El blog de Marc Bernabé

Más sobre KochiKame

Saturday, February 16th, 2008
No sé si debido a mi post de KochiKame de hace unas semanas o a la casualidad, en algunos foros se ha comenzado a hablar sobre la posibilidad o no de que una editorial saque en España este manga. Evidentemente, como decía en ese post original, editar íntegramente KochiKame es una temeridad mayúscula, primero por la cantidad de tomos de que consta (158 y contando), segundo porque es una serie muy “japonesa”, tercero porque algunos episodios se basan en cosas de actualidad japonesa y según qué temas ya están más que pasados de moda (recuerdo que sobre el tomo 110 y pico hay un capítulo dedicado a qué es mejor, si los sistemas de teléfono móvil o los sistemas PHS – años después, el PHS está prácticamente en desuso), etc.
Pero existen alternativas que hacen factible una hipotética edición parcial de KochiKame, de forma similar a lo de Golgo 13 (serie de 150 tomos y contando, de la cual Glénat sacó un “Best of”en 2 tomos de 1200 páginas en total). En casa tengo estos cuatro ejemplos, pero conociendo el tirón de esta serie en Japón, seguro que hay muchos más. Amigos editores, si os pasáis por aquí tomad nota, por favor. Ahí van:

1. KOCHIKAME SENRYÔBAKO
Año: 2005 / Páginas: 259 / ISBN: 4-08-873725-3

Para mí, la mejor opción y la más fácil de cara a negociar con la editorial japonesa por ser muy reciente. Se trata de un tomo unitario de tipo Kanzenban (“edición completa”, es decir, tamaño grandecito, papel de calidad superior, algunas páginas a color, igual que las ediciones de Planeta de Dragon Ball o Marmalade Boy o las de Glénat de Fushigi Yûgi -català- o la futura de Rurôni Kenshin). Aquí se recopilan las mejores historias (no se especifica según el criterio de quién) de los primeros 30 años de vida de la serie. Una de las historias, quizás la más famosa, de titulo El día que desaparecieron las chimeneas fantasma, ha recibido el trato especial de ser coloreada íntegramente para este libro. El punto flaco es que muchas de las historias son de las de la infancia de Ryôtsû, las que explotan el factor natsukashii (nostalgia) que tanto gusta a los japoneses en plan “ah, qué buenos viejos tiempos eran aquellos”. En Japón funciona muy bien el factor nostalgia, pero no creo que en España los lectores se emocionen mucho al recordar “aquel día de 1964 en que derribaron las cuatro chimeneas de la central eléctrica de Tokyo Denryoku en Senju”, más que nada porque dudo que nadie sepa nada sobre esas chimeneas. Las historias de la infancia de Ryôtsû me gustan bastante porque aprendo muchas cosas sobre la Tokio de los años 60, pero son las más aburridas para el lector occidental desde mi humilde punto de vista.

2. KOCHIRA KATSUSHIKA-KU KAMEARI KÔEN-MAE HASHUTSUJO
-DOKUSHA GA ERABU KESSAKUSEN- TOKUBETSU CHÛMON
Año: 1996 / Páginas: 249 / ISBN: 4-08-852690-2

Otra gran opción de tomo unitario con “lo mejor de”, esta vez totalmente en blanco y negro y con el mismo tamaño y calidad (malilla) que un tomo normal tipo shônen. Es este caso, se especifica que es la elección de los lectores, por lo que volvemos a encontrar unas cuantas historias de la infancia de Ryôtsû, pero menos que en el tomo que he presentado en el punto 1. Este tomo se publicó con la intención de presentar las 10 mejores historias de los 20 primeros años de la serie. La mala suerte es que algunas se repiten respecto al tomo del punto 1, pero solamente son dos (una de ellas, la de las chimeneas de las narices, pero esta vez en el blanco y negro original). Este tomo no lo he visto en librerías normales, pero curiosamente siempre está presente en las librerías de los aeropuertos, ya que es una gran opción para leer durante un vuelo.

3. KOCHIKAME ’82
Año: 2001 / Páginas: 183 / ISBN: 4-08-106118-1

Esta colección me parece muy interesante por su contenido, tal vez la más interesante de todas, pero creo que será muy difícil de licenciar si alguien se lo propone. Me explico: yo sólo tengo el tomo cuya portada pongo aquí, pero por lo visto forma parte de una colección de “lo mejor de KochiKame de cada año”, siendo este tomo el correspondiente a 1982. Si se editó en 2001, entonces cabe suponer que la colección tendrá unos 23-24 volúmenes si no la han ampliado desde entonces. El tema es que es casi imposible obtener más información sobre esta colección. En Japón, existe un mercado secundario para el manga que consiste en realizar recopilaciones en calidad malísima (papel malo, cubiertas de cartón blando sin sobrecubiertas, etc), pero muy-muy baratas. Estas recopilaciones se venden sobre todo en los llamados convini o “tiendas de conveniencia”, ubicuas en todo el archipiélago japonés. Así, este tomo lo compré en un convini una vez, supongo que para amenizar un viaje en tren o algo así. Estos tomos no se consideran colecciones como tales, sino revistas, por lo que no aparecen en bases de datos y no hay ni rastro de ellos en la web de Shûeisha, por lo que, a menos que se pregunte a la editorial Shûeisha, es imposible saber cuántos tomos son, y también es complicadísimo encontrarlos de segunda mano (ya que este tipo de tomos son para “leer y tirar”, básicamente, y en las tiendas de segunda mano apenas se encuentran).
Sin embargo, una colección de 20-25 tomos de KochiKame con lo mejor de cada año no estaría nada mal, ¿verdad? Desde luego, mucho menos arriesgado que la serie regular de 158 tomos…

4. KOCHIKAME TSUKIGIME
CHÔ SELECTION

Año: 2004 / Páginas: 187 / ISBN: No figura (??)

Otro de esos tomos de convini de los que hablaba en el punto 3. Para mí es la peor opción de las cuatro. El título sugiere que era una colección mensual (tsukigime significa “cada mes”) y éste era el correspondiente a diciembre, como se puede deducir de la portada. Estaría muy bien si fuera una colección de 12 números con historietas referentes a cada mes del año, y que por ejemplo ésta de diciembre incluyera historias sobre la Navidad en Japón y otras cosas interesantes que ocurren en esas fechas (Comiket, Jump Festa, fin de año, cumpleaños del Emperador, etc.). Pero no, se trata de una recopilación de historias y punto, sin ningún tema principal en concreto. Qué oportunidad más mal aprovechada, ¿verdad?

5. CHÔ KOCHIKAME

De este libro no pongo ISBN ni nada, porque no lo considero apto para ser publicado en España (imposible, debido a las muchas ilustraciones de muchos autores que hay, y que conociendo a los japoneses, se debería obtener permiso de toooodos y cada uno de ellos, ¡urgh!), pero es una curiosidad muy interesante. Es un libro de tamaño A4 de 325 páginas, varias de ellas a color, con un CD-ROM de regalo, que fue editado en 2006 para conmemorar el 30º aniversario de KochiKame. Está repleto de datos sobre la serie, entrevistas al autor, etc. Lo más curioso de todo es que hay varias historias de crossover, de KochiKame con alguna otra serie famosa. Concretamente, con Golgo 13 (la serie de más tomos –KochiKame– contra la más longeva –Golgo 13-), con Lupin III, con Musculman (anda que no), con Dragon Ball (Ryôtsû contra Freezer ^_^!!) y un “súper remix” delas cinco series de humor de la Shônen Jump en ese momento (KochiKame, Bobobo, Pyu to fuku Jaguar, Taizô Mote King Saga y Maison du Penguin). También hay un montón de ilustraciones de KochiKame realizadas por mangakas famosísimos, y sus mensajes de felicitación. Si queréis ver a Ryôtsû dibujado por Tite Kubo, Masashi Kishimoto, Tetsuo Hara, Kôsuke Fujishima, Hiromu Arakawa, etc., sólo lo encontraréis aquí.

Además, en este libro salen también los recopilatorios de KochiKame, y hay dos que yo no tengo y que deberían figurar también en este post por puro completismo:
6. KOCHIRA KATSUSHIKA-KU KAMEARI KÔEN-MAE HASHUTSUJO -SHITAMACHI FUNSENKI- Recopilatorio de lo mejor de los 10 primeros años de la serie.
7. EDICIÓN DE BOLSILLO (BUNKO-BAN). De 26 tomos, recopila lo mejor hasta el tomo 80 de la serie regular, y cuenta con una “secuela” de 4 tomos más. Existe una tercera colección de bolsillo, pero recopila íntegramente los tomos 81 a 100 en un total de 10 volúmenes (no es una selección, sino todo el material).

En fin, ya nadie tiene excusa para no editar algo de KochiKame en España. No creo que una hipotética editorial se forrara con esta serie, pero puede ser una buena curiosidad, ¿no? Además, contando con el apoyo del anime que se emite en varias cadenas autonómicas, seguro que no se vende mal del todo.

Neko de gomen! (¡Soy una gata, perdón!)

Monday, February 4th, 2008
  • Título: 猫でごめん! (Neko de gomen!) -¡Soy una gata, perdón!-
  • Autor: Akane Nagano
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Shônen Magazine
  • Años publicación: 1989-1993
  • Clasificación: Shônen, comedia romántica
  • Tomos: 8

A esta serie le tengo un cariño especial porque fue uno de los primeros tomos de manga que tuve jamás. Recuerdo que lo compré mucho antes de empezar a estudiar siquiera japonés, porque lo encontré muy barato en una caja en la que saldaban material de importación en una tienda de Barcelona (creo que era Norma, pero no estoy seguro). Era el tomo 7 y todavía lo guardo como trofeo. Más tarde, creo que en Kioto durante mi época de estudiante de intercambio (1999-2000, buf, ¡cuántos años hace de eso ya!), encontré el primer tomo y me lo compré.
No sé, el título del manga me caía muy bien y además, por poco japonés que sepas puedes entenderlo (neko = gato; gomen = perdón), pero por circunstancias de la vida nunca lo había leído. En Kioto compré muchos tomos y mi nivel no me permitía leer demasiado rápido, así que muchos tomos de los que compré entonces no pude leerlos en su momento. Luego, una mudanza y otra etapa, esta vez de cuatro años, en Japón, hicieron que estos tomos quedaran en cajas en el sótano de mi abuela. Por fin, hace relativamente poco conseguí hacer realidad mi sueño de tener una biblioteca donde guardar los tomos de forma ordenada y pude rescatar todo ese material, entre el que se encontraba este tomo 1 de Neko de gomen!, que finalmente me decidí a leer.
Cada generación en el manga tiene a uno o dos autores fetiche, del cual muchos de los demás autores imitan el estilo. Por ejemplo, en los 50 y 60 todo el mundo imitaba el estilo Tezuka, mientras que en los 70 el estilo épico del gekiga, encarnado en obras legendarias como Ashita no Joe y Kyojin no hoshi, hizo mella en el manga. En los 80, fueron sobre todo Rumiko Takahashi y Mitsuru Adachi quienes dejaron su impronta, mientras que las generaciones actuales de dibujantes shônen copian descaradamente el estilo de Akira Toriyama, hasta el punto de que la Shônen Jump, con el permiso de series como Kochikame, presenta a una serie de clones de Dragon Ball tras otra. Esto no es necesariamente malo, que quede claro, que soy el primero que disfruta con Bleach y con Naruto.
El manga shônen ochentero me encanta, sobre todo en el aspecto gráfico, con esas líneas más redondeadas del estilo de Adachi y Takahashi. Al menos, acostumbrado como estoy ahora a estar todo el tiempo trabajando con shônen actual, para mí es un soplo de aire fresco ver cómo se hacía el shônen no hace tanto tiempo.
Yayoi se pone “gatuna” en cuanto su estado anímico se altera… ¡O ve a un ratón! ^_^

El manga japonés se caracteriza también por la feroz competencia entre editoriales; cuando una editorial consigue un éxito, enseguida vienen otras a copiar la idea y tratar de chupar rueda. ¿Ejemplos? Samurai Deeper Kyo fue la respuesta de Kôdansha a Rurôni Kenshin de Shûeisha; D-Gray-man a mí me huele como el intento de Shûeisha de conseguir un Fullmetal Alchemist (de Square-Enix) propio; luego están los múltiples mangas de fútbol salidos a la estela de Captain Tsubasa (de Shûeisha), como Shoot! (de Kôdansha) o tantos otros. Mirad la lista de mangas de fútbol que tiene la Wikipedia japonesa, es para alucinar. Y seguro que la práctica totalidad son posteriores a Tsubasa.
El manga que nos ocupa en esta reseña, Neko de gomen!, es claramente, y sin ningún rubor, un intento de Kôdansha de aprovechar el éxito de Ranma 1/2, de Shôgakukan. En plan comedia, personaje que se transforma, secundarios raritos, situaciones absurdas, etc. Yayoi es una chica normal y corriente, a la que le gusta un chico empolloncete del instituto. También resulta que el padre de Yayoi es un científico un poco (bueno, mucho) chiflado que inventa una máquina de teleportación. Así, al tío no se le ocurre otra cosa que probar la maquinita con su propia hija… Pero la mala suerte hace que entre un gatito en la cabina y… Al descomponerse en la cabina de salida las moléculas de Yayoi y el gato, luego se vuelven a montar en la cabina de llegada pero de forma combinada. Esto, aquí donde lo veis, es un plagio bestial de la película La mosca (de 1986, remake de la original de 1958), lo que pasa es que en vez de mosca hay un gato y en vez de un drama-terror, es una historia de humor. Lo gracioso es que el manga no se esconde de eso, incluso se cachondea explícitamente de la “similitud” (ejem).
En fin, que el aspecto físico de Yayoi después de quedar combinada con el gato por culpa de su padre es totalmente normal… Aunque cuando se pone nerviosa, se asusta o se emociona, le salen orejitas de gato y una cola. El caso es que, por supuesto, nadie debe enterarse de esto y Yayoi trata de esconderlo, incluso ante la presencia del chico que le gusta, Minoru, que al poco le pide salir con ella. El problema es que Minoru no soporta a los gatos…
¿Queréis saber mi opinión sincera? Este manga no es un alarde de originalidad, se copia conceptos de La mosca, de Ranma 1/2 y de tantos otros… Pero me lo pasé muy bien leyéndolo. Las situaciones son divertidas y al fin y al cabo lo que cuenta en un buen manga es que cumpla su función, que es la de entretener. Y a mí me entretuvo. Este manga ciertamente no pasará a los anales de la historia del género, pero ese sabor ochentero (y de principios de los 90) que tiene me encantó, fue un buen cambio respecto de la rutina.

 

Sakigake! Cromartie Kôkô (¡A por todas! Instituto Cromartie)

Tuesday, January 29th, 2008
  • Título: 魁!!クロマティ高校 -Sakigake! Cromartie Kôkô- (¡A por todas! Instituto Cromartie)
  • Autor: Eiji Nonaka
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Shônen Magazine
  • Años publicación: 2000-2006
  • Clasificación: Shônen, humor
  • Tomos: 17 (completa)

Hay manifestaciones del humor japonés que simplemente no acabo de entender o compartir. A ver, los típicos programas de la tele japonesa que se basan en el “martillazo, risita, otro martillazo y a ver cómo se la pega” tienen su gracia, pero se repiten más que el ajo. Soy consciente de que el humor japonés es complicadillo de exportar, pero quizás en España somos más receptivos a él que en otros países. Sin ir más lejos, aquí han triunfado animes como Shin-chan, Dr. Slump o incluso Musculman, que en otros países occidentales han pasado más bien sin pena ni gloria. Shin-chan, por ejemplo, es un tremendo éxito en España pero en Francia, Estados Unidos, Italia, etc. ha sido un completo y tremendo fiasco. En Estados Unidos ha llegado a haber dos versiones, una traducción normal (fracaso total) y una reescritura a lo bestia -aprobada e incluso impulsada por los japoneses- en la que Shin-chan dice tacos gordos, y es muy-muy grosero. Supongo que lo que buscaban era la provocación, llamar la atención y así ganar audiencia. Pues se ve que así tampoco. Y en cambio, en España parece que el humor japonés del “caca-pedo-culo-pis” sí funciona, o al menos cae en gracia. Si no, ¿a qué se debe el boom Shin-chan aquí y en cambio la indiferencia total en otros países occidentales?
Aunque algunas de las manifestaciones del humor japonés no acaban de gustarme, hay otras que me chiflan. Por ejemplo, parece que soy de los pocos que disfruta como un enano de Gintama, ¡es que yo me parto con las burradas que se inventa su autor y al traducir me río como un gipil$%as, yo solito! Mi serie favorita es Dr. Slump, y la misma Shin-chan, pese a más de 450 episodios de anime traducidos entre nuestro equipo, 35 tomos en catalán, 25 en castellano, unas 10 películas, 4 videojuegos y lo que te rondaré, sigue arrancándome carcajadas. Por lo tanto, no es de extrañar que Cromartie me divierta muchísimo.
El argumento va de que hay un chico, llamado Kamiyama, que es el típico empollón. Tiene un colega que es un macarrilla que además es muy duro de mollera, y le preocupa el hecho de que sus notas no le permitirán entrar a ningún instituto. Kamiyama le anima y le dice que se presente al “Cromartie”, el peor instituto de todo Japón, lleno de gamberros que no tienen ni un dedo de frente pero que cuya nota de corte es ínfima (según él, “con sólo que sepas restar, ya entras”). Para probarle su amistad, Kamiyama le dice que se presentará con él al examen… Al final, resulta que Kamiyama aprueba y su amigo no. Así que tenemos a Kamiyama atrapado en medio de un montón de goriloides llenos de cicatrices y caras de malas pulgas, gamberros sin remedio y gente de la peor calaña posible… Que además, son más tontos que una suela de zapato.


El Ikegami del humor
El caso es que Kamiyama acaba adaptándose a todo este nuevo entorno, mejor de lo que él mismo podía imaginar, y se enreda en una serie de situaciones hilarantes. La serie no tiene un hilo conductor como tal, simplemente son un gag detrás de otro en historietas de cuatro páginas aproximadamente. Los gags se apoyan muchísimo en el texto, lo que da como resultado un cómic con una densidad muy grande de texto. La gracia, aparte del propio guión, que es genial, también está en el dibujo, ya que tiene un estilo Ryôichi Ikegami bestial que contrasta muchísimo con la temática humorística del tebeo, lo que aumenta todavía más el efecto cómico. Ese estilo tan estático y de nula expresividad en los personajes de Ikegami (digooo, de Nonaka ^_^) realza las situaciones humorísticas cosa mala.
Aparte de los macarras, en el manga aparecen también personajes que no sé muy bien cómo definir. Por ejemplo, están Freddy (inspirado claramente en Freddy Mercury, de Queen ^_^), que es un tío con bigote, aspecto occidental y pelo en pecho que no habla nada (ni siquiera se sabe si habla japonés); una especie de robot llamado Mekazawa del que nadie (excepto Kamiyama y su quinta) se extraña de su aspecto robótico; o un gorila enorme que parece más inteligente que la mayoría de los alumnos del instituto XDD.

Ahora, al buscar la información sobre los años de publicación y demás para completar la ficha de más arriba, he encontrado algunas perlas sobre esta serie. Una de ellas habla sobre que lo de imitar a Ikegami es totalmente intencionado (ya decía yo), y que el propio Ikegami ha declarado que es un honor que le imiten porque eso es señal de que es un mangaka famoso. No le gustaría que directamente imitaran su estilo como un mono, pero que en el caso de Cromartie no pasa nada porque el registro cómico es totalmente contrario a su registro habitual y que está muy bien. También dijo que le daba cierta rabia que una serie que imita su estilo de dibujo se venda mejor que las suyas propias, ja ja. Por último, también he leído que se ha dado el caso de gente que, leyendo una obra de Ikegami, se ha confundido pensando que estaba leyendo una obra del autor de Cromartie y se ha sorprendido de que un autor de manga cómico pueda cambiar tan radicalmente de registro (^_^).
Otra perlita es sobre el nombre del manga. El autor indica en su obra que, cuando estaban pensando en nombres chungos para el instituto de marras, al tío no se le ocurrió otra cosa que “Cromartie”, que es el apellido de un famoso jugador de béisbol que jugó en Japón entre 1983 y 1991: Warren Cromartie. Supongo que Cromartie era conocido por ser muy chungo, no sé. El caso es que al amigo Warren no le hizo ninguna gracia que su apellido fuera usado para un manga donde salen macarras que fuman, se apalean entre ellos y además son tontos de remate, y puso una querella y todo (estos americanos…).
Cromartie tiene una serie de animación (cómo no), de 26 episodios, curiosa porque está formada por episodios de 15 minutos en vez de los 22 minutos habituales. Y además, ¡hay una película de imagen real! Esto hay que verlo, aunque no creo que supere a la fumada de Jigoku Kôshien (Battlefield Baseball), que es de lo más chungo que he visto en película de imagen real. ^_^ Atención al trailer, que tiene una pinta… No sé vosotros, ¡pero yo me la pillo! ^_^ Y además, por lo que oigo, la música es de los Kishidan, ¡no podían encontrar a mejor grupo!

Para los curiosos, sabed que hay una empresa americana, ADV Manga, que ha tenido las narices de publicar el manga en los USA.

Love Com (Lovely Complex)

Tuesday, January 15th, 2008
  • Título: ラブ★コン (LoveCom) -Lovely Complex-
  • Autor: Aya Nakahara
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Bessatsu Margaret
  • Clasificación: Shôjo
  • Tomos: 17 (completa)
Desde mis inicios como traductor de japonés, siempre he dado gracias a los kami por haber conducido mi trayectoria durante la mayor parte de mi estancia en el país nipón alrededor de la zona de Kansai. Y dentro de esta zona, haber vivido concretamente tres años en Osaka y uno en Kioto es como una bendición del cielo para un traductor de manga. ¿Por qué digo esto? Porque es muy común que en los manga aparezcan personajes que hablan en dialecto de Kansai. Concretamente, personajes graciosillos, macarrillas y vivalavirgen en la modalidad autóctona de Osaka (ejemplos: gracioso: Kero-chan de Card Captor Sakura; macarrilla: Heiji Hattori de Detective Conan; vivalavirgen: Mitsune “Kitsune” Konno de Love Hina…) y básicamente geishas y chicas de buena familia en la modalidad kiotense.
El dialecto de Kansai no es exageradamente difícil de comprender si uno tiene un alto nivel de japonés, pero ciertamente ayuda mucho haber vivido en aquella zona y haber dominado el arte de hablarlo (por cierto, que suele tener un efecto muy positivo para “romper el hielo” hablarle en dialecto de Kansai a un japonès ^_^). Sobre todo por las expresiones distintas que usan y la forma diferente de conjugar algunos verbos. Y, para un traductor de manga y anime, ¡es vital conocerlo y dominarlo!
Parece que a la gente de Osaka no le molesta, pero el estereotipo de personaje que habla en dialecto de Kansai en los manga es básicamente de personaje gracioso, tacaño, macarra, vividor o directamente yakuza. A mí me tocaría la moral, de hecho. Esto es debido a la fama que Osaka se ha granjeado de cuna del humor nacional, de ciudad de comerciantes extremadamente ahorradores y de crimen organizado. Un estereotipo que, bueno, no se ajusta 100% a la realidad, por supuesto, aunque sí es cierto que, en general, la gente de Osaka es mucho más abierta y divertida que la de Tokio. Como mínimo, ¡Osaka es la cuna del kitsch y de la exageración, y a mí me encanta!
Por otro lado, aunque en Kioto se habla también una modalidad del dialecto de Kansai, su pronunciación mucho más suave y pausada, así como el uso de ciertas conjugaciones, se relacionan con la finura, la elegancia y el buen gusto de la antigua corte imperial y también de las geishas, por lo que su imagen es muy refinada. Es curioso esta diferencia de perspectiva, sobre todo estando Kioto y Osaka separadas por sólo media hora larga de tren corriente y moliente…


El enano y la jirafa…
En fin, que me voy por las ramas. Digo todo esto porque el manga que comento en esta ocasión es un soplo de aire fresco en este sentido, y una pesadilla para un posible futuro traductor que no esté familiarizado con el dialecto de Kansai. Y es que éste es uno de los pocos manga en el que casi todos los personajes hablan en este dialecto, una verdera rareza y, hasta hace muy poco, una particularidad que era prácticamente tabú en los manga no ambientados 100% en Osaka, con personajes de la capital de Kansai. Lo cierto es que sólo por esto, este manga ya merece una mención de honor en la tarea de “normalización” del dialecto de Kansai, ya que por una vez sus hablantes no son necesariamente graciosos, macarras o vivalavirgen, sino estudiantes normales y corrientes. Quizá no lo percibáis como algo raro, pero os diré que, por ejemplo, Platonic Venus, pese a estar ambientado en la ciudad de Kobe (donde se habla también dialecto de Kansai), ¡los personajes hablan en japonés estándar! ¿Cómo se come esoooo? Yo me imagino al autor y al editor reunidos, en plan “oiga, señor editor, que como soy de Kansai, me gustaría hacer un manga en el que los personajes hablaran en mi dialecto” y el editor “si haces eso, nos arriesgamos a no vender ni uno solo de tus manga, así que mejor passsando”.
Sin embargo, Aya Nakahara, nativa de Osaka, se salió con la suya (good for you *_^!). Lovely Complex es la típica historia estudiantil shôjo de “chico conoce a chica”, pero enfocada desde un punto de vista humorístico de comedia romántica. La historia nos presenta a los dos protagonistas, Ôtani y Koizumi, un par de jóvenes con unos complejos de tomo y lomo (de ahí el título). Ôtani, el chico, mide sólo 1,56 m y encima su nombre, 大谷 Ôtani (gran valle), incluye el kanji 大, que significa “grande”. Koizumi, la chica, mide 1,70 m y su nombre se escribe 小泉 (pequeña fuente), con el kanji 小 de “pequeño”. Tanto es así, que la gente suele cachondearse de ellos “equivocándose” y llamándoles 小谷 Kotani (pequeño valle) y 大泉 Ôizumi, (gran fuente). Total, que los dos tienen una fuerte relación de amor y odio. Odio, porque cuando están juntos la gente se cachondea de ellos (el enano y la jirafa) y amor, porque es evidente desde el tomo 1 que entre ellos dos salta una especie de chispa, por mucho que pugnen por ocultarlo y engañarse a sí mismos tratándose de convencerse de lo contrario y odiarse.
Lo del dialecto de Kansai en la obra no es gratuito. El dueto que forman Koizumi y Ôtani recuerda a un dueto cómico de manzai, popularísimo en Osaka y también en todo Japón. Prácticamente todos los artistas de manzai son de Osaka (o imitan el dialecto de Osaka), y cada uno de los integrantes de los duetos responden a un estereotipo muy concreto: ambos deben ser muy distintos entre sí (gordo y flaco, alto y bajo, guapo y feo…), y uno debe ser el “atontado” (boke), haciéndose (o siendo) despistado y alerdado, y el otro, el “puyas” (tsukkomi), listo y agudo, especialista en meterle cortes al otro, a menudo acompañados de collejas. Esto está reflejado perfectamente en Lovely Complex, siendo la chica la despistada y el chico el despierto. Todo esto convierte a esta obra en una monumental función de manzai que dura 17 volúmenes y que nos viene empaquetada en la poco ortodoxa forma de una comedia romántica shôjo. Original lo es un rato, y divertido también.
Pese al éxito que ha tenido en Japón esta serie, con peli de imagen real y serie de anime, es curioso que todavía no se haya licenciado en España. No creo que tarden mucho en hacerlo y, aunque debo advertir que todo el efecto del dialecto de Kansai se perdería en una traducción al castellano, y que no se disfrutaría tanto si no se conociera todo el trasfondo que acabo de describir en este post, sigue siendo una serie muy divertida y apta para el disfrute de los lectores de todo el mundo.

ACTUALIZACIÓN ÚLTIMA HORA: Acabo de ver una noticia que dice que Planeta ha licenciado esta serie, sólo un par de horas después de escribir yo este post. ¡Juro que no está hecho adrede, je je! Menuda casualidad, ¿no?

KochiKame

Wednesday, December 26th, 2007
  • Título: こちら葛飾区亀有公園前派出所 (Kochira Katsushika-ku Kameari Kôen-mae Hashutsujo)
  • Autor: Osamu Akimoto
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Shônen Jump
  • Clasificación: Shônen
  • Tomos: 158 (en curso)

La obra que inaugura el área de reseñas de este blog tiene el honor de tener posiblemente el título más largo de todos los manga (aunque popularmente se le conoce por la abreviatura KochiKame), pero también es la serie con el récord de tomos publicados, un total de 158 a fecha de enero de 2008. Un momento, ¿¡158!? A unas 190 páginas el tomo, esto equivale a ¡31.590 páginas de manga!
Aunque Aquí la comisaría de policía de enfrente del parque de Kameari, en el distrito de Katsushika (así se traduciría el título) se empezara a publicar en 1976 (o sea, que tiene mi misma edad, ¡argh!), no ostenta el récord de manga más longevo (récord que ostenta Golgo 13, en publicación desde 1968). Lo increíble de este manga es que, semana tras semana (y sin faltar ni una sola), durante más de 31 años, ha estado publicándose en las páginas de la famosísima e hiper-competitiva Shônen Jump, notoria por ser la que ha parido más éxitos (de lejos) del manga shônen japonés. Una revista en la que, a la mínima que una serie pierde apoyo popular, se corta sin más contemplaciones. Pues KochiKame lleva aguantando 31 años ahí, y con más salud que nunca, siempre manteniéndose en los puestos altos de las votaciones de popularidad de los lectores.
Por si fuera poco, siempre que veo fotos de Osamu Akimoto, el autor, alucino con este hombre. Siempre aparece sonriendo, con una expresión dulcísima en la cara, ¡feliz de la vida! Semana tras semana, currando en esta serie sin parar durante la friolera de 31 años seguidos (y ojo, porque a veces -aunque pocas- le da por ponerse a hacer otras series o proyectos diferentes como libros, etc.). Osamu Akimoto es uno de los mangaka a los que más admiro, ¡y es que, a diferencia de la mayoría, jamás le he leído quejarse de lo duro que es su trabajo, ni de la falta de tiempo, ni nada! ¡Y siempre con esa amable sonrisa en la cara!

Pero aún no he comentado de qué va la serie, ¿no? Ups, perdón. La serie va sobre las andanzas de Ryôtsu, un agente de policía de lo más bruto, ruin, marrullero y deshonesto (¡pero que se hace querer!). Acompañado por un elenco de personajes bestial, con centenares de personajes diferentes, cada capítulo es una historia autoconclusiva de humor. Esto posibilita que cualquiera se pueda enganchar a la historia desde prácticamente cualquier tomo, y por ejemplo KochiKame es una de las opciones de lectura habituales en los lugares en los que el cliente debe esperar y matar el tiempo (peluquerías, dentistas, comercios de comida para llevar, etc.). Prácticamente todo Japón conoce a Ryôtsu y, si tiene un rato disponible, no duda ni un instante en tomar un tomo del manga y leer uno o dos capítulos al azar.
La gracia de KochiKame no radica sólo en sus personajes ni en su humor. A mí me encanta leerla porque el autor procura estar siempre a la última en tendencias, tecnología, videojuegos, etc., además de ser un erudito en la historia y tradiciones de Tokio y lugares de interés. Así, en los últimos tomos vemos a Ryôtsu discutir sobre las consolas de última generación (PS3, Wii, X-Box 360), ir a un maid café en Akihabara, etc, pero también participar en un festival tradicional o en un torneo de shôgi. Es una manera divertida de conocer las tendencias de la sociedad japonesa actual y aprender sobre tradiciones o lugares, ¡aparte de que la serie tiene un “no-sé-qué” que engancha muchísimo! Aunque me enganché al manga sobre el tomo 140, a raíz de trabajar en la traducción de la versión animada de la serie, es uno de los pocos manga que sigo religiosamente a medida que se van publicando tomos en Japón, ya que casi parece hecho para mí. Aunque su humor es bastante universal (aunque muy exagerado y cafre), el marco en el que se desarrolla la historia (barrios tradicionales de Tokio) y el trasfondo de la misma -más “nipona” que el anime- provocan que este manga tenga prácticamente nulas posibilidades de triunfar fuera de Japón.
Una última curiosidad es que el autor firmó los primeros cinco tomos de la obra con el apodo Tatsuhiko Yamadome, 山止たつひこ parodia del nombre 山上たつひこ (Tatsuhiko Yamagami), el autor del famoso manga setentero Gaki Deka (humor cafre sobre policías). Nótese que la diferencia entre ambos nombres escritos en kanji es un solo trazo en un carácter (止 vs 上). Sólo las primeras ediciones de los primeros cinco tomos están firmadas “Tatsuhiko Yamadome” y actualmente son muy difíciles de encontrar. Así, una de las joyas de mi colección es una primera edición del tomo 1 (de 1977) firmada con el apodo Tatsuhiko Yamadome. Para contrastar, también tengo la 96º (!!) edición de este mismo tomo 1, de 1994, firmada “Osamu Akimoto” 秋本治.

La portada del número 1 firmada Tatsuhiko Yamadome
(comparar con la portada al principio del post)


Curiosamente, ahora que tengo delante un tomo de 1977, otro de 1994 y otro de 2007, en 1977 los tomos costaban 320 yenes. En 1994 habían subido a 370 y actualmente cuestan 390 (más IVA del 5%). Es decir, sólo 70 yenes de subida en 30 años. Esto da una pista sobre la baja inflación de Japón, ¿verdad?