El blog de Marc Bernabé

Game Center Arashi (Arashi el de los salones recreativos)

Monday, February 8th, 2010
  • Título: ゲームセンターあらし –Game Center Arashi– (Arashi el de los salones recreativos)
  • Autor: Mitsuru Sugaya
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: CoroCoro Comic
  • Años publicación: 1978-83
  • Clasificación: shōnen, kodomo, nekketsu, “deportivo”
  • Tomos: 17

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Space Invaders, creado por Taito en 1978, fue uno de los primeros videojuegos de la historia y ciertamente se convirtió en el primer gran fenómeno del género (con permiso de Pong). Este juego causó un impacto sin precedentes en Japón, donde fue todo un fenómeno social digno de un artículo independiente por sí mismo. Ojalá Ale nos cuente un poco sobre todo esto en su blog hoy mismo, y que comente alguna de las increíbles anécdotas que recoge la Wikipedia japonesa. Por ejemplo, una de estas anécdotas habla de que el juego llegó a estar tan en boga que llegó a haber escasez de monedas de 100 yenes (las que se metían en las maquinitas para jugar), así que el gobierno se vio obligado a ordenar a la Casa de la Moneda que fabricara más. Increíble.

Como no podía ser de otra manera, surgió un manga que se aprovechó de este increíble fenómeno y que lo hizo con una inteligencia impresionante. En vez de crear un manga que “adaptara” de algún modo el videojuego (ciertamente difícil en el caso de estos videojuegos tan primitivos), el autor decidió contar la historia de un chaval que resulta ser un genio del Space Invaders: así nació Game Center Arashi, uno de los manga más exitosos de finales de los años 70 y principios de los 80.

Arashi Ishino es un chaval dentudo que es un genio de las máquinas recreativas de Space Invaders. Siempre está el primero en los rankings y sus reflejos y conocimientos sobre el juego no tienen parangón. En un momento dado, surge un rival que le reta y así empieza una serie de batallas entre jugones al Space Invaders por ver quién consigue más puntuación. El argumento se va exagerando y exagerando y empiezan a salir todo tipo de técnicas y “golpes” a cuál más estrafalario.

A pesar de que por esta descripción podría parecer un manga aburrido, no lo es en absoluto. Es un manga muy de su generación, muy “nekketsu” (sangre caliente), heredero directo de los manga deportivos de los 60 y los 70 como Kyojin no Hoshi, Ashita no Joe o Astro Kyūdan, en los que la exageración bestial estaba a la orden del día. Sin ir más lejos, podéis observar en la portada cómo aparece Arashi haciendo su técnica más famosa, la getsumen chūgaeri (salto inverso en el aire sobre la superficie lunar), con el pulgar ¡ensangrentado!

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¡A machacar bichejos electrónicos!

A mí me ha parecido un manga de lo más trepidante y muy interesante, fácil de leer y de devorar a pesar de lo “viejo” de su planteamiento. Además, explica varios trucos relativos a los juegos que aparecen (al principio Space Invaders, más tarde Breakout o Galaxian), trucos que yo personalmente desconocía por completo, como por ejemplo el Nagoya-uchi (explicación y más ejemplos en este interesantísimo artículo, punto 9). Vamos, todo un mundo. Ahora puede parecer estúpido jugar compulsivamente a un juego de lo más repetitivo simplemente para conseguir una puntuación más elevada, pero en aquel momento era “lo más de lo más”, y como este manga daba pistas sobre cómo mejorar el rendimiento de cada uno mediante trucos o explicaciones, se convirtió en un best-seller indiscutible. Incluso fue adaptado a un anime de 26 episodios (1981-82). Aquí tenéis el opening, de lo más interesante.

Una curiosidad del título de este manga es que se puede traducir de tres formas distintas, ya que la palabra arashi あらし puede significar: 1) el nombre del protagonista; 2) la palabra 嵐, que significa “tormenta”; y 3) la palabra 荒らし, que significa “arrasar”. Por lo que Game Center Arashi puede traducirse como 1) “Arashi el de los salones recreativos”; 2) “La tormenta de los salones recreativos” y 3) “El que arrasa los salones recreativos”. El hecho de que este título se pueda interpretar de tres maneras distintas y que las tres tengan un sentido tan preciso y adecuado me encanta: me parece una elección muy inteligente.

Lo mejor

  • Es un manga muy absorbente e interesante.
  • Te ríes un montón con las exageraciones brutales que se describen.
  • Los trucos que se explican para aumentar la puntuación.
  • Esas macro batallas dignas de un “torneo de las artes marciales” pero con máquinas recreativas.
  • La encarnación en fenómeno del manga de un auténtico fenómeno social, el primer fenómeno de los videojuegos.

Lo peor

  • A veces resulta hasta “demasiado” exagerado, si eso es posible.

Y AHORA…

Pues toca visitar los demás blogs que participan en esta 2ª semana temática TLQM, ¿no? A ver qué han hecho mis colegas…

Master Keaton

Tuesday, December 22nd, 2009
  • Título: MASTERキートン –Master Keaton–
  • Autor: Naoki Urasawa (dibujo) / Hokusei Katsushika (guión)
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comic Original
  • Años publicación: 1988-94
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 18

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El título que vosotros, los lectores, habéis escogido para que reseñe en la II Encuesta MangaLand no es otro que Master Keaton, una de las obras inéditas en España del gran Naoki Urasawa (con Monster, 20th Century Boys, Yawara! (Cinturó Negre) y Pluto editadas en España). Publicada entre 1988 y 1994, su serialización se solapó en casi todo momento con Yawara!

Hagamos un breve repaso a la obra de Urasawa pre-Monster, ya que de Monster en adelante, todo ha llegado a España –excepto su obra más reciente, Billy Bat y esta es cuestión de tiempo que llegue también–. Primeramente tenemos un par de tomos que recopilan historias sueltas de la primera época del autor. Luego está Pinapple Army (cuyo tomo 1 -de 8- llegó a España hace muchos años de la mano de Planeta y nunca más se supo), Yawara! y Master Keaton. Tras el éxito de Yawara!, Urasawa empezó otra serie deportiva llamada Happy!, que va sobre una chica que juega a tenis.

Tras finalizar Master Keaton e iniciar Monster, Urasawa se metió de lleno en el estilo “thriller” por el que le conocemos ahora. En muchos aspectos, tanto Pineapple Army como Master Keaton pueden considerarse una especie de “embriones” del Urasawa que tanto éxito tiene actualmente, pero estas dos obras tienen una gran y decisiva diferencia respecto a Monster, 20th Century Boys y Billy Bat. Esta diferencia es que Urasawa solo se encargó de los dibujos en Pineapple Army y Master Keaton, dejando el guión a manos de otros autores.

El guionista de Master Keaton es Hokusei Katsushika (evidente pseudónimo que emula al del gran pintor de ukiyo-e Hokusai Katsushika, –“inventor” de la palabra manga–, y cuyo nombre real era Shinkichi Suga (1946-2004)), un guionista que no tiene grandes éxitos en su haber aparte de Master Keaton (se encargó de algunos guiones de Golgo 13, pero poco más de destacable). Sin embargo, cabe decir que con Master Keaton hizo un trabajo excelente.

Taichi Hiraga Keaton es un hombre de unos 45 años bastante soso y con aspecto despistado, hijo de un hombre japonés y una mujer inglesa. Trabaja como profesor en una universidad, está divorciado y tiene una hija adolescente. Sin embargo, detrás de esta fachada se esconde un hombre con un montón de recursos: es especialista en arqueología por la Universidad de Oxford, ex miembro del cuerpo de élite militar británico SAS y ex instructor de técnicas de supervivencia –de ahí que el título del manga sea “master” (instructor, maestro) Keaton, un juego de palabras que evidentemente evoca al del famoso actor Buster Keaton–. Actualmente compagina su discreto y mal pagado trabajo como profesor en una universidad de tercera con un empleo freelance como investigador de seguros para Lloyd’s.

El limpio trazo de Urasawa se combina con un guión excelente

El limpio trazo de Urasawa se combina con un guión excelente

Este empleo implica ir a todo tipo de lugares en todo el mundo para investigar sucesos relacionados con el cobro de seguros, para verificar si es lícito que tal o cual persona cobre el importe de un caro seguro con la Lloyd’s o no. Así, se irá a todo tipo de lugares, algunos exóticos, otros no tanto, para comprobar si la muerte de tal o cual ha sido natural o no. Y así se mete en un montón de líos, de los que habitualmente sale a lo “MacGyver”. Efectivamente, Keaton tiene una especie de manía cleptómana y se mete en el bolsillo cualquier trasto que encuentre, por inútil que parezca. Luego, cuando se ve en aprietos, combina estos cacharros con su especialización en tácticas de supervivencia para montar aparatos, armas o tender trampas de los que salir de los atolladeros.

Tratándose de un manga de Urasawa (aunque aquí solo dibuje), no puedo hacer otra cosa que afirmar es un cómic excepcional, con trepidantes e interesantísimos guiones repletos de datos y trucos de supervivencia de lo más interesantes y acompañado del siempre limpio, siempre expresivo y siempre atractivo dibujo de Naoki Urasawa.

La historia está estructurada básicamente en episodios autoconclusivos, que a veces abarcan más de un capítulo, y combina episodios de acción y mucha aventura con otros más costumbristas en los que se nos presenta el día a día de Keaton, a su padre (una especie de Jigorō evolucionado), su hija y todas sus circunstancias personales, como por ejemplo el hecho de que aún está muy enamorado de su ex mujer. No hace falta decir que el manga este se deja leer muy bien.

Como curiosidad, decir que tengo los 18 tomos de esta serie y que son en sí mismos una especie de tesoro. Resulta que en el año 2002 acompañé a los ganadores del Megaconcurs 3xl.net a su viaje a Japón, y el equipo de TV3 que estaba allí grabando todo lo que ocurría aprovechó para hacer algunas entrevistas. En un momento dado, fuimos a los estudios Madhouse, donde entrevistamos a Masao Maruyama, a Yoshiaki Kawajiri y a Satoshi Kon. Al terminar de entrevistar a Maruyama, carismático director de los estudios, vi en una estantería los 18 tomos de Master Keaton (justo habían terminado de producir el anime, de 39 episodios) y no pude evitar decirle que Urasawa me encanta y que estaba disfrutando mucho con Monster. Entonces, Maruyama me preguntó si había leído Master Keaton y, al decirle que no, me dijo que si quería me regalaba la colección completa. ¡Uoh! ¿Cómo decir que no? Y así tengo en mi casa la cole de Master Keaton llena de post-its pegados en las páginas con anotaciones del equipo creativo del anime. ¡Desde luego, no voy a quitar esos post-its! XD

Lo mejor

  • El dibujo y el guión están muy bien.
  • Aprendes mucho sobre técnicas de supervivencia, política y el estado del mundo, principalmente de los años 80.
  • La estructura en episodios autoconclusivos hace que el manga “pase” muy bien.

Lo peor

  • Básicamente, el hecho de que solo se puede disfrutar de esta obra en Japón, ya que sus derechos internacionales se encuentran bloqueados (al parecer, por desavenencias entre el guionista -o sus herederos-, por un lado, y el dibujante y el editor, por el otro). Según Shōgakukan, todas las obras de Urasawa menos esta se encuentran disponibles para su licencia siempre que Urasawa dé su visto bueno, y es solo cuestión de tiempo que se levante el “tabú” (no usaron esta palabra, pero por lo que decían y cómo lo decían se podía deducir algo así) que pesa sobre Master Keaton.
  • Está un poco desfasada ya que cuenta cosas de hace 20-30 años, pero aun así sigue siendo interesantísima, y más si uno se la toma como un “libro de texto” de la política de los 80.

Kamen Rider (El motorista enmascarado)

Thursday, December 17th, 2009
  • Título: 仮面ライダー –Kamen Rider– (El motorista enmascarado)
  • Autor: Shōtarō Ishinomori
  • Editorial: Asahi Sonorama
  • Revista: Bokura Magazine / Shōnen Magazine
  • Años publicación: 1970-72
  • Clasificación: shōnen, tokusatsu
  • Tomos: 4

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Por favor, que los fans más puristas del tokusatsu no lean esta reseña, o que si la leen lo hagan sabiendo que yo sé poco sobre esta temática y que podría soltar alguna barbaridad. Kamen Rider es posiblemente el personaje más famoso (con permiso de sus colegas Godzilla y Ultraman, claro) de este género. O tal vez no sea el más famoso, no sé, pero sí el personaje que ha estado siempre en boga desde que fue creado a principios de los años 70, y que actualmente sigue disfrutando de adaptaciones a la pequeña y a la gran pantalla. Existen decenas de series y películas de Kamen Rider, y su mundo está formado por una maraña de personajes tan densa que habría que realizar un máster para desentrañarla. En esta reseña nos ceñiremos solamente al Kamen Rider original, el primero, para no liarnos.

Kamen Rider (literalmente traducido como “El motorista enmascarado”) es, como he dicho, uno de los iconos del tokusatsu. Ya conocéis a Shōtarō Ishinomori, porque he hablado varias veces de él. No podemos decir que Ishinomori fuera el inventor del tokusatsu, puesto que ese honor pertenece a Ishirō Honda y, sobre todo, al mítico Eiji Tsuburaya (director y responsable de efectos especiales, respectivamente, de la primera peli de Godzilla, la de 1954, y a partir de ahí de un montón de películas y personajes, sobre todo Tsuburaya). Pero sí podemos decir que fue Ishinomori el que afianzó el género y, sobre todo, lo adaptó con gran éxito a la pequeña pantalla, tomando el testigo de obras de los años 60 como Gekkō Kamen (1958) o Ultraman (1966). Así, Ishinomori se embarcó en la creación de un sinfín de personajes vestidos con mallas a cuál más estrafalario; unos diseños y argumentos que vendía a las cadenas de televisión. En los años 70, pues, el “rey del manga” se dedicaba básicamente a inventarse bichos raros para la tele, y de su genio creativo surgieron Kamen Rider, su creación tokusatsu más conocida, y Kikaider (reseña aquí), al que conocemos en España por el mediocre remake que realizó Meimu y que publicó Planeta deAgostini.

Kamen Rider fue concebido, pues, como un personaje televisivo, pero antes de que empezara la serie por televisión, Ishinomori empezó a serializar la versión manga de ese personaje. Ahora nos parece raro que un mangaka tenga una idea, la venda a la televisión y DESPUÉS haga el manga. Pero en aquella época no era así: Gō Nagai se hinchó a hacer exactamente lo mismo (con Mazinger, Devilman, Cutie Honey…), y también Leiji Matsumoto (con Yamato, Capitán Harlock…). Algunos consideran este manga que reseño “la obra original de Kamen Rider”; pero al parecer eso no es así: primero vinieron los diseños y planteamientos para la serie televisiva de imagen real y después vino el manga (aunque finalmente el manga se publicó antes, de ahí la confusión).

El cara-grillo y la moto molan mucho; hay que reconocerlo

El cara-grillo y la moto molan mucho; hay que reconocerlo

¿Y de qué va esta serie? Pues básicamente es una lucha al uso entre el bien y el mal. Una organización muy mala malosa, llamada Shocker, pretende crear unos seres superiores (aunque totalmente controlados y supeditados a ellos como simples marionetas, faltaría más) con los que dominar a la humanidad entera como si fuera simple ganado. Para ello, escoge a personas especialmente destacables física y psicológicamente, las secuestra y las convierte en cyborgs con forma de insectos en un proceso que tiene dos pasos: 1) transformación del cuerpo físico en cyborg y 2) lavado total de cerebro para convertirlos en auténticos zombis que obedecen ciegamente las órdenes de Shocker (que parece ser una especie de ordenador, por cierto).

Takeshi Hongō es el protagonista, un chico muy guapo, fuerte, inteligente y rico al que un día los de Shocker tienden una emboscada. Luego le convierten en cyborg y, cuando están a punto de empezar la fase de lavado de cerebro, cae un relámpago en el laboratorio y Hongō se libera. Así, conseguimos un superhéroe de fuerza sobrehumana y totalmente libre de ataduras. Al poco, Takeshi escapa del laboratorio enemigo con la ayuda del doctor Midorikawa, un científico al que los Shocker habían secuestrado y al que obligaban a trabajar en sus proyectos. Midorikawa acaba muerto, pero no sin antes proporcionarle a Hongō una moto muy molongui, llamada Cyclon, que contiene un casco y un traje que dan al protagonista el aspecto de un grillo saltamontes humanoide.

Y así nace Kamen Rider, el motorista enmascarado, un héroe que cabalga su moto y que, para obtener poder, necesita alcanzar cierta velocidad. A partir de este momento, Hongō se enfrentará a numerosos bichos raros y, por supuesto, por en medio se meterá la típica chica, la hija del doctor Midorikawa, llamada Ruriko. Hacia el final del tomo 2, por cierto, Hongō debe enfrentarse a once clones suyos y acaba muriendo… Sin embargo, su legado (y su cerebro) siguen vivos, y es Hayato Ichimonji, un antiguo cyborg esclavo de Shocker, quien hereda el puesto de Kamen Rider mientras se comunica telepáticamente con el cerebro de Hongō, conservado en formol (o algo similar XD).

No hace falta decir que Kamen Rider es una de las series más influyentes en el tokusatsu. Existen numerosas copias de este personaje y estos planteamientos. Y, cómo no, también hay parodias, como por ejemplo Ultra Héroe (Action Kamen) de Shin Chan, una clarísima referencia a Kamen Rider.

En fin, estamos ante un manga francamente trepidante, en el que todo ocurre muy rápido. Por ejemplo, entre que se nos presenta al personaje Takeshi Hongō, le atrapan y le realizan la operación para convertirle en cyborg solo pasan 12 páginas. El ritmo es realmente rápido y se supone que el lector se lo tiene que creer todo. En este sentido es una obra bastante añeja, aunque no negaré que tiene su encanto, ya que el autor no se complica nada en crear bases sólidas: “las cosas son así, como yo te las digo, y se acabó”. Lo que es el desarrollo de la acción, el ritmo narrativo, aparte de ser también muy veloz, a mí me parece excelente, una demostración fantástica de cómo hacer bien las cosas en el lenguaje del cómic de acción: velocidad, capacidad de atraer la atención del lector y gran trabajo en el desarrollo de las viñetas y el guiado del ojo del lector a través de ellas.

A mí la obra básicamente me ha gustado porque 1) es una obra histórica y estas cosas me pirran; 2) las escenas de acción están genialmente llevadas (como con Kikaider); 3) Ishinomori demuestra una gran maestría como mangaka. Pero si no fuera porque a mí me encanta el manga clásico y me fascina poder estudiar con perspectiva la historia del manga, la verdad, este manga no me habría gustado. Porque ni la temática me acaba de gustar, ni el dibujo es maravilloso (en su momento lo era, ahora se ve pasado de moda), ni el argumento me parece decente: es infantil y simplón.

Lo mejor

  • Un manga realmente trepidante que se lee en un plis
  • Es una obra cortita. Hay muchas ediciones en Japón, pero la más reciente tiene 3 tomitos (la mía consta de 4)
  • Una obra muy interesante para introducirse en el complicado mundo de Kamen Rider

Lo peor

  • No nos engañemos: el dibujo es añejo y el contenido es ridículamente infantil
  • Los diseños de los enemigos son feos y ridículos
  • El diseño de grillo de Kamen Rider siempre me ha parecido de vergüenza ajena (¿soy el único?)

Y ahora, a leer las reseñas “hermanas” del día

Cyborg 009

Wednesday, December 16th, 2009
  • Título: サイボーグ009 –Cyborg 009–
  • Autor: Shōtarō Ishinomori
  • Editorial: Akita Shoten
  • Revista: Shōnen King, Shōnen Magazine, Bōken-ō, Shōnen Sunday, etc.
  • Años publicación: 1964-85 (aunque está inconclusa)
  • Clasificación: shōnen, ciencia-ficción
  • Tomos: 15 (esta edición)

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Cyborg 009 es seguramente la obra más famosa de Shōtarō Ishinomori con permiso de Kamen Rider, un clásico imperecedero del manga que ha gozado de múltiples adaptaciones animadas y sigue viva en el imaginario colectivo nipón. Aunque técnicamente no se le puede considerar una serie de tokusatsu puesto que nunca fue concebida como serie de imagen real ni los protagonistas llevan trajes de lycra con cascos que tapan sus rostros, sí que tiene muchos ingredientes de este género tan japonés y que tan bien llegó a cultivar el maestro Ishinomori a partir de los años 70. En este aspecto, sí que podríamos decir que Cyborg 009 fue una especie de “prototipo” para las posteriores obras tokusatsueras de Ishinomori.

Cyborg 009 (léase “Cyborg zero zero nine”, en inglés) es la “life work” (obra de la vida) de Ishinomori, puesto que desde que en 1964 empezó a publicarla en las páginas de la revista Shōnen King nunca dejó de trabajar y pensar en ella, haciendo nuevos episodios hasta 1985 e incluso anunciando, en el año 1997, que en el 2000 empezaría la “saga de conclusión”. Sin embargo, desgraciadamente Ishinomori falleció el 28 de enero de 1998, con lo que nos dejó a todos con las ganas de saber cómo terminaría su serie más representativa.

En plena Guerra Fría, los fabricantes y comerciantes de armas, así como los bancos, se lamentan de que el miedo a la amenaza nuclear puede provocar que deje de haber guerras y que, por lo tanto, ellos dejen de ganar dinero a espuertas. Así, conforman la organización Black Ghost, a la que encargan buscar una solución a este problema. Black Ghost, encabezada por un misterioso enmascarado, empieza a secuestrar a famosos científicos de todo el mundo y les encarga la fabricación de cyborgs con la idea de promover las guerras futuras mediante soldados cibernéticos que lucharían entre ellos. Con la idea de crear varios prototipos, agentes de Black Ghost recorren todo el mundo buscando a gente de todas las razas y condiciones para raptarles y ponerles en la mesa de operaciones y convertirlos en cyborgs.

Los nueve cyborgs, juntos con el profesor Gilmore. Siento que el scan haya quedado mal en la parte derecha; las páginas están tan bien cosidas que no podía abrir más el libro

Los nueve cyborgs, juntos con el profesor Gilmore. Siento que el scan haya quedado mal en la parte derecha; las páginas están tan bien cosidas que no podía abrir más el libro

Así, un total de nueve conejillos de indias son secuestrados y convertidos en cyborgs: un bebé ruso, un estadounidense chuleta, una francesa muy mona, un alemán, un indio americano, un chino regordete, un inglés, un africano y, por fin, un japonés de padre extranjero y madre japonesa. Cada uno de estos cyborgs recibe un número clave que empieza por 00. Así, el bebé es el 001, el estadounidense es el 002, etcétra. Y Joe Shimamura, el protagonista, es el 009. Cada uno de los cyborgs tiene unas características diferentes. Así, el bebé es extremadamente inteligente y hace de líder, el americano corre a toda pastilla, la francesa tiene una vista y un oído prodigiosos, etcétera. El protagonista Joe, al ser el último prototipo, reúne casi todos los poderes de sus compañeros.

El caso es que uno de los científicos raptados, el doctor Gilmore, se entera de las malvadas intenciones de Black Ghost y consigue liberar a los nueve cyborgs y escapar del lugar. A partir de este momento, empezará una lucha tremenda entre los cyborgs y los Black Ghost, con un montón de aventuras de todo tipo (el manga es una especie de agrupación de historias autoconclusivas más o menos largas, un poco al estilo de Astroboy).

Cuando leí por primera vez este manga, hace ya varios años, la verdad es que mi primera impresión fue “vaya, este autor tan famoso en realidad copiaba un montón a Tezuka”. Efectivamente, en aquel entonces no conocía muy bien la obra de Ishinomori, pero sí que es cierto que Cyborg 009 bebe directamente de las fuentes de Tezuka en todos los aspectos (no en vano Ishinomori fue uno de los más ilustres “influenciados” por Tezuka e incluso llegó a echarle una mano en alguna que otra ocasión). Empezando por el dibujo, extremadamente tezukiano, siguiendo por los argumentos de las historias, algunas de ellas muy parecidas a Astroboy, y siguiendo aún más con el evidente paralelismo de Astroboy como robot bueno con poderes que lucha contra los malos y Cyborg 009 como cyborg bueno con poderes que lucha contra los malos. A pesar de todo esto (que no es tanto una crítica como una observación), esta es una obra muy interesante y realmente mítica, que ha sido adaptada tres veces al anime (la última bastante reciente, de 2001-02).

Para finalizar, un apunte curioso sobre mi tomo. Lo compré de saldo en un Mandarake, creo, y es curioso porque es un libro que había estado de alquiler en una de las famosas kashihon’ya (librerías de alquiler) que tanto abundaron en Japón en los años 50 y parte de los 60. Aunque tengo más ejemplares de libros de kashihon’ya, este me parece excepcional por el mimo con el que el dueño lo había tratado. Primeramente, las sobrecubiertas están forradas con plástico adhesivo para reforzarlas y pegarlas a las cubiertas y que el libro dure más (esto es bastante normal en este tipo de libros de alquiler). Pero lo interesante es que hizo agujeros en la parte del lomo, por los que pasó hilos para coser las páginas y así impedir que se soltaran. Mi libro en concreto fue publicado a finales de los años 60 y la verdad es que está en magnífico estado a pesar de que seguramente fue leído por cientos de personas, y eso se debe sin duda a los impresionantes cuidados de el dueño de esa kashihon’ya.

Lo mejor

  • Un gran clásico del manga en general y una obra imprescindible en la bibliografía de Shōtarō Ishinomori, el “rey del manga”.
  • Acción trepidante y en general no se hace aburrido de leer.

Lo peor

  • Algunos tópicos derivados del hecho de tener personajes de varias nacionalidades.
  • Que solo haya una mujer entre nueve cyborgs.
  • Igual está un poco “demasiado” inspirado en Tezuka en general y en Astroboy en particular.
  • Que Glénat Francia haya empezado a editar esta obra en Francia en su nueva colección “Vintage” y en cambio en España dudo mucho que la veamos, al menos a corto-medio plazo.
  • Que se empezara a editar en Estados Unidos por Tokyopop y se dejara en el limbo (por si quedaban dudas, está claro que el manga clásico no vende).

Y ahora, no os perdáis los otros artículos relacionados

Ultraman

Tuesday, December 15th, 2009
  • Título: ウルトラマン –Ultraman–
  • Autor: Daiji Kazumine
  • Editorial: Akita Shoten
  • Revista: Bokura
  • Años publicación: 1966-67
  • Clasificación: shōnen, tokusatsu
  • Tomos: 2

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¿Qué decir sobre Ultraman que no se sepa ya ni que nos haya contado Urías en su post de La Arcadia? Aunque no se le puede considerar el verdadero padre del tokusatsu, ya que ese honor recae en Godzilla y un montón más de monstruos (怪獣 kaijū) del estilo, ni tampoco del tokusatsu televisivo (se considera que la primera serie de tokusatsu para la tele fue Gekkō Kamen (Máscara de Luna)), Ultraman en sí, concebido como una secuela de una serie tipo The Twilight Zone llamada Ultra Q, tiene el mérito de haber popularizado enormemente el género en la pequeña pantalla, y de ser el padre de montones y montones de héroes con cascos y leotardos.

Hay muchísimas series de Ultraman, ya que se han producido varias a lo largo de los años, y consecuentemente también manga basados en su universo. Hace un tiempo, se me metió entre ceja y ceja buscar un manga de Ultraman a secas, que adaptara la primera serie, más que nada para conocer los orígenes del personaje y saber un poco sobre él. Tras patearme montones de tiendas de manga de segunda mano en Tokio y otras ciudades, finalmente pude conseguir este que reseño ahora, cuyo título es simplemente Ultraman.

Francamente, el manga en sí, obra de Daiji Kazumine, un autor bastante prolífico en los años 60 (y autor de los dibujos de Kuroi himitsu heiki, considerado uno de los primeros manga de béisbol “fantásticos”), me ha decepcionado bastante. Y es que el manga empieza directamente con aventuras de Ultraman tal cual, y no se explica nada sobre su origen, de dónde viene, por qué es así, ni nada de nada. Simplemente se mete al lector de cabeza en un mundo constantemente amenazado por enormes monstruos a cuál más feo y se le obliga a asumir que existe un grupo de especialistas en contrarrestarlos, la Patrulla Especial Científica de Búsqueda (“Patrulla Científica” para los amigos), que sale con sus aviones y aparatos para luchar contra los monstruos.

Pero estos terribles monstruos no son moco de pavo, por lo que, en un momento dado, uno de los miembros de la Patrulla Científica, Shin Hayata, se las apaña para escaquearse, sacar una especie de cápsula y transformarse en Ultraman, un superhombre gigantesco extremadamente poderoso que lucha contra las bestias en combate cuerpo a cuerpo o bien con sus rayos de spacium o halos cortantes. Sin embargo, el poder de Ultraman depende de una carga de energía solar que se agota muy rápidamente; si la carga se agota antes de que consiga destruir al monstruo de turno, entonces no habrá nada que hacer.

Monstruitos contra Ultraman
Monstruitos contra Ultraman

Y así es el manga, una sucesión de episodios sueltos en los que aparece un monstruo, la Patrulla Científica lucha contra él, aparece Ultraman, se mete en apuros y parece que, esta vez sí, va a salir derrotado porque el enemigo es demasiado poderoso, y finalmente vence y todos felices. La verdad, se nota que es un producto “de encargo” y que fue concebido para contentar a los espectadores de la serie televisiva, que ya conocían la historia de sobras y que por lo tanto no querían que se la contaran de nuevo, sino ver peleas y observar a Ultraman derrotando a monstruos.

El dibujo de este manga es realmente añejo, muy de su época, bastante tosco incluso comparado con otros manga de la misma época. El argumento, ya lo he comentado, es extremadamente infantil. No es que me haya disgustado el manga, ojo. Es cierto que como manga no me ha gustado, pero como obra vintage, de los años 60, y como obra que adapta las aventuras de un icono de la cultura popular de Japón resulta bastante interesante. La lástima es que no te cuente nada del origen del personaje; he tenido que irme a la Wikipedia para enterarme un poco de por qué Hayata se transforma en Ultraman.

En los años 60 y 70, era muy común que las series televisivas de más éxito tuvieran más de una adaptación a cómic, ya que cada revista de manga “pujaba” por conseguir que aquel personaje tan famoso de la tele apareciera en sus páginas, con lo que podía captar muchos lectores. Es por esto que hay varias versiones de Mazinger Z (solo una de Gō Nagai, pero otras creadas por “negros” suyos como Gosaku Ōta), de Yamato y tantas otras. Este también es el caso de Ultraman. Este manga de Daiji Kazumine no es el único que existe sobre el personaje y que fue creado paralelamente a la serie televisiva; hay varios otros. Y, curiosamente, uno de ellos fue creado por el genial Kazuo Umezu. Valdría la pena investigar sobre este manga, ¿no?

Lo mejor

  • Adaptación manga de las aventuras de un icono de la cultura popular.
  • Lo ingenuo e infantil del planteamiento resulta paradójicamente refrescante.
  • No se complican la vida explicando grandes cosas: sale un monstruo, hay pelea y lo vencen.

Lo peor

  • El dibujo me parece muy tosco.
  • No se cuenta nada sobre los orígenes de Ultraman.

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