El blog de Marc Bernabé

Yamataika

Tuesday, January 15th, 2013
  • Título: ヤマタイカ –Yamataika–
  • Autor: Yukinobu Hoshino
  • Editorial: Ushio Shuppansha
  • Revista: Comic Tom
  • Años publicación: 1986-1991
  • Clasificación: misterio, aventuras, mitología
  • Tomos: 6

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Si seguís este blog desde hace algún tiempo, conoceréis bastante bien mis gustos respecto a manga, y sabréis también que tengo algunos autores predilectos muy concretos. Yukinobu Hoshino es uno de ellos, hasta el punto de que la reseña sobre el profesor Munakata (Munakata kyōju ikōroku, Crónicas sobre pensamientos distintos del profesor Munakata) fue la segunda que publiqué en este blog, hace ya un poco más de 5 años.

Después de terminar con Cross Game, tocó elegir con qué ponerse a continuación. Primero me puse al día con algunos mangas que leo a la par que salen tomos, como Shingeki no kyojin o Vagabond, y terminar algunos que había dejado a medias, y después llegó el momento: ¿qué serie elijo ahora? Tenía Yamataika a mano desde hacía muchísimo tiempo, pero me daba cierta pereza, sobre todo después de haber pasado un tiempo leyendo obras tan “light” como las de Mitsuru Adachi, que se leen casi sin darte cuenta y que te entretienen un montón. Hoshino, lo sé por experiencia, es un autor apasionante, pero es bastante más denso y en algunos pasajes incluso puede llegar a aburrirte.

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Aventuras modernas mezcladas con historia antigua.

No lo tenía muy claro, pero bueno, empecé con Yamataika y abrí las primeras páginas: enseguida la historia me enganchó y me pulí el primer tomo ese mismo día. Me pasó lo mismo que con las historias del profesor Munakata: Hoshino me transportó a un mundo de misterios ancestrales, de teorías sobre historia antigua, yacimientos, mitología y objetos arcanos, que simplemente me enganchó.

Yamataika sigue los pasos del profesor Atarai hasta el archipiélago de Okinawa, donde se celebrará una ceremonia, el festival Yamataika, reservada solo a las mujeres sacerdotisas de la pequeña isla de Kudaka. Atarai tiene la teoría de que fue allí donde las sacerdotisas de la reina Himiko del reino de Yamatai fueron a parar después de salir del archipiélago japonés (hechos narrados en los textos ancestrales Nihon Shoki y Kojiki). El manga entonces nos presenta una historia con mucha fantasía y misticismo (no nos vamos a engañar), pero mezclada con muchísimas y fascinantes informaciones sobre aspectos históricos y mitológicos, que resultan muy educativos y didácticos siguiendo los pasos de la sacerdotisa Miwako Izawa, supuesta reencarnación de Himiko .

Lo mejor

  • Argumento interesante, con el que puedes aprender muchísimo.
  • Consigue enganchar al lector.

Lo peor

  • Un poco anticuado tal vez, sobre todo en el aspecto de dibujo (que me parece excelente, pero se nota un poco añejo).
  • Un poco denso.

Soil

Tuesday, January 8th, 2013
  • Título: Soil
  • Autor: Atsushi Kaneko
  • Editorial: Enterbrain
  • Revista: Comic Beam
  • Años publicación: 2003-2010
  • Clasificación: misterio
  • Tomos: 11

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Hacía bastante tiempo que me llamaba la atención esta obra, más que nada por la portada y el título, en inglés, y tan grande, y por verla a menudo destacada en las librerías japonesas. No ha sido hasta hace poco. sin embargo, que he podido conseguir el primer tomo y leerlo, así que aquí va la reseña.

Soil New Town es una urbanización de relativamente reciente creación, un dinosaurio de los locos años de la construcción japonesa, la famosa “época de la burbuja” (bubble jidai) de los años 80. A pesar de que nunca se llegaron a construir los centros comerciales y otras instalaciones prometidas, la urbanización, situada bastante lejos de la gran ciudad, tiene una población estable con, en apariencia, excelentes relaciones vecinales.

Sin embargo, una noche ocurre algo extraño: la familia Suzushiro, aparentemente modélica, desaparece sin dejar rastro. La comida está puesta en la mesa y todo parece indicar que la desaparición se produjo en medio de la más absoluta rutina de la familia, pero en la habitación de los niños se descubre una enorme columna de sal. Por otro lado, se descubre también que el patio del colegio ha quedado invadido por una enorme montaña también de sal, en cuya cima se encuentra… El corazón ensangrentado del hámster de los Suzushiro.

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Un dibujo peculiar, sí, pero envolvente e inquietante.

Un misterio muy “a lo David Lynch” que los detectives de la comisaría de policía de la ciudad más cercana (el jefe Yokoi, obsesionado con sus olores corporales; y la torpe y desarreglada agente Onoda) tendrán que esclarecer, a la par que van escarbando en la aparente idílica vida de Soil New Town para descubrir que, bajo esa pátina de “vecinos modélicos” se encuentra bastante mierda…

No esperaba gran cosa de este manga, y al abrirlo me desconcertó muchísimo el dibujo, muy poco “manga” (para que luego definan el manga japonés en términos de “estilo de dibujo”, vamos), así como la historia, totalmente adictiva y extraña. La verdad es que es una grandísima obra y me he quedado con ganas de más, de saber cómo Kaneko va desentrañando el misterio de Soil New Town y nos va quitando poco a poco las máscaras de los aparentemente afables vecinos de la urbanización…

Lo mejor

  • Un argumento sorprendente y adictivo.
  • Personajes variados y originales.
  • Un estilo de dibujo muy peculiar, más cercano a la ilustración clásica americana que al manga.

Lo peor

  • El estilo de dibujo hará desistir a muchos compradores potenciales que buscan “manga”.
  • Precisamente por el tema del estilo, y sabiendo que el público español compra mucho “por los ojos”, es difícil que esta obra llegue a nuestro país.

Jun

Thursday, January 3rd, 2013
  • Título: ジュン –Jun–
  • Autor: Shōtarō Ishimori
  • Editorial: Mushi Pro
  • Revista: COM
  • Años publicación: 1968
  • Clasificación: alternativo, raruno
  • Tomos: 1

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Conocemos a Shōtarō Ishinomori (antes “Ishimori”) por muchos motivos: es considerado el “rey” del manga (solo tiene por encima al “dios” Osamu Tezuka); posee el récord Guinness de autor de cómic más prolífico del mundo; es el creador de personajes tan icónicos como los cyborgs de Cyborg 009 o el motorista enmascarado Kamen Rider; también es pionero del campo del manga didáctico, con su Historia de Japón en manga o su Nihon keizai nyūmon (Introducción a la economía japonesa / Japan, Inc.); entre muchas otras facetas…

Ishimori fue también una enorme influencia entre cientos, miles de dibujantes, que conformarían la siguiente generación de autores de manga: los que debutarían sobre los años 70. Primero, porque creó uno de los primeros (si no el primer) manuales de “cómo dibujar manga” (Ishimori Shōtarō no mangaka nyūmon, Introducción al oficio de mangaka por Shōtarō Ishimori) y segundo porque hizo muchísimos experimentos gráficos dentro del medio del manga que contribuyeron a hacerlo evolucionar considerablemente. En español, por cierto, podéis tener una primera toma de contacto con este autor, y su grafismo y manera de narrar, con la excelente Hokusai (EDT, 2012).

Lo que no es muy conocido, ya que parece ser una obra bastante olvidada, es el extremo al que llegó con la experimentación gráfica en la obra Jun, publicada a finales de los años 60 en la mítica revista COM fundada por Osamu Tezuka. De hecho, yo desconocía la existencia de esta historia hasta hace pocos años, cuando leí alguna referencia a ella en algún libro. No recuerdo cómo fue, pero rápidamente procuré conseguir la obra: cómo no, en su edición original, de formato A4, con cajita de cartón protector, tapa dura y excelente encuadernación e impresión, de 1968.

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Un ejemplo (doble página) del tipo de grafismo que podemos encontrar en las páginas de Jun.

Jun es una obra extremadamente experimental, sin aparente hilo conductor, protagonizada por un chico llamado Jun, que se entiende que es un alter ego del autor. Es una especie de recopilación de poesías en formato manga, con fuerte componente gráfico (ya que hay muy poco texto) y muchísima experimentación de todo tipo. Gráficamente es apabullante, aunque el contenido es directamente incomprensible en la mayor parte de las ocasiones (al menos para mí…). Creo que Ishinomori quería transmitir sensaciones y no contar ninguna historia, y lo consigue, al menos parcialmente.

La obra, como digo, se publicó en las páginas de la revista COM fundada por la empresa Mushi Pro de Osamu Tezuka, y se dice que, en una ocasión, este la criticó duramente con las palabras “esto no es manga ni es nada” (y, de hecho, personalmente creo que Tezuka tenía razón, porque no hay una historia en Jun, sino una sucesión de imágenes evocadoras sin demasiados vínculos entre sí).

Al parecer, Ishinomori se ofendió muchísimo con estas declaraciones, hasta el punto de desistir de seguir publicando su obra en la COM, pero Tezuka le pidió personalmente perdón e Ishinomori, como buen admirador y seguidor del gran maestro, aceptó las disculpas y siguió publicando la obra (que por cierto fue galardonada con el Premio Manga Shōgakukan). Tezuka era un hombre muy competitivo y envidioso del talento ajeno, y claramente Ishinomori estaba demostrando tenerlo a raudales, por lo que seguramente no llevó muy bien que un joven como ese le estuviera dando “sopas con honda” en lo referente a inventiva.

Jun, por cierto, fue un excelente campo de pruebas para poner en acción recursos gráficos que Ishinomori utilizaría más tarde en otras obras, como por ejemplo la excelente (¡impresionante!) Sabu to Ichi torimono hikae (Notas de los arrestos de Sabu e Ichi).

Lo mejor

  • Experimentación gráfica a palo seco, brutal y evocadora.
  • Una gran edición para ser de 1968, con páginas a color entre medio y todo lujo de detalles.

Lo peor

  • No hay hilo conductor y la mayoría de las historias resultan directamente incomprensibles.
  • En mí no ha despertado demasiadas sensaciones, la verdad. Sí, algunos recursos gráficos son impresionantes y el libro es todo un lujo visual, pero nada más que eso.

Neji-shiki (La espita) y Akai Hana (Flores carmesíes)

Monday, December 31st, 2012
  • Título: ねじ式 –Neji-shiki– (La espita) / 紅い花 –Akai Hana– (Flores carmesíes)
  • Autor: Yoshiharu Tsuge
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Garo
  • Años publicación: 1965-1984
  • Clasificación: alternativo
  • Tomos: 2

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Esta no es la primera reseña de obras de Yoshiharu Tsuge que realizo en este blog, por lo que, como estoy seguro de que me repetiría bastante si me pusiera a escribir tal cual, prefiero que leáis antes, aunque sea por encima, los posts sobre El hombre sin talento y la scanlation de Neji-shiki (cuyo enlace de descarga, por cierto, vuelve a estar activo después de muchos meses sin funcionar debido al “asesinato” de MegaUpload, ¡aprovéchalo!).

Hace ya unos diez años que descubrí a Tsuge. Fue a raíz de una convención Europa-Japón en Osaka, cuya temática era, ese año, el mundo del cómic. A mí me ofrecieron participar como ponente para contar el caso español, y acepté, por supuesto, de muy buen grado. Di mi charla y, en la cena posterior de los diferentes invitados pude conocer a varios expertos japoneses en manga, que previamente, en el simposio, habían hablado sobre una serie de cómics japoneses destacables. El nombre de Tsuge había salido varias veces y yo, ignorante de mí en esa época, no lo conocía, así que estuve hablando con ellos sobre el autor y, en cuanto pude, me pasé por una librería y me compré estos dos libros que reseño aquí.

Akai hana y Neji-shiki son dos libros de bolsillo de unas 300 páginas cada uno, pero podría perfectamente ser solo uno de 600, ya que ambos recopilan las historias cortas que han hecho de Tsuge el autor mítico que es actualmente. Aunque Tsuge debutó mucho antes como profesional, y creó numerosas obras para el mercado de las kashihon’ya, sobre todo de temática ninja y samurái, no fue hasta la segunda mitad de los años 60 que despuntó, sobre todo a partir de 1967 y hasta 1973 aproximadamente –el verdadero cenit de su carrera–. Estos dos libros, pues, recopilan la mayor parte de las historias cortas de esta época.

Se trata de historias, presentadas en su mayoría en la mítica revista alternativa Garo, con un alto contenido de melancolía, tristeza, e incluso surrealismo. Algunas de ellas, como las propias Akai hana y Neji-shiki, son directamente absurdas, como representaciones en forma de cómic de sueños, casi pesadillas. Invariablemente, la sensación que estas historias dejan en el lector llega a ser profunda: son historias que, en el momento de leerlas, te dejan con un WTF enorme (de nuevo, recomiendo encarecidamente descargar y leer su historia más conocida, Neji-shiki (La espita) y lo entenderéis), pero que conforme pasa el tiempo van calando y posándose en la memoria, dejando allí una impronta difícil de definir y que raramente permanece al leer o visionar una obra de ficción (a mí solo me ha pasado con cosas muy concretas, como Blade Runner). No sé, al menos a mí me produce esta sensación, y a juzgar por la fama que tiene Tsuge entre los lectores más gafapastas japoneses (gafotakus) y la “élite intelectual” nipona, no soy el único.

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“La familia Lee”, una historia sobre una familia de origen coreano que deja una sensación extraña en el cuerpo.

Es fácil dejarse llevar por las palabras de los grandes críticos que ensalzan a Tsuge como genio y mandan a sus obras, sobre todo a Neji-shiki, al Olimpo de los mangas más extraordinarios de todos los tiempos, y caer en la trampa de ensalzarlo a tu vez sin entender sus historias. Yo intento no caer en esa trampa; de hecho, no entiendo muy bien el mensaje que quiere transmitir el autor (si es que quiere “transmitir” alguno, claro está, que conociendo a los japoneses es dudoso), pero lo que sí sé es que Tsuge deja una fuerte sensación mí: una sensación de desasosiego, de soledad y hasta de “frío”, que me cuesta muchísimo describir pero que espero que hayáis, más o menos, entendido a través de estas palabras.

En estos dos libros (editados en 1994), como digo, se recopilan las 27 historias cortas más conocidas e influyentes de Yoshiharu Tsuge, entre las que destacan joyas como Numa (Pantano, 1966, la historia que “inauguró” la corriente de historias extrañas y surrealistas que tan conocido han hecho a Tsuge), Chiiko (1966), Umibe no jokei (Escena costera, 1967), Lee-san ikka (La familia Lee, 1967), Mokkiriya no shōjo (La chica del Mokkiriya, 1968), Gensenkan shujin (El amo del Gensenkan, 1968), o Yanagiya shujin (El amo del Yanagiya, 1970), aparte de las que dan título a sendos libros, Akai hana (Flores carmesíes, 1967) y, sobre todo, Neji-shiki (La espita, 1968).

Lo mejor

  • Recopilación bastante completa de lo más conocido y representativo de Tsuge.
  • Dibujo detallado y personajes bastante simples, bastante al estilo de Shigeru Mizuki (del que Tsuge fue ayudante durante un tiempo, por cierto).
  • Ese desasosiego que deja en el cuerpo. Increíble.

Lo peor

  • Algunas historias son directamente raras e incomprensibles. El lector no avezado puede sentir rechazo o pensar lo típico de “¿y este es el tan cacareado Tsuge? Pues vaya mierda”.
  • El autor, a priori, no permite que sus obras se publiquen fuera de Japón, por lo que en este aspecto es muy complicado poder leer algo de Tsuge en nuestro idioma.

Utsurundesu. (Contagioso.)

Friday, December 28th, 2012
  • Título: 伝染るんです。 –Utsurundesu.– (Contagioso.)
  • Autor: Yoshida Sensha
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comic Spirits
  • Años publicación: 1989-1994
  • Clasificación: humor, yon-koma
  • Tomos: 5

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Conocí este manga hace ya más de diez años, cuando un amigo de la oficina de preparación del Mundial de Fútbol 2002 en la que trabajaba en ese momento, en Yokohama, me la prestó.

Me encantó leerla en ese momento y ahora, después de tantos años, he decidido releerla y me he partido como el primer día (ventajas de tener una memoria bastante deficiente para estas cosas). Utsurundesu es uno de los clásicos del manga de humor absurdo, y es que realmente sus gags tienen poco sentido aunque, eso sí, hacen reír muchísimo. Como me cuesta mucho describir el tipo de humor que destilan sus páginas, he decidido poner un par de ejemplos para que se cumpla aquello de “más vale una imagen que mil palabras”.

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Es solo una tontería… / ¿Hasta qué punto es una tontería? / Hasta el punto de que no puede serlo más. / Ah… Pues bueno. / Qu.. Qué tontería…

 

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Ni se lo imaginan… / ¡Nadie puede imaginarse que no llevo fideos aquí, sino la estatua del Pensador…! / ¡¡Es que ni idea, vamos!!

Como veis, es un humor muy peculiar, muy japonés también podríamos decir, pero que sin embargo cala bastante hondo. Muchos gags son incomprensibles si uno no tiene un conocimiento bastante profundo de la sociedad y modo de ser de los japoneses actuales, por lo que una posible edición extranjera tendría que tener casi más notas de traducción y culturales que texto traducido en sí. En su momento, esta obra tuvo una gran repercusión y éxito en Japón, hasta el punto de que se realizó un videojuego y un anime y, recientemente, en 2009, de nuevo fue adaptado, esta vez en forma de anime para móviles y también en imagen real… El resultado lo desconozco, pero puede ser una cosa realmente rocambolesca.

A pesar de todo, a mí me encanta esta obra y, de paso, las obras de Yoshida Sensha en general (como la que reseñé hace poco). Son realmente absurdas, pero consiguen arrancarme una sonrisa.

Lo mejor

  • Un humor muy raro, pero que consigue arrancar sonrisas a menudo.

Lo peor

  • Imposible, o casi imposible, una adaptación a idioma occidental, más que nada por razones culturales.