El blog de Marc Bernabé

Dorohedoro

Tuesday, November 25th, 2008
  • Título: Dorohedoro
  • Autor: Q Hayashida
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: Ikki Comix
  • Años publicación: 1999-?
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 12 (en curso)

Mira que hay mangas raros por ahí; pues este es uno de ellos, una de estas bizarradas estrambóticas alternativas-experimentales que normalmente no suelen terminar de gustarme, pero que esta vez me tiene enganchado: Dorohedoro, obra de Q (Kyû) Hayashida. Se publica en la Ikki de Shôgakukan, una revista de cómic alternativo que casi podría considerarse una especie de Garo de la era moderna, donde publicó por ejemplo el gran Matsumoto Taiyou (autor de Tekkon Kinkreet) y publica actualmente Daisuke Igarashi (Hechiceras), además de ser el hogar de obras como mi adorada Kingyo-ya Koshoten o las conocidas en España Freesia y Sexy Voice and Robo.
Ya no recuerdo cuándo empecé a adquirir los tomos de Dorohedoro, pero hace ya bastantes años, y desde entonces he ido siguiendo la serie regularmente hasta que recientemente he leído el tomo 12, publicado a finales de septiembre en Japón y por lo tanto el último disponible de momento. Si compré el primer tomo de Dorohedoro fue simplemente porque me encantó su portada, aquí no hay misterio. Aparte de ser un libro de tamaño grande aunque bastante finito, la portada tiene un efecto en relieve que la asimila a las escamas de un reptil. Este efecto tan curioso, junto con el llamativo dibujo del protagonista en la portada, me llamó tanto la atención que no pude hacer otra cosa que llevármelo a casa.
Al abrir el libro, uno puede decepcionarse si se espera disfrutar de un gran arte: porque el dibujo es más bien sucio y feísta, y los personajes son muy estáticos. Tampoco nos engañemos: Hayashida no es un gran dibujante. Pero aun así, este dibujo sucio se combina con un argumento rarísimo en el que no falta el gore y las situaciones más descabelladas, junto a pinceladas de humor negro estrafolario. El autor dice en un texto que he encontrado en la web de Ikki, literalmente “Este manga nació a partir de la inspiración que recibí de cierta canción. Esa canción tenía unas letras horriblemente oscuras y violentas, pero la melodía era tan alegre que casi hacía que uno se pusiera a bailar. Así que cogí esta idea, la combiné en forma de cómic con otras cosas que me gustan, y así surgió lo que es Dorohedoro en la actualidad”. Yo, francamente, no lo habría dicho mejor. ¡Precisamente esto es lo que es Dorohedoro!
Se va el caimán, se va el caimán… XDDD

A este paso no os voy a contar el argumento. A grandes rasgos, es así: he aquí un mundo imaginario donde existen dos dimensiones (bueno, en realidad son más, pero de momento quedémonos con la idea de las dos); en una dimensión viven los “magos”, unos tipos que, mediante unos conductos internos de su cuerpo pueden generar una especie de “humo” con los dedos o la boca. El humo mágico surte distintos efectos: por ejemplo, uno de los personajes puede transformar en seta cualquier cosa que desee; hay otro capaz de resucitar a los muertos; otro cuyo humo corta en rodajas a todo lo que toca; otro que cura, etcétera. En la otra dimensión, una ciudad llamada “Hole”, vive gente normal y corriente, aunque sufren la tortura de los magos. Porque los magos pueden ir y volver de “Hole” mediante unas puertas muy similares a la de Doraemon (XD); y una vez en Hole, se dedican a hacer experimentos con su humo contra los pobres humanos.
Así, en Hole vive gente muy deforme, como el protagonista de la historia, Kaiman, un hombre al que algún mago le lanzó un humo que convirtió su cabeza en la de un caimán y en el proceso le borró la memoria. Además, en las profundidades de la garganta de Kaiman se esconde una cabeza humana viva cuya identidad nadie conoce (¿es la cabeza original de Kaiman?). En fin, la premisa de la historia es que Kaiman quiere recuperar su memoria, volver a ser normal y de paso cazar y vengarse del mago que le convirtió en monstruo. Él y Nikaidô, la cocinera y propietaria de un restaurante al que Kaiman va habitualmente a atiborrarse de gyôza, se meterán en una aventura impresionante en la que iremos descubriendo cosas sobre los magos, el humo, la misteriosa organización de los “cruz en los ojos”, los demonios, la magia y todo tipo de cosas a cuál más estrambótica. Como bien dicen en el epílogo de cada uno de los tomos, en lo que se nos resume lo que hemos “aprendido” en las páginas que acabamos de leer, “todo esto todavía… Está en medio del caos… ¡Así es Dorohedoro!”
Por cierto, que si os interesa, Dorohedoro está siendo publicado en Francia por Soleil y me sorprendí mucho cuando vi que la edición de los dos primeros tomos es idéntica a la japonesa, con el relieve “reptiliano” en la cubierta y todo. A partir del tercer tomo supongo que decidieron que no les salía a cuenta y dejaron de poner el relieve, pero los dos primeros son exactos a los originales.

Chô! Makoto-chan

Saturday, October 4th, 2008
  • Título: 超!まことちゃん -Chô! Makoto-chan- (¡Súper! Makoto-chan)
  • Autor: Kazuo Umezu
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: Shônen Sunday
  • Años publicación: 1988-89
  • Clasificación: shônen
  • Tomos: 3

Hay algunos libros japoneses cuya edición es una auténtica maravilla y un derroche de creatividad, originalidad y belleza, y además a unos precios muy asequibles. Con una población de 130 millones de personas, muchas de ellas ávidas lectoras, las cifras de ventas de los productos editoriales permiten hacer filigranas y, aun así, mantener unos precios que en España serían del todo impensables.
Este es el caso de las ediciones de la colección Umezz! Perfection, que conmemora el 50º aniversario del debut del mangaka Kazuo Umezu. Hace ya bastante tiempo me compré el tomo Hebi Onna, el número 1 de esta colección, y hacia finales del año pasado adquirí los tres mega-tomos de Hyôryû Kyôshitsu, obra que reseño aquí y que pronto será publicada en España. Como comentaba en la reseña de esta última obra, es alucinante las filigranas y efectos que los diseñadores de los libros han conseguido en esta colección, así que decidí que adquiriría otras obras de Umezz! Perfection, primero para leerlas (porque Umezu es uno de los grandes) y segundo para poder apreciar de cerca esa maestría en la edición de libros. Y la obra elegida fue esta Chô! Makoto-chan.
Makoto-chan es una de las obras más representativas de Kazuo Umezu y del manga de gags absurdos y escatológicos en general. Fue publicado entre 1976 y 1981 en la Shônen Sunday y se convirtió en uno de los fenómenos de la época. En cierto modo, este es uno de los “padres” de mi queridísimo Dr. Slump, de Akira Toriyama. La serie se hizo tan popular que el extraño signo que Makoto hace a veces con las manos, acompañado del grito ¡Gwashi!, fue imitadísimo entre niños y adultos. Incluso ahora, este ¡Gwashi! es popular y reconocido en Japón, hasta el punto de que UniQlo, una conocida marca de ropa, ha hecho una camiseta con la mano y el ¡Gwashi! dentro de su colección de camisetas conmemorativas del 50º aniversario de las revistas Shônen Sunday y Shônen Magazine (una camiseta, por cierto, que unos amigos me regalaron y que llevo con todo el orgullo del mundo, je je).
Especial Gwashi en la página oficial de Kazuo Umezu: La historia de Gwashi (con ilustraciones) / Haz tu propia mano Gwashi (imprimiendo y recortando la imagen que prefieras)

¡Vamos a la playa!
Curiosamente, sin embargo, en la colección Umezz! Perfection solo se encuentra disponible la secuela de Makoto-chan, que no es otra que Chô! Makoto-chan, el manga que reseño en esta ocasión. Fue publicado entre 1988 y 1989 y en su origen tenía el mismo título de Makoto-chan, aunque con el subtítulo Heisei-ban (Versión Heisei*). Aunque los 4 tomos de los que constaba originalmente fueron publicados en aquella época, no se reeditaron durante mucho tiempo y acabaron siendo una pieza de coleccionista. Supongo que en parte por eso pensaron que conseguirían más notoriedad y ventas publicando Chô! Makoto-chan antes en la colección Umezz! Perfection.
* Heisei es el nombre de la era actual y designa al reinado del actual emperador Akihito. Empezó a principios de 1989, con lo que el año 2008 es conocido en Japón como “Año 20 de Heisei”.
Pasando a lo que es la obra, se trata de historias autoconclusivas con gags. El protagonista no es otro que Makoto-chan, un niño de guardería que siempre va con cara de tonto por la vida y el moco colgando. Además, habla fatal y realmente cuesta seguir lo que dice. Su familia tampoco le va a la zaga: una hermana mayor de aspecto finolis, el padre, la madre y los dos abuelos, todos ellos tontos hasta decir basta. Las historias no tienen demasiado argumento en sí, la verdad. Una puede ir de un día en la playa de la familia, otra de que a Makoto le da por trastear con la cámara de vídeo de su padre, etc. La principal característica del manga es la absoluta y bestial escatología que destila.
Si alguien se escandaliza porque a Arale le dé por llevar en la mano cacas pinchadas en un palo, con Makoto-chan puede llegar a sufrir un patatús. La verdad, conozco varios mangas bastante burros en este sentido, pero creo que Makoto-chan se lleva la palma en lo que se refiere a guarradas a cuál más bestia. En este primer tomo, por ejemplo. hay un episodio que va de un lavabo que no se traga la mierda por mucho que tires la cadena… ¡Y da verdadero asco! Y lo más curioso es que Umezu no se corta a la hora de dibujar guarradas: el protagonista de la marranada de turno puede ser tanto Makoto como su madre (que aparece cagando a lo bestia), su abuela (que aparece en pelotas) o cualquiera. Solo para estómagos poco sensibles. Lo curioso es que se publicó en una revista shônen, para público infantil y juvenil… Si aquí ponen el grito en el cielo por las tonterías de Shin-chan, no puedo imaginarme lo que dirían con Makoto-chan.
En lo que respecta al libro en sí, pues sencillamente diré que es la edición de manga más alucinante que he visto nunca. Absolutamente preciosa. Desde efectos en relieve en portada pasando por bloques de páginas satinadas, otras mates, otras en color, un pequeño libreto a color desplegable encuadernado en medio del libro… ¡Yo qué sé! Una auténtica maravilla de la edición que hace empalidecer a cualquier Kanzenban de por ahí, en serio. Y esto solo por unos 1200 yenes, que vendrían a ser unos 7 euros aproximadamente. Para mear y no echar gota.

Akatsuka Fujio 1000 pages (1000 páginas de Fujio Akatsuka)

Thursday, August 28th, 2008
  • Título: 赤塚不二夫1000ページ -Akatsuka Fujio 1000 pages- (1000 páginas de Fujio Akatsuka)
  • Autor: Fujio Akatsuka
  • Editorial: Hanashi no Tokushû
  • Revista: Varias
  • Años publicación: 1975
  • Clasificación: shônen, humor
  • Tomos: 1

El 2 de agosto de este año se anunció el fallecimiento de Fujio Akatsuka, auténtico padre del manga de humor y uno de los integrantes de la famosa generación de los apartamentos Tokiwa, la generación que, siguiendo los pasos del gran maestro Tezuka, puso las bases de todo lo que es el manga actual. Cómo no, aparte del post-esquela que puse en su momento, lo más adecuado para rendirle homenaje en este humilde blog es comentar al menos una de sus obras. Es difícil decantarse por una sola, ya que tiene al menos cuatro que son las más representativas: Osomatsu-ku, Tensai Bakabon, Môretsu A-Tarô y el shôjo Himitsu no Akko-chan.
Pero existe un libro que es como un resumen magistral de su obra de humor, una puerta de entrada ideal a su mundo: es este Akatsuka Fujio 1000 pages, o 1000 páginas de Fujio Akatsuka. Publicado originalmente en 1975 por la minúscula editorial Hanashi no Tokushû, se pasó muchísimos años sin ser reeditado hasta que en septiembre de 1998, la editorial Fusôsha lo rescató del olvido y lo volvió a publicar (ahora, al parecer, vuelve a estar agotado y, por lo que veo, está bastante cotizado en el mercado de segunda mano). Recuerdo haber visto muy a menudo este libro durante mi primer año en Japón, en Kioto en 1999-2000, y siempre me había llamado la atención por su evidente grosor y tamaño A-4. Precisamente por eso, por el peso y el tamaño, no lo adquirí en aquel momento. Pero siempre se me había quedado clavada la espina y hace uno o dos años conseguí encontrar un ejemplar de la primera edición, de 1975, en una librería de segunda mano.
Como indica su propio título, estamos ante un libro muy grueso de 1000 páginas, de tamaño DIN A-4, embutido dentro de una caja de cartón (algo muy habitual cuando se trata de diccionarios, obras de consulta, u ediciones muy de lujo en Japón, pero no tanto en el caso de manga). Y lo mejor de todo es que es un recopilatorio muy interesante de varias historias del “mejor” Akatsuka, ya que después de la publicación de este tomo en 1975, mucho de lo que creó este dibujante fue más bien poco destacado.
En las 1000 páginas que contiene, tenemos historias de (por orden) Osomatsu-kun (164 páginas), Môretsu A-tarô (221 páginas), Tensai Bakabon (271 páginas), Tensai Bakabon no oyaji (130 páginas), Rettsura Gon (132 páginas) y Gag Guerrilla (72 páginas). Esto significa que tenemos muchas páginas de muestra de sus tres obras de humor más representativas (Osomatsu, Bakabon y A-tarô), lo que convierte a este tomo en una verdadera joya, un “digest” ideal para los que quieren introducirse en la obra de Akatsuka pero no saben por qué obra empezar, así como para los que no tienen mucho tiempo pero aun así quieren leer un buen muestrario de este autor. Editar a Akatsuka fuera de Japón sería poco menos que un suicidio (enseguida explico por qué), pero si alguna vez se hiciera, estoy convencido de que la mejor manera de introducirlo sería con este tomo.

Página de Tensai Bakabon

¿Por qué publicar a Akasuka en Occidente sería tan arriesgado? Pues sencillamente porque es un humor muy japonés, muy burro, y también porque es muy antiguo. El dibujo es muy simple y los chistes son muy de su época, con algunas cosas que hoy en día se percibirían como “discriminatorias”. En anime todavía puede funcionar, pero en manga, que requiere que el lector ponga dinero de su bolsillo para adquirir el libro y leerlo, francamente lo veo difícil. Además, sus obras son muy largas: Osomatsu-kun tiene unos 34 tomos (según la edición, el número puede variar, pero para que os hagáis una idea), Bakabon unos 20 y A-tarô 12.
En Japón es un autor que funciona (bueno, funcionó en su momento, en los años 60-70, y actualmente sigue vendiendo por el efecto nostalgia), pero fuera de Japón no me parece una opción viable. Hasta cierto punto, y salvando las diferencias, se podría decir que Akatsuka es el Ibáñez japonés (o viceversa) y que los Osomatsu-kun, Bakabon, A-tarô y tal son los Mortadelo, Pepe Gotera y Otilio y Botones Sacarino de Japón (y viceversa). Realmente, si nos ponemos a comparar resulta bastante curioso ver las similitudes: humor cafre basado en el slapstick y en juegos de palabras, dibujo sencillo caricaturesco, y ambos grandes fenómenos en su país, pero prácticamente desconocidos fuera de él. Asimismo, la tendencia en ambos autores (Akatsuka e Ibáñez) de apoyarse mucho en los juegos de palabras y de dar idiosincradia idiomática a cada personaje para que hable de cierta manera distintiva hace que su traducción a otros idiomas resulte francamente complicada y con un elevadísimo peligro de pérdida de frescor y espontaneidad.
¿Y de qué van las historias? Pues más que nada son excusas para poner a los personajes en situaciones cómicas. En el caso de Osomatsu-kun, son seis mellizos que hacen de las suyas acompañados de algunos secundarios de excepción como el dentudo Iyami o el pequeño cabezón Chibita. En el caso de Bakabon, tenemos a una familia en la que el padre (del que nunca se dice el nombre y es conocido como “el padre de Bakabon”) es el verdadero protagonista: es un auténtico idiota (baka significa idiota) que no para de hacer cosas absurdas. Su hijo Bakabon no le va a la zaga, por cierto. En cambio, su mujer y su hijo pequeño son más normales (el hijo pequeño es bastante genio, de hecho, igual que Turbo en Dr. Slump). En A-Tarô, están A-Tarô y su ayudante Dekoppachi como protagonistas, aunque los secundarios, como el gato Nyarome (el de la portada de este libro) y el policía que siempre dispara a lo loco tienen mucha importancia también. Las otras dos historias (Rettsura Gon y Gag Guerrilla) son un bonito “bonus” del tomo y nos dan una satisfactoria muestra de lo que es la obra de Akatsuka más allá de sus tres grandes obras cómicas, siendo Rettsura Gon más infantil y Gag Guerrilla bastante más cafre y para público adulto.
Lo único que, en mi opinión, falla en el libro son los artículos complementarios que lleva. Supongo que fueron escritos en plan “homenaje” por famosillos de la época, aunque de los ocho que lleva solo me suena un nombre: el del director de cine Jûzô Itami (cuyas películas me encantan, por cierto). Y francamente, los artículos son infumables porque me temo que la mayoría de ellos quiso hacerse el graciosillo y se dedicó a escribir en plan “guay”, lo que resulta una tortura de leer. También hay dos o tres que van en plan académico, totalmente áridos. Por suerte, al final del tomo se nos ofrece una entrevista con el autor realizada por Makoto Wada (el editor del libro, que seleccionó las historietas que lo componen) y una completísima lista de la obra de Fujio Akatsuka desde su debut hasta 1975.
En definitiva, como ya he dicho antes, estamos ante un libro ideal para introducirse en el mundo humorístico de Akatsuka, el padre del manga de humor absurdo japonés, de cual se inspirarían, directa o indirectamente, grandes éxitos posteriores como Gaki Deka, Makoto-chan, Dr. Slump, Kinnikuman, Urayasu Tekkin Kazoku y tantas otras obras.

π (Pi)

Monday, August 18th, 2008
  • Título: π -パイ- -Pai- (Pi)
  • Autor: Usamaru Furuya
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: Big Comics
  • Años publicación: 2002-05
  • Clasificación: shônen, seinen
  • Tomos: 9

En mi reseña de Chronicles of the Clueless Age ya expresé mi deseo de obtener más obras de este genio de lo visual que es Usamaru Furuya. Ese desparpajo gráfico que muestra el autor en su opera prima Palepoli y en Chronicles me dejaron anonadado, así que ni corto ni perezoso, procuré hacerme con alguno más de sus manga. Aunque Furuya es un autor que se siente muy cómodo en historias de un solo tomo, o a lo sumo de dos, su manga más popular (o, al menos, el más sencillo de encontrar en las librerías japonesas) es este π, que se publicó en la “primera división” del manga seinen, concretamente en la revista Big Comics, y terminó en 2005 con un total de nueve tomos.
Y después de leer el primer tomo, tengo un par de cosas que decir: primero, que los que esperen al Furuya más creativo gráficamente hablando, con esas metáforas visuales tan increíbles, así como al Furuya de argumentos surrealistas y profundos, se sentirán defraudados. Y segundo, que es una excelente obra de entretenimiento que me hizo pasar un muy buen rato mientras la leía.
Antes de empezar a explicar de qué va el manga en sí, hay que hacer una pequeña explicación sobre su título, que es ni más ni menos que el símbolo matemático π, es decir, el famoso “pi” (3,1416…). Lo que pasa es que en japonés se pronuncia “pai”, lo que a su vez recuerda a la palabra “oppai”, que significa “tetas”.
Habiendo explicado esto, se entenderá mejor el argumento. Yumeto Sawaki es un estudiante de bachillerato guaperas, bien vestido, con el pelo teñido de rubio, silencioso y taciturno. Un verdadero misterio que lleva de cabeza a todas sus compañeras. Lo que nadie sabe es que, hasta hace muy poco, Yumeto era un friki seboso, feo y baboso que lleva toda la vida obsesionado con la relación entre las tetas y el número “pi”. Según su sesuda teoría, a la que lleva dedicadas más de diez libretas llenas de ecuaciones, gráficos y fórmulas matemáticas, la teta perfecta es la que más cerca está del número “pi”. Asimismo, su obsesión por los pechos le lleva a convertirse en dibujante de pin-ups de chicas con las tetas al aire, un mundillo en el que llega a ser bastante famoso, aunque no tanto como el célebre Chigusa (que aparecerá también como personaje).

La relación entre los pechos y el número pi…

Pero claro, para demostrar su teoría en el aspecto práctico necesita ver y palpar pechos en primera persona, así que se pone a pensar… ¿Cuáles son las probabilidades de que, con su aspecto actual, consiga encontrar y gozar de las tetas perfectas de sus sueños? Respuesta: cero pelotero. Así, Yumeto se esfuerza a lo bestia hasta finalmente conseguir un aspecto de play-boy increíble. Por fuera, pues, es un guaperas que se las lleva de calle, pero por dentro sigue siendo ese friki obsesionado con los pechos. A todo esto no hay más que sumarle a la guapísima Jun Tamura, que tiene un trauma desde que un pervertido la sobó en un tren y no soporta que los chicos la miren lascivamente. Según Yumeto, Tamura podría ser la propietaria de sus codiciadas tetas “pi”, pero por otro lado una de sus letales “patadas voladoras” podría matar a cualquiera…
Y así se desarrolla una historia de humor picante que realmente se hace muy amena de leer. Francamente, es una obra comercial a más no poder que está a años luz del mejor Furuya, pero resulta muy divertida. Aunque Furuya no se prodiga demasiado en sus metáforas visuales, de vez en cuando se marca algún destello genial que hace subir un poco el nivel general de la obra. Resumiendo: no mata, pero se deja leer.
Como último apunte, destacar que el argumento, las situaciones y la forma de representar al “friki interno” del protagonista me parece muy similar al de Tonari no Yaoi-chan, por lo que o bien es pura casualidad, o bien la dibujante de Tonari se inspiró bastante en π a la hora de crear su obra.

Neko ramen (Ramen gatuno)

Wednesday, July 16th, 2008
  • Título: 猫ラーメン –Neko ramen– (Ramen gatuno)
  • Autor: Kenji Sonishi
  • Editorial: Mag Garden
  • Revista: Comic Blade Masamune / Comic Blade
  • Años publicación: 2004-?
  • Clasificación: humor
  • Tomos: 3 (en curso)

Tengo que decir que normalmente no soy muy amante de los manga de cuatro viñetas (yon-koma), aunque es cierto que son tremendamente populares en Japón. Muchos de estos cómics, generalmente humorísticos y que constan de solo cuatro viñetas ,se publican únicamente en revistas de tipo quincenal o mensual dedicadas casi en exclusiva a este género, lo que significa que son muy pocos los que consiguen salir de las páginas de la revista y ser publicados en forma de tomo. Durante un año o dos, mientras vivía en Osaka, un editor que trabaja en una editorial japonesa me suscribió a la revista en la que él trabajaba y la recibí en casa cada quince días. La verdad sea dicha, de la revista solo me gustaban un par de series; las demás las encontraba más bien anodinas. También es verdad que el target eran principalmente mujeres jóvenes casadas o a punto de casarse, pero es que a muchas historias no les veía ninguna gracia ni aunque intentara ponerme en la piel del público a la que iban dirigidas.
En todo caso, de vez en cuando sí hay alguna serie de yon-koma que me llama la atención, como esta que reseño ahora. Ahora mismo no recuerdo dónde obtuve la noticia de que algo así existía, pero un día leí un artículo o una reseña en la que se hablaba de un manga protagonizado por un gato que tiene un restaurante de ramen (tallarines en sopa muy populares en Japón). Hay muchas cosas que me gustan y disfruto; de hecho, si me pusiera a hacer una lista, creo que me quedaría bastante larga. Y precisamente, tanto los gatos como los ramen figurarían en esta lista ^_^. Así que no lo pensé dos veces y me agencié el que, por aquel entonces, era el único tomo disponible (actualmente ya hay tres).

Un ejemplo de una página

En fin, el manga es una chorrada, tiene un dibujo bastante malillo, pero la verdad es que tiene algunos gags bastante divertidos. Al fin y al cabo, la calidad del humor prima sobre el dibujo en este tipo de historietas (ver Shin-chan, sin ir más lejos, que no es un yon-koma, pero se acerca bastante al concepto). La cosa va de que un día, un oficinista joven llamado Tanaka ve un restaurante de ramen que se llama “Neko Ramen” (Ramen gatuno), le pica la curiosidad y entra. ¡Cuál es su sorpresa al ver que detrás de la barra está realmente un gato con una cinta para el pelo y un delantal que le da la bienvenida en perfecto japonés! Así es, la premisa es tan tonta como esta: un gato que habla (con los dejes garrulos y expresiones propias de un cocinero de ramen XDD) sirviendo ramen a los clientes. Lo que pasa es que el gato es un poco torpe y no se le da muy bien lo de cocinar los fideos, pero eso no impide a Tanaka visitar con frecuencia el restaurante e interesarse por los progresos de su felino amo. Un amo que, por cierto, es el único gato parlante en el mundo en el que se ambienta la obra, hecho al que nadie (a excepción de Tanaka) parece darle importancia.
La broma es tan tonta como esta, y en esta ocasión parece que la idea ha caído simpática entre el público y el manga se vende muy bien. Los yon-koma tienen este peligro: pueden caer simpáticos y gustar a la gente, o bien pasar totalmente desapercibidos y servir únicamente para rellenar el cupo de páginas que tiene que tener una de las tantas revistas de manga que existen en Japón (305 cabeceras en total, según un recuento de 2005). Neko Ramen es de los primeros, hasta el punto de que se han realizado algunos cortos animados en estilo Flash y se ha anunciado la creación de una película (sin fecha de estreno anunciada aún). Podéis ver las animaciones en la web oficial de la obra (muy currada, por cierto), si hacéis clic encima de la tele, luego en 始める(empezar) y finalmente seleccionáis uno de los episodios de la lista de la izquierda (parece que solo ponen dos a la vez). Ojo, porque si hacéis clic en トップに戻る (volver al inicio), volveréis atrás. ¡Venga, a disfrutar de la chorrada!