El blog de Marc Bernabé

Vinland Saga

Thursday, October 15th, 2009
  • Título: ヴィンランド・サガ –Vinland Saga–
  • Autor: Makoto Yukimura
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Shōnen Magazine / Afternoon
  • Años publicación: 2005-?
  • Clasificación: seinen, histórico
  • Tomos: 8 (en curso)

vinlandsaga1

Como he dicho otras veces, cuando leo o traduzco un manga que me gusta, siempre intento conseguir más obras del mismo autor para comprobar si ese manga que tanto me ha gustado es un simple “one hit wonder” o bien es que el autor es bueno y punto. Este es el caso del manga que nos ocupa, firmado por Makoto Yukimura, autor de esa maravilla del manga reciente de ciencia-ficción que es Planetes. Tengo entendido que Planetes, editado en España por Panini, vendió bastante mal, lo que no acabo de entender: es un pedazo de seinen como la copa de un pino y encima es cortito (solo 4 tomos de nada). ¿Cómo es posible que en España pasara desapercibido? ¿Tan tocho es el lector medio de manga? ¿Tan corto de miras es que solo quiere ver piños shōnen y romances ñoños shōjo? Puede que sea simplemente que la media de edad de los lectores es bastante baja y que no haya suficientes lectores adultos… Pero entonces, ¿por qué La espada del inmortal sí se vende bien? (ah, igual es porque sale violencia a mansalva y chicas monas y además Hiroaki Samura dibuja como dios…)

En fin, no me enrollo. Dadle una oportunidad a Planetes. Tanto con el manga (recordad: solo 4 tomos de deliciosa ciencia-ficción “costumbrista” -si es que existe eso-) como con el anime, editado por Selecta Visión en una preciosa edición y que es una adaptación libre del manga, pero aun así maravillosa y que en ocasiones incluso logra superarlo, y encima con una animación preciosa.

Ehm… ¿Por dónde iba? Ah, sí, Makoto Yukimura. A mí me encanta el estilo de este autor, así como sus personajes, por lo que cuando me enteré de que empezaba nueva obra, no dudé en hacerme con ella desde el primer tomo. Esta obra, titulada Vinland Saga, va sobre vikingos, una temática totalmente distinta a la de su primera obra Planetes, en todos los sentidos.

La portada del "antiguo" tomo 1 (colección Shônen Magazine Comics)

La portada del “antiguo” tomo 1 (colección Shōnen Magazine Comics)

Con Vinland Saga he tenido hasta ahora una relación un poco extraña, porque compré el primer tomo (que leí enseguida y me encantó), al cabo de unos meses salió el segundo (que no llegué a comprar) y luego esperé y esperé y no salió el tercero. Un año y pico o dos más tarde, cuando ya casi no me acordaba de la serie, en uno de mis viajes a Japón vi cuatro tomos de esta serie a la venta en una librería… ¡Pero tanto el tamaño de los libros como el diseño de las portadas eran totalmente distintos! En fin, decidí darle otra oportunidad, volver a comprar el tomo 1 (puesto que el tomo 1 de la nueva edición incluye un capítulo más que el de la antigua edición, llámales tontos) y los otros tres y leérmelos. Lo que ocurrió con Vinland Saga es algo bastante peculiar en Japón, y pocas veces lo he visto: este manga empezó a serializarse semanalmente en la revista Shōnen Magazine de Kōdansha, y por consiguiente los dos primeros tomos salieron con un tamaño y un diseño acordes a la colección de los tomos de la Magazine… Pero se ve que al autor se le hizo muy cuesta arriba esto de publicar a ritmo semanal (recuerdo que en los comentarios de Planetes decía que era lento dibujando, sí) y al final sus editores, para no quemarlo, decidieron trasladar la serie a la revista Afternoon, de cadencia mensual. Y claro, luego hubo que rediseñar y republicar el material para que los tomos fueran acordes a la colección seinen de la editorial Kōdansha. La verdad es que esto es bastante extraño, y me imagino que, si el autor alguna vez se hace mínimamente famoso, las primeras ediciones de estos tomos antiguos llegarán a cotizarse bastante en el mercado de coleccionistas.

Otro caso raro que recuerdo, que aún es más extremo que este, es el de Biomega, de Tsutomu Nihei, que empezó a publicarse en la Afternoon de Kōdansha, que llegó a publicar un tomo, y un par de años más tarde siguió en la Young Jump de Shūeisha, que republicó el tomo 1 con otro diseño y retomó la serie a partir de ahí. En este caso no solo hubo cambio de revista, ¡sino que incluso lo hubo de editorial! Algo rarísimo en Japón, creedme. Así, el tomo 1 de Biomega versión Kōdansha es otra rareza de estas que algún día igual se cotizan mucho (a ver si es verdad, que yo lo tengo e igual me saca de pobre XD).

Buf, cómo me voy por las ramas hoy, madre mía. ¡Esta es la reseña de Vinland Saga, ¿no?! XD Como he dicho, este es un manga de vikingos, lo cual es rarísimo en autores japoneses que cuando realizan mangas históricos normalmente no se atreven a salir de temas japoneses (¿cuántas versiones hay de la historia de Musashi, por ejemplo? ¡Decenas!) o como mucho chinos. En este manga se nos narra la historia del joven Torfin, un vikingo islandés que forma parte del temible grupo de Ashelad, un cínico líder vikingo que se dedica a saquear y piratear por toda Europa. El manga se abre con una feroz batalla entre dos señores feudales francos (francos de la antigua Francia, se entiende, no “sinceros”) en la que los vikingos de Ashelad irrumpen a lo bestia para decantar la balanza del lado de los atacantes… Y dejar “pelados” a los defensores, dejando con un palmo de narices a los atacantes. Una vez vencida la batalla, ¿el joven Torfin desafía a Ashelad porque ansía matarle?

Una brutal secuencia de acción a doble página (recordad, se lee a la japonesa, de izquierda a derecha)

Una brutal secuencia de acción a doble página (recordad, se lee a la japonesa, de derecha a izquierda)

Más tarde la historia entra en un largo flashback en el que se nos narra la infancia de Torfin en un pequeño pueblo de la fría Islandia en el que vivía con su padre, su madre y su hermana mayor. Ahí descubrimos que el padre de Torfin, Touls, había sido en realidad un fiero guerrero vikingo (el “troll”, le llamaban) que decidió desertar. En un momento dado, la invasión vikinga de Inglaterra se pone tan complicada que las tropas del rey de Dinamarca localizan y vuelven a llamar a filas a Touls… En fin, es un poco complicado de explicar lo que ocurre, pero al final Touls acaba muriendo por culpa de una trampa de Ashelad. El pequeño Torfin, que estaba presente, se empeña en matar a Ashelad sin conseguirlo, y al final acaba formando parte de su tropa: Ashelad solo le concede una oportunidad de cobrarse su cabeza cada vez que Torfin realiza una hazaña en la batalla.

Y bueno, de esto va Vinland Saga: batallas ferocísimas con mucha sangre y vísceras, invasiones vikingas, pinceladas de humor y la maestría al guión de Makoto Yukimura, que consigue una serie absorbente que se lee con mucha facilidad. Lástima que su ritmo sea más bien lento: solo hay 8 tomos en el mercado y cada vez que sale uno nuevo ya no te acuerdas de lo que pasó antes y por lo tanto toca releer.

Por cierto, para los que me pedís que hable un poco sobre traducción: este manga costaría bastante, más que nada en lo referente a la romanización de los nombres de los personajes y los varios conceptos de la cultura o mitología nórdica que aparecen. Habría que consultar con expertos para saber si el nombre del protagonista sería mejor Torfin o Tolfin o Torphin o Tolphin o incluso otra posibilidad. O Ashelad, Asherad, Aserat, yo qué sé. Realmente el japonés es un idioma tan pobre fonéticamente que los problemas de romanización correcta o plausible de según qué nombres extranjeros (fuera de los ingleses y, por supuesto, los españoles) son un dolor de cabeza brutal para el traductor.

Lo mejor

  • Acción a raudales muy bien dibujada.
  • Un argumento atractivo y muy bien llevado.
  • ¡Invasiones vikingas!
  • El dibujo me parece muy bueno.

Lo peor

  • La lentitud del autor. ¡Queremos más!
  • El “timo” de las dos ediciones de los tomos 1 y 2.

Cat’s Eye

Tuesday, October 13th, 2009
  • Título: キャッツ♥アイ –Cat’s Eye–
  • Autor: Tsukasa Hōjō
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Shōnen Jump
  • Años publicación: 1981-84
  • Clasificación: shōnen, acción
  • Tomos: 18

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Como si esta fuera una reunión de Alcohólicos Anónimos, debo confesar una cosa. Sí, sí. No me matéis. Pero nunca había leído nada de Tsukasa Hōjō. Ni tampoco visto ninguno de los anime basados en su obra. Cat’s Eye es la primera obra de Hōjō que leo. Fuerte, ¿verdad?

Por alguna razón, cuando en los 90 se emitieron los anime de City Hunter y Cat’s Eye en las teles españolas no los vi, y cuando Norma editó (parcialmente) City Hunter en su momento tampoco lo compré. Y bueno, han ido pasando los años y aunque hace mucho tiempo compré los tomos 1 japoneses de City Hunter y de Cat’s Eye, nunca hasta ahora había atinado a leerlos. Sin embargo, Tsukasa Hōjō es uno de los autores más significativos del shōnen de los 80 y 90, una figura sin la que es imposible entender el manga de estos años, por lo que considero una obligación (¡y un placer!) conocer su obra. Y en algún momento tenía que empezar, ¿no?

Cat’s Eye fue la obra con la que debutó este autor, y ya desde el inicio de su carrera se podía intuir su gran capacidad artística. Ya en este primer tomo de Cat’s Eye su estilo de dibujo se ve muy elaborado y preciosista, sobre todo si lo comparamos con las demás obras, sobre todo shōnen, de la época, cuando imperaba un estilo mucho menos realista y más caricaturesco.

Este manga, estructurado básicamente en historias autoconclusivas, narra las aventuras de Toshio Utsumi, un detective de la policía obsesionado con un ladrón (más tarde descubre que en realidad son tres chicas) que opera bajo el nombre Cat’s Eye y que siempre avisa con antelación de los robos que va a cometer. Es decir, “el día 20 a las 5 de la tarde iré a robar el diamante Afrodita de la galería John’s”, por ejemplo. Toshio hace tiempo que sale con Hitomi Kisugi, una de tres hermanas, junto a Rui y Ai, que regentan una cafetería llamada… Cat’s Eye.

Las Cat's Eye, ¡en acción!

Las Cat's Eye, ¡en acción!

Y así se va desarrollando la historia, con Toshio contándole a Hitomi los secretos de la policía y los pormenores de las operaciones que van a realizar para “esta vez sí, atrapar a Cat’s Eye”, y Hitomi organizando, no sin falta de remordimientos por traicionar una y otra vez a su novio, los distintos robos, a cuál más elaborado y sorpresivo. Las acciones de robo están muy bien dibujadas y pensadas, y la verdad es que la historia resulta entretenida.

Sin embargo, uno no puede evitar preguntarse cómo puede ser tan absolutamente idiota Toshio: ¿no es capaz de relacionar el nombre de la cafetería con el ladrón? Una vez descubre que Cat’s Eye no es un hombre sino una mujer, ¿no lo relaciona con Hitomi ni sus hermanas? ¿No se da cuenta de que las Cat’s Eye se anticipan a sus movimientos “como si supieran cuántos efectivos policiales hay, dónde están dispuestos y qué medidas de seguridad adicionales hay”? En este sentido, el argumento es demasiado poco creíble. Al menos Hōjō subsana esto poniendo en escena, sobre la mitad del tomo 1, a la inquisitiva detective Mitsuko Asatani, que enseguida empieza a sospechar de las hermanas Kisugi (ante el cabreo del gili de Toshio, por cierto) y a meter la nariz en sus asuntos, lo que añade suspense y emoción a la historia.

En resumen, un manga muy entretenido y recomendable. Qué lástima que Tsukasa Hōjō, al igual que Mitsuru Adachi o Tatsuya Egawa, tenga tan poca suerte en nuestro país, porque es un autor mayúsculo. A ver si algún día se subsana este gran hueco en la bibliografía manga en España.

Lo mejor

  • Historia de ladrones bastante manida, pero entretenidilla.
  • Un dibujo más que decente teniendo en cuenta la época en la que fue creado.
  • Las hermanas Kisugi, a cuál más guapa.
  • La comedia romántica desarrollada entre Toshio y Hitomi.
  • Que yo por fin he descubierto a Hōjō.

Lo peor

  • En general, el argumento se aguanta con pinzas (y gracias).
  • Irrita que Toshio sea tan imbécil e incapaz de atar cabos.
  • Que yo haya tardado tanto en descubrir a Hōjō.

Kage (Sombra) y Machi (Ciudad)

Monday, September 7th, 2009
  • Título: 影 –Kage – (Sombra) y 街 –Machi– (Ciudad)
  • Autor: Varios
  • Editorial: Shōgakukan Creative (edición facsímil)
  • Revista:
  • Años publicación: 1956-1966 (Kage) y 1957-1962 (Machi) / 2009 (edición facsímil)
  • Clasificación: seinen, gekiga
  • Tomos: 120 (Kage) y 63 (Machi)
Portada de Kage 1

Leyendo la obra Gekiga Hyōryū, el manga autobiográfico de Yoshihiro Tatsumi, es imposible refrenar los impulsos para ampliar, por poco que sea, los conocimientos sobre el manga de la época que aparecen en el libro. O si no ya me diréis cuando os leáis la edición española de este interesantísimo libro que está preparando Astiberri…

Una de las cosas que más llaman la atención de la época en la que Yoshihiro Tatsumi, Takao Saitō y Masahiko Matsumoto, entre otros, estaban creando las fundaciones de lo que poco después se conocería como gekiga (dibujos dramáticos) y que ahora se conoce como seinen manga (manga para adultos) es el tema de sus primeros pinitos con los libros-revista, sobre todo Kage.

En los años 50, la edición de manga estaba clarísimamente dividida en dos tipos de editoriales, que tenían rutas totalmente distintas de publicación y distribución. Mientras las editoriales grandes publicaban revistas infantiles que incluían manga (de Osamu Tezuka, Fujiko Fujio, Shōtarō Ishinomori, etc.) que se vendían en las librerías de todo Japón, había otras editoriales, mucho más pequeñas y humildes, que centraban su negocio en publicar tomos de manga exclusivamente para la red de librerías de alquiler kashihon’ya y con distribución limitada a zonas concretas. En los años 50 había kashihon’ya por todas partes en las que, por un módico precio, uno podía alquilar un manga o una novela para leer tranquilamente en casa o en la misma tienda.

Portada de Machi 1

Tatsumi y los suyos trabajaban para este último mercado de librerías de alquiler, un mercado en el que, por supuesto, había muchos menos tabúes y manías respecto a qué era lo que se podía publicar y cómo. Como se cuenta en Gekiga Hyōryū, un día los jóvenes y motivados creadores que trabajaban para la editorial de Osaka llamada Hinomaru Bunko tuvieron la idea de unirse para crear antologías de historias cortas de misterio y detectives. Así, en vez de dedicar un solo autor varios meses de su tiempo a realizar un libro unitario, entre varios podían unirse para, con solo unas pocas páginas al mes cada uno, poder lanzar un libro mensualmente, numerado como si fuera una revista. Así es como nació Kage (Sombra), en 1956. Kage obtuvo un gran éxito y, cómo no, poco después empezaron a salirle imitadores por todas partes. Incluso, como nos cuenta Tatsumi, los propios autores de Kage empezaron a comprometerse con otras editoriales para realizar otras de estas cabeceras, como Machi (en la que no participó Takao Saitō porque el tipo no tendía a caer muy bien).

En febrero de este año, la editorial Shōgakukan Creative (ojo a esta editorial porque lo que están haciendo desde hace solo unos pocos años con reediciones facsímil de obras de manga clásico es increíble) tuvo la genial idea de crear una edición facsímil de los números 1 de Kage y Machi para saciar la curiosidad de gente como yo mismo. Y es que en 2009 se conmemora el 50º aniversario de la acuñación de la palabra gekiga, un movimiento del que Kage y Machi son los embriones.

Página de la interesantísima historia El hombre de la habitación contigua, incluida en Kage 1

La edición de Shōgakukan Creative imita perfectamente la edición original de ambas revistas, tanto en tamaño como en aspecto. Lo único que han añadido es una pequeña página extra de créditos al final de cada libro, pero aparte de esto, la edición es exacta a la de los años 50 de ambos libros-revista: así, ambos cuentan con unas 96 páginas, tienen tapa dura, un primer pliegue de páginas a todo color y el resto de los pliegues impresos con tintas de colores cambiantes. Ambos libros vienen en una caja de cartón y están acompañados de un folleto con interesantes artículos complementarios, como por ejemplo una entrevista a Takao “Golgo 13” Saitō, una cronología, etcétera.

Leídas ahora las historias contenidas en Kage y Machi, la verdad es que parecen más bien pueriles, pero si lo colocamos en su contexto, en el que el manga era solo para niños y tenía unos contenidos francamente anodinos y planos, puedo comprender la revolución que armaron al crear un tipo de manga no para niños (lo normal en la época), sino para lectores adolescentes y adultos que habían crecido leyendo las obras de Tezuka y compañía y que querían seguir leyendo cómics, aunque no infantiles. En Kage 1, por cierto, se incluye la legendaria historia Rinshitsu no otoko (El hombre de la habitación contigua) de Masahiko Matsumoto, una obra que impactó enormemente a Tatsumi y a los demás autores de su círculo y que moldeó los inicios del manga para lectores adultos, con violencia realista, sangre, muertes y un uso impresionante de las técnicas cinematográficas para absorber al lector.

Las demás historias incluidas en ambos títulos tienen altibajos, ya que las hay bastante aburridas, pero otras, sobre todo las de Tatsumi y Matsumoto, resultan muy interesantes pese a su evidente “primitivismo” visto ahora. Ni que sea para observar la evolución increíble de Takao Saitō (el autor de Golgo 13, Survival y Breakdown, recordémoslo) desde su anodina primera historia para Kage hasta ahora, o la evolución en dibujo y estilo que ya hay entre las obras de Tatsumi y Matsumoto entre 1956 (en Kage 1) y 1957 (en Machi 1) vale la pena hacerse con esta magnífica edición facsímil.

Nanatsu no kao o motsu otoko, Tarao Bannai (Bannai Tarao, el hombre de los siete rostros)

Saturday, August 29th, 2009
  • Título: 七つの顔をもつ男、多羅尾伴内 –Nanatsu no kao o motsu otoko, Tarao Bannai– (Bannai Tarao, el hombre de los siete rostros)
  • Autor: Kazuo Koike (guión), Shôtarô Ishinomori (dibujo), Yoshitake Hisa (historia original)
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Shônen Magazine
  • Años publicación: 1978
  • Clasificación: shônen, misterio
  • Tomos: 5


Al final he tenido que dejar el blog de lado durante dos semanitas, pero por una muy buena causa: ¡mi hija Gemma nació el pasado 20 de agosto! Y esto de ser padre es un oficio absorbente, de verdad XD. Pero bueno, creo que ya todo empieza a volver a su (nuevo) cauce. En fin, vamos allá y retomemos el blog:
No recuerdo en qué librería de segunda mano de Tokio compré este tomo ni cuándo, pero viendo los nombres en la portada entiendo inmediatamente por qué alargué la mano hacia el libro y me hice con él sin pensarlo dos veces. No es para menos: en el guión tenemos a uno de los guionistas más prestigiosos del manga de todos los tiempos, Kazuo Koike (El lobo solitario y su cachorro, Lady Snowblood, Hanzo el camino del asesino…), mientras que a los lápices tenemos al mismísimo “rey del manga” Shōtarō Ishinomori. ¿Qué amante del manga clásico querría perderse una colaboración de este nivel?
Lo curioso es que esta obra no aparece apenas mencionada en las bibliografías ni de Koike ni de Ishinomori (salvo en las bibliografías más completas, claro). ¿Entonces qué pasa? Después de leer el cómic, tengo que decir que no es ninguna maravilla en ninguno de los dos aspectos, ni en el guión ni en el dibujo, pero tampoco me ha parecido tan malo como para merecer que la Historia se olvide de él. De hecho, tiene detalles muy buenos y se deja leer de forma bastante trepidante, lo que ojalá muchos manga de hoy en día pudieran decir.
Las aventuras del detective Bannai Tarao (vaya apellido más desafortunado, por cierto XD) son una serie de novelas creadas por Yoshitake Hisa a partir de la posguerra y que obtuvieron mucho éxito durante los años 50, cuando fueron adaptadas a la pantalla grande. Koike e Ishinomori quisieron rendir homenaje a este carismático personaje y le dedicaron este manga en 1978, ya años después de su gran “boom”.

La famosa frase trademark de Tarao: “A veces soy chófer tuerto, a veces marinero de ultramar, a veces gran magnate, a veces bien vestido caballero de mediana edad, a veces cocinero chino, a veces misterioso cazador, y a veces el detective Bannai Tarao… Y sin embargo, mi verdadera identidad… ¡Es la del mensajero de la justicia y la verdad: Taizō Fujimura!”

El manga nos cuenta las tribulaciones de un envejecido Bannai Tarao que busca desesperadamente a algún joven digno de convertirse en el segundo Bannai Tarao. Un día conoce a Junpei Shitai, un joven muy impulsivo y testarudo, y decide investigarle para ver si se corresponde con la idea que tiene del que debería ser su sucesor. A pesar de lo brusco que es y los aparentes problemas de carácter que tiene Junpei, Tarao decide finalmente que este chico es su sucesor ideal… Y se enfrasca en la tarea de atraerle hacia sí y convencerle de que herede su puesto, el puesto del prestigioso detective de las “siete caras” (siete disfraces con los que es capaz de camuflarse en cualquier entorno).
Junpei es más tozudo que una mula y no se deja convencer por Tarao y así empieza un tremendo estira y afloja entre los dos. Al final del primer tomo, por fin Tarao convence a Junpei para ser su sucesor y… la verdad es que en este punto me quedé con ganas de más, pero como solo tengo el primer tomo no sé cómo sigue. En fin, a ver si algún día tengo la oportunidad para ver cómo sigue el manga.
La verdad es que me ha gustado el manga, sí. Me ha parecido entretenido, bien narrado (cómo no, viniendo de la mente de Koike) y bien dibujado para la época. No entiendo cómo aparentemente no consiguió gran repercusión en su momento…

Insects

Monday, June 8th, 2009
  • Título: インセクツ –Insects–
  • Autor: Satoshi Sugiyama
  • Editorial: Gentōsha
  • Revista: Comic Birz
  • Años publicación: 2007-09
  • Clasificación: seinen, apocalíptico
  • Tomos: 4


Como mi buen amigo y compañero de fatigas en el mundo de la traducción de manga y anime Jesús tiene, entre otros hobbies, una gran afición por la entomología (véase su interesantísimo Entomoblog), siempre que veo algo relacionado con los bichos que pueda interesarle intento compartirlo con él. Y, claro está, yo cuando voy a Japón normalmente no me paseo por la sección de entomología de las librerías (no sabría ni por dónde empezar ni qué libros podrían interesarle a Jesús, además que me consta que él ya les da un “repaso” cada vez que va a Japón XD), así que normalmente lo que pasa es que, examinando las estanterías de la sección manga, me topo con algún título curioso que compartir con él. Esto pasó con Insect Detective Yoshida Yoshimi, del que aprovechamos para hacer reseña simultánea. La verdad, resulta muy interesante leer ambas reseñas, ya que los dos nos fijamos en cosas totalmente diferentes, él como entomólogo aficionado y yo como total profano: en Entomoblog y en MangaLand.
Hace varios meses vi en una librería una colección que por aquel entonces tenía 3 tomos, que tenía unas portadas muy sugerentes con enormes bichos paseándose una ciudad japonesa, y cuyo título era Insects. “¡Carnaza para Jesús!”, pensé. Así que, ni corto ni perezoso, le escribí un e-mail comentándole que había visto esta colección, pero que no tenía ni idea de qué iba ya que los tomos estaban retractilados. Al cabo de poco, Jesús fue a Japón y se compró los tomos; y hace muy poco salió el cuarto y último y también se lo agenció. Cuando los hubo leído, me los mandó a mí y aquí estoy, así que en esta ocasión también tenemos doble reseña: esta y la de Entomoblog. Para mantener la originalidad de mi reseña, no releeré la de Jesús hasta que haya finalizado de escribir la mía.

En fin, vamos a la reseña en sí. Insects, colección finalizada de cuatro volúmenes publicada entre 2007 y 2009 en la revista Comic Birzy firmada por Satoshi Sugiyama. Unos científicos se dedican a hacer unos experimentos con insectos: su intención es aumentar su tamaño para así conseguir cantidades razonables de cierta proteína que luego utilizarán para otra cosa. En fin, no recuerdo muy bien la base científica del manga, pero el caso es que los científicos quieren hacer bichos grandes. Pero luego ocurre un accidente y pierden el control: los bichos empiezan a hacerse cada vez mayores. De repente, llegan las Fuerzas de Autodefensa japonesas, que acordonan la zona, impiden que la gente salga de ella y empiezan a actuar de manera muy extraña; de hecho, vienen extraña y curiosamente preparados para hacer frente a cualquier contingencia que tenga que ver con bichos enormes.

Las Fuerzas de Autodefensa contra bichos gigantes. Moooola

Resumiendo, al cabo de poco descubrimos que todo es un enorme complot liderado por el viceprimer ministro japonés, cuyo objetivo es ser capaz de aumentar el tamaño de los insectos de una zona en concreto para que, como una enorme plaga, puedan acabar con posibles enemigos antes de perecer (ya que los bichos cuyo tamaño ha aumentado mueren naturalmente al cabo de pocos días y son incapaces de reproducirse). Es decir, desea conseguir una especie de terrible arma biológica en forma de macroinsectos y para ello usa como chivos expiatorios a los pobres científicos del principio, que cargan con toda la culpa ante los medios de comunicación. Qué malo maloso es el tío, ¿no? En fin, os podéis imaginar que la situación se le va un poquitíiiiin de las manos y que los insectos, que cada vez son mayores, se cargan al personal cosa linda y destrozan la ciudad a gusto. ¡El último insecto que aparece es un gigantesco mastodonte mayor incluso que Godzilla (un poco ‘sagerao’, pero bueno, también es muy japonés)!
La historia tiene varios personajes principales a los que el autor va enfocando sucesivamente: desde el viceprimer ministro hasta los científicos, pasando por el típico joven protagonista de los manga japoneses, Jun (que es hermano de uno de los científicos), la chica amiga del colegio de Jun, los miembros de las FF.AA. que se huelen algo sospechoso, etcétera. En definitiva, estamos ante un manga de terror y acción que, la verdad, no cansa nada de leer y además consta de cuatro tomos que van in crescendo y francamente engancha bastante. Pero no nos engañemos, esto es una película de clase B al uso, solo que en forma de manga, algo que me ha recordado mucho en esencia a King of Thorn (que casualmente tradujo Jesús): un puro producto de entretenimiento sin más.
El gran punto flaco del manga es sin duda el dibujo: Sugiyama no dibuja bien. Sus personajes son toscos y no les sabe imprimir “movimiento”. En las escenas estáticas sale relativamente airoso, pero cuando escenas en las que los personajes corren el efecto resulta hasta ridículo. Aunque hay que hacerle justicia y decir que su dominio de las técnicas cinematográficas es excelente: hay escenas en las que parece que, más que leyendo un manga, estemos viendo una película. Este manga sería un excelente storyboard, por cierto, pero como manga, en lo que respecta a dibujo, deja bastante que desear. Ojalá hubiera sido un dibujante un poco mejor el que hubiera hecho este manga, ya que seguramente eso le daría posibilidades de ser publicado en el extranjero y de cosechar cierto éxito, pero tal como está ahora dudo mucho que llegue a España y, si lo hace, creo que no venderá nada de nada. Los lectores españoles y los occidentales en general dan muchísima importancia al dibujo, por muy buena que sea la historia.
En fin, yo me lo pasé muy bien leyéndolo, ¿para qué mentir? La verdad es que de vez en cuando va bien leer algo light y sin más pretensiones. Incluso alguna vez Sugiyama consiguió arrancarme algún respingo en alguna escena con repugnantes bichos gigantes apareciendo de la nada para atacar a los personajes. ¿Qué tienen los bichos que da tanto repelús? XD