Con el nuevo año, ha llegado el momento de realizar el tradicional análisis de lo que ha dado de sí el mercado español de cómic asiático, que en los últimos años es equivalente a manga japonés tras el fracaso estrepitoso de los intentos de editar cómics de otras nacionalidades asiáticas, sobre todo coreanos, hace ya tres o cuatro años. Antes de empezar a leer, recomiendo como siempre releer el análisis del año anterior, en este caso el de 2011, para poneros en contexto.
Como siempre, recordad que este es un estudio cuantitativo. Solo contamos las novedades (no se cuentan relanzamientos a precio reducido ni reimpresiones, aunque sí reediciones en formato distinto al que aparecieron en su origen –kanzenban, bolsillo, tomo doble…-), independientemente de que una novedad tenga una tirada de 500 o 20.000 ejemplares, para nosotros contará solo como una unidad. No barajamos cifras de tiradas ni de ventas simplemente porque las editoriales no las facilitan. Por eso, aunque podamos llegar a una conclusión (p.e., el mercado del manga en España está estable), esta conclusión solo se aplica al hecho de que sale una cantidad similar de novedades con respecto a los últimos dos años. Si conociéramos otro tipo de cifras, la conclusión podría ser radicalmente distinta (ejemplo: aunque el mercado parece estabilizado, lo cierto es que estamos en declive porque la tirada media o el promedio de las cifras de ventas son muy menores y por lo tanto arrojan menos beneficios a las editoriales. O viceversa, que está en auge. Pero esto no lo podemos saber.)
Entendemos “manga”, por cierto, como cómic realizado originalmente en Japón, por lo que no se incluye en el recuento ningún tipo de obra con estilo gráfico influenciado por el manga realizada en Occidente (en algún lugar hay que trazar la línea).
Vamos allá con la cifra de tomos de manga editados en el año 2012:
Observamos por fin un repunte en las cifras, algo que ya vaticiné el año pasado, ya que el clima imperante sugería que por fin la cosa se estaba estabilizando. Aparentemente, todo se ha puesto en su lugar y el mercado del manga ha conseguido su estabilidad tras el duro correctivo impuesto por la crisis económica y otros factores. Parece que se edita lo justo para que las cifras salgan a las editoriales, no se realizan grandes aventuras ni apuestas arriesgadas más allá de las obvias y, como todo, algunas de ellas han funcionado (y muy bien) pero otras han fracasado. Totalmente normal.
Por cierto, si el año pasado no teníamos ninguna muestra de cómic asiático no japonés, este año hemos visto como una nueva editorial Milkyway Ediciones, se arriesgaba sacando un tomo de cómic coreano, manhwa, incluido en el recuento.
¿Y cómo queda repartido el “pastel” del manga por editoriales?
A priori, de nuevo, todo parece bastante estable y similar al año pasado. EDT (antes Glénat) sigue en esa primera posición que recuperó el año pasado, seguida muy de cerca, eso sí, por Norma (2ª) e Ivrea (3ª), que arrebata a Planeta (4ª) el 3r puesto que había logrado el año pasado. Panini, como siempre, se mantiene en su posición de 5ª “grande”, a bastante distancia de las demás.
En cuestión de cifras, EDT se ha mantenido estable, pasando de 99 novedades a 98; Norma ha aumentado ligeramente de 86 a 92; Ivrea se recupera del bajón del año pasado pegando una buena subida: de 61 a 88, mientras que Planeta, sorprendentemente, ha tenido un aparente bajón: de 67 a 53. Se observa pues una estabilidad evidente y Planeta parece por fin haber conseguido una trayectoria continuista después de los bandazos de hace unos años, en los que pasaba de publicar muy poco a muchísimo, y de nuevo muy poco. Siguiendo con Planeta, por cierto, la verdad es que la sensación de “bajón” en número de novedades solo la da la cifra (de 67 a 53), pero hay que tener en cuenta que este 2012 ha adoptado una política de reediciones y formatos de lujo que incluye publicar obras en formatos de muchísimas páginas (como la reedición de Adolf, que cuenta como un solo tomo mientras que antiguamente fueron 5, o la caja de lujo de Dragon Ball, que cuenta también como uno solo pero incluye material de más de 3,5 tomos de la edición Ultimate, unos 5 en la edición tankōbon normal).
Panini, como siempre, se mantiene en su línea continuista y protagoniza un ligero aumento: de 20 novedades pasa a 22, algo que de hecho lleva muchos años manteniendo, con alrededor de 20 tomos al año publicados.
Al igual que el año pasado, “las otras” editoriales siguen teniendo una porción muy pequeñita del pastel, y su papel global se ha reducido: el año pasado teníamos 13 novedades en manos de editoriales pequeñas, pero este tenemos 10 (1 de ellas el manhwa publicado por Miklyway). Si el año pasado teníamos 10 editoriales publicando manga pero entre 5 de ellas se comían el 96,5% del pastel, ahora tenemos 12 editoriales, pero entre esas mismas 5 grandes ocupan el 97,2% del total. Es decir, más concentración todavía.
Estas otras editoriales son Ponent Mon (pasa de 3 novedades a 1 sola), La Cúpula (se mantiene en 1), Astiberri (de 1 a 2), Herder (se mantiene en 2) y las de nueva aparición Japan Weekend (1), 001 Ediciones (1), Yowu Entertainment (1) y Mikyway (1). A destacar la desaparición de Dolmen, que de 6 mangas en 2011 ha pasado a 0 en 2012.
Bueno, y ahora llega el momento de la reflexión y el vaticinio del año en curso, el 2013. Independientemente de las cifras que acabamos de ver, que sugieren cierta normalidad, el mercado del manga ha sufrido un fuerte impacto que se va a notar considerablemente en 2013. No sé hasta qué punto, pero me temo que la cantidad de novedades global va a bajar. No va a ser así en cuestión de calidad: en estos últimos años, el obligado ajuste ha provocado que las editoriales hayan afinado más en sus licencias, y que hayan ido a lo seguro. Por un lado, lo mejor de lo mejor del manga japonés actual, por el otro, reediciones en formatos de lujo, con nuevas traducciones y rotulaciones, de verdaderos “clásicos modernos” que no pueden faltar en las estanterías del fan de manga. Actualmente, el mercado español de manga ofrece un porcentaje de calidad argumental y gráfica que, creo, nunca antes se ha dado. Entrar en una librería especializada e ir a la sección de manga nos garantiza estar delante de prácticamente lo mejor de lo mejor que ofrece este tipo de cómic, es el Club del Gourmet Manga. Evidentemente, también encontraremos algo de morralla, pero en un porcentaje infinitamente menor que (EMHO) nunca.
La única gran víctima es el shōjo manga, que parece gafado totalmente y al parecer sus cifras de ventas no permiten grandes apuestas, una verdadera pena en muchos sentidos (creo que un día de estos escribiré un artículo de opinión al respecto, porque si no me alargaré demasiado aquí).
El fuerte impacto del que hablaba unas líneas más arribas en realidad han sido dos impactos, ambos protagonizados por la editorial Glénat, actualmente conocida como EDT.
- Primeramente, la desvinculación de Glénat Francia de su filial española, que la puso en venta. Finalmente, los compradores fueron los mismos administradores que la estaban llevando hasta ese momento: Joan Navarro y Fèlix Sabaté, que cambiaron el nombre de la editorial a Editores de Tebeos (EDT). Esto no tiene por qué ser a priori una mala noticia, sino justo al contrario: la desvinculación permitió que Navarro y Sabaté pudieran por fin arriesgarse a editar una serie de autores que tal vez no se veían en buenos ojos desde la casa madre francesa. El más significativo de ellos es Shintarō Kago, al que podríamos considerar la gran revelación de 2012, ya que, para bien o para mal (más bien que mal, por cierto) se ha hablado de él en todos los ámbitos, más allá del puramente manga (una excepción muy bienvenida, por cierto).
- Segundo, el consabido “Shueishazo”. El verano pasado, la editorial Shūeisha decidió no renovar el master agreement que tenía con Glénat/EDT, lo que a la práctica implicaba que EDT perdía todas sus licencias con esta editorial: y estas incluyen estrellas rutilantes como Bleach, Naruto y Death Note. Las licencias más jugosas se repartieron entre las otras 4 grandes, mientras que las que no daban beneficios o directamente arrojaban pérdidas van a ser descatalogadas y destruidas en mayo de 2013 a más tardar.
¿Esto qué implica? Pues a priori, que EDT va a ver como su primera posición de los dos últimos años como editorial que más cantidad de novedades manga saca se pierde irremediablemente y seguramente pasa al 4º puesto o incluso al 5º. Es cierto que mantiene vínculos con otras editoriales japonesas (sobre todo Shōgakukan y Hakusensha, pero también Kōdansha y otras más pequeñas) y que en principio esto es suficiente para sobrevivir (sin ir más lejos, Ivrea y Norma sobrevivieron muchos años sin tener acceso a las series de Shūeisha), pero sin duda se enfrentan a un reto muy grande que les va a obligar a reposicionarse. Un proceso, por cierto, que ya han iniciado, entrando en un nicho de mercado poco explotado como el del manga alternativo o transgresor, lo que dará más variedad todavía a nuestro mercado.
Lo que queda por ver es si las otras 4 grandes van a aumentar o no sus cifras de novedades al haber conseguido de golpe estas nuevas licencias. Posiblemente, teniendo propiedades tan jugosas como Naruto (Planeta), Bleach (Panini) o Death Note (Norma), estas dejen de arriesgarse con otras series que, alternativamente, sí habrían comprado. ¿Para qué arriesgarte y contratar una serie que no sabes si funcionará cuando ya tienes en el saco licencias de eficacia más que probada? Además, habiendo desembolsado ciertas cantidades para hacerse con las licencias de EDT, ¿qué presupuesto les quedará ahora para hacerse con cosas nuevas?
De ahí que mi predicción para este 2013 sea una nueva caída. Espero que no demasiado pronunciada, pero caída y, espero, preludio a un nuevo repunte en 2014, una vez se haya estabilizado todo de nuevo tras el Shueishazo.
Este año hemos realizado el recuento basándonos sobre todo en las lisas de Listado Manga, cotejándolas con otras fuentes. Mis agradecimientos por su encomiable labor, así como a Toni Ramírez por su gran ayuda con los recuentos.
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