El blog de Marc Bernabé

MachGoGoGo! (Speed Racer)

Sunday, May 11th, 2008
  • Título: マッハGoGoGo! -Mach GoGoGo!- (Speed Racer)
  • Autor: Toshio Tanigami -(c) Tatsunoko Pro y TV Tokyo-
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: CoroCoro Comics
  • Años publicación: 1997
  • Clasificación: kodomo (infantil)
  • Tomos: 2

Ayer fui a ver la película de Speed Racer y, francamente, me lo pasé muy bien. ¿Adaptación cinematográfica de un anime de los años 60, con estética retro y encima realizado por un par de frikis del anime, con todo lo que ello implica? Estaba claro que me iba a gustar. No es un portento del guión ni nada, pero esa factura tan curiosa, esos efectos y ese colorido tan bestial me encantaron. Los hermanos Wachowski han querido trasladar un anime a la gran pantalla y esto es lo que han hecho, ni más ni menos. Y eso incluye el niñato graciosillo o incluso al chimpancé, tan a menudo presentes en esos animes sesenteros y setenteros, entre muchos otros detalles como por ejemplo el uso de la tonadilla del opening clásico de la serie japonesa en algunas escenas, etc. Entiendo que a mucha gente no le pueda gustar y que incluso se aburra en el cine, pero a mí, como gran fan del manga clásico, todos estos detalles me encantaron.
En cualquier caso, este no es un blog de cine ni tampoco pretende comentar la película, sino un manga basado en la serie de anime original. Bueno, voy a matizar un poco antes de entrar en materia. Mach GoGoGo* (así es el título original) es una producción animada ideada por Tatsuo Yoshida, fundador del mítico estudio de animación Tatsunoko Productions, que se emitió originalmente en Japón entre abril de 1967 y marzo de 1968, en un total de 52 episodios. Recientemente, Dolmen ha anunciado que publicará en españa el manga “original” de esta serie, firmado por el mismo Tatsuo Yoshida (que empezó como mangaka, pero lo fue dejando paulatinamente a medida que su estudio de animación iba creciendo). Lo que no tengo claro, vistas las fechas, es que ese manga sea el “original”, ya que ambas producciones son de 1967. Probablemente fue un desarrollo paralelo, del estilo que se llevaba en la época; por ejemplo, también Mazinger Z o Cutie Honey fueron lanzados simultáneamente en forma de manga y anime.

* El título es un curioso juego de palabras. Mach es el nombre del coche en sí (significa “velocidad del sonido”). En cuanto a los tres “Go” (escritos en alfabeto occidental incluso en el original), se pueden entender como 号 (gô), sufijo que se coloca detrás de los nombres de aparatos (en el manga y anime hablan siempre del マッハ号 Mahha-gô); el apellido del protagonista, que es también 剛 Gô (significa “forzudo”, “robusto”); el número cinco, que se pronuncia 五 “go” (de ahí que el coche lleve pegatinas con el número 5); así como la palabra inglesa “Go” (¡Ve!). Así, podemos entender el título como “¡Adelante, Gô y Mach-gô nº 5!”

En cualquier caso, el anime original tuvo un éxito modesto en Japón hasta que fue exportado rápidamente a Estados Unidos, donde se convirtió en una serie mítica con el título de Speed Racer. Esa versión americana nos llegó a España con el título de Meteoro, lo que la convirtió en una de las primeras (si no la primera) series de anime emitidas en la tele de nuestro país. Como era de esperar, veinte años más tarde la serie tuvo un remake nipón, con el mismo título y emitido entre enero y septiembre de 1997. Esta segunda serie no tuvo el éxito que se esperaba y solo duró 34 episodios. Como curiosidad, existe otra serie, de 1993, de factura enteramente americana y que tuvo aún menos éxito; su título era The New Adventures of Speed Racer y solo duró 13 episodios.

Desenfrenadas carreras automovilísticas, ¡supera esto, Alonso!


Todo esto viene para explicar que este manga que comento ahora es una adaptación al cómic realizada con motivo de la segunda serie japonesa, la de 1997, y serializada en las páginas de la revista infantil de manga CoroCoro Comics. Ignoro si aparte del manga clásico de Toshio Yoshida y este existe algún otro manga de esta serie; en cualquier caso, cuando vi este en una tienda no pude resistirme a comprarlo. Debo confesar que el hecho de que se hubiese publicado en una revista infantil no me había inspirado para leerlo hasta anteayer. Pero finalmente lo hice, en parte para ambientarme un poco antes de ir a ver la película de imagen real, ya que yo nunca vi el anime ni tampoco sabía exactamente de qué iba la serie (aunque la musiquilla sí la conocía, del mega-recopilatorio de openings de anime que tengo en el iTunes).
Exceptuando Doraemon, no soy lector de manga infantil, pero en los últimos meses he leído, aparte de esta serie, la serie de dos tomos Spiderman J que también se publicó en CoroCoro Comics en 2002, con motivo de la primera película del arácnido. Y no sé si es una característica de todos los mangas infantiles modernos, pero la verdad es que tanto este Mach GoGoGo! como Spiderman J son calcados en el sentido de que tienen una estructura súper simple y entran a saco y directamente en la acción, sin molestarse casi en presentar a los personajes y mucho menos en definir sus personalidades.
Por lo que he visto, el argumento de este manga es el mismo que el de la segunda serie. Cambian los nombres de los personajes (en vez de Gô Mifune tenemos a Gô Hibiki; en vez de Kamen Racer tenemos a X Racer, etc.), y los diseños del coche y sus funcionalidades han sufrido unas pocas variaciones respecto al original, pero más o menos el argumento es similar al de la serie original y también al de la película de Andy y Larry Wachowski, por lo que no voy a explayarme en esto.
Estos dos tomos, a mi gusto totalmente prescindibles por su factura tan infantil y plana, y su dibujo normalucho, se leen muy rápido debido a la gran cantidad de páginas de acción desenfrenada que contienen. No me lo pasé mal leyéndolo, pero a no ser que la película genere un boom increíble, no creo que veamos este manga por aquí porque es más bien malillo.

Kami no ude (El brazo de dios)

Saturday, May 10th, 2008
  • Título: 神の腕 –Kami no Ude- (El brazo de dios)
  • Autor: Jaime Brocal Remohí
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Afternoon
  • Años publicación: 1994
  • Clasificación: seinen, fantasía heroica
  • Tomos: 1

Esta es de momento la única excepción a las normas de este blog que me permito, ya que la obra que reseño en esta ocasión sí ha sido publicada en España. Sin embargo, pese a haber sido publicada en nuestro país, esta obra se merece un puesto de honor en la historia del manga desde el punto de vista español, y por lo tanto merece una reseña.
Tal como comentaba en mi post-investigación Dibujantes occidentales en Japón – El Morning Manga Fellowship-, varios autores españoles publicaron en Japón durante los años 90, aunque solamente tres consiguieron suficiente éxito en sus respectivas revistas como para que sus historias se recopilaran en forma de tomo. Pues me he tomado bastante en serio esta investigación y ya he conseguido un ejemplar de cada uno de estos tres tomos. Es mi intención, por supuesto, reseñarlos los tres, y de hecho uno de ellos ya está figura en este blog: Rosario, de Luis Alberto Maldonado.
Desconozco si anteriormente a Jaime Brocal Remohí, autor de este Kami no Ude, algún otro autor español publicó alguna obra en las páginas de las muchas revistas de manga que existen en el país nipón*. Lo que sí se puede asegurar casi con seguridad es que es este autor valenciano, lamentablemente fallecido en el año 2002, tiene el honor de ser el primer español que consigue que su obra originalmente publicada en una revista japonesa se recopile en forma de tomo. Como decíamos antes, desde ese 1994 en el que se publicó el tomo de Kami no Ude, solo dos españoles más han conseguido emular la gesta.
En lo que respecta al argumento de la obra, Brocal Remohí nos cuenta una historia de espada y brujería protagonizada por “Kaminoude” (brazo de dios), un poderoso guerrero que, nada más empezar la historia, renace de un pozo de lava por orden divina, recibe de boca del dios del viento y el trueno las órdenes de los dioses Izanagi e Izanami, e inmediatamente se pone a luchar contra un insecto gigante. A medida que avanzan las páginas, se empieza a aclarar el confuso inicio: al parecer, Kaminoude es el capitoste de la región de Hidakami, ahora invadida por las hordas del malvado Adorui, general no-muerto de las fuerzas del infierno. Adorui, una especie de esqueleto-zombi vestido de samurái, ha raptado a la bella princesa Yakumo, enamorada de Kaminoude, y pretende hacerla suya. Pero el resucitado Kaminoude intentará frustrar sus malvados planes con el apoyo de los dioses Izanagi e Izanami, señores del firmamento.
Como podéis comprobar, estamos ante un típico tebeo de aventuras de fantasía heroica con protagonista musculoso y bella princesa macizorra muy ligera de ropa, al estilo de Conan el Bárbaro. Y es que es imposible evitar comparar este manga con las aventuras del cimmerio. La particularidad es que Brocal Remohí quiso darle a la historia una ambientación “japonoide”, con elementos de la mitología nipona (como los dioses Izanagi e Izanami), escenarios como castillos o puertas sintoístas “torii” y personajes vestidos con armaduras de samurái. Pero la mezcla es muy extraña y probablemente los lectores japoneses que en su momento leyeron la historia se quedaron perplejos ante algunas escenas. Por ejemplo, es impensable que una princesa japonesa de la época de los samuráis vaya casi desnuda y con los pechos al aire, y mucho menos que abrace y bese “de tornillo” a su querido.

Músculos, zombis y fan-service

Ciertamente, es una obra muy extraña, de estilo enteramente occidental pero publicada en japonés y en Japón, con todo lo que esto implica: lectura del libro al estilo oriental (es decir, al revés), onomatopeyas en japonés, etc. Esta obra pasó sin pena ni gloria por Japón, aunque fue publicada en España en 1995 en comic books por Planeta deAgostini con el título de El brazo de dios. En general, ya bien entrados en el siglo XXI, el público japonés no está todavía preparado para recibir al cómic occidental, y en 1994 todavía lo estaba menos. Así que no me extraña que Kami no Ude no consiguiera éxito: primero por el estilo de dibujo, muy alejado de los cánones estéticos del manga; segundo por la narrativa, que aunque es veloz dista bastante de ser del agrado de los japoneses; y tercero por el argumento, bastante manido y maniqueo, sin profundidad.
Imagino que esto fue un pequeño experimento para Kôdansha, que pretendía abrir mercado con algo totalmente diferente, y la idea que tuvieron fue mirar al extranjero para ver qué encontraban: al parecer, Brocal Remohí fue uno de los primeros autores europeos con los que llegaron a un acuerdo de colaboración y creación de obras inéditas. También aventuro que la tibia respuesta que Kami no Ude recibió en Japón les obligó a enfocar el proyecto de otra manera: en vez de tener a autores extranjeros publicando con su estilo propio (y sus vicios), tal vez sería mejor fichar a prometedores talentos jóvenes, llevarles a Japón con una beca (la Morning Manga Fellowship), y formarles y vigilarles de cerca para que parieran obras “diferentes”, pero con un estilo más cercano al tradicional del manga. Este cambio de enfoque se puede observar claramente en Rosario, donde Maldonado realiza una obra que, formalmente (disposición de página, uso de tramas, etc.), es más manga que cómic español.
Volviendo a la valoración de Kami no Ude, debo decir que no puedo ser imparcial. Ya de por sí la fantasía heroica no es una temática que me guste especialmente, pero es que los cómics de machotes musculosos con espadas pueden conmigo y me aburrí bastante leyéndolo. Eso sí, debo reconocer que Brocal Remohí era un portento dibujando, y seguramente por eso los editores japoneses decidieron publicar su tomo en un tamaño bastante más grande que lo habitual, concretamente en el estándar japonés B5 (
182 × 257 mm), que es el mismo tamaño con el que se publicó originalmente en la revista Afternoon. Imagino que no vieron viable reducir el tamaño del papel porque se perdería detalle y algunas partes quedarían emborronadas.
La tercera y última obra en tomo de autores españoles editada en Japón que reseñaré una vez lea e interiorice será Kabel Imagines (actualización: reseñada aquí), de Juan Carlos Beneyto. Ya aviso que la cosa pinta rara-rara. ^_^

* En el tomo de Kabel Imagines (aparecido en diciembre de 1995) se especifica que la obra fue publicada en la revista Afternoon irregularmente a partir de febrero de 1993. En el tomo de Kami no ude, sin embargo, solo se menciona la fecha de edición del tomo (abril de 1994), sin especificar en qué números concretamente de la revista se publicó. He encontrado referencias de que Kami no ude fue publicado en 1993 en la revista, pero ignoro en qué número empezó y si fue anterior, posterior o simultáneo a Kabel Imagines.

Kinnikuman Ni-sei (Musculman II)

Friday, February 29th, 2008
  • Título: キン肉マンII世 Second Generations -Kinnikuman Ni-sei- (Musculman II)
  • Autor: Yudetamago (Takashi Shimada y Yoshinori Nakai)
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Playboy
  • Años publicación: 1998-en curso
  • Clasificación: shônen / seinen
  • Tomos: 39 (en curso)

Hace pocos días terminé la traducción de Musculman (Kinnikuman), un verdadero parto debido a la necesidad de traducir cada mes 370 páginas llenas hasta la bandera de texto. “¿Cómo? Pero si es un manga de lucha”, me diréis algunos pensando que es imposible que haya tanto texto en un manga eminentemente de acción y piños. Bueno, por un lado tenemos al pelmazo del comentarista, que no calla ni para ir al lavabo. Por el otro, los personajes también parecen tener unas necesidades imperiosas de darle a la sinhueso, justificando, página sí, página también, todas sus acciones con giros argumentales que parecen sacados de la chistera del guionista más salvaje e irresponsable. En plan: dos personajes que no se conocen empiezan a luchar entre ellos. Al cabo de cien páginas, uno desarrolla una técnica que aterroriza al otro. Entonces, ese otro recuerda de repente su infancia, cuando el cuñado del primo segundo de su rival actual le hizo la gracieta de subirle la cremallera mientras estaba meando, con la consiguiente “pillada”. Esto traumatizó a nuestro héroe, que desde entonces, cada vez que ve una técnica con forma de cremallera (justamente la que le está lanzando su rival) se pone tenso y pierde los papeles. Pero luego aparece otro héroe de la nada, que se suponía estaba muerto (pero “no estaba muerto, lere”, como dice la canción, “estaba tomando cañas en el cementerio de superhombres”, me atrevería a decir) y, en contra de todas las normas de combate que se habían establecido 300 páginas más atrás, irrumpe en el ring y salva a su colega. Entonces, incluso los enemigos aceptan que ese nuevo héroe luche en esa pelea de grupos en la que se suponía que sólo podían luchar cinco contra cinco, pero que por el bando de los “buenos” ya llevamos ocho y contando…
En fin, todo esto me lo he inventado, pero no está muy lejos de la realidad. Me cuentan amigos japoneses, antiguos lectores de la serie, que precisamente esta falta de previsión de los autores, Yudetamago, junto con la necesidad de justificarlo todo con explicaciones peregrinas que a menudo caen en la contradicción (¡el horror del guionista!) era precisamente la gracia de esta serie. Efectivamente, yo disfrutaba como el que más de ella cuando la echaban, en su versión animada, hará unos 15 años o más en TV3. Era mega fan de Musculator y su tropa. Aunque os confesaré que Terryman y Menja-tallarines me caían gordísimos, yo siempre he sido fan del gran Warsman.

Por eso, me puse muy contento cuando me ofrecieron la posibilidad de traducir el manga, y de hecho he disfrutado bastante su traducción… Sin embargo, también debo confesar que la cantidad de texto que contiene y el hecho de que son 18 tomos dobles, uno al mes sin parar, hicieron mella en mi ánimo, al ver que traducía y traducía y no había manera de acabar cada uno de esos tochos interminables. Y cuando terminaba, ¡pues ya casi que tocaba el siguiente…! Desesperante, vamos. Además, el hecho de ir con tanta rapidez hacía que pillara enseguida todos estos errores conceptuales, en plan “¡joder, pero si hace un momento (250 páginas) había dicho A, y ahora resulta que se lo saltan a la torera y es B!”. Supongo que leyendo 20 páginas a la semana o incluso un tomo normal de 200 páginas cada tres meses (ritmo de publicación original), todo eso no se nota tanto, pero un tomo de 370 páginas al mes es un ritmo demasiado rápido. A veces ya no sabía cuáles son “los siete superhombres del apocalipsis”, cuáles son “los caballeros diabólicos” o “los superhombres perfectos”, ni nada, ¡me perdía!

Búfal con alguna canita luchando contra Terry The Kid

Para los que no seguisteis la serie en la tele o no seguís el manga (únicamente disponible en catalán), os diré que Musculman es una serie de humor tonto y lucha libre. Empieza como serie de humor, parodia de las series de “héroes que salvan el mundo” tipo Ultraman , pero luego la cosa va derivando hacia un manga bastante bruto de lucha libre entre “superhombres”. El protagonista es un luchador inútil que se llama Suguru Músculo (Kinniku Suguru) que al principio no sirve ni para pelar patatas pero que va evolucionando hasta convertirse en el líder de los “superhombres justicieros”, sobre todo gracias a su “fuerza bruta en el momento decisivo”, que le permite derrotar a tíos de 70 millones de unidades de poder contando él mismo únicamente con 950.000 (por cierto, que todo el último torneo se lo pasa casi enterito luchando sin esta “fuerza bruta” contra tíos de 70 millones de unidades y lo gana). En fin, la serie tiene bastante humor burro al principio (Musculator vuela con la “fuerza de propulsión” que le dan los pedos que se tira, ya no os digo más) y luego este humor, aunque se mantiene, va quedando en un segundo plano, siendo “la fuerza de la amistad” y la importancia de la justicia y bla bla bla el tema central de toda la segunda mitad de la obra. Esta serie fue un éxito tremendo en el Japón de los años 80, generó toneladas de merchandising y se convirtió en todo un hit generacional.
Llegando por fin al motivo original de esta entrada (vaya introducciones más largas me salen siempre), como soy así de masoca, una vez terminada la traducción me picó la curiosidad y me leí el primer tomo de Kinnikuman Ni-sei (Musculman Segunda Generación). Ahora Glénat va por el tomo 14 o 15 de los 18 de los que consta la obra y los que la seguís ya sabéis que los personajes están enfrascados en un mega torneo entre siete equipos de cinco superhombres cada uno, liderado cada equipo por uno de los “príncipes del destino”, siendo Musculator el líder del “Equipo Músculo”. El que gane el torneo será designado nuevo “gran rey del planeta Músculo” y patapim patapam. En fin, no creo que haga un gran spoiler a nadie si os cuento que finalmente es Musculator quien gana el torneo y es coronado rey, ¿no? Es algo que nos imaginábamos todos.
El manga original de Musculman se publicó entre 1979 y 1987 y fue la obra de Takashi Shimada y Yoshinori Nakai, apodados Yudetamago (literalmente “huevo duro” – en el epílogo del tomo 18 explican el porqué de este apodo, es una chorrada tan grande como que estaban pensando nombres para ponerse y justo en aquel momento estaban comiendo huevos duros… No comment). Su primer manga, Musculman, tuvo tanto éxito que entre 1982 y 1988 crearon también, simultáneamente a su serie más famosa, Tatakae! Ramenman, un spin-off centrado en la figura de Ramenman (Menja-tallarines), el secundario más popular de la misma. Después de unos años trabajando en otras series que no triunfaron (una de monstruos, una de judo, una de muay-thai y otra de kung-fu) la revista Playboy, en su edición japonesa, les ofreció en 1998 la posibilidad de publicar en sus páginas una historia corta que fuera una segunda parte de su serie más famosa.

Así, nació la idea de Kinnikuman Ni-sei Second Generations, que sólo tenía que durar dos o tres capítulos pero que tuvo tanto éxito que a día de hoy, diez años más tarde, sigue publicándose, habiendo sacado ya al mercado ya la friolera de 39 tomos, más otros 4 de una serie paralela titulada Kinnikuman Ni-sei All Chôjin Daishingeki. ¿Y de qué va esta serie? Pues se sitúa 28 años después de los hechos narrados en la serie original, con el universo en paz bajo la batuta de Musculator, actualmente gran rey de todos los superhombres.

Un envejecido Musculator, con barrigón y brazos y piernas de palillo, y Ronyona están casados y tienen un hijo, Mantarô, que se llama así por la siguiente coña difícil de explicar. Se ve que el hijo de Ultraman se llama Tarô, así que en japonés se llamaría Ultraman Tarô (en japonés se antepone el apellido al nombre de pila). Tarô es un nombre muy normal (demasiado normal) en Japón. El nombre original de Musculator es Kinniku Suguru, y su “nom de guerre” es Kinnikuman. Así, Mantarô se llama Kinniku Mantarô, y la coña viene de que, si se lee rápido, se tiende a pronunciar “Kinnikuman Tarô”, igual que lo de Ultraman. De hecho, durante el primer tomo Mantarô corrige varias veces a la gente que le llama “Kinnikuman Tarô”, ya que no le gusta nada que le llamen así.

En fin, Mantarô es un chavalín enclenque y parece un poco el Son Gohan de cuando era niño, en plan estudioso y mosquita muerta, incluso lleva gafas y todo. Aunque en realidad luego descubrimos que es tan o más inútil que su padre, y saca unas notas pésimas. Total, que como no podía ser de otra manera, de repente vienen unos superhombres malvados a tocar las narices. La larga era de paz ha hecho que no se hayan formado nuevas generaciones de superhombres justicieros capaces de hacer frente a la nueva amenaza, y los antiguos héroes ya están tan decrépitos que caen derrotados enseguida. Cuando parecía todo perdido, el líder de los malos rapta a Mantarô, que de repente, sin comerlo ni beberlo, se transforma en un tiarro musculado igual que su padre en sus años mozos y vence al malo con un “Muscle Buster” (sí, claro). Así, eso da tiempo a los superhombres justicieros para hacer una convocatoria de nuevos y jóvenes superhombres para, primero, someterles a un entrenamiento bestial en la “Heracles Factory”, de la que sólo diez se graduarán. Estos diez superhombres, entre los que se incluye Terry The Kid, el chuletilla hijo de Terryman, son destinados a diferentes puntos de la Tierra, donde se dedicarán a luchar contra los malos.
He encontrado esta secuela es bastante entretenida. Parece que los autores quisieron recuperar un poco del humor original del manga, dejado tan en segundo plano en la última de las sagas de la serie original, y eso es bastante positivo. Aunque en ningún momento se separan de lo que hizo famosa a la historia en primer lugar, es decir, los combates surrealistas, los personajes bizarros a más no poder y las técnicas más absurdas que uno puede imaginar. Yudetamago han hecho un buen trabajo a la hora de recuperar los antiguos personajes, ahora todos ellos cincuentones, y también de presentar a su descendencia (en este tomo 1, aparte de Mantarô y Terry The Kid, conocemos también al hijo de Robin de les Estrelles (Robin Mask), llamado Kevin Mask). Es decir, que han tomado ingredientes antiguos, los han mezclado con nuevos, y han presentado una historia que es “más de lo mismo”, pero que ha logrado reenganchar a la primera generación de lectores, una generación que ahora va por la treintena larga (en Japón) y que disfruta de estas luchas y esta épica estrambótica como la primera vez. Una lectura recomendada solamente para los muy fans de Musculman.

Más sobre KochiKame

Saturday, February 16th, 2008
No sé si debido a mi post de KochiKame de hace unas semanas o a la casualidad, en algunos foros se ha comenzado a hablar sobre la posibilidad o no de que una editorial saque en España este manga. Evidentemente, como decía en ese post original, editar íntegramente KochiKame es una temeridad mayúscula, primero por la cantidad de tomos de que consta (158 y contando), segundo porque es una serie muy “japonesa”, tercero porque algunos episodios se basan en cosas de actualidad japonesa y según qué temas ya están más que pasados de moda (recuerdo que sobre el tomo 110 y pico hay un capítulo dedicado a qué es mejor, si los sistemas de teléfono móvil o los sistemas PHS – años después, el PHS está prácticamente en desuso), etc.
Pero existen alternativas que hacen factible una hipotética edición parcial de KochiKame, de forma similar a lo de Golgo 13 (serie de 150 tomos y contando, de la cual Glénat sacó un “Best of”en 2 tomos de 1200 páginas en total). En casa tengo estos cuatro ejemplos, pero conociendo el tirón de esta serie en Japón, seguro que hay muchos más. Amigos editores, si os pasáis por aquí tomad nota, por favor. Ahí van:

1. KOCHIKAME SENRYÔBAKO
Año: 2005 / Páginas: 259 / ISBN: 4-08-873725-3

Para mí, la mejor opción y la más fácil de cara a negociar con la editorial japonesa por ser muy reciente. Se trata de un tomo unitario de tipo Kanzenban (“edición completa”, es decir, tamaño grandecito, papel de calidad superior, algunas páginas a color, igual que las ediciones de Planeta de Dragon Ball o Marmalade Boy o las de Glénat de Fushigi Yûgi -català- o la futura de Rurôni Kenshin). Aquí se recopilan las mejores historias (no se especifica según el criterio de quién) de los primeros 30 años de vida de la serie. Una de las historias, quizás la más famosa, de titulo El día que desaparecieron las chimeneas fantasma, ha recibido el trato especial de ser coloreada íntegramente para este libro. El punto flaco es que muchas de las historias son de las de la infancia de Ryôtsû, las que explotan el factor natsukashii (nostalgia) que tanto gusta a los japoneses en plan “ah, qué buenos viejos tiempos eran aquellos”. En Japón funciona muy bien el factor nostalgia, pero no creo que en España los lectores se emocionen mucho al recordar “aquel día de 1964 en que derribaron las cuatro chimeneas de la central eléctrica de Tokyo Denryoku en Senju”, más que nada porque dudo que nadie sepa nada sobre esas chimeneas. Las historias de la infancia de Ryôtsû me gustan bastante porque aprendo muchas cosas sobre la Tokio de los años 60, pero son las más aburridas para el lector occidental desde mi humilde punto de vista.

2. KOCHIRA KATSUSHIKA-KU KAMEARI KÔEN-MAE HASHUTSUJO
-DOKUSHA GA ERABU KESSAKUSEN- TOKUBETSU CHÛMON
Año: 1996 / Páginas: 249 / ISBN: 4-08-852690-2

Otra gran opción de tomo unitario con “lo mejor de”, esta vez totalmente en blanco y negro y con el mismo tamaño y calidad (malilla) que un tomo normal tipo shônen. Es este caso, se especifica que es la elección de los lectores, por lo que volvemos a encontrar unas cuantas historias de la infancia de Ryôtsû, pero menos que en el tomo que he presentado en el punto 1. Este tomo se publicó con la intención de presentar las 10 mejores historias de los 20 primeros años de la serie. La mala suerte es que algunas se repiten respecto al tomo del punto 1, pero solamente son dos (una de ellas, la de las chimeneas de las narices, pero esta vez en el blanco y negro original). Este tomo no lo he visto en librerías normales, pero curiosamente siempre está presente en las librerías de los aeropuertos, ya que es una gran opción para leer durante un vuelo.

3. KOCHIKAME ’82
Año: 2001 / Páginas: 183 / ISBN: 4-08-106118-1

Esta colección me parece muy interesante por su contenido, tal vez la más interesante de todas, pero creo que será muy difícil de licenciar si alguien se lo propone. Me explico: yo sólo tengo el tomo cuya portada pongo aquí, pero por lo visto forma parte de una colección de “lo mejor de KochiKame de cada año”, siendo este tomo el correspondiente a 1982. Si se editó en 2001, entonces cabe suponer que la colección tendrá unos 23-24 volúmenes si no la han ampliado desde entonces. El tema es que es casi imposible obtener más información sobre esta colección. En Japón, existe un mercado secundario para el manga que consiste en realizar recopilaciones en calidad malísima (papel malo, cubiertas de cartón blando sin sobrecubiertas, etc), pero muy-muy baratas. Estas recopilaciones se venden sobre todo en los llamados convini o “tiendas de conveniencia”, ubicuas en todo el archipiélago japonés. Así, este tomo lo compré en un convini una vez, supongo que para amenizar un viaje en tren o algo así. Estos tomos no se consideran colecciones como tales, sino revistas, por lo que no aparecen en bases de datos y no hay ni rastro de ellos en la web de Shûeisha, por lo que, a menos que se pregunte a la editorial Shûeisha, es imposible saber cuántos tomos son, y también es complicadísimo encontrarlos de segunda mano (ya que este tipo de tomos son para “leer y tirar”, básicamente, y en las tiendas de segunda mano apenas se encuentran).
Sin embargo, una colección de 20-25 tomos de KochiKame con lo mejor de cada año no estaría nada mal, ¿verdad? Desde luego, mucho menos arriesgado que la serie regular de 158 tomos…

4. KOCHIKAME TSUKIGIME
CHÔ SELECTION

Año: 2004 / Páginas: 187 / ISBN: No figura (??)

Otro de esos tomos de convini de los que hablaba en el punto 3. Para mí es la peor opción de las cuatro. El título sugiere que era una colección mensual (tsukigime significa “cada mes”) y éste era el correspondiente a diciembre, como se puede deducir de la portada. Estaría muy bien si fuera una colección de 12 números con historietas referentes a cada mes del año, y que por ejemplo ésta de diciembre incluyera historias sobre la Navidad en Japón y otras cosas interesantes que ocurren en esas fechas (Comiket, Jump Festa, fin de año, cumpleaños del Emperador, etc.). Pero no, se trata de una recopilación de historias y punto, sin ningún tema principal en concreto. Qué oportunidad más mal aprovechada, ¿verdad?

5. CHÔ KOCHIKAME

De este libro no pongo ISBN ni nada, porque no lo considero apto para ser publicado en España (imposible, debido a las muchas ilustraciones de muchos autores que hay, y que conociendo a los japoneses, se debería obtener permiso de toooodos y cada uno de ellos, ¡urgh!), pero es una curiosidad muy interesante. Es un libro de tamaño A4 de 325 páginas, varias de ellas a color, con un CD-ROM de regalo, que fue editado en 2006 para conmemorar el 30º aniversario de KochiKame. Está repleto de datos sobre la serie, entrevistas al autor, etc. Lo más curioso de todo es que hay varias historias de crossover, de KochiKame con alguna otra serie famosa. Concretamente, con Golgo 13 (la serie de más tomos –KochiKame– contra la más longeva –Golgo 13-), con Lupin III, con Musculman (anda que no), con Dragon Ball (Ryôtsû contra Freezer ^_^!!) y un “súper remix” delas cinco series de humor de la Shônen Jump en ese momento (KochiKame, Bobobo, Pyu to fuku Jaguar, Taizô Mote King Saga y Maison du Penguin). También hay un montón de ilustraciones de KochiKame realizadas por mangakas famosísimos, y sus mensajes de felicitación. Si queréis ver a Ryôtsû dibujado por Tite Kubo, Masashi Kishimoto, Tetsuo Hara, Kôsuke Fujishima, Hiromu Arakawa, etc., sólo lo encontraréis aquí.

Además, en este libro salen también los recopilatorios de KochiKame, y hay dos que yo no tengo y que deberían figurar también en este post por puro completismo:
6. KOCHIRA KATSUSHIKA-KU KAMEARI KÔEN-MAE HASHUTSUJO -SHITAMACHI FUNSENKI- Recopilatorio de lo mejor de los 10 primeros años de la serie.
7. EDICIÓN DE BOLSILLO (BUNKO-BAN). De 26 tomos, recopila lo mejor hasta el tomo 80 de la serie regular, y cuenta con una “secuela” de 4 tomos más. Existe una tercera colección de bolsillo, pero recopila íntegramente los tomos 81 a 100 en un total de 10 volúmenes (no es una selección, sino todo el material).

En fin, ya nadie tiene excusa para no editar algo de KochiKame en España. No creo que una hipotética editorial se forrara con esta serie, pero puede ser una buena curiosidad, ¿no? Además, contando con el apoyo del anime que se emite en varias cadenas autonómicas, seguro que no se vende mal del todo.

Rosario

Wednesday, February 6th, 2008
  • Título: ロサリオ -Rosario-
  • Autor: Maldonado
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 1995
  • Clasificación: Seinen
  • Tomos: 1 

Esta entrada va a ser un poco atípica. Primero, porque quiero contar un tema que hace mucho tiempo que me interesa y del cual no hay información por ninguna parte. Hace años que quiero investigar esto (haciendo entrevistas y tal) y no acabo de ponerme, porque nunca he encontrado el momento. Segundo, porque me gustaría que fuera un post “interactivo”, a ver si surge algún lector que proporciona información complementaria para investigar entre todos un poco el caso que comentaré.
Bien, no sé si a alguno de vosotros (tal vez a los veteranos sí) le sonará que a principios-mediados de los años 90, Kôdansha se sacó de la manga (nunca mejor dicho) una especie de beca, llamada “Morning Manga Fellowship”, con la que invitaba a autores europeos y americanos a Japón para que trabajaran para la revista Morning. Aparentemente, su intención era renovar un poco el género, buscar nuevos autores, en el extranjero, que pudieran aportar algo al mundo del cómic japonés, y para ello ficharon a prometedores autores jóvenes. El primero de ellos fue Frédéric Boilet, que más tarde fundaría el movimiento de la “nouvelle manga” y conseguiría cierto reconocimiento. De hecho, y aquí adelanto un poco los acontecimientos, es el único que acabó fijando su residencia permanente en Japón y tener cierto renombre allí. Otros autores, que yo sepa, son Lewis Trondheim, Baru, Alex Varenne, Benoît Peeters y Paul Pope. Como veis, amplia representación francesa, y algunos de ellos son pesos pesados actualmente en el mundo de la BD.
El caso es que el experimento no cuajó. En absoluto. Fracaso total y estrepitoso. Según me contó el mismo Boilet durante su visita en el pasado Salón del Manga, los autores extranjeros tenían dificultades para adaptarse a la vida japonesa, y además tampoco era muy bienvenido el típico estilo de los editores japoneses de exigir (bueno, pedir amable pero insistentemente) que se hagan las historias que ellos quieren, no las que los autores quieren dibujar. Como anécdota, me comentaba que el editor del proyecto le pidió que dibujara la historia de un japonés ligoncete en París… Cuando lo que él deseaba hacer, con lo que realmente se sentía identificado y podía poner mucho de sí, era la historia de un francés en Tokio. Al fin y al cabo, me decía, “¿qué narices podía saber yo sobre cómo se sentiría un japonés en París, cómo actuaría, qué haría, etc.?” En cambio, evidentemente, Boilet sí sabía cómo actuaba un francés en Tokio… Al final, el editor se salió con la suya, pero no con Boilet, que nunca cedió, sino con Varenne, que acabó creando Kiro. ¿Y de qué va Kiro, de Alex Varenne? Pues de un japonés que liga con francesas jamonas en París (también tengo este tomo, ya lo comentaré otro día). Boilet también se salió con la suya, por cierto (un poco tozudo sí es el tío ^_^), y publicó con otra editorial Tokio es mi jardín, que incluso podemos leer en español.
¡Ele! ¡Así se baila!

Es curioso, pero muy poca gente sabe que dos españoles han publicado en Japón, en la revista Morning ni más ni menos, y han sacado un tomo cada uno en el mercado japonés. Sorry, jóvenes mangakas, ya no podéis aspirar a ser “el primer español que publica un tomo en Japón” porque este título lo tiene Maldonado, dibujante nativo de Almuñécar para más señas. En su afán por encontrar autores e historias interesantes por el mundo, Kôdansha llegó también a España, donde se asoció con la editorial La Cúpula durante un tiempo. No sé si Maldonado llegó a Kôdansha a través de La Cúpula o si lo hizo independientemente, si alguien lo sabe podremos esclarecer un poco más esto.
Maldonado fue uno de los agraciados que recibió la beca de Kôdansha, hizo las maletas, se fue a Tokio y acabó publicando en la revista Morning, entre los números 15 y 27 de 1995, una historia llamada Rosario. Me imagino al editor diciéndole a Maldonado: “hombre, chico, bienvenido a Tokio. ¿Español, no? Pues venga, márcate una historia de flamenco, que eso a los japoneses nos mola”. No sé si a Maldonado le gusta el tema del flamenco o no (creo que sí, por lo que comenta en las historietas autobiográficas del final del tomo), pero fijo que el editor le “invitó amablemente” a crear una historia en la que el flamenco tuviera un papel central, y él tuvo que ceder. Sí, ya, ya sé…
La historia empieza una noche, en un tablao flamenco de una ciudad cuyo equipo está a punto de subir a la segunda división en un partido decisivo. El tablao está vacío y su propietario ha llamado a Rosario, una antigua bailaora, para que cubra las ausencias de las bailaoras titulares. A ese tablao acuden Pedro y Juan… Y casi ningún cliente más, por culpa del “furgo”. Pedro es un auténtico fanático del flamenco y sabe algo sobre una tal “Rosario” que era una increíble bailaora, y se ilusiona muchísimo cuando se entera de que alguien con este nombre bailará esa noche. Total, que Rosario baila, Pedro alucina pepinillos, y se prenda de ella. La historia evoluciona con la búsqueda de Rosario por parte del ingenuo y santurrón Juan, ayudado por el pícaro Pedro. En medio de la trama, una historia de drogas, desconfianza, puticlubs… En fin, esa España tan bonita que tenemos.
¿Mi impresión? Argumentalmente, para mi gusto, es un poco aburrido. No sé un japonés qué pensaría, porque ellos cuentan con el factor “exótico” que puede que les mole, pero ciertamente no es una obra destacable por su argumento. En el plano gráfico… Es muy curioso el esfuerzo consciente que Maldonado tuvo que hacer para adaptarse al estilo japonés, pugnando a la vez por mantener su estilo propio. El hecho de usar las tramas, de “descomprimir” la historia para que dure muchas páginas, viñetas grandes, “splash pages”, bocadillos en forma vertical para que puedan acomodar al texto japonés… Curiosísimo. Pero, ciertamente, deja bastante que desear.
Si algún día Maldonado lee esto, espero que me perdone, no estoy muy seguro de que él quiera que esta obra vea la luz ^_^ Igual está el tío ahora tranquilo pensando “buf, menos mal que nadie sabe que una vez publiqué ‘eso’ en Japón”. Si me lees y opinas así, lo siento, no lo he hecho con mala intención (es broma) ^_^
Antes he dicho que hubo dos autores españoles en Japón en esta época. Pues bien, esto es parte del “programa interactivo” que me gustaría montar en este post. Yo he tenido en mis manos, hace ya unos años, ese tomo de ese otro autor, pero no recuerdo ni el título ni el nombre del dibujante, ni tampoco he podido encontrar ninguna referencia. Sé que era un cómic muy surrealista, que iba de unos entes con formas raras que flotaban por el espacio, que usaba mucho el color negro y que era francamente raro. Éstas son todas las pistas que tengo. Así, la primera pregunta del “trivial”, sería,

  • ¿Alguien sabe el nombre del otro español que publicó para Morning y el título de su obra?

Y más preguntillas:

  • ¿Más autores que participaron en el Morning Manga Fellowship?
  • ¿Cuántos tomos acabaron saliendo? Yo tengo Rosario (de Maldonado) y Kiro (de Varenne)
  • ¿Más detalles sobre la beca? ¿Cuál era la asignación, contratos, por cuánto tiempo, ayudas para instalarse en Tokio…?
  • Otras cosillas que podamos averiguar…

¡A ver si entre todos conseguimos saber un poco más sobre esta interesante iniciativa del Morning Manga Fellowship, que fracasó tan estrepitosamente y sobre la cual hay cero información, al menos en Internet!

ACTUALIZACIÓN: Tras realizar esta entrada, hice unas cuantas investigaciones y decidí recopilar todo lo que iba averiguando en este otro post. De momento, varias preguntas han encontrado respuesta. El otro tomo de un autor español que fue publicado por Kôdansa es Kabel Imagines, de Juan Carlos Beneyto. También tenemos una lista de autores occidentales que gozaron en la beca, o como mínimo publicaron en Japón, así como la cuantía económica que se percibía y varios otros detalles.