El blog de Marc Bernabé

Hotel

Monday, July 29th, 2013
  • Título: Hotel
  • Autor: Shōtarō Ishinomori
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comics
  • Años publicación: 1984-98
  • Clasificación: slice-of-life
  • Tomos: 37

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Hay veces en las que uno no tiene o tiempo o ganas de iniciar la lectura de una serie de manga con muchos tomos y argumento lineal, sino leer pequeñas historias autoconclusivas ambientadas en un mismo mundo o situación. Estoy hablando de obras como podrían ser Black Jack, KochiKame o Detective Conan, que a priori no requieren que el lector siga todo un argumento en el tiempo, sino que cada historia, más o menos corta, tiene un argumento propio (aunque haya un argumento lineal subyacente más o menos sutil). Esto facilita que el lector deje y retome la serie cuando le dé la gana, sin miedo a perderse por no acordarse de secuencias o sucesos pasados.

Hotel, uno de los mangas más exitosos de Shōtarō “el rey del manga” Ishinomori, es precisamente una serie de este tipo. Se ambienta en el Tokyo Platon, un hotel de gran envergadura y estatus, en cuyas dependencias pasa un poco de todo. Un capítulo narrará un desencuentro amoroso de una pareja, otra un caso detectivesco al más puro estilo Agatha Christie, otro una aventura que implica una maleta perdida, y así… No hay personajes recurrentes salvo el “staff” del hotel: el que más sale es Tōdō, el “general manager”, aunque no necesariamente aparece en todos los capítulos ni tiene un papel especialmente relevante en muchos de ellos.

Podríamos decir, pues, que el principal protagonista es el propio hotel, y los secundarios de lujo son los clientes y los trabajadores del mismo. Son historias con fuerte carga de entretenimiento, pero con el punto justo de emoción, candor, sentimiento, humor y alegría.

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¿Puede ser que se nos haya colado una prostituta en el hotel? ¡Hay que investigarlo!

No sé si acabaré leyendo todos los tomos (son 37 en la versión original y 25 en la de bolsillo, que es la que tengo yo), pero desde luego para mí es una serie ideal para ir cogiéndola de vez en cuando en épocas como la actual, sin ir más lejos, cuando por estar en medio de una verdadera montaña rusa de actividad, obligaciones y compromisos de todo tipo, tengo poquísimo tiempo disponible para leer y, cuando lo tengo, estoy tan cansado que solo aguanto 10 o 15 minutos de lectura antes de caer “frito”… Así que un capítulo de Hotel como entretenimiento y relax va de fábula ya que no exige ningún esfuerzo y proporciona grandes dosis de entretenimiento y relax.

Shōtarō Ishinomori dejó inconclusa esta serie debido a su muerte, en 1998, a unos escasos 60 años de edad… Si no fuera por ello, posiblemente hoy en día seguiría trabajando en ella y estaríamos hablando ya de una serie cercana a la mítica cifra de 100 tomos, ya que claramente la serie, con ese formato, podría evolucionar y estirarse tanto como diera de sí la imaginación e inventiva de su autor (y sabemos a ciencia cierta que Ishinomori, que ostenta el Récord Guinness de autor de cómic más prolífico de todos los tiempos, ¡la tenía para dar y vender!)

Lo mejor

  • Grandes historias autoconclusivas, algunas realmente memorables.
  • Me gusta mucho el formato “historias autoconclusivas” por los motivos expuestos más arriba.
  • Entretenido a más no poder.
  • Su adaptación televisiva a serie de imagen real cosechó un gran éxito, con 5 temporadas en su haber, todo un hito en un país en el que las series televisivas, de escasos capítulos (de 10 a 12) duran apenas una sola temporada.

Lo peor

  • El dibujo se ve anticuado. Ya Ishinomori tenía un estilo “viejo” en los años 80, debido a su veteranía, pero actualmente se percibe aún más viejo.

Mizcov

Tuesday, May 14th, 2013
  • Título: 水古風・ミズコフ・ –Mizcov–
  • Autor: Mitsuo Hashimoto (dibujo) / Gregory (guión)
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comic Original
  • Años publicación: 1996-2000
  • Clasificación: costumbrista
  • Tomos: 5

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Lo he dicho mil y una veces, pero desde luego hay manga para todos los gustos, y este, de nuevo, es un buen ejemplo de que esta afirmación es cierta. A día de hoy existen muchos expertos extranjeros en varias ramas de la japonología, y algunos de ellos tienen un nivel de conocimiento específico muy destacable, por no decir incluso superior, al de los propios eruditos japoneses. Estos extranjeros han logrado no solo romper la dura barrera idiomática que supone especializarse en contenidos niponófilos, sino que además han logrado un nivel elevadísimo en campos de todo tipo. Sin ir más lejos, entre mis conocidos me enorgullezco de tener a gente no japonesa que ha conseguido labrarse una carrera impresionante, como por ejemplo el profesor James W. Heisig, autor de Kanji para recordar, que es un gran experto en filosofía japonesa y budismo, campo que explora sin cesar desde su puesto en la universidad de Nanzan, en Nagoya.

Sin embargo, a los japoneses aún les cuesta aceptar que un extranjero, sobre todo occidental, pueda saber más que ellos de según qué temas, y por eso sorprende encontrarse con un manga como este, protagonizado por un israelí de 35 años llamado Mizcov que trabaja como profesor de literatura japonesa en Tokio.

Hacía muchos años, tal vez más de 10, que encontré en una librería de segunda mano los dos primeros tomos de esta serie, y a pesar de que en todo momento me había llamado la atención, siempre, por cosas que pasan, había dejado su lectura “para otro día”. El otro día, rebuscando manga para una exposición del próximo Salón del Manga de Barcelona, volví a dar con ellos y me decidí a, por fin, leerlos.

Mizcov es un apasionado del Japón y está en todo momento en busca del llamado “kokoro” (espíritu, alma…) japonés, un kokoro que parece perdido pero que, en realidad, aún pervive en ciertos lugares o en ciertas personas o comunidades. Mizcov, pues, es un extranjero mucho más japonés que muchos japoneses, y que se dedica a ir de aquí para allá para entender mejor el país que le acoge y al que tanto adora.

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Mizcov, el gaijin sabiondo, en el santuario Izumo Taisha de Matsue.

Recordemos que este es un manga pensado, obviamente, para el público japonés, por lo que los autores utilizan a Mizcov a su antojo, básicamente para presentar a sus lectores un Japón que se considera ya casi desaparecido. El hecho de presentar todos estos hechos o aspectos a través de los ojos de un extranjero es una estrategia para poder expresar cosas, o de generar situaciones, que con un personaje japonés no sería viable o creíble presentarlas de la misma forma.

A mí me ha parecido un manga muy interesante y, aunque el personaje de Mizcov puede llegar a resultar un poco cargante por su extrema nipofilia y su carácter de “en realidad yo sé mucho, aunque voy de modesto en todo momento”, me he sentido identificado más de una vez como extranjero que ama Japón y que tiene curiosidad por aprender más de este país, y de descubrir detalles que pasan desapercibidos en una exploración superficial pero que arrojan grandes cantidades de información y destilan “kokoro” cuando consigues conocerlos. Y también con esos detalles de “oh, qué bien hablas japonés”, “sí soy profesor (yo digo “traductor”, claro)”, “¿en seriooo?”

Lo mejor

Lo peor

  • A veces Mizcov resulta un poco cargante.

Saiyū-Yōenden (Viaje al oeste – La leyenda del mono sobrenatural)

Monday, February 11th, 2013
  • Título: 西遊妖猿伝 –Saiyū-Yōenden– (Viaje al oeste – La leyenda del mono sobrenatural)
  • Autor: Daijirō Morohoshi
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Super Action, Comic Action Characters, Comic Tom, Morning
  • Años publicación: 1983-97 / 2008-?
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 10 (1ª parte) / 4 (2ª parte, en curso)

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Tras leer Yume miru kikai quedé intrigado por el autor Daijirō Morohoshi y quise probar con otra de sus obras, así que me decidí por Saiyū-Yōenden, uno de sus mangas más conocidos (si no el más conocido), que hasta hace poco se solía ver en las estanterías de la sección manga de las grandes librerías japonesas debido a su reciente reedición.

A estas alturas, quien más quien menos conoce por encima la gran leyenda china de Viaje al Oeste, en la que el monje budista chino Xuanzang decide partir hacia la India para conseguir unas escrituras sagradas budistas, acompañado en su camino por el rey mono Sun Wukong, el monstruo cerdo Zhu Bajie y el demonio acuático Sha Wujing. Tal vez os sonarán más sus nombres adaptados al japonés: Sanzō (Xuanzang), Son Gokū (Sun Wukong), Cho Hakkai (Zhu Bajie) y Sa Gojō (Sha Wujing). Efectivamente, estas historias y personajes han inspirado a numerosas obras literarias y manga japonesas, como por ejemplo Boku no Son Gokū de Osamu Tezuka, Saiyūki de Kazuya Minekura y, evidentemente, Dragon Ball de Akira Toriyama.

Morohoshi es uno más de los autores manga que han decidido adaptar a su manera el gran clásico de la literatura china, concretamente centrándose en la figura del rey mono Sun Wukong (Son Gokū), todo un icono de la cultura clásica oriental.

En este caso, Morohoshi se desmarca bastante de la historia clásica y quiere ofrecer un relato mucho más global, presentándonos los orígenes de Sun Wukong como modesto chico campesino en la antigua china rural, devastada por las luchas de poder entre las clases dirigentes, por culpa de las que el pueblo del protagonista acaba arrasado por completo.

Desamparado, Wukong emprende un viaje que le llevará a vivir grandes aventuras y a conocer a muchísimas personas, amigas y enemigas. Al principio la obra sorprende porque parece querer desarrollarse de forma realista, sin ninguna de las apariciones y milagros sobrenaturales que adornan en la historia original. Sin embargo, esto pronto se tuerce y se incorporan a la historia elementos fantásticos como un enorme mono sobrenatural y cosas así que rompen un poco ese fresco ritmo original que me había sorprendido tanto.

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Y esta es la enésima representación de Sun Wukong (Son Goku) en el manga japonés.

La historia se deja leer muy bien, tiene mucha acción y un dibujo muy peculiar (el principal rasgo de este autor). El problema es que personalmente no me gusta mucho la historia antigua china, lo que para mí se convierte en un gran hándicap difícil de superar, además de la enorme profusión de nombres chinos (con lecturas japonesas) que hay por todas partes. Francamente, me pierdo.

Esta gran historia, galardonada con el prestigioso Premio Cultural Osamu Tezuka en el año 2000, ha tenido una vida muy errática debido a la cancelación de revistas o incluso al cierre de editoriales. Ha tenido períodos de parón, cambios de publicación, etcétera, que han provocado que haya varias versiones, retocadas con los años, de su recopilación en tomos. Tras 11 años de parón, la historia fue rescatada por Kōdansha en 2008, y actualmente su continuación se publica de forma aperiódica en la revista Morning.

La edición más actual, “remasterizada” por el propio autor para la ocasión, es la realizada por Kōdansha en 2009 aprovechando que esta editorial se había hecho con los derechos del manga realizado hasta entonces y de su continuación. Esta edición, la que reseño, cuenta con 10 tomos de unas 400 páginas cada uno. La segunda parte, actualmente en publicación, consta de momento de 4 tomos.

Lo mejor

  • El extraño dibujo de Morohoshi tiene una capacidad de atracción muy curiosa.
  • Una faceta fresca de la tan manida historia de Sun Wukong (Son Goku).

Lo peor

  • La temática personalmente no me gusta mucho (pero esto es personal).
  • Demasiado nombre chino (aunque es obvio, ya que la historia se desarrolla en China).

Wsamarus 2001

Monday, February 4th, 2013

Wsamarus 2001

  • Título: Wsamarus 2001
  • Autor: Usamaru Furuya
  • Editorial: East Press
  • Revista: Varias
  • Años publicación: 1996-2000
  • Clasificación: humor, experimentos
  • Tomos: 1

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De nuevo reseño una obra de Usamaru Furuya, de lejos el autor de quien más obras he comentado en este blog. Desde luego, voy muy bien en el camino de reseñar toda su obra, puesto que ya me quedan relativamente pocas por leer y reseñar (y traducir, caso de Hikari Club, editada en España por EDT).

Wsamarus 2001 es una obra bastante extraña, como la mayoría de las de la primera época de este autor. Estamos ante una recopilación de historias cortas publicadas en varias revistas y se podría considerar una especie de secuela de Garden ya que es básicamente más de lo mismo. Bueno, “lo mismo” es un gran decir, porque desde luego no hay ni una sola historia corta de Furuya que sea igual a otra, tanto en temática como en estilo.

El libro está organizado como si fuera el interfaz de un ordenador Mac que va “cargando” las diferentes historias, y las historias que recopila son de lo más variadas. Historias cortas al uso, tiras de 4 viñetas, parodias muy bestias de otras obras (manga, anime, cine, lo que sea…) y con temáticas y estilos también muy variados.

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Esas rarezas tan usamaruianas…

Ya sabéis que Furuya me gusta mucho y que me cuesta ser imparcial, pero esta obra me ha parecido, si no la más floja, una de las más flojas que le he leído. La inconsistencia entre historia e historia, tanto argumental como de estilo (ahora sucio, ahora limpio, ahora preciosista, ahora a color…) me desconcertó bastante al leer y tengo que decir que no lo disfruté ni de lejos como he disfrutado otras obras del autor.

Lo mejor

  • Ventana a la mente de un creador privilegiado, en sus primeros años como autor.
  • Algunas historias son descacharrantes, sobre todo las parodias.

Lo peor

  • Poca consistencia en estilo y argumento.
  • Una recopilación más bien floja.

Tottemo! Luckyman

Monday, January 21st, 2013
  • Título: とっても! ラッキーマン –Tottemo! Luckyman–
  • Autor: Hiroshi Gamō
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Shōnen Jump
  • Años publicación: 1993-97
  • Clasificación: humor
  • Tomos: 16

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Desde hace cierto tiempo se rumorea que Tsugumi Ohba, guionista de Death Note y Bakuman., podría ser el alter ego de Hiroshi Gamō, el autor de este manga que reseño. No sé si es cierto o no, pero sí sé que hay bastantes cosas que pueden hacer saltar las alarmas en este sentido y dar pie a la sospecha.

Por un lado, el hecho de que Ohba saliera prácticamente de la nada en una revista tan competitiva como la Jump. ¿Qué hizo Ohba para meterse de lleno en esa revista y conseguir que le pusieran un dibujante tan bueno como Obata? ¿Fue fichado desde cero o bien ya conocía a editores de antes y lo tuvo más fácil para hacer cuña y lograrlo?

Una segunda sospecha radica en el estilo de dibujo de Luckyman, que recuerda un poco a los storyboards de Ohba que aparecen en Bakuman. Sin ser el mismo estilo exactamente, sí que tienen cierto parecido…

Y la tercera, y ya más curiosa, es que tanto el estilo de dibujo del manga como su argumento recuerdan sobremanera a la historia La leyenda del superhéroe del tío de Saikō, Nobuhiro Mashiro, alias Tarō Kawaguchi. Un manga de dibujo regulero, de humor tonto, que sin embargo logra más o menos calar entre el público, tiene una andadura relativamente larga e incluso consigue ser adaptado a anime. Tottemo! Luckyman es justamente todo esto (abarca 16 tomos y fue adaptado a un anime de 50 episodios), con lo que podemos llegar a solapar, no digo que no, la figura de Tarō Kawaguchi con la de Tsugumi Ohba.

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¡Qué suerte tiene siempre Luckyman!

Eso sí, como ya he dicho, no existe ningún fundamento ni prueba real que certifique que Gamō y Ohba son la misma persona.

¿Y de qué va Tottemo! Luckyman (¡Muy! Suertudoman). Pues cuenta la historia de Yōichi Tsuitenai (tsuitenai significa “con mala suerte”), un chaval que, efectivamente, es un gafe para todo, la persona con la peor suerte de todo Japón. ¡Es que no hay nada que le salga bien! Hasta el punto de que acaba aplastado debajo de un ovni que se estrella contra la Tierra, el colmo de la mala suerte y lo absurdo. Sin embargo, el héroe más suertudo del universo, Luckyman, ¡se fusiona con él en ese momento!

Cuando se transforma en Luckyman, Yōichi es capaz de ganar cualquier combate por la pura fuerza de la suerte. Si lanza un rayo de energía con mala puntería, resulta que rebota en un espejo que justamente estaba en el lugar adecuado y acaba impactando en el malo de turno. Si el villano le lanza un arma, Luckyman tropieza justo para evitar que se clave en su cuerpo, y así… La historia va transcurriendo pues en forma de capítulos autoconclusivos y se van sumando a la misma todo tipo de personajes secundarios, héroes y villanos a cuál más pintoresco.

Lo mejor

  • Curiosa historia.
  • Las similitudes con La leyenda del superhéroe de Bakuman.

Lo peor

  • El dibujo es maluno.
  • La historia es una chorrada muy grande.
  • Hace gracia al principio, pero al cabo de dos o tres capítulos te cansas un poco de siempre lo mismo.