El blog de Marc Bernabé

Ozu Yasujirô no nazo (El misterio de Yasujirô Ozu)

Friday, September 26th, 2008
  • Título: 小津安二郎の謎 -Ozu Yasujirô no nazo- (El misterio de Yasujirô Ozu)
  • Autor: Masahiro Sonomura (guión) / Mariko Nakamura (dibujo)
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: Big Comic Spirits
  • Años publicación: 1999
  • Clasificación: seinen, biografía
  • Tomos: 1


Pues nada, todo lo bueno se acaba y mis vacaciones no iban a ser una excepción. Toca volver al trabajo y a la rutina diaria, algo que tampoco me desagrada, francamente. Me encanta viajar y perderme por el mundo, pero también disfruto del día a día normal. En fin, reanudemos el blog con una nueva reseña.
A riesgo de sonar “gafapasta”, diré que me encantan las películas de Yasujirô Ozu, considerado uno de los tres grandes directores de cine clásico de Japón junto con Akira Kurosawa y Kenji Mizoguchi. Exacto, estoy hablando de un director de cine cuyas películas más memorables se rodaron en los años 50 (aunque estaba trabajando como director desde los años 30), la amplia mayoría de ellas en blanco y negro y más lentas de desarrollo que el caballo del malo.
Aunque tampoco, por supuesto, le hago ascos a Akira Kurosawa (en Mizoguchi, Naruse, etc. todavía no he entrado), mi favorito de largo en el cine clásico japonés es Ozu. Y esto es porque este director siempre realizó películas contemporáneas a sí mismo, en las que la acción no se desarrolla en el Japón feudal, sino en el Japón de los años 30, 40, 50 o 60 (según el año en el que se rodara la película de turno). Y esta particularidad de su cine, que se centra en las relaciones humanas sobre todo entre familiares, permite abrir una ventana incomparable y totalmente real a un Japón que ya no existe.
Este aspecto es el que a mí me fascina de las películas de Ozu: cómo vivían los japoneses de los años 50, cómo vestían, cómo se comportaban, ¡cómo hablaban! Realmente, en solo 50 años, Japón ha cambiado una barbaridad si comparamos la actualidad con lo que vemos en las pelis de Ozu… ¡Parecían aligenígenas! Esa reverencias, esa sumisión de la mujer, siempre con una sonrisa (muchas veces forzada) en la cara, esas relaciones entre los jóvenes o entre los mayores, o entre mayores y jóvenes, esa manera de hablar con una distinción tan clara entre el lenguaje de los hombres y el de las mujeres, entre el japonés formal y el informal (distinciones que se mantienen hoy en día, pero no de forma tan patente ya que las diferencias se han ido limando con el tiempo). Vamos, para mí, que me gusta el tema clásico y soy un apasionado de la era Shôwa (1926-89), estas películas son verdaderas maravillas.
Porque de acuerdo que una película te cuenta la melancolía de un padre al ver marcharse a su hija de casa para contraer matrimonio (arreglado, por supuesto), otra te cuenta un pique entre dos hermanas y otra las peripecias de unos niños para poder ver la televisión, ¡ese aparato revolucionario que solo unos pocos privilegiados pueden tener…! Sí, las historias pueden parecer anodinas, pero no lo son tanto; y el ritmo de Ozu es lento, lentísimo, pero también absorbente.
Ozu era famoso por su técnica de grabar “desde la altura del tatami”, es decir, con la cámara muy baja. Aquí vemos una escena de la grabación de Banshun (Primavera tardía, 1949) donde vemos claramente la posición de la cámara y el director. En la última viñeta, Ozu le da instrucciones al actor Chishû Ryû en la memorable última escena de la peli.
En cualquier caso, como se suele decir, si hay algo, es muy posible que exista un manga sobre ese algo. Y cómo no, existe una biografía de Ozu en forma de cómic, este Ozu Yasujirô no nazo (El misterio de Yasujirô Ozu). Como me dijo un amigo cuando le hablé de este libro, “ah, sí, el misterio de Ozu, sí, claro. Pues es, a saber; poner la cámara a ras de suelo, hablar múuu bajito y moverse múuu despacito”. XDD.
De hecho, es el primer libro de un proyecto de Shôgakukan que iba a ser dedicado a varios directores de cine, pero imagino que no les fue demasiado bien porque solo sacaron dos libros más: el de Akira Kurosawa y uno dedicado a Sadao Yamanaka.
El cómic empieza con la visita a Japón de un famoso director de Hollywood, Leslie O. Stan, que contacta con la editorial Shôgakukan para que le ayude durante su visita de incógnito al país a cambio de una exclusiva sobre su visita. La editorial le encarga a la joven Noriko que cuide de Stan y le ayude en todo lo posible; al cabo de poco de llegar Stan, Noriko descubre que su visita se debe a que es un gran apasionado de Yasujirô Ozu y quiere aprender todo lo posible sobre su persona. Así, lo primero que hacen es ir a Kamakura, donde reposa Ozu en una tumba en cuya lápida solo figura el kanji 無 (la “nada”). Por cierto, yo también fui una vez al templo Enryakuji para presentar mis respetos al gran maestro en su tumba… Sí, friki que es uno…
Bueno, sigamos. Stan se queda patidifuso al ver la tumba con el kanji de “la nada” inscrito y se pregunta por qué demonios ese concepto figura en su lápida, en vez de su apellido como sería normal… Así, Stan, Noriko y el joven Hirayama, que se incorpora muy pronto a la historia, realizarán una investigación para averiguar más sobre Ozu, indagar sobre su vida, los conceptos detrás de sus películas, etc. Para ello, se entrevistan con varios actores de la época, técnicos, gente que le conoció (todos gente real, a los que los autores del libro investigaron e incorporaron luego al cómic), lugares que frecuentó, etcétera.
El resultado es un libro muy ameno que nos cuenta la vida de Ozu, sus experiencias, su forma de trabajar, su filosofía y su visión del cine, así como varias anécdotas de sus películas más famosas, como Tokyo Monogatari (Historias de Tokio), considerada su obra maestra. A mí me ha parecido un libro muy interesante. El de Kurosawa también me lo leí hace tiempo y también me gustó mucho, pero este de Ozu es especial para mí, ya que me ofrece una visión de pájaro sobre la persona detrás de esas películas que me fascinan.
Realmente, el cómic es un medio ideal para realizar biografías: uno consigue gozar de una cantidad ingente de datos en forma de texto, pero también de imágenes (muchas de ellas sacadas de fotos reales) para hacerse una idea excelente de cómo fue la vida de una persona. Con las posibilidades que tiene el cómic, no deja de ser bastante irritante que solo en Japón se utilice en todo su potencial didáctico.

Kaikisen (Regreso al mar)

Thursday, August 14th, 2008
  • Título: 海帰線 -Kaikisen- (Regreso al mar)
  • Autor: Satoshi Kon
  • Editorial: Bijutsu Shuppansha
  • Revista: Young Magazine
  • Años publicación: 1990
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 1

Este manga es otra de las pocas excepciones a mis propias reglas que me permito, ya que sí cuenta con una edición en España. Sin embargo, al ser una edición tan antigua e inencontrable, he decidido tratarlo como si fuera uno más de los manga inéditos que presento aquí. Efectivamente, esta obra de Satoshi Kon fue publicada por Planeta deAgostini en diciembre de 1994, en los albores de la historia del manga en España, y de momento no se conocen planes ni intenciones de publicarla de nuevo.
Como ya habréis deducido si seguís habitualmente este blog, a mí lo que realmente me gusta y me fascina es el manga, el “papel”, los libros, las historietas, las viñetas la tinta sobre el papel. Muchos relacionan el manga con su “hijo”, el anime, y lo colocan al mismo nivel: si te gusta el manga, forzosamente tiene que gustarte el anime. Bien, en mi caso no es así. Mentiría si dijera que odio el anime, que no me gusta nada, etc. Pero francamente no me fascina y si me das a elegir entre leer un manga y ver el anime basado en él, siempre elegiré el manga. Como todo, siempre hay excepciones, y generalmente lo que son películas de animación originales (en contraposición a las series) me gustan mucho y tengo una colección bastante decente de ellas. Y, aparte de la mayoría de las películas de Ghibli (cómo no), el director con el que más disfruto y cuyas películas adquiero siempre que sale alguna nueva es Satoshi Kon.
Sigo a este director desde la inquietante Perfect Blue, su opera prima, y no me he perdido nada de lo que ha hecho: Millenium Actress (fascinante, mi favorita de Kon), Tokyo Godfathers (entrañable) y Paprika (la más rara y la que menos me ha gustado hasta el momento), pasando por supuesto por la estupenda serie de 13 episodios Paranoia Agent, tremendamente bien realizada. Sin embargo, lo que no es tan conocido es que Satoshi Kon fue ayudante de Katsuhiro Otomo en los años 80 y debutó en el mundo del manga, brevemente, antes de pasarse al anime, campo en el que finalmente ha triunfado.
Sin embargo, su paso por el manga fue más bien poco prolífico ya que, aparte de algunas historias cortas, solo dos obras suyas han sido publicadas en tomo: la adaptación al manga de la película de imagen real de Katsuhiro Otomo World Apartment Horror y la obra que reseño en esta ocasión, Kaikisen (Regreso al mar). Kaikisen fue publicada durante el año 1990 en la revista Young Magazine, de Kôdansha, y recopilada en forma de tomo en el mismo año. Su calidad gráfica y argumental es tal que, a pesar de ser Satoshi Kon un perfecto desconocido que todavía no había presentado ninguna película como director de animación, la obra fue publicada en España, Hong Kong y Taiwan (1994) y en Italia (1998). Curiosamente, en Francia no se publicó hasta 2004, cuando Kon ya era un consagrado director de animación.

Un estilo de dibujo ciertamente muy “otomesco”

Kaikisen nos cuenta la historia de Yôsuke, un chaval que vive en un pequeño pueblo costero y que es el hijo del sacerdote del santuario sintoísta. Yôsuke, influenciado por su abuelo, se dedica una vez a la semana a cambiar el agua de mar en la que debe estar permanentemente empapada la preciosa joya que se guarda en el santuario. Dice la leyenda que esta joya, el “huevo de la sirena”, fue confiada hace mucho tiempo al santuario: a cambio de custodiarla, cuidarla debidamente y cumplir la promesa de devolverla al mar en ciclos de 60 años, el misterioso ser marino medio humano, medio pez velará por la seguridad del pueblo.
A todo esto, debido a una tragedia que se nos explica bastante avanzado el manga, el padre de Yôsuke, sacerdote del santuario, se empeña en que el pueblo debe ser modernizado y se asocia con una empresa constructora bastante mafias que tiene el plan de transformar radicalmente el pequeño pueblo de pescadores en un esperpéntico conglomerado turístico de hormigón. Con esta premisa, pues comienza una apasionante historia alrededor de la conveniencia o no de abrazar el progreso y de respetar o no promesas antiguas. Con un trasfondo de misterio y fantasía y un precioso dibujo muy en el estilo del mejor Otomo (realmente se nota que Kon aprendió a las órdenes del creador de Akira), esta historia de un solo tomo consigue atrapar y fascinar al lector.
La edición que tengo yo fue realizada por la editorial Bijutsu Shuppansha en 1999 y, lamentablemente, en estos 9 años que han pasado desde entonces, ninguna otra editorial japonesa se ha decidido a reeditar este gran manga. No sé si ya estaba en la edición de 1990 de Kôdansha, pero en esta edición de Bijutsu Shuppansha se incluye también, como “bonus”, una historia corta titulada Kinchô no natsu (El verano de los nervios) que francamente deja mucho que desear: precipitada, confusa y poco creíble. Aunque, por supuesto, tiene su valor como una muestra más de la escasa producción manga de este gran maestro de la animación.
Siendo como es Satoshi Kon un director consagrado de anime, me extraña que ninguna editorial española haya decidido rescatar esta obra en los últimos años. El gancho que tiene el nombre de Kon, así como sus cuatro películas y su serie de TV como director, llamarían sin duda la atención de muchos lectores. ¡A ver si con este post consigo reactivar un poco el interés, ¿no?! ^_^

Banana Fish

Monday, August 11th, 2008
  • Título: Banana Fish
  • Autor: Akimi Yoshida
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: Bessatsu Shôjo Comic
  • Años publicación: 1985-94
  • Clasificación: shôjo, shônen, seinen
  • Tomos: 19

Es la primera vez que encuentro una historia tan difícil de clasificar. ¿Es un shôjo? Técnicamente sí, si hacemos caso de la revista en la que fue publicada esta historia, la Bessatsu Shôjo Comic. ¿Es un shônen? Si nos limitamos al aspecto gráfico, ciertamente tiene más pinta de shônen que de shôjo. ¿Es un seinen? La temática (acción, mafias, una misteriosa droga, etc.) es muy seinen, así como la violencia y crudeza de algunas escenas. Es con obras como esta que la “compartimentación” en géneros pasa a ser algo totalmente accesorio. ¿Qué importa la “etiqueta” que le queramos poner si la historia está bien y el dibujo va acorde con ella?
En este sentido, Banana Fish es uno de los manga más sorprendentes que he leído últimamente, ya que la mezcla de géneros que Akimi Yoshida realizó entre 1984 y 1994 no solo es un experimento sin más. Banana Fish fue un gran éxito en su tiempo y es una de las obras más destacadas del manga de los años 80-90. Solo he leído el primer tomo y, al ser muy introductorio y tener una estructura bastante confusa (típica de las películas que empiezan con flashbacks y combinan escenas de flashback con escenas de presente, y que además tienen muchos personajes que hay que ir presentando poco a poco), no me quedé mucho con la historia, pero lo cierto es que el argumento, que es del tipo thriller con acción y misterio (comparable a obras como Monster, por ejemplo) parece muy bien llevado y, según he visto por ahí, aguanta bastante bien durante los 19 tomos de los que consta el manga.

Revista shôjo, dibujo shônen y temática seinen

La historia arranca con un corto viaje en el tiempo al año 1973, en Vietnam, donde unos soldados americanos están tomando unas cervezas al fresco en las postrimerías de la guerra. De repente, uno de los soldados aparece con una ametralladora y empieza a disparar a sus compañeros, matando a algunos de ellos. Finalmente, entre todos consiguen reducirle, y las únicas palabras que masculla el soldado enloquecido son “Banana Fish”. La acción se traslada al presente (en este caso, mediados de los años 80), a Nueva York, donde conocemos a Ash Lynx, un chico de 17 años que lidera un grupo de jóvenes macarras y que a su vez está metido en una organización mafiosa liderada por Dino Golzine.
En un momento dado, un hombre moribundo al que habían disparado se cruza con Ash en un callejón y, tras darle un vial con una sustancia indeterminada, murmura también las palabras “Banana Fish” y una dirección en Los Ángeles. Curiosamente, Ash tiene en su casa al ex soldado de la primera escena del manga (se deduce que es su hermano), actualmente inválido y permanentemente alienado: de hecho, las únicas palabras que dice son también “Banana Fish”… ¿Es “banana fish” el nombre de la peligrosa droga que dejó en estado vegetativo a su hermano? ¿Qué hay detrás de ella? ¿Por qué la mafia tiene tanto interés en todo este asunto?
Así empieza una trepidante aventura llena de aventuras, violencia (e incluso pedofilia y homosexualidad) en la que Ash se pondrá como objetivo descubrir más sobre el “Banana Fish”. Entre medio, se encuentra la policía, la mafia, y un joven llamado Eiji que acompaña a un periodista japonés que quería hacer un reportaje sobre la banda de Ash y se ve implicado en todo el asunto.
Pese a su relativa antigüedad, Banana Fish es un manga que todavía se deja leer muy bien y es altamente recomendable. Este shôjo-que-no-es-un-shôjo ha sido publicado en Estados Unidos, Francia e Italia, así que tampoco sería descabellado verlo en el futuro por estos lares. ¡Ya veremos!

Kabel Imagines

Friday, June 13th, 2008
  • Título: カベルイマジンズ –Kabel Imagines–
  • Autor: Beneyto
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Afternoon
  • Años publicación: 1995
  • Clasificación: seinen, surrealista
  • Tomos: 1

Este es el último de los tres tomos publicados a partir de obras creadas por autores españoles expresamente para el mercado japonés y serializadas en revistas de manga de la editorial Kôdansha durante los años 90. Recordémoslo, los otros dos fueron Kami no ude (de Brocal Remohí) y Rosario (de Maldonado). Para más información sobre el proyecto de Kôdansha, busca en la parte derecha del blog, concretamente en el apartado “Manga Morning Fellowship” y accederás a una investigación que llevo unos meses realizando para intentar averiguar más acerca de este interesante pero fallido proyecto.
Kabel Imagines fue publicado de forma irregular en las páginas de la revista mensual Afternoon, concretamente en los números de febrero, marzo y abril de 1993, febrero, abril y mayo de 1995 y enero de 1996. La fecha de salida al mercado del volumen recopilatorio que reseño es el 18 de diciembre de 1995. En el aspecto formal, se trata de un tomo bastante curioso, primero porque tiene sobrecubiertas metalizadas con efectos dorados que la hace realmente bonita, y luego porque el papel interior es de mucha mayor calidad de lo que nos tienen acostumbrados los manga japoneses. Aparte de una primera página a color, el resto de las páginas están impresas en blanco, negro, escala de grises y escala de amarillos-naranjas, sin que ningún otro color se utilice. El efecto del blanco y negro con toques amarillos es bastante curioso. Todos estos detalles hicieron que el precio, sin embargo, se disparara bastante, ya que, con 1500 yenes, costaba casi el triple que un tomo normal de la época de su mismo tamaño, a pesar de contar con solo 160 páginas, unas 40 menos de lo habitual.
Aparte de lo rompedor de su diseño y su calidad formal, ¿de qué va el cómic? Sinceramente, no lo sé explicar muy bien. El protagonista es un personajillo llamado Kabel: cuenta el autor en el epílogo que se le ocurrió el personaje viendo un huevo. Como el pobre huevo le parecía muy frágil, le puso un casco. Para que pudiera ver perfectamente en caso de meterse en problemas, le puso un solo ojo. Luego, le dio un cuerpo para que se pudiera mover y le puso en un mundo “irreal pero tangible” y se puso a imaginar. Así, primero Kabel se presenta al lector y le da una pequeña introducción a su mundo. Por lo visto, la idea es que el autor crea a Kabel y le deja a sus anchas, para que haga lo que desee. Así, el muñeco se encamina a la mesa de trabajo de su creador y ve los mundos cósmicos que ha imaginado, así que se le ocurre… ¡Que irá a visitarlos! Pero necesita un transporte. Así, el creador le proporciona una especie de nave, de nombre “Hongo”. A partir de este momento, empezará la surrealista aventura de Kabel, que viajará por el espacio e interactuará con todo tipo de seres, a cual más raro, metiéndose en líos y solucionando problemas de maneras francamente extrañas.

Una pequeña fumadita…

Además, Beneyto obsequia al lector con pequeñas frases de corte pseudo-filosófico al margen de la mayoría de las hojas, como por ejemplo “utiliza los 10 dedos de tu cerebro” o “el hipopótamo va lento porque no tiene neumáticos” o “la gran bóveda craneal guarda un universo en miniatura, por lo menos”. Estas frases aparecen en español y también traducidas al japonés. Por cierto, he detectado algunos errores de comprensión y traducción en el japonés (en un momento dado, por ejemplo, confunde “hierro” con “hielo”, me ha hecho mucha gracia). Aunque no me extraña, la pobre traductora debía volverse loca con estas frasecitas.
Si cayera en manos de un gafapasta, probablemente definiría a este manga como “un onírico viaje por la surrealista mente de un creador inquieto, en el que los sofismas de la volátil realidad de nuestro día a día se confunden con el ‘yo’ del lector” o algo así, si es que la frase significa algo. Yo soy más pragmático y debo confesar que no he entendido nada de lo que el cómic quiere transmitir, si es que quiere transmitir algo. Un lector menos respetuoso que yo diría que “parece el resultado de un mal tripi” (de buen rollo). Francamente, es una cosa muy rara, pero no deja de ser curiosa.

Por lo que hemos visto, Kôdansha realizó varios experimentos, al menos en lo referente a autores españoles: por un lado, probó con autores consagrados en el campo del cómic, verdaderos veteranos como Jaime Brocal Remohí. Por otro lado, fichó a jóvenes promesas para intentar moldearlas a su gusto, como Maldonado o Ippólito. Finalmente, parecieron querer experimentar con cosas nunca vistas antes en Japón, arte de vanguardia aplicado al cómic, y para ello publicaron algún material de Cuttlas de Calpurnio y ficharon a este Juan Carlos Beneyto. ¿Pero quién es Juan Carlos Beneyto, un desconocido en el mundo del cómic? Por lo que he podido averiguar, es un pintor y escultor que lleva en activo desde 1982, realizando obras de corte vanguardista. Aquí por ejemplo podemos ver una galería de obras suyas. No deja de ser curioso el método de ensayo y error que siguieron en Kôdansha para ver si encontraban nuevos caminos en el cómic. Lamentablemente, en lo referente a autores no japoneses, todos los experimentos resultaron fallidos.

Hunter X Hunter

Saturday, May 17th, 2008
  • Título: Hunter X Hunter
  • Autor: Yoshihiro Togashi
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Shônen Jump
  • Años publicación: 1998-?
  • Clasificación: shônen, aventuras
  • Tomos: 25 (en curso)

Esta reseña va a ser un poco atípica, en el sentido de que la hago en respuesta a una petición de un lector del blog y también de que voy a hacerla de memoria, sin haber leído recientemente los primeros tomos del manga. En fin, a ver cómo me sale, ya que tengo que confesar que tengo una memoria muy extraña: soy capaz de recordar nombres, fechas o detalles concretos de muchas cosas, pero en lo referente a argumentos (de películas, novelas, mangas…) tengo una memoria horrible y al cabo de poco tiempo de haber visto una peli no soy capaz de acordarme exactamente de su argumento (recuerdo de qué va y si me gustó o no, pero no el argumento exacto). Así que, en el caso de esta reseña en particular, me perdonaréis si soy un poco parco en detalles.
La historia nos cuenta las aventuras del joven Gon, un chavalín que no conoce a su padre y que al principio del manga vive en un pueblo. Un buen día, se entera de que su padre es un famoso “hunter” (una especie de aventureros místicos con una licencia que les abre muchas puertas) y decide que quiere ir en su búsqueda. Así, lo primero que deberá hacer será hacerse “hunter”, para lo cual se presentará al examen reglamentario junto con muchos otros participantes. A partir de aquí, la historia se desarrolla con muchísima amplitud, ya que no se detiene en el estadio de “hunter”, sino que va mucho, mucho más allá. Gon hace realidad su sueño de ser “hunter” muy pronto (sobre el tomo 5, creo recordar), y luego se va enfrascando en otras aventuras, a cuál más variopinta, divididas en varias sagas y con muchísimos personajes bastante logrados (aunque personalmente no trago al arlequín gay, Hisoka).
Este manga es bastante especial para mí, ya que es el primer manga “abierto” que seguí y todavía sigo. Tenía una amiga que era gran fan de Yû Yû Hakusho y me hablaba muy bien de los manga de Yoshihiro Togashi; incluso, antes de irme a Japón por primera vez, me habló de un nuevo manga de Togashi titulado Hunter X Hunter que tenía muy buena pinta. En aquel entonces, 1999, yo sabía muy poco de manga más allá de lo típico (Dragon Ball, Dr. Slump, etc.), así que mi criterio no estaba formado en absoluto. Así, recuerdo una de las primeras veces en las que entré en una librería, concretamente la parte de libros del supermercado Jusco que hay al lado de la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto, donde estuve como estudiante de intercambio entre marzo de 1999 y febrero de 2000. Fue allí donde compré el primer tomo de Hunter X Hunter. En aquella época mi nivel de japonés era muy modesto, pero conseguí entender y seguir bastante bien el manga (no puedo decir lo mismo de Rurôni Kenshin, que la primera vez que leí en japonés, sobre la misma época, se me atravesó mucho porque lo encontré muy difícil. Lo que son las cosas, ahora lo estoy traduciendo y no me parece tan complicado ^_^). Así, con la ilusión de estar pudiendo seguir un manga en versión original, me compré todos los tomos que habían salido hasta el momento -los 5 primeros- y desde entonces llevo comprando y leyendo los tomos regularmente, a medida que salen.

El examen de hunter es mi saga favorita

Debo decir que los primeros cinco tomos me gustaron mucho; el examen de “hunter” es bastante trepidante y lo encontré muy bien hecho (aunque no sé si me gustaría tanto si lo releyera ahora, ja ja, ja). Las sagas posteriores tienen varios altibajos, pero hay algunas que no están mal. En concreto, la saga de la isla de videojuego (Grid Island) me pareció un coñazo como pocos, madre mía (¡y cuánto texto, qué pesadilla para un traductor!). Y la actual, la de los insectos, me está aburriendo mucho también debido a lo ridículo del diseño de los personajes enemigos. Si no dejo la serie es primero porque salen tomos de higos a peras -lo que no supone un gran gasto- y segundo porque al ser la primera serie abierta que empecé a coleccionar, tiene cierto valor sentimental para mí.
Y esta es otra cosa; Togashi fue más o menos regular durante los primeros 15-20 tomos, pero en los últimos años se está tomando la cosa a cachondeo y publica la serie cuando le da la gana, tomándose descansos larguísimos (el más largo, de un año y medio) que seguramente tienen desquiciado a su editor en la Shônen Jump. A pesar de todos estos parones y lo aburridos que son los nuevos episodios, parece que la serie sigue teniendo mucho éxito en Japón, ya que sus lectores siempre la votan como una de sus favoritas en la revista y cada vez que sale un tomo se encarama a los primeros puestos del ranking de ventas.
Con Yû Yû Hakusho, Togashi ya tiene el precedente de acabar quemado con una serie e inventarse un final precipitado y horriblemente dibujado para salir del paso; seguramente por miedo a que no pase lo mismo, en la Jump le están dando más manga ancha con Hunter X Hunter y le están permitiendo todo tipo de caprichos impensables para cualquier otro autor. Como se le ocurra terminar Hunter X Hunter de cualquier manera y con un dibujo tan “pasota” como el del final de Yù Yû Hakusho, me parece que a Togashi se le acabará el poco crédito que le pueda quedar ahora mismo. Esperemos que no la cague.
A pesar de ser una serie de la Shônen Jump y que además goza de una fama y unas ventas que ya querían para sí muchos otros títulos de la misma revista, nadie se ha atrevido todavía a licenciarla en España. Eso sí, supongo que algún día acabará llegando, ya que es mucho mejor e infinitamente más conocida y pedida que muchos de los bodrios que están licenciando las editoriales últimamente.