.

En el baile de máscaras, la arrogante princesa suelta un “jooo, jo, jo, jo” dramaqueenero ante la desazón de la dulce Honey Honey… Aysh…

Empieza entonces una alocada persecución en plan slapstick con Honey Honey y Mimi en cabeza y Florel y sus pretendientes detrás, con el ladrón Fénix en medio. Así, Honey Honey subirá por pura casualidad a globos, barcos, trenes, avionetas, barcos vikingos, alfombras mágicas y a todo lo imaginable e irá desplazándose por el mundo: Venecia, París, las tierras vikingas, Turquía, Japón, Hollywood, el oeste americano, el Chicago de Al Capone, las cataratas del Niágara, Nueva York, África y de nuevo Austria. Todo en una aventura llena de sobresaltos, nuevos amigos y muchísima imaginación. Y, por supuesto, llena de tópicos: princesitas austríacas, la torre Eiffel, los vikingos, góndolas venecianas, indios y vaqueros, mafiosos de Chicago, caníbales africanos, turcos que parecen sacados de las mil y una noches, samuráis, el Fuji, etcétera. Claro está, no podía faltar el romance con el guapísimo ladrón Fénix, y encima mucho más cuando se descubre que Honey Honey es en realidad la princesa de un pequeño reino ya desaparecido y que Fénix es en realidad su guardaespaldas… Hmmm.
Bueno, se trata de una obra muy simpática y trepidante y, claro está, bastante llena de ñoñería, pero siempre desde el buen humor, lo que se agradece. Al ser solo dos tomos, además, se lee rápidamente y deja un buen sabor de boca. El estilo de dibujo es muy de su época, es decir, muy “tezukiano”, como debe ser, pero también muy gracioso. Mizuno hizo muy buen trabajo con esta obra.
Por cierto, Honey Honey no suteki-na bōken fue adaptada al anime entre 1981 y 1982 en una serie de 29 episodios en la que, al parecer, Honey Honey visita España en su alocado viaje, una visita que no figura en el manga original. Estaría bien ver esta parte para ver cómo sale retratada España. Viendo que Mizuno recurre deliberadamente a los tópicos en todos los países o regiones que visita Honey Honey, probablemente saldrán toreros y flamencas a mansalva. Por lo que veo en la Wikipedia, hay tres episodios en los que seguro está en “la piel de toro” (igual hay más, pero por el título no se puede deducir): son el episodio 15 (La sonrisa de Madrid), el 16 (El fuerte de Gibraltar) y el 17 (El mejor bizcocho del mundo). A ver si alguien los encuentra XD.

Mei-chan no shitsuji (El mayordomo de Mei)

Tuesday, May 12th, 2009
  • Título: メイちゃんの執事 –Mei-chan no shitsuji– El mayordomo de Mei
  • Autor: Riko Miyagi
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Margaret
  • Años publicación: 2006-?
  • Clasificación: shōjo
  • Tomos: 9 (en curso)


Ante todo, mis disculpas a las shōjeras que siguen este blog, puesto que reconozco que en los últimos meses he dejado muy de lado el shōjo por varias circunstancias que ahora no vienen al caso. Pero a partir de ahora mi intención es redimirme en este aspecto y poner un poco más de chicha shōjo en el blog para compensar el gran escoramiento que ha sufrido mi bitácora hacia -básicamente- el seinen en estos meses.
El caso es que últimamente se licencia mucho shōjo en España y, aunque mi intención es estar bastante al día de lo que se cuece en Japón en materia de shōnen, seinen y shōjo, la verdad es que la última vez que fui a Japón, en marzo, casi todo lo que está pegando fuerte allí hoy día ¡ya está licenciado en España!, así que me quedo sin recursos para hablar sobre nuevas series punteras. XD
Pero bueno, siempre me quedan series menores, algún título importante que se hayan “dejado” las editoriales españolas, y sobre todo grandes clásicos, de los que tengo un buen porrón que leer en la pila de “pendientes”. El manga que comento en esta ocasión, Mei-chan no shitsuhi (El mayordomo de Mei), pertenece a la segunda categoría: manga importante en Japón actualmente pero todavía está sin licenciar.
Mei Shinonome es una chica pequeñita y bastante mona que estudia secundaria y que vive modestamente con sus padres en un barrio normal y corriente. Pero un día, sus padres mueren en un accidente de tráfico y se queda sola… Hasta que llega un mayordomo, Rihito Shibata, que le cuenta que su padre era el hijo mayor de la poderosísima y riquísima familia Hongō y que, ahora que no está él, Mei es la heredera de la enorme fortuna cuando muera su abuelo. Un abuelo que ella no conocía hasta entonces y que, pese a parecer un afable ancianito, recibe el apodo de “el monstruo de la era Shōwa (1926-89)”. De hecho, Mei no tenía ni idea de que su padre fuera el heredero de semejante fortuna ni de que en realidad se apellidara Hongō y no Shinonome.
Así, el guapísimo y correctísimo Rihito se hará cargo de ella como mayordomo. Por otro lado, pronto se descubre que su compañero de clase Kento, muy popular entre las chicas y que parece secretamente enamorado de Mei (a pesar de que se mete con ella continuamente) es hermano de Rihito. En el primer tomo, el que he leído, se adivina una historia bastante compleja detrás de un argumento inicial tan simplón de “niña que se queda huérfana, en realidad es heredera de rica familia y viene guapo mayordomo a ocuparse de ella”.
De hecho, este tomo finaliza con Mei teniendo que apuntarse a una escuela de niñas ricas en la que la educarán a ser una “señorita” decente. El caso es que ella acepta porque quiere estar a la altura de su adorado Rihito, de quien empieza a enamorarse (para rabia mayúscula de Kento, claro). Algo muy turbio se entrevé por detrás, ya que en un par de ocasiones atentan contra la vida de Mei y definitivamente el abuelo Hongō y los mayordomos, sobre todo Rihito, se llevan algo entre manos. La verdad, me he quedado con ganas de más, ya que parece que será un manga muy interesante y bien construido más allá de la simple concepción inicial.

Señoritas y mayordomos…

En los últimos años ya sabéis que en Japón se han puesto muy de moda las meido (maid), o sea, las sirvientas, pero entendidas de modo muy sui generis: básicamente, sirvientas de estilo victoriano, con grandes faldas y dulcísimas expresiones, que se ocupan de sus “amos” con el mayor de los mimos (repasad la reseña Maid Café Blossom para más detalles). Pues ya hace algunos años que las chicas también están reivindicando una versión masculina para ellas: los Shitsuji Café o “Café de mayordomos”, básicamente lo mismo que los Maid Café pero con chicos que van de mayordomos y tratan de o-jō-sama (señorita) a las clientas.
Se trata de una cultura que no acabo de entender muy bien, pero bueno, ahí está. Y, por supuesto, de cultura urbana bizarra también ha saltado al formato manga; este, pues, es uno de los títulos más exitosos del nuevo género shitsuji manga (manga de mayordomos). La verdad, qué manía tienen los japoneses con la vida de hiperlujo de estilo europeo… ¡Del siglo XIX! Porque ya me dirás quién tiene ahora sirvientas y mayordomos. Mei-chan no shitsuji ha saltado por cierto a la pequeña pantalla japonesa, pero no en forma de anime, sino de serie televisiva (dorama) que al parecer ha conseguido un éxito notable.
Como curiosidad lingüística, los capítulos del manga se llaman “Ovejita” (o sea, en vez de “Capítulo 1”, ponen “Ovejita 1”) y aparecen ovejas en las portadillas y como adorno en las páginas sueltas en blanco. La razón de esto, según explica la autora en un free talk, es que es un simple juego de palabras puesto que shitsuji (mayordomo) se parece mucho a hitsuji (oveja) y la tontería le hizo gracia. De hecho, el nombre de “Mei” es también un juego de palabras, porque las ovejas balan “meee” en japonés (Mei no se pronuncia tanto Me-I, como Mee). Totalmente intraducible y carne de nota del traductor en las ediciones extranjeras, pero bueno, resulta gracioso.
Otra curiosidad es que el tomo 1 incluye los capítulos (“ovejitas” XD) 1 a 5 y 7 a 8, es decir, se deja el capítulo 6 para el tomo 2. Imagino que el capítulo 6 es autoconclusivo y sin mucha relevancia, ya que la autora explica que prefería que este tomo 1 terminara con el capítulo 8 para darle mayor coherencia a la historia, por lo que escogió quitar el capítulo 6 y ponerlo en el tomo 2 antes que cortar el tomo en el capítulo 7. Y es que al final del capítulo 8 Mei parte con Rihito y Kento hacia la “escuela de señoritas”, la Escuela Femenina Santa Lucía y, efectivamente, es un muy buen momento para cerrar el tomo ya que deja al lector intrigado sobre lo que ocurrirá y le insta a comprar el tomo 2.
Bueno, ahora la incógnita es ver cuándo cae esta licencia en España, ¿no? Que hace tiempo que no amplío la lista de “mangas licenciados” ^_^.

Ryūjin-numa (El pantano del dios dragón)

Friday, May 8th, 2009
  • Título: 龍神沼 –Ryūjin-numa– (El pantano del dios dragón)
  • Autor: Shōtarō Ishinomori
  • Editorial: Fusion Product
  • Revista: Varias
  • Años publicación: Varios (este tomo, 2004)
  • Clasificación: shōjo
  • Tomos: 1


La historia corta que da título a este tomo, dibujada en 1961, está considerada una de las obras más representativas de Shōtarō Ishinomori, el “rey del manga” del cual he hablado en más de una ocasión (referencia: Adivina qué mangaka es, Kikaider y Museo Ishinomori) a pesar de que solo tiene 47 páginas. Sin embargo, por su calidad gráfica y argumental tuvo una gran influencia en muchos autores de manga (sobre todo shōjo). Lo que hizo Ishinomori fue contribuir a sacar el shōjo manga del gueto de princesitas, amoríos y banalidades en el que estaba durante los años 50 para darle un poco más de profundidad. Su idea era imaginar una historia enfocada al público femenino infantil pero que contuviera ingredientes de otros géneros, como el terror o el misterio. Esta fue una línea que siguieron poco después la generación de mangakas del “Grupo del 24” (ver Kaze to ki no uta para más información), las autoras que revolucionaron el shōjo y contribuyeron a hacer de él lo que es ahora. De hecho, Keiko Takemiya ha declarado haber recibido una gran influencia de Ryūjin-numa.
Esta influencia viene, aparte de ser una muy buena obra, del hecho de que Shōtarō Ishinomori la utilizó como ejemplo en su libro de texto Mangaka Nyūmon (1965), o sea “Introducción al oficio de mangaka”, uno de los primeros “cómo dibujar manga” que existieron y que se convirtió en el libro de cabecera de muchísimos aspirantes a dibujantes, algunos de los cuales se convirtieron en profesionales de la siguiente hornada. En Mangaka Nyūmon, Ishinomori despedaza su propia obra y desvela todos sus trucos (close ups, siluetas, perspectivas, planos, ambientaciones, gags, etcétera).
El argumento, tomado de una leyenda de la zona donde nació y se crió el autor, puede parecer bastante anodino a ojos del lector actual, aunque para los lectores de la época fue un verdadero soplo de aire fresco: Ken’ichi llega de Tokio a un pueblo muy rural para ver un festival. La leyenda dice que habita un dios dragón en el pantano cercano y Ken’ichi se siente muy intrigado por la figura de una misteriosa chica vestida de blanco que se aparece como si fuera un fantasma en las cercanías del pantano. En fin, la historia va transcurriendo hasta que Ken’ichi descubre que el alcalde y el sacerdote sintoísta del pueblo están conspirando para hacerse ricos a costa de los demás. Al final de la historia, el dragón (la misteriosa chica vestida de blanco) amenaza con matarles, pero Ken’ichi se lo impide.

Este relato representó un hito en la historia del manga.

Este libro, publicado en 2004 por la editorial Fusion Product, se complementa con material muy interesante de Shōtarō Ishinomori. Además de la historia Ryūjin-numa (El pantano del dios dragón) que se hizo tan famosa, el tomo contiene también una versión prototipo de la misma, Ryūjin numa no shōjo (La chica del pantano del dios dragón), de 1956, la segunda obra que dibujó después de haberse mudado a en Tokio, a los famosos apartamentos Tokiwa-sō. Existe una enorme diferencia entre la primera versión (trazo infantiloide, historia precipitada, solo siete páginas) y la segunda, de 47 páginas, en la que vemos a un autor mucho más maduro. Resulta muy interesante compararlas.
El tomo contiene también varias obras curiosas y algunas de corte autobiográfico, como la entrañable Ogawa no medaka (Los peces del riachuelo), en la que el propio Ishinomori intenta educar a sus hijos en los valores de la naturaleza porque teme que vayan por el mal camino. Asimismo, también podemos leer Dekoboko conbi, Fujiko Fujio-den (La historia de Fujiko Fujio, un dúo singular), que es una especie de biografía-homenaje de Fujiko Fujio (ex inquilinos de Tokiwa-sō y autores de Doraemon, Hattori el ninja y tantas otras, que posteriormente se separaron y se hicieron conocer como Fujiko F. Fujio y Fujiko Fujio A), narrada a través de una conversación entre los tres.
Más historietas que podemos leer son Fujimoto-shi no kakikata (Cómo dibujar a Fujimoto), una sola página en la que enseña a dibujar una caricatura de Hiroshi Fujimoto, más conocido por el apodo de Fujiko Fujio A, y Boku no Norakuro (Mi Norakuro), sobre la relación de infancia de Ishinomori con el famoso manga de preguerra Norakuro.
Aparte, el tomo se termina de complementar con varios textos cortos escritos por el mismo Ishinomori o bien por especialistas en él. Casi todos son muy interesantes, aunque destacaría uno de Ishinomori donde cuenta el origen de la expresión “el dios del manga” referida a Osamu Tezuka. Se ve que una vez entrevistaron a Ishinomori para un periódico y en el titular pusieron “Shōtarō Ishinomori, el rey del manga”. Poco después de eso, Tezuka e Ishinomori coincidieron en una fiesta y Tezuka, que aparte de ser un genio se lo tenía bastante creído y no llevaba muy bien la competencia, se acercó inmediatamente a él y le dijo “oye, Onodera -apellido real de Ishinomori-, si tú eres ‘el rey del manga’, ¿entonces yo qué soy?”. Cuenta Ishinomori que se quedó absolutamente helado y solo acertó a decir “pu-pu-pues el dios del manga”. Tezuka se marchó sin replicar, visiblemente satisfecho.

Attacker You! (Juana y Sergio)

Friday, November 14th, 2008
  • Título: アタッカーYou! -Attacker You- (Juana y Sergio)
  • Autor: Jun Makimura (dibujo) / Shizuo Koizumi (historia original)
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Nakayoshi
  • Años publicación: 1984
  • Clasificación: shôjo, deportivo
  • Tomos: 3

En mi incesante búsqueda entre los clásicos más clásicos del manga para encontrar verdaderas joyas (un viaje en el que desde hace casi un año me acompañáis gracias a este blog), es natural tener interés por obras de manga relacionadas con animes que se hicieron extremadamente populares en las televisiones españolas. Attacker You! es uno de estos casos, aunque es curioso en el sentido de que no es una serie especialmente popular en Japón (ni el manga ni el anime), pero su versión televisiva generó un verdadero boom a principios de los 90 cuando fue emitida en Italia, Francia y España con el título de Dos fuera de serie o Juana y Sergio. Y también es curioso en el sentido de que, en este caso, primero fue una novela basada en una historia real (obra de Shizuo Koizumi) y luego, paralelamente, se creó el anime y el manga al mismo tiempo.
Attacker You! no es un manga demasiado original si pensamos que antes hubo otra obra en Japón con la misma temática que sí se hizo extremadamente famosa: Attack Nº 1 (hasta en el nombre se parecen). Así, en Japón imagino que Attacker You! no es especialmente considerada debido a que no es más que una copia de un manga anterior, del mismo modo que los muchos manga de fútbol que surgieron a la estela de Capitán Tsubasa (Campeones / Oliver y Benji) no son ni de lejos tan populares como el original (por muy buenos -hasta mejores- que sean).
En fin, debo decir que no vi la serie en su momento cuando la emitieron por la tele, aunque sí que recuerdo haber visto trozos sueltos; ese acaramelamiento shôjo no iba en absoluto con mis ganas de hostias “dragonballeras” o de risas “doctorslumperas”. Por lo que, francamente, no recuerdo en absoluto nada de esta serie más que de que iba de voleibol, que los protagonistas se llamaban Juana y Sergio, y que la canción de opening era lo más pegadizo del mundo mundial.
En fin, el manga consta solo de tres tomos. Mejor dicho, de dos tomos y medio, puesto que el medio tomo restante para completar el tercero lo ocupa una historia de piratas a lo Errol Flynn en plan shôjero. Y me ha sorprendido porque francamente se hace muy ameno de leer, ya que tiene un desarrollo muy rápido y muy dinámico y no se hace nada pesado. Eso sí, acostumbrado a los manga kilométricos en los que un partido puede durar tres tomos enteros, que se pulan un torneo de varios partidos en solo medio tomo, por un lado deja una sensación rara y por el otro resulta hasta refrescante. Imagino que el hecho de que el manga se publicara paralelamente a la emisión del anime por la tele tiene que ver con esto y que Jun Makimura, la mangaka, posiblemente tuvo que tomar atajos en el manga para poder seguir el ritmo del anime.

Contrariamente a lo que se podría pensar, este es primordialmente un manga de acción

A lo que íbamos: la protagonista del manga es Yû Hazuki (de ahí el “You” del título, un juego de palabras entre el nombre de la prota y el pronombre inglés para “tú”), una chica alta y desgarbada que nada más empezar la historia llega a una nueva escuela. Ahí, sin comerlo ni beberlo, acaba metida en el club de voleibol al que, tras sufrir los típicos rifirrafes tan frecuentes en los gakuen manga con las veteranas del equipo, se acaba incorporando al mismo y, a pesar de que al principio no tenía ni idea de voleibol, muy rápido se acostumbra y llega a ser la “ace” del equipo en tiempo récord. En fin, en medio de todo esto está un chico llamado Sô, que le da cuatro consejos mal dados; la típica rival “inalcanzable” a la que la protagonista perseguirá y a la vez admirará para algún día poder vencerla, que en este caso se llama Eri Takigawa; y la compañera de equipo que al principio es una borde y luego se convierte en gran amiga y aliada en la cancha, que aquí se llama Nami Hayase.
El manga se centra sobre todo en el voleibol y deja mucho de lado todo lo demás. Así, el chico (Sergio, para que nos entendamos) apenas tiene un papel significativo en el manga y la evolución de Nami en su relación con Yû (primero tensa y beligerante y luego amistosa) es realmente rápida y poco trabajada. Aunque esto, como he dicho antes, nos proporciona un manga deportivo realmente trepidante. Ahora sí, los que busquen el acaramelamiento del anime de Juana y Sergio se sentirán defraudados, puesto que aquí la mangaka va al grano y despacha rápidamente las relaciones interpersonales de los personajes en favor de la acción en la cancha.
Curiosamente, el manga contiene algunas explicaciones y consejos para jugar al voleibol en forma de comentarios a pie de página y viñetas sueltas con diagramas y dibujos explicativos. En fin, una curiosidad más del mundo del manga, y uno de los pocos anime que en Japón no funcionaron del todo bien y en cambio en el extranjero (sobre todo en Francia, pero también en Italia y España) se convirtieron en un verdadero boom.