El blog de Marc Bernabé

Saint Oniisan (Saint Young Men)

Thursday, May 8th, 2008
  • Título: 聖☆おにいさん –Saint Oniisan– (Saint Young Men)
  • Autor: Hikaru Nakamura
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 2007-?
  • Clasificación: seinen, humor
  • Tomos: 1 (en curso)
En mi más reciente viaje a Japón en marzo de este año, volví con las maletas llenas de manga, muchos de los cuales eran para trabajar, otros muchos para mi colección de manga clásico y otros series recientes para leer y estar informado de lo que se cuece en el escenario actual de manga. En esta última categoría, solo dos series me robaron el corazón desde el primer momento y se convirtieron en mis grandes descubrimientos del viaje. La primera ya la comenté en su momento: la inefable y ya licenciada Detroit Metal City, mientras que la segunda no es otra que esta Saint Oniisan.
¿Y de qué va Saint Oniisan? Parodiando el nombre de cierta infame banda ochentera, podría resumirse en “Jesucristo y el Buda buscan piso en Tachikawa”. Una vez pasada la amenaza del fin de siglo, y con todo en paz en los reinos celestiales, Jesucristo y el Buda deciden bajar a la Tierra y compartir un pisito en la ciudad de Tachikawa, a menos de una horita del centro de Tokio, para tomarse unas merecidas vacaciones entre los mortales. Jesucristo es como una versión masculina de la Hachi (Nana Komatsu) de Nana: caprichosón, despistado, un poco vaguete y que se emociona con fruslerías, pero absolutamente adorable. El Buda, por su parte, es responsable y ahorrador, y a veces se enfada con Jesucristo porque le da por comprarse -derrochar, según el Buda-, por ejemplo, un disfraz del Shinsengumi o un set de alfarería. Así, en este plan, ambos vivirán una vida tranquila, sin grandes altibajos, en los que saldrán a comprar al súper, irán a un parque de atracciones, se presentarán a un concurso de gags cómicos a dúo, se lo pasarán en grande en un festival (¡sintoísta! ^_^), y el Buda enseñará a nadar a Jesucristo, por ejemplo.
“¡No me ralles, Buda!”, dijo Jesucristo… XDDD

No hace falta decirlo, este es un manga de humor. Y realmente bueno, me atrevería a decir, ya que a mí, por lo menos, me arrancó muchas sonrisas y otras tantas carcajadas por lo absurdo de las situaciones con componente religioso, sin tabúes pero siempre respetuosamente y sin hacer humor de mal gusto (todo es muy blanco).

Por ejemplo, cuando Jesucristo aprende a nadar, acaba teniendo tanto miedo que abre las aguas en plan Moisés atravesando el Mar Rojo. O cuando Jesucristo vuelve tan contento de la tienda de 24 horas y se jacta ante el Buda de que unas chicas susurraban “ese chico se parece a Johnny Depp”. O cuando el Buda se queja de que los humanos hayan tomado precisamente la (corta) etapa de su vida en la que estaba más gordito como referencia para hacer sus estatuas (¡que él en realidad está mucho más delgado y no tiene esos cachos michelines!). O como cuando Jesucristo se pone muy triste, muy triste, empieza a sangrar por la frente debido a la corona de espinas, mientras que cuando el Buda se enfurece, su aura empieza a brillar cegadoramente. En fin, podría pasarme el día contándoos gags que me han hecho gracia de este primer y, de momento, único tomo, y no terminaría. Además os arruinaría la lectura de esta serie más que recomendable, que espero algún día podamos ver por estos lares.

Lo primero que pensé al ver esta obra en la tienda fue “hostia, un manga sobre el Buda y Jesucristo, qué fuerte, estos japoneses son capaces de hacer un manga sobre cualquier cosa”. Lo segundo fue “pero no han tenido huevos de poner a Mahoma también”. Ja, ja, ¿os imagináis el pollo que se hubiera montado si además de estos dos personajes religiosos hubiesen puesto al profeta del Islam como tercer personaje? Buf, habría sido terrible. En fin, si te gusta el humor blanco y no te importa que se haga humor de ciertos aspectos religiosos, este manga te encantará.

Tonari no yaoi-chan (La friki de al lado)

Wednesday, April 30th, 2008
  • Título: となりの801ちゃん –Tonari no yaoi-chan – (La friki de al lado)
  • Autor: Jin (manga) / Ajiko Kojima (historia original)
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Bessatsu Friend
  • Años publicación: 2007-?
  • Clasificación: shôjo, humor
  • Tomos: 1 (en curso)

Todo empezó con un blog. Ajiko Kojima descubrió un día que la chica con la que estaba saliendo era una fujoshi (luego pongo una explicación) y decidió “documentar” su relación en forma de tiras humorísticas en su blog. Para hacerlo, usó la imagen de un bicho llamado Yaoi-chan, que curiosamente es la mascota de una calle comercial de Kioto llamada Misonobashi 801 Shôtengai. Resulta que los números 801 pueden leerse “creativamente” como “yaoi” (los japoneses hacen mucho esto de dar pronunciaciones a los números en forma de palabras, a veces de forma muy peregrina, como en Keroro con 723 (Natsumi) o 556 (Kogoro)). Claro está, imagino que la gente de esa calle comercial no conocía acepción friki de la palabra “yaoi”, o bien no les importaba, así que decidieron ponerle a su mascota el nombre de Yaoi-chan, en honor al número que les define (porque la calle mide 800 metros y el 1 representa la expansión al futuro, dicen). Al poco, el nombre y la imagen de la mascota se propagó por Internet y acabó convirtiéndose en una especie de insignia para las fujoshi.
En cuanto a la palabra fujoshi, escrita 婦女子, es una palabra normal japonesa que significa “mujer” o “mujeres y niños”. Lo único es que en este caso han cambiado el primer kanji, leído “fu”. En vez de 婦 han puesto 腐 (que también se lee “fu”), formando la palabra 腐女子, que aunque se pronuncia igual significa literalmente “chica 女子 podrida 腐”. Así, esta palabra se utiliza actualmente (en círculos otaku) para designar a la “chica otaku enganchada principalmente a los dôjinshi yaoi y que acaba montando en su cabeza relaciones homosexuales imaginarias con casi todo lo que lee o ve”. Las fujoshi son fácilmente discernibles, sobre todo en los Comiket o en el área llamada “Otome Road” de Ikebukuro, porque suelen ir con maletitas de ruedas tipo trolley en los que transportan todo el material que van a vender (si son dibujantes) o que han comprado (si son consumidoras).
Siguiendo con la historia, Ajiko Kojima decidió usar la mascota “Yaoi-chan” para representar a su novia y la usó para expresar, de forma humorística, todo tipo de situaciones que les ocurrían a los dos, presentando las tiras en su blog. Después del gran éxito de Densha Otoko, parece que los “otaku dramas” están de moda en Japón, así que no me sorprende que esta iniciativa también obtuviera un gran éxito. De momento ya hay publicados dos libros que recopilan las tiras del blog y que se han convertido en auténticos best-sellers.
La friki y su amigo de la infancia

La editorial Kôdansha no tardó en reaccionar y, al poco, empezó la publicación de un manga enfocado al público femenino en la revista Bessatsu Friend, que es justamente el que reseño en esta ocasión. El manga no tiene (creo) ninguna relación con las tiras originales de Kojima, más que el hecho de que la protagonista se “transforma” en Yaoi-chan en los momentos de frikismo extremo de tipo moe. Más que transformarse, da a entender que ese bichejo es el auténtico aspecto de Rei, la protagonista, solo que está escondido dentro de un cuerpo humano y aparece (abriendo una cremallera que tiene en la espalda) en los momentos más frikis.
El manga cuenta la historia de Rei Hoshino, una típica fujoshi que no piensa más que en los manga y que ve yaoi por todas partes. Además, como no puede ser de otra manera, es dôjinshera de pro y se pasa el rato pensando y trabajando en ideas para los fanzines que pondrá a la venta en la próxima convención. Al principio de la historia, nos la presentan como una friki rematada, poco agraciada físicamente, con varios kilos de más, y con un desdén total por los estudios. Pero un buen día se topa con un guapo chico por la calle que le roba el corazón. Inmediatamente, se enamora de él y se lo imagina en todo tipo de situaciones yaoi… Y decide que 1) quiere ir al instituto al que va el chico en cuestión, que da la casualidad que tiene una nota de corte muy elevada y 2) que quiere cuidar su aspecto para estar guapa para él. Ni corta ni perezosa, solicita la ayuda de su amigo del alma Shôtarô Kamiyu (otro guaperas con gafas, toma tópico) y, por arte de birlibirloque, unas páginas más tarde la encontramos en plan “chica monísima” y habiendo conseguido su objetivo de entrar al instituto Jion. En el instituto, empezará con bastante buen pie, pero una de sus compañeras, rival en el amor, descubre que es una fujoshi y tratará de ponerla en evidencia…
Entrando ya en la valoración del manga, me ha parecido un manga muy divertido, pero ciertamente tiene una temática de esas típicas que, si estás en el mundillo y pillas las múltiples ironías y, cómo no, inevitables referencias a Gundam, lo encuentras graciocísimo. Pero si no llevas cierto tiempo en esto del manga y sus tendencias (yaoi, moe, etc.) no te va arrancar ni una sonrisa. Debo confesar que no acabo de entender la gracia del yaoi y se me escapa bastante qué atractivo puede tener hacer y leer dôjinshis en los que los personajes de mangas famosos se lían entre sí. Pero conozco este mundillo hasta cierto punto: he estado en el Comiket, en Otome Road, en Mandarake y en Toranoana y he visto a las fujoshi en acción, aparte de haber hablado con alguna. Por lo tanto, conozco un poco sus manías, sobre todo la de empeñarse en imaginar relaciones homosexuales por todas partes, tanto dentro de mangas o animes como en la vida real, y por lo tanto este manga me ha hecho muchísima gracia.
Ahora, la pregunta es… ¿Veremos este título en España? Y no me atrevo a contestarla. Por un lado, la temática es bastante arriesgada y el grado de conocimiento que se tiene en España sobre este mundillo es relativamente bajo, por lo que a priori solo podría aspirar a ventas bajas. Pero por otro lado, es muy divertido… Si en su momento pudimos leer el manga de Densha Otoko (titulado aquí Otaku in Love), ¿por qué no este Tonari no 801-chan? Igual alguna editorial se arriesga a ver si suena la flauta. Ya veremos.

Rosario + Vampire

Monday, April 28th, 2008
  • Título: ロザリオとバンパイア –Rosario to Vampire – (Rosario + Vampire)
  • Autor: Akihisa Ikeda
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Monthly Shônen Jump / Jump Square
  • Años publicación: 2004-?
  • Clasificación: shônen
  • Tomos: 10 (en curso)

Como decía en los comentarios del post “Mangas licenciados”, voy a hacer un poco de trampa para provocar que la lista crezca un poquito en poco tiempo. ^_^ No van a ser todos mangas raros, clásicos y tal en este blog; también de vez en cuando me permito el lujo de comentar algo actual y con todas las probabilidades a favor de ser licenciado y publicado en España. Y este es uno de estos días en los que me apetece comentar un manga que con toda seguridad podremos disfrutar en breve en castellano, ya que lo tiene todo: dibujo atractivo, temática interesante, publicado dentro de la colección con más éxito del shônen manga y con un anime recientemente emitido. Este es el caso de Rosario + Vampire, manga publicado primeramente en la difunta Shônen Jump mensual y actualmente en publicación en la nueva revista Shônen Square, de la todopoderosa Shûeisha. Los tomos se publican dentro de la colección Jump Comics, como todos los de la archiconocida Shônen Jump (la semanal y original, se entiende), lo cual es garantía de una marca de “eficacia probada”. Para más inri, tiene una serie animada de 13 episodios emitida entre enero y marzo de este año 2008, con una segunda temporada ya anunciada para el otoño. No me creo que ninguna de las editoriales españolas, con estos precedentes, no haya pasado todavía una propuesta a Shûeisha para editar este manga, así que es cuestión de tiempo que se anuncie su licencia (siempre según mi modesta e independiente opinión, por supuesto).
¿Pero de qué va el manga? Básicamente, es una historia bastante tipiquilla y que no va a pasar ciertamente a los anales de la historia del manga, pero no está del todo mal. Tsukune Aono es un estudiante más bien mediocre y enclenque que fracasa en todos sus intentos para entrar en un instituto (en Japón, debes hacer exámenes para entrar a los institutos de bachillerato y entras o no según si has superado la nota de corte). Al final, decide probar en el instituto Yôkai*, donde, al parecer, puede entrar cualquiera ya que no se requiere examen para entrar.

* Lo de Yôkai no es gratuito. De hecho, en el manga el instituto se llama 陽海学園 (Yôkai Gakuen), que se traduciría literalmente por “Instituto Sol y Mar” o algo así. Pero la palabra yôkai, escrita 妖怪, tiene un significado bastante cercano al de “ser sobrenatural”. Ya expliqué un poco en este post que la palabra yôkai abarca a todo tipo de seres sobrenaturales; y engloba todo lo que nosotros conocemos como “monstruo”, “espíritu”, “fantasma”, “demonio”, etc. y además también abarca a seres no necesariamente malignos. Por lo cual, no existe una palabra exacta en español para traducir el concepto de yôkai”(y personalmente siempre tengo muchos problemas con esta palabra a la hora de adaptarla; realmente da muchos quebraderos de cabeza a un traductor). Normalmente, la palabra yôkai se aplica solo a los seres sobrenaturales del imaginario japonés, pero en este manga se utiliza también para los monstruos occidentales (vampiros, súcubos, hombres lobo…), en una curiosa amalgama que fusiona las tradiciones fantasmagóricas del mundo occidental con el japonés.

Ven p’acá, cordero…


A lo que íbamos. Nada más llegar al instituto, que tiene un aspecto tétrico que tumba de espaldas, Tsukune se topa con la bella Moka Ayakashi. Ambos chocan y caen al suelo; pero sorprendentemente, Moka se siente atraída por Tsukune y ¡le muerde en el cuello y empieza a chuparle sangre! Así, ante la mayúscula sorpresa de Tsukune, Moka le cuenta que ella es una vampiresa. Pasará poco tiempo hasta que el sorprendido Tsukune descubra que el Instituto Yôkai es un centro educativo para todo tipo de monstruos y seres sobrenaturales, donde, aparte de las asignaturas normales, se les enseña a vivir escondidos entre los humanos. Para ello, una de las normas más estrictas es que los estudiantes deben adoptar permanentemente un aspecto humano y actuar como tales. Esto es lo único que permite al pobre Tsukune pasar mínimamente desapercibido…
A partir de aquí, las típicas historias de enredo, con Tsukune metiéndose en toda clase de líos y tratando de evitar que descubran su condición de humano. Por cierto, que Moka lleva un rosario en el cuello que la inhibe a la hora de mostrar su verdadera apariencia de “vampira terrible”. Lógicamente, habrá momentos en los que el rosario se irá a tomar viento y aparecerá la atractiva y peligrosa vampiresa que lleva dentro… A eso súmale que la profesora es un gato diabólico, hay una súcubo por ahí que se encapricha también de Tsukune, una terrible sirena y, cómo no, un par de chulitos-piscina en forma, respectivamente, de hombre lobo y una especie de bicho feo en plan Hulk (hagure-ayashi, le llaman) y tienes la ración de monstruos necesaria para formar un primer tomo bastante entretenido. Además, ponle también una buena dosis de falditas cortísimas, chicas en bikini y, cómo no, panchira (escenas en las que se muestran fugazmente las bragas) y ya lo tienes todo.
Ya veis que la historia no es de lo más original y que, como decía antes, el dibujo no mata pero se deja ver. Imagino que con el dibujo pasará lo habitual: el primer tomo es normalito, pero a la que el autor le va cogiendo el pulso, lo va afinando y mejorando con el tiempo. En cualquier caso, no me cabe duda de que llegará aquí, así que si eres uno de los muchos Shônen Jump-adictos que hay por ahí fuera y el argumento te atrae, ve ahorrando por si acaso.

Detroit Metal City

Tuesday, April 8th, 2008
  • Título: デトロイトメタルシティー -Detroit Metal City-
  • Autor: Kiminori Wakasugi
  • Editorial: Hakusensha
  • Revista: Young Animal
  • Años publicación: 2005-?
  • Clasificación: Seinen
  • Tomos: 5 (en curso)

Ya de regreso a mi rutina diaria barcelonesa, es el momento de empezar a presentar algunas de esas nuevas joyas que he ido encontrando durante este último viaje. Detroit Metal City sería la primera; es una serie que ya me llamó la antención en mi anterior viaje a Japón, pero que, cosas que pasan, dejé correr. Luego, hace un par de meses, recibí a unos amigos japoneses en casa que me la recomendaron mucho, así que al final decidí comprarla. ¡Y me ha encantado! Como dirían los japoneses, es mi actual マイブーム (my boom).
La historia trata sobre un grupo indie de death metal, llamado Detroit Metal City (DMC para los amigos) de lo más bestia. Llevan las caras pintadas al estilo de Kiss, van de demonios y su música es lo más bestialmente agresivo que hay. Su primer single se llama “Satsugai” (Asesinato) y habla de que el líder de la banda, Johannes Krauser II, mató a su madre y luego se la folló, y que mañana se cargará a su padre y le dará por el culo, etcétera.
La sorpresa viene cuando los miembros de DMC se encierran en su camerino y se quitan el maquillaje, porque resultan ser chavales de lo más normalitos. El más destacado es Negishi, (Johannes Krauser II en DMC), que resulta ser un chavalín poca cosa, delgaducho, con peinado “estilo seta” (los demás le llaman “cabeza polla”, pero bueno) y al que le encanta la cultura “gafapasta”. Su película favorita es Amélie, su cantante preferida es Kahimi Karie y le encanta ir a comprar ropa a los barrios gafapasta de Daikanyama y Shimokitazawa, entre otras gafapastadas. Su sueño es el de convertirse en un cantante de alegre música folk, pero no se sabe cómo, acabó metiéndose a hacer death metal…
Con todos ustedes: ¡el gran Krauser II en acción!

La cuestión es que Negishi es como si tuviera doble personalidad. Por un lado es el pusilánime chavalito delgaducho, pero cuando se maquilla y sube al escenario se transforma en un “metal monster”, un verdadero demonio sobre la tierra capaz de las atrocidades más bestias. Numerosas leyendas circulan sobre Krauser II, como que es un verdadero demonio que está por encima de todo y que tiene la sangre verde, que se folla a cualquier cosa que tenga agujero, que se tiró la Torre de Tokio, la dejó preñada y de ahí surgió la torre Mori de Roppongi Hills y más burradas… Lo gracioso es que sus fans lo creen a pies juntillas y, en las numerosas situaciones en las que se mete, acaba sin comerlo ni beberlo aumentando la magnitud de su leyenda.
Todo esto, claro, en contra de la propia voluntad de Negishi, pobre, que ve cómo los fans de DMC se burlan de él cuando no está maquillado (lógicamente, no saben que Krauser es Negishi, lo que provoca situaciones comiquísimas).
Es un manga tremendamente divertido, por una parte por las delirantes situaciones en las que se mete Negishi-Krauser, y por otra por un uso del lenguaje muy basto que a mí me resulta muy gracioso (tened en cuenta que soy el traductor de Gantz y es una de las series con las que mejor me lo paso; además de que me parto de risa oyendo a los Mojinos Escozíos -ay, mi imagen pública, cada vez más deteriorada-). Por ejemplo, una de las principales “heroicidades legendarias” de Krauser II es que es capaz de decir diez “rape” (violar) por segundo. ^_^ Y la jefa de la discográfica no tiene pérdida: cuando algo le encanta, dice que “se le ha mojado el coño”. Fuoooh, ¡qué basto! En fin, los cinco tomos que tiene de momento me los ventilé enseguida, no podía parar de leer… Lo malo es que el tomo 5 salió el 28 de marzo, con lo cual habrá que esperar 4 o 5 meses más para el próximo… ¡Que salga ya! ^_^
No me cabe duda de que en el futuro veremos esta serie publicada en español. Ahora mismo está muy de moda en Japón y ya se han anunciado unos OVA para el verano (animados por el prestigioso estudio 4ºC) y una película de imagen real protagonizada por Ken’ichi Matsuyama, AKA “L” en Death Note. No os perdáis la foto que saqué en el stand de DMC del Tokyo Anime Fair. Yo creo que Matsuyama es ideal para el papel. ¡Ahora a esperar al verano, yo ya me muero de ganas de ver la peli y el anime! Por ejemplo, ¿qué van a hacer con las canciones?


Hablando de las canciones, por cierto, unos fans frikones de Japón han “imaginado” la música del manga. Supongo que tienen un grupo de death metal y han musicado las letras que se pueden leer en el manga. Esta es su web, aunque para facilitar las cosas os he puesto la música para descargar por si tenéis curiosidad (es muy bestia, yo ya aviso).

¡LICENCIADO!
El 25/04/08 se anuncia la licencia de este título por parte de Planeta deAgostini

Kinnikuman Ni-sei (Musculman II)

Friday, February 29th, 2008
  • Título: キン肉マンII世 Second Generations -Kinnikuman Ni-sei- (Musculman II)
  • Autor: Yudetamago (Takashi Shimada y Yoshinori Nakai)
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Playboy
  • Años publicación: 1998-en curso
  • Clasificación: shônen / seinen
  • Tomos: 39 (en curso)

Hace pocos días terminé la traducción de Musculman (Kinnikuman), un verdadero parto debido a la necesidad de traducir cada mes 370 páginas llenas hasta la bandera de texto. “¿Cómo? Pero si es un manga de lucha”, me diréis algunos pensando que es imposible que haya tanto texto en un manga eminentemente de acción y piños. Bueno, por un lado tenemos al pelmazo del comentarista, que no calla ni para ir al lavabo. Por el otro, los personajes también parecen tener unas necesidades imperiosas de darle a la sinhueso, justificando, página sí, página también, todas sus acciones con giros argumentales que parecen sacados de la chistera del guionista más salvaje e irresponsable. En plan: dos personajes que no se conocen empiezan a luchar entre ellos. Al cabo de cien páginas, uno desarrolla una técnica que aterroriza al otro. Entonces, ese otro recuerda de repente su infancia, cuando el cuñado del primo segundo de su rival actual le hizo la gracieta de subirle la cremallera mientras estaba meando, con la consiguiente “pillada”. Esto traumatizó a nuestro héroe, que desde entonces, cada vez que ve una técnica con forma de cremallera (justamente la que le está lanzando su rival) se pone tenso y pierde los papeles. Pero luego aparece otro héroe de la nada, que se suponía estaba muerto (pero “no estaba muerto, lere”, como dice la canción, “estaba tomando cañas en el cementerio de superhombres”, me atrevería a decir) y, en contra de todas las normas de combate que se habían establecido 300 páginas más atrás, irrumpe en el ring y salva a su colega. Entonces, incluso los enemigos aceptan que ese nuevo héroe luche en esa pelea de grupos en la que se suponía que sólo podían luchar cinco contra cinco, pero que por el bando de los “buenos” ya llevamos ocho y contando…
En fin, todo esto me lo he inventado, pero no está muy lejos de la realidad. Me cuentan amigos japoneses, antiguos lectores de la serie, que precisamente esta falta de previsión de los autores, Yudetamago, junto con la necesidad de justificarlo todo con explicaciones peregrinas que a menudo caen en la contradicción (¡el horror del guionista!) era precisamente la gracia de esta serie. Efectivamente, yo disfrutaba como el que más de ella cuando la echaban, en su versión animada, hará unos 15 años o más en TV3. Era mega fan de Musculator y su tropa. Aunque os confesaré que Terryman y Menja-tallarines me caían gordísimos, yo siempre he sido fan del gran Warsman.

Por eso, me puse muy contento cuando me ofrecieron la posibilidad de traducir el manga, y de hecho he disfrutado bastante su traducción… Sin embargo, también debo confesar que la cantidad de texto que contiene y el hecho de que son 18 tomos dobles, uno al mes sin parar, hicieron mella en mi ánimo, al ver que traducía y traducía y no había manera de acabar cada uno de esos tochos interminables. Y cuando terminaba, ¡pues ya casi que tocaba el siguiente…! Desesperante, vamos. Además, el hecho de ir con tanta rapidez hacía que pillara enseguida todos estos errores conceptuales, en plan “¡joder, pero si hace un momento (250 páginas) había dicho A, y ahora resulta que se lo saltan a la torera y es B!”. Supongo que leyendo 20 páginas a la semana o incluso un tomo normal de 200 páginas cada tres meses (ritmo de publicación original), todo eso no se nota tanto, pero un tomo de 370 páginas al mes es un ritmo demasiado rápido. A veces ya no sabía cuáles son “los siete superhombres del apocalipsis”, cuáles son “los caballeros diabólicos” o “los superhombres perfectos”, ni nada, ¡me perdía!

Búfal con alguna canita luchando contra Terry The Kid

Para los que no seguisteis la serie en la tele o no seguís el manga (únicamente disponible en catalán), os diré que Musculman es una serie de humor tonto y lucha libre. Empieza como serie de humor, parodia de las series de “héroes que salvan el mundo” tipo Ultraman , pero luego la cosa va derivando hacia un manga bastante bruto de lucha libre entre “superhombres”. El protagonista es un luchador inútil que se llama Suguru Músculo (Kinniku Suguru) que al principio no sirve ni para pelar patatas pero que va evolucionando hasta convertirse en el líder de los “superhombres justicieros”, sobre todo gracias a su “fuerza bruta en el momento decisivo”, que le permite derrotar a tíos de 70 millones de unidades de poder contando él mismo únicamente con 950.000 (por cierto, que todo el último torneo se lo pasa casi enterito luchando sin esta “fuerza bruta” contra tíos de 70 millones de unidades y lo gana). En fin, la serie tiene bastante humor burro al principio (Musculator vuela con la “fuerza de propulsión” que le dan los pedos que se tira, ya no os digo más) y luego este humor, aunque se mantiene, va quedando en un segundo plano, siendo “la fuerza de la amistad” y la importancia de la justicia y bla bla bla el tema central de toda la segunda mitad de la obra. Esta serie fue un éxito tremendo en el Japón de los años 80, generó toneladas de merchandising y se convirtió en todo un hit generacional.
Llegando por fin al motivo original de esta entrada (vaya introducciones más largas me salen siempre), como soy así de masoca, una vez terminada la traducción me picó la curiosidad y me leí el primer tomo de Kinnikuman Ni-sei (Musculman Segunda Generación). Ahora Glénat va por el tomo 14 o 15 de los 18 de los que consta la obra y los que la seguís ya sabéis que los personajes están enfrascados en un mega torneo entre siete equipos de cinco superhombres cada uno, liderado cada equipo por uno de los “príncipes del destino”, siendo Musculator el líder del “Equipo Músculo”. El que gane el torneo será designado nuevo “gran rey del planeta Músculo” y patapim patapam. En fin, no creo que haga un gran spoiler a nadie si os cuento que finalmente es Musculator quien gana el torneo y es coronado rey, ¿no? Es algo que nos imaginábamos todos.
El manga original de Musculman se publicó entre 1979 y 1987 y fue la obra de Takashi Shimada y Yoshinori Nakai, apodados Yudetamago (literalmente “huevo duro” – en el epílogo del tomo 18 explican el porqué de este apodo, es una chorrada tan grande como que estaban pensando nombres para ponerse y justo en aquel momento estaban comiendo huevos duros… No comment). Su primer manga, Musculman, tuvo tanto éxito que entre 1982 y 1988 crearon también, simultáneamente a su serie más famosa, Tatakae! Ramenman, un spin-off centrado en la figura de Ramenman (Menja-tallarines), el secundario más popular de la misma. Después de unos años trabajando en otras series que no triunfaron (una de monstruos, una de judo, una de muay-thai y otra de kung-fu) la revista Playboy, en su edición japonesa, les ofreció en 1998 la posibilidad de publicar en sus páginas una historia corta que fuera una segunda parte de su serie más famosa.

Así, nació la idea de Kinnikuman Ni-sei Second Generations, que sólo tenía que durar dos o tres capítulos pero que tuvo tanto éxito que a día de hoy, diez años más tarde, sigue publicándose, habiendo sacado ya al mercado ya la friolera de 39 tomos, más otros 4 de una serie paralela titulada Kinnikuman Ni-sei All Chôjin Daishingeki. ¿Y de qué va esta serie? Pues se sitúa 28 años después de los hechos narrados en la serie original, con el universo en paz bajo la batuta de Musculator, actualmente gran rey de todos los superhombres.

Un envejecido Musculator, con barrigón y brazos y piernas de palillo, y Ronyona están casados y tienen un hijo, Mantarô, que se llama así por la siguiente coña difícil de explicar. Se ve que el hijo de Ultraman se llama Tarô, así que en japonés se llamaría Ultraman Tarô (en japonés se antepone el apellido al nombre de pila). Tarô es un nombre muy normal (demasiado normal) en Japón. El nombre original de Musculator es Kinniku Suguru, y su “nom de guerre” es Kinnikuman. Así, Mantarô se llama Kinniku Mantarô, y la coña viene de que, si se lee rápido, se tiende a pronunciar “Kinnikuman Tarô”, igual que lo de Ultraman. De hecho, durante el primer tomo Mantarô corrige varias veces a la gente que le llama “Kinnikuman Tarô”, ya que no le gusta nada que le llamen así.

En fin, Mantarô es un chavalín enclenque y parece un poco el Son Gohan de cuando era niño, en plan estudioso y mosquita muerta, incluso lleva gafas y todo. Aunque en realidad luego descubrimos que es tan o más inútil que su padre, y saca unas notas pésimas. Total, que como no podía ser de otra manera, de repente vienen unos superhombres malvados a tocar las narices. La larga era de paz ha hecho que no se hayan formado nuevas generaciones de superhombres justicieros capaces de hacer frente a la nueva amenaza, y los antiguos héroes ya están tan decrépitos que caen derrotados enseguida. Cuando parecía todo perdido, el líder de los malos rapta a Mantarô, que de repente, sin comerlo ni beberlo, se transforma en un tiarro musculado igual que su padre en sus años mozos y vence al malo con un “Muscle Buster” (sí, claro). Así, eso da tiempo a los superhombres justicieros para hacer una convocatoria de nuevos y jóvenes superhombres para, primero, someterles a un entrenamiento bestial en la “Heracles Factory”, de la que sólo diez se graduarán. Estos diez superhombres, entre los que se incluye Terry The Kid, el chuletilla hijo de Terryman, son destinados a diferentes puntos de la Tierra, donde se dedicarán a luchar contra los malos.
He encontrado esta secuela es bastante entretenida. Parece que los autores quisieron recuperar un poco del humor original del manga, dejado tan en segundo plano en la última de las sagas de la serie original, y eso es bastante positivo. Aunque en ningún momento se separan de lo que hizo famosa a la historia en primer lugar, es decir, los combates surrealistas, los personajes bizarros a más no poder y las técnicas más absurdas que uno puede imaginar. Yudetamago han hecho un buen trabajo a la hora de recuperar los antiguos personajes, ahora todos ellos cincuentones, y también de presentar a su descendencia (en este tomo 1, aparte de Mantarô y Terry The Kid, conocemos también al hijo de Robin de les Estrelles (Robin Mask), llamado Kevin Mask). Es decir, que han tomado ingredientes antiguos, los han mezclado con nuevos, y han presentado una historia que es “más de lo mismo”, pero que ha logrado reenganchar a la primera generación de lectores, una generación que ahora va por la treintena larga (en Japón) y que disfruta de estas luchas y esta épica estrambótica como la primera vez. Una lectura recomendada solamente para los muy fans de Musculman.