El blog de Marc Bernabé

Dokonjō Gaeru (La rana Raponchi)

Monday, July 20th, 2009
  • Título: ど根性ガエル –Dokonjō Gaeru– (La rana Raponchi)
  • Autor: Satoru Yoshizawa
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Shōnen Jump
  • Años publicación: 1970-76
  • Clasificación: shōnen, humor
  • Tomos: 27

¡Un post expresamente dedicado a los más nostálgicos! Yo nunca vi esta serie por la tele, pero me consta que tiene bastantes fans en España y Latinoamérica, donde se conoce como La rana valiente o La rana Raponchi. Como prácticamente todas las series que veíamos en nuestra infancia, Raponchi también tuvo su origen en un manga: Dokonjō Gaeru (literalmente “La rana valiente” o, más creativamente, “La rana con agallas” (XD)).
Dokonjō Gaeru es una creación de Satoru Yoshizawa y se publicó con bastante éxito en las páginas de la sempiterna Shōnen Jump entre 1970 y 1976, es decir, en la primera época de la ahora legendaria revista. Lo que más gracia me ha hecho con diferencia al leer el manga ha sido que toda la premisa de la historia se soluciona en la primera página. ¡Sí, sí, en una sola página, a lo bruto y descarao! Concretamente, va un chaval (Hiroshi) corriendo por un descampado, se cae de bruces encima de una rana y la rana aplastada queda impresa en su camiseta. A pesar de todo, la rana de marras no está muerta, sino que puede usar la boca para morder, comer y hablar, y también puede “tirar” de la camiseta para obligar a Hiroshi a ir en la dirección que ella desea. ¡Y ya está!
A partir de aquí, encontramos historietas autoconclusivas en clave de humor que aprovechan los gags que pueden desarrollarse con estos ingredientes: la puñeterilla rana llamada Pyonkichi (Raponchi en español), el chico Hiroshi, bastante salido y chuletillas y que siempre va con unas enormes gafas de sol encima de la cabeza, su amiguete “mandao” Gorō y otros personajes, como por ejemplo la chica mona e hija de papá Kyōko Yoshizawa, por la que suspira el bueno de Hiroshi.
 

Raponchi a veces fastidia a Hiroshi tanto como puede

Y bueno, pues nada, aquí está todo: solo he leído el tomo 1 de los 27 (!) de los que consta la historia, y al cabo de tres historietas la cosa ya se me hacía repetitiva, aunque también es verdad que leyendo el tomo no me he aburrido en ningún momento. Pero 27 tomos así… ¡Buf, ¿no se cansaban?! En cualquier caso, la historia cayó en gracia en su momento, ya que fue adaptada al anime con gran éxito en dos ocasiones: la primera en 1972 (103 episodios) y la segunda en 1981(30 episodios).
Investigando para hacer esta reseña he dado con algunos datos curiosos, como por ejemplo que Yoshizawa no ha vuelto a hacer ninguna serie de éxito después de esta y que, seguramente debido a las ganas de seguir explotando su particular gallina de los huevos de oro, protagonizó varios intentos de reflote de la historia con prácticamente nulo éxito: Shin Dokonjō Gaeru (La nueva rana valiente), en Shōnen Jump (episodios sueltos entre 1981 y 1982, no consta que se publicara en tomo), Dokonjō Gaeru 2001, en Comic Densetsu Magazine (episodios publicados en 2001, sin tomo) y, ya parece cachondeo, Shin-shin Dokonjō Gaeru (La nueva-nueva rana valiente), en Comic Figure Ō (historia única suelta, sin tomo). Además, la serie fue republicada parcialmente en los años 80 en la revista Wanpaku Comic de la editorial Tokuma Shoten (sí, la que tanto le gustaba a Hideaki Sorachi de Gintama en su infancia XD) y se publicaron 8 tomos con ese material rescatado.
También decir que me costó bastante conseguir este tomo 1 y que una vez, charlando con el friki-dependiente de una tienda de segunda mano extrañísima de Osaka (¡era brutal, en un 4º piso, en un local minúsculo y lleno de libros por todas partes a lo bruto!), me enteré de que la serie completa solo se puede conseguir en su edición original de Shōnen Jump o bien en el servicio de “impresión on-demand” de Shūeisha (en el que pides el tomo que quieras y te imprimen una sola copia para ti). Aparte de los 8 tomos rescatados de Wanpaku Comic, en dos ocasiones se ha intentado editar la serie en formato bolsillo: en la primera se editaron solo 5 tomos antes de tener que cortar la edición por falta de ventas, mientras que en el segundo intento solo se pudieron lanzar 2 tomos. Al final el de la tienda Osaka no tenía el tomo 1 que yo quería (se pasó un buen rato buscándolo y al final resultó que solo tenía el tomo 8) y este lo conseguí en las subastas de Yahoo!! Japan unos meses más tarde.

Honey Honey no suteki-na bōken (La maravillosa aventura de Honey Honey)

Friday, July 17th, 2009
  • Título: ハニーハニーのすてきな冒険 –Honey Honey no suteki-na bōken– (La maravillosa aventura de Honey Honey)
  • Autor: Hideko Mizuno
  • Editorial: Asahi Sonorama
  • Revista: Ribon
  • Años publicación: 1968
  • Clasificación: shōjo, aventuras
  • Tomos: 2


Esta vez comentaré un manga shōjo clásico, de los años 60 concretamente, es decir, de antes de la irrupción de las autoras del “Grupo del 24” (más info sobre esto en la introducción de este post). Me gustaría conseguir más de shōjo antiguo, pero lo cierto es que es muy complicado, ya que, aunque se publicaba mucho material en las revistas de manga desde los años 50, este material raramente se recopilaba en forma de tomo y, por lo tanto, son un tipo de obras que cuesta mucho conseguir hoy en día. Es cierto que se están realizando recuperaciones del manga shōjo “primigenio”, sobre todo, claro está, salido de la pluma de grandes autores (masculinos) de manga como Osamu Tezuka, Shōtarō Ishinomori, Fujio Akatsuka, Kazuo Umezu o Mitsuteru Yokoyama, pero es raro que estas recuperaciones se realicen con material de autores y autoras menos conocidos o aún por reivindicar, como Hideko Mizuno. Esperemos que, con el tiempo, haya editoriales (japonesas, claro) que apuesten por la recuperación de parte de este fondo.
En cualquier caso, el manga que comento esta vez, Honey Honey no bōken (La maravillosa aventura de Honey Honey) es una feliz excepción a todo esto. Primero porque se publicó poco antes del gran “boom” que representó para el shōjo manga la eclosión de las autoras del “Grupo del 24”, sobre todo gracias a La rosa de Versalles, y por lo tanto las mentes empezaban a estar un poco más abiertas a que el manga para chicas era un género más dentro del manga y a que dentro del shōjo manga también había lugar para buenas y originales obras. Segundo porque es obra de Hideko Mizuno, una de las autoras shōjo más conocidas del momento y famosa por ser la única mujer que llegó a vivir en el Tokiwa-sō, los apartamentos del manga, aunque fuera solo por unos meses en calidad de invitada.
Como decía en la reseña de Kaze to ki no uta, se suele decir que el shōjo manga pre-Grupo del 24 “había sido básicamente un subgénero del manga bastante marginal y plano, con historias pueriles y poco elaboradas, destinadas a entretener a las niñas. Historias de chicas desafortunadas, huérfanas, con inmaculados amoríos, suspiros, príncipes azules y estas cosas”. Pues bien, Honey Honey no suteki-na bōken es exactamente esto, aunque en su favor se puede decir que tiene bastante más gracia que la media habitual.
Honey Honey, la protagonista, es una guapa sirvienta en la corte de la princesa austríaca Florel que se ve inmersa en una enorme y divertida aventura que la lleva a dar la vuelta al mundo sin comerlo ni beberlo. Todo empieza cuando Florel organiza una fiesta ante sus numerosos pretendientes y llega el famoso y guapísimo ladrón Fénix para robarle “la sonrisa del Amazonas”, un anillo con una piedra preciosa valiosísima. Lo que son las cosas, el anillo acaba dentro de un pescado, que cae encima de un tejado y que posteriormente se come el gato Mimi (que es el gatito de Honey Honey), tragándose la joya en el proceso. Florel declara entonces que el que le devuelva el anillo podrá casarse con ella.

En el baile de máscaras, la arrogante princesa suelta un “jooo, jo, jo, jo” dramaqueenero ante la desazón de la dulce Honey Honey… Aysh…

Empieza entonces una alocada persecución en plan slapstick con Honey Honey y Mimi en cabeza y Florel y sus pretendientes detrás, con el ladrón Fénix en medio. Así, Honey Honey subirá por pura casualidad a globos, barcos, trenes, avionetas, barcos vikingos, alfombras mágicas y a todo lo imaginable e irá desplazándose por el mundo: Venecia, París, las tierras vikingas, Turquía, Japón, Hollywood, el oeste americano, el Chicago de Al Capone, las cataratas del Niágara, Nueva York, África y de nuevo Austria. Todo en una aventura llena de sobresaltos, nuevos amigos y muchísima imaginación. Y, por supuesto, llena de tópicos: princesitas austríacas, la torre Eiffel, los vikingos, góndolas venecianas, indios y vaqueros, mafiosos de Chicago, caníbales africanos, turcos que parecen sacados de las mil y una noches, samuráis, el Fuji, etcétera. Claro está, no podía faltar el romance con el guapísimo ladrón Fénix, y encima mucho más cuando se descubre que Honey Honey es en realidad la princesa de un pequeño reino ya desaparecido y que Fénix es en realidad su guardaespaldas… Hmmm.
Bueno, se trata de una obra muy simpática y trepidante y, claro está, bastante llena de ñoñería, pero siempre desde el buen humor, lo que se agradece. Al ser solo dos tomos, además, se lee rápidamente y deja un buen sabor de boca. El estilo de dibujo es muy de su época, es decir, muy “tezukiano”, como debe ser, pero también muy gracioso. Mizuno hizo muy buen trabajo con esta obra.
Por cierto, Honey Honey no suteki-na bōken fue adaptada al anime entre 1981 y 1982 en una serie de 29 episodios en la que, al parecer, Honey Honey visita España en su alocado viaje, una visita que no figura en el manga original. Estaría bien ver esta parte para ver cómo sale retratada España. Viendo que Mizuno recurre deliberadamente a los tópicos en todos los países o regiones que visita Honey Honey, probablemente saldrán toreros y flamencas a mansalva. Por lo que veo en la Wikipedia, hay tres episodios en los que seguro está en “la piel de toro” (igual hay más, pero por el título no se puede deducir): son el episodio 15 (La sonrisa de Madrid), el 16 (El fuerte de Gibraltar) y el 17 (El mejor bizcocho del mundo). A ver si alguien los encuentra XD.

Penguin no mondai (Los problemas del pingüino)

Monday, June 22nd, 2009
  • Título: ペンギンの問題 –Penguin no mondai– (Los problemas del pingüino)
  • Autor: Yūji Nagai
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: CoroCoro Comic
  • Años publicación: 2006-?
  • Clasificación: kodomo, humor
  • Tomos: 5 (en curso)

No son muchos los títulos del llamado kodomo manga o “manga para niños” que reseño en este blog, básicamente porque la gran parte de lo que hay en el mercado japonés que se engloba en este tipo de manga son o bien adaptaciones de grandes éxitos televisivos tipo Pokémon, o bien grandes operaciones de márketing como Duel Masters, o bien obras de humor bastante anodino e infantil (por supuesto, siendo manga infantil….), o bien adaptaciones o spin-offs de otras series, como la misma Doraemon (actualmente, por ejemplo, se publica una serie que se llama Dorabase que va de unos Doraemons que juegan al béisbol). Así, es complicado encontrar obras de kodomo manga que puedan resultar interesantes de leer, básicamente por los argumentos simplones y por los diseños de ojos enormes y pelopinchos exagerados que tienden a usar.
Pero Penguin no mondai es para mí la excepción que rompe la regla, porque pese a ser un manga de risa con personaje “carismático”, la verdad es que el humor que tiene es lo suficientemente burro como para haberme caído en gracia. La premisa del manga es que una especie de pingüino llamado Beckham Kinoshita (el nombre tiene ya un montón de guasa XDDDD) aparece un día en el colegio de Naoto Yamada con la intención de empezar a estudiar en él. A nadie excepto a Naoto parece extrañarle que haya un pingüino parlante que quiera ir a la escuela, y poco a poco vamos descubriendo la tremenda mala leche de Beckham. Porque el pingüino se las apaña para situarse en el centro de situaciones de lo más estrambóticas, siempre con el sorprendido Naoto como testigo de sus acciones y con un elenco de personajes que van apareciendo sucesivamente de lo más “rarunos”. Por ejemplo, está un señor que lleva chistera y bigote, pero siempre va desnudo y sudoroso (!?) –aunque siempre se las apañan para que no se vean sus partes–, una viejecita de aspecto adorable con su bastoncito y todo pero que cuando se destapa resulta ser una tremenda maestra de las artes marciales, una ardillita, Michael Inoue (XDDD), que siempre pringa, etcétera. Además, es imposible saber qué es Beckham exactamente, porque a veces resulta que se transforma, o adopta otras personalidades, o se desdobla… Bueno, una absurdidad tras otra que hace que a mí esta serie me resulte bastante refrescante y divertida, más que nada por la cara de flipe que se le queda al anonadado Naoto cada vez que Beckham lía una de las suyas. Humor absurdo y un poco escatológico, de ese tan típico japonés. Por cierto, Penguin no mondai tiene anime (con episodios de 10 minutos solamente), un videojuego y en otoño se estrenará una película y todo en cines, por si queréis echarle un vistazo.
¿¿¿Un pingüino que se pela de frío en clase???

Es una pena que el manga infantil esté en general de capa caída en Japón y que por lo tanto haya tan poco cómic creado expresamente para los niños de 5 a 8-10 años aproximadamente. Es cierto que actualmente existe muchísima competencia en forma de televisión, videojuegos y demás, pero también es triste ver cómo se va perdiendo entre los niños la costumbre de leer revistas de manga. Aunque claro, esto no es una tendencia que haya empezado recientemente, sino que lleva como 20 años así. Hasta hace muy poco, incluso, la única revista de kodomo manga que aguantaba en el mercado era la CoroCoro Comics, con su personaje insignia Doraemon a la cabeza, que junto a las versiones manga de grandes éxitos del anime o los videojuegos como Pokémon, Beyblade o Super Mario Bros iba sobreviviendo.
Hace tan solo menos de dos años, sin embargo, la editorial Kadokawa decidió sacar una revista de kodomo manga para hacerle la competencia a la CoroCoro. El título de esta revista es KeroKero Ace y, como su nombre indica, se basa en el personaje de Keroro como buque insignia. En el pasado Salón del Manga tuvimos a Yoshikazu Yasuhiko, el autor(azo) de Gundam the Origin, como autor invitado. Con él le acompañaba un señor llamado Tomoya Hirao, que es el editor en jefe de la revista Gundam Ace, donde se publica Origin. Hirao es un tío estupendo, brillante en todos los aspectos, y con actitud y corazón de auténtico niño. La verdad es que hicimos muy buenas migas y pudimos hablar de muchos temas tanto durante la celebración del Salón del Manga como en mis dos sucesivas visitas a Japón desde entonces.
En una ocasión Hirao me contó todo este tema de las revistas de kodomo manga, y me comentó que KeroKero Ace (de la que también es editor jefe) había sido una apuesta personal suya, porque le daba rabia que cada vez menos niños leyesen manga y quería corregir esta situación. Así, convenció a sus escépticos jefes y empezó con KeroKero Ace. Pues se ve que la apuesta le fue bien y actualmente la KeroKero es una de las pocas revistas que arrojan beneficios de por sí, lo que es un logro increíble ya que la mayoría de ellas pierden dinero, que luego recuperan cuando las obras se recopilan en tomo. La verdad es que la KeroKero, además de orbitar alrededor de Keroro (con obras alternativas basadas en el universo Keroro, serie que se publica en la revista insignia de Kadokawa, la Shōnen Ace), está muy enfocada a los videojuegos, los juegos de cartas y al humor absurdo y de chistes bastante guarros, muy en consonancia con el carácter de su editor jefe y con lo que gusta a los niños japoneses actuales.
Entre las series que se publican en la KeroKero destaca, para mí, Un-P Sensei, obra de Hideki Oowada (¡autor de Mudazumo naki kaikaku y Gundam-san!) que va de un luchador justiciero que lleva un gorro en forma de mojón y en vez de calzoncillos lleva una taza de váter japonesa ^_^. Bueno, muy burro todo, pero es divertido, os lo aseguro. Aún no ha salido ningún tomo recopilatorio de Un-P Sensei, pero cuando salga os prometo reseña en este mismo blog. Otanoshimi ni!

Donki kōrin (El advenimiento del instrumento romo)

Thursday, May 28th, 2009
  • Título: 鈍器降臨 – Donki kōrin- (El advenimiento del instrumento romo)
  • Autor: Usamaru Furuya
  • Editorial: Media Factory
  • Revista: Da Vinci
  • Años publicación: 2004
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 1


Un nuevo libro de mi querido Usamaru Furuya que cae comentado en este blog. Se nota que me gusta este autor, ¿eh? Estoy ya por poner una etiqueta llamada “Furuya” para no tener que poner links como haré ahora: Furuya es el autor de obras comentadas en este blog como, por orden de aparición, Chronicles of the Clueless Age, Pi o Happiness.
No me extenderé más sobre cuánto me fascina la imaginación desbordante y el agudo y peculiar sentido del humor de este autor, ni de su capacidad para crear viñetas llenas de poesía prácticamente daliniana y en ocasiones cargadas de mucha mala leche, porque ya lo he hecho en las reseñas anteriores. Así que me limitaré a reseñar esta peculiar obra, titulada Donki Kōrin (El advenimiento del instrumento romo).
Estamos ante una obra que es manga pero no es manga, una especie de híbrido muy curioso que nunca antes había visto. Me explico. Los contenidos recopilados en este primer tomo fueron publicados originalmente en la prestigiosa revista japonesa literaria Da Vinci entre noviembre 1997 y enero de 2004. Los editores de Da Vinci tuvieron el ojo de fichar a un Furuya que había debutado solo tres años antes con la maravillosa Palepoli (un día la comentaré, lo juro, lo que pasa es que la leí de prestado hace años y no tengo el tomo; tendré que comprarlo) para que ilustrara pequeños relatos seleccionados de entre los que mandaban los lectores.
Así, este tomo se compone de 75 unidades divididas en dos páginas cada una: la primera página es un relato corto enviado por un lector, mientras que la segunda es una representación libre de este relato realizada en el formato de cuatro viñetas y con el estilo genialmente variable e imaginativo de las historietas que conformaban Palepoli. Tengo que decir que los manga de Furuya no adaptan fielmente las historietas, sino que en ocasiones las tergiversan, se centran en aspectos muy concretos de ellas, les dan la vuelta, les sacan punta… No sé, es difícil definir lo que hace Furuya sin un ejemplo, así que para eso al final de esta entrada he dejado la traducción de una de estas historietas y su adaptación manga, para que os hagáis a la idea de lo que quiero decir. Por cierto, que de ahí viene el extraño título de la obra, El advenimiento del instrumento romo, que pretende indicar que Furuya golpea con un instrumento romo (como un martillo, mirad las imágenes de la portada) los relatos que le mandan con la intención de “forjarlos” sobre el yunque. Un poco rarito, pero bueno, ellos sabrán.
Ciertamente hay algunas historias un poco raras, pero en general los manga de Furuya son, cómo no, geniales. Uno podría leer solo los manga y seguramente se sentiría satisfecho, pero el hecho de leer primero el relato y luego el cómic hace que el cómic se coloque dentro de un contexto mucho mayor y se disfrute aún más. Esta iniciativa de Da Vinci combinando el relato y el manga me parece muy original. Desconozco si a partir de enero de 2004 siguieron con el mismo proyecto en las páginas de la revista; si fuera así, y contando con que para recopilar este tomo 1 se necesitaron poco más de 5 años de serialización mensual en la revista, el segundo tomo tendría que estar ya al caer después de exactamente ese mismo tiempo, entre 2004 y 2009. Espero que sea así.
El tomo se complementa con unas pocas conversaciones (no muy interesantes, la verdad) entre Furuya y algunos de los autores de los relatos, años después de que su relato fuera seleccionado y diseccionado en forma de manga por el mangaka.

Pues nada, aquí va la traducción de una de las 75 historias que componen este libro.

TEXTO

La rebanada

Hay varias cosas que me habría gustado hacer de niño y que no pude hacer.
A menudo pienso “si hubiese hecho aquello entonces, ahora mismo estaría…” Si pudiera volver a mi infancia con las capacidades intelectuales que tengo ahora, destacaría tanto en los estudios y en los deportes que me tildarían de niño prodigio, me enamoraría dulcemente de la profesora en prácticas y estas cosas…
Pero bueno, todas estas no son más que cosas que le preocupan a uno una vez ha llegado a cierta edad y ha acumulado ciertos conocimientos. Básicamente son pajas mentales.
Y aun así, ciertamente pienso a menudo en una cosa que me habría gustado hacer entonces y que no pude hacer.
Me refiero a salir corriendo de casa hecho un manojo de nervios y con una rebanada de pan en la boca. Debería haberlo hecho, costara lo que costara. Mirar boquiabierto el despertador que me había dejado anoche sin poner, salir de la cama de un brinco, vestirme en un segundo y ponerme la mochila en la espalda sin ni siquiera mirar el horario de clases del día. Por esto ya pasé; prueba superada. El problema viene después, porque por mucho que protestaran mis tripas, por mucho que mis ojos se detuvieran en los tomos de Doraemon tirados por mi habitación, en ningún momento tuve el impulso ni la clarividencia de salir volando de casa con una rebanada de pan en la boca. Y pasaron los años, me hice mayor y nunca llegué a hacerlo.
Si algún día puedo regresar a esa época, me conjuro para ser capaz de hacer el “más difícil todavía”: tres minutos después de salir como una bala de mi casa, decir “¡Maldita sea! ¡¡Esto no es pan, sino tofu frito!!” y volver a casa a por una rebanada de pan.
Esto es lo que he pensado mientras me dedicaba a echar lavavajillas sobre una rebanada mohosa de pan.

Jinta Mizugiwa (prefectura de Miyazaki)

CÓMIC

1.
Fiel al tópico, corro con todas mis fuerzas con una rebanada de pan en la boca.
¡Kiaaah! ¡Que llego tardeeee!
Y grito lo que es tópico.

2.
Al llegar a la esquina decisiva, ¡¡avanzo con todas mis fuerzas sin echar un vistazo al espejo por si viene alguien por el otro lado!!
¿¡Eh!?

3.
Ya han pasado veinte años y pico… Y aún hoy sigo corriendo.
Arf
Afh
Qué raro… ¡¡Esto no debería ser así!!

4.
¡Hoy sí! ¡Tiene que ocurrir!
Arf
Agh
(manga interior) Puuuf / ¡Au! ¿¡Tú tienes ojos en la cara!? / Pe… Perdona… / ¿Estás bien? / Bu-bum / ¡Ah! / Buuufff… / ¡Kyah! ¡Guarro! / O… ¡Oye, que yo no he…!
¡De hoy no pasa sin que tenga un encuentro dramático igual que en los manga!

Bueno, aquí está. ¿Qué os ha parecido? ¿Interesante? Bueno, es bastante friki, para qué negarlo, pero es un buen ejemplo de la genialidad de Furuya Usamaru.

Ijiwaru baasan (La abuela tocanarices)

Friday, May 22nd, 2009
  • Título: いじわるばあさん –Ijiwaru baasan– (La abuela tocanarices)
  • Autor: Machiko Hasegawa
  • Editorial: Shimai-sha
  • Revista: Periódico Sunday Mainichi
  • Años publicación: 1966-71
  • Clasificación: humor, costumbrista
  • Tomos: 6
Ijiwaru baasan (La abuela tocanarices) es la segunda obra más emblemática de Machiko Hasegawa después de la icónica Sazae-san. Solo se publicó durante cinco años y solo los domingos, en la edición dominical del periódico Mainichi, por lo que su recopilación original se realizó en seis tomos de unas 100 páginas (existe una edición en formato bolsillo con cuatro tomos). Actualmente ambas ediciones se encuentran descatalogadas, pero no creo que tarden en reeditar la serie en estos u otros formatos (un tomo de 600 páginas con la obra completa sería fantástico, por ejemplo).
A pesar de su relativamente corta duración, esta serie ha conseguido hacerse con un lugar en el corazón de los japoneses, y ha sido convertida varias veces en serie de imagen real y anime. ¿Y de qué va? Pues son tiras de cuatro viñetas protagonizadas por una abuela con muy mala baba. Y es que la señora Ishi Ijiwaru, pese a su avanzada edad, tiene un gusto por tocar las narices ajenas al que resulta difícil… ¡Resistirse! Y es que los chistes son divertidísimos.
Seguro que todos conocéis alguna vieja de vuestro pueblo o vecindario que está amargada y se dedica a tocar las narices o a despotricar de los demás. Pues en Japón, y supongo que en todo el mundo, también existen las viejas amargadas. Ijiwaru baasan nos cuenta las peripecias de una de ellas, que básicamente se dedica a tocar las narices al personal en plan Daniel el travieso versión sénior. Los chistes son divertidísimos y con muy mala leche, aunque es justo decir que todos ellos tienen un humor bastante blanco. Y es que da la sensación de que Hasegawa estaba un poco cansada de tanta “buena persona” y tanta moralina en sus obras y quiso buscar un revulsivo. ¡Y vaya si lo encontró! XD

Viñeta 1: Amarás a tus enemigos, ¿de acuerdo? / Sí.
Viñeta 2: ¡Ya sé! Haré las paces con Oyae.
Viñeta 3: Ahí está.
Viñeta 4: ¡Oyaeee! ¡Oyaeeee! / Cartel: Casa de empeños


Sin embargo, el mérito de la serie no es solo presentar las gamberradas de la vieja Ishi sin más, y es que hay veces en las que la tira sorprende al lector con escenas en las que a la abuela le sale el tiro por la culata, o la vemos triste porque todo el mundo la evita o le echa las culpas (incluso cuando no tiene la culpa de algo), o hace alguna buena acción (generalmente por error, pero a veces incluso de buen grado). Por otro lado, Ishi adora a los animales, especialmente a los gatos, o sea que tiene una faceta buena también.
Al contrario que Sazae-san, Ijiwaru baasan me parece una obra perfectamente exportable ya que el humor que protagoniza es muy universal y no se basa en hechos concretos de un momento histórico ni nada. Es simple humor sin complicaciones. Otra cosa, claro, es que los herederos de Machiko Hasegawa den su consentimiento para publicarla fuera de Japón, que por lo que se puede deducir de lo celosos que parecen ser que probablemente es complicado…
En definitiva, estamos ante una serie muy divertida y familiar de humor blanco que, si hubiese sido americana y no japonesa, ahora tendría una edición estupenda en España al igual que la tienen tiras de periódico americanas como Peanuts, Popeye, Garfield, Rip Kirby, Terry y los piratas, Flash Gordon o tantas otras. Y es que aunque parezca que el manga se esté comiendo el mundo del cómic, aún hay muchísima poca cultura sobre los verdaderos clásicos japoneses en Occidente. Cabe decir, sin embargo, que al menos un volumen de esta serie fue publicado en la colección de manga en versión bilingüe (texto en bocadillos en inglés, al margen en japonés) de Kōdansha International en el año 2001, con el título de Granny Mischief, por lo que el dique no está seco del todo.