El blog de Marc Bernabé

Cat’s Eye

Tuesday, October 13th, 2009
  • Título: キャッツ♥アイ –Cat’s Eye–
  • Autor: Tsukasa Hōjō
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Shōnen Jump
  • Años publicación: 1981-84
  • Clasificación: shōnen, acción
  • Tomos: 18

catseye1

Como si esta fuera una reunión de Alcohólicos Anónimos, debo confesar una cosa. Sí, sí. No me matéis. Pero nunca había leído nada de Tsukasa Hōjō. Ni tampoco visto ninguno de los anime basados en su obra. Cat’s Eye es la primera obra de Hōjō que leo. Fuerte, ¿verdad?

Por alguna razón, cuando en los 90 se emitieron los anime de City Hunter y Cat’s Eye en las teles españolas no los vi, y cuando Norma editó (parcialmente) City Hunter en su momento tampoco lo compré. Y bueno, han ido pasando los años y aunque hace mucho tiempo compré los tomos 1 japoneses de City Hunter y de Cat’s Eye, nunca hasta ahora había atinado a leerlos. Sin embargo, Tsukasa Hōjō es uno de los autores más significativos del shōnen de los 80 y 90, una figura sin la que es imposible entender el manga de estos años, por lo que considero una obligación (¡y un placer!) conocer su obra. Y en algún momento tenía que empezar, ¿no?

Cat’s Eye fue la obra con la que debutó este autor, y ya desde el inicio de su carrera se podía intuir su gran capacidad artística. Ya en este primer tomo de Cat’s Eye su estilo de dibujo se ve muy elaborado y preciosista, sobre todo si lo comparamos con las demás obras, sobre todo shōnen, de la época, cuando imperaba un estilo mucho menos realista y más caricaturesco.

Este manga, estructurado básicamente en historias autoconclusivas, narra las aventuras de Toshio Utsumi, un detective de la policía obsesionado con un ladrón (más tarde descubre que en realidad son tres chicas) que opera bajo el nombre Cat’s Eye y que siempre avisa con antelación de los robos que va a cometer. Es decir, “el día 20 a las 5 de la tarde iré a robar el diamante Afrodita de la galería John’s”, por ejemplo. Toshio hace tiempo que sale con Hitomi Kisugi, una de tres hermanas, junto a Rui y Ai, que regentan una cafetería llamada… Cat’s Eye.

Las Cat's Eye, ¡en acción!

Las Cat's Eye, ¡en acción!

Y así se va desarrollando la historia, con Toshio contándole a Hitomi los secretos de la policía y los pormenores de las operaciones que van a realizar para “esta vez sí, atrapar a Cat’s Eye”, y Hitomi organizando, no sin falta de remordimientos por traicionar una y otra vez a su novio, los distintos robos, a cuál más elaborado y sorpresivo. Las acciones de robo están muy bien dibujadas y pensadas, y la verdad es que la historia resulta entretenida.

Sin embargo, uno no puede evitar preguntarse cómo puede ser tan absolutamente idiota Toshio: ¿no es capaz de relacionar el nombre de la cafetería con el ladrón? Una vez descubre que Cat’s Eye no es un hombre sino una mujer, ¿no lo relaciona con Hitomi ni sus hermanas? ¿No se da cuenta de que las Cat’s Eye se anticipan a sus movimientos “como si supieran cuántos efectivos policiales hay, dónde están dispuestos y qué medidas de seguridad adicionales hay”? En este sentido, el argumento es demasiado poco creíble. Al menos Hōjō subsana esto poniendo en escena, sobre la mitad del tomo 1, a la inquisitiva detective Mitsuko Asatani, que enseguida empieza a sospechar de las hermanas Kisugi (ante el cabreo del gili de Toshio, por cierto) y a meter la nariz en sus asuntos, lo que añade suspense y emoción a la historia.

En resumen, un manga muy entretenido y recomendable. Qué lástima que Tsukasa Hōjō, al igual que Mitsuru Adachi o Tatsuya Egawa, tenga tan poca suerte en nuestro país, porque es un autor mayúsculo. A ver si algún día se subsana este gran hueco en la bibliografía manga en España.

Lo mejor

  • Historia de ladrones bastante manida, pero entretenidilla.
  • Un dibujo más que decente teniendo en cuenta la época en la que fue creado.
  • Las hermanas Kisugi, a cuál más guapa.
  • La comedia romántica desarrollada entre Toshio y Hitomi.
  • Que yo por fin he descubierto a Hōjō.

Lo peor

  • En general, el argumento se aguanta con pinzas (y gracias).
  • Irrita que Toshio sea tan imbécil e incapaz de atar cabos.
  • Que yo haya tardado tanto en descubrir a Hōjō.

Gekiga baka-tachi!! (¡¡Los tontos del gekiga!!)

Thursday, September 10th, 2009
  • Título: 劇画バカたち!! –Gekiga baka-tachi!! – (¡¡Los tontos del gekiga!!)
  • Autor: Masahiko Matsumoto
  • Editorial: Seirin Kōgeisha
  • Revista: Big Comic Zōkan
  • Años publicación: 1979-84 (publicación en revista) / 2009 (libro)
  • Clasificación: seinen, autobiografía
  • Tomos: 1


Hace unos meses reseñé la obra Gekiga Hyōryū de Yoshihiro Tatsumi, un manga autobiográfico lanzado en conmemoración del 50º aniversario de la acuñación de la palabra gekiga (“dibujos dramáticos”, más o menos –hay muchas variaciones, pero para que se entienda– lo que actualmente se conoce como “seinen manga”). En aquel momento no lo sabía, pero Gekiga Hyōryū ya había sido licenciado por Astiberri y no creo que su versión española tarde mucho en aparecer por estos lares. Antes de seguir con esta reseña, por cierto, recomiendo releer la de la obra de Tatsumi ya que daré cosas por sabidas.

Lo que prácticamente nadie sabía es que antes de Gekiga Hyōryū ya existía otro relato en forma de manga sobre los inicios del gekiga y que precedía al de Tatsumi en 16 años, ya que fue publicado entre 1979 y 1984 en las páginas de la revista Big Comic Zōkan por Masahiko Matsumoto. La obra nunca fue publicada en forma de tomo hasta que, en abril de este año 2009, seguramente gracias al éxito cosechado por la biografía de Yoshihiro Tatsumi, la misma editorial Seirin Kōgeisha decidió rescatar la obra de Matsumoto del olvido.

Masahiko Matsumoto (1934-2005) fue uno de los principales integrantes del movimiento gekiga, junto con Yoshihiro Tatsumi (el que inventó la palabra), Takao Saitō (autor de Golgo 13, Survival, Breakdown, etc.) y otros autores. Esta obra se centra básicamente en los inicios de estos tres autores desde su debut en Osaka hasta que se mudaron a Tokio después del éxito de publicaciones como Kage, Machi o Kagi. Así, nos cuenta lo mismo que Gekiga Hyōryū, solo que empieza después y acaba antes. Mientras que Gegiga Hyōryū se inicia con la infancia de Tatsumi y su hermano y nos cuenta su trayectoria durante los años 50 hasta llegar a principios de los 60, Gekiga baka-tachi!! se centra solamente entre los años 1953 y 1957 aproximadamente. El final, por cierto, es abrupto y da la sensación de que se podría haber seguido perfectamente con la historia, pero que alguien (no necesariamente el autor) decidió dejarla aparcada. Aun así, esto no resta importancia al evidente valor documental de este libro.

Saitō, Matsumoto y Tatsumi currando en Osaka

Aunque ambas obras se solapan y básicamente cuentan la misma historia, es interesantísimo compararlas y observar el cambio de punto de vista entre los dos autores. Es decir, en esta ocasión tenemos el raro privilegio de poder “escuchar” dos versiones de la misma historia, con algunas situaciones descritas de forma radicalmente distinta según las cuenta Tatsumi o Matsumoto (un poco como en la película Rashōmon XD).

Matsumoto, Tatsumi y Saitō debutaron a principios de los años 50 con la editorial de Osaka Hinomaru Bunko, para la cual dibujaban historias para su publicación y distribución en la red de librerías de alquiler (kashihon’ya). En un momento dado, ante la dificultad que tenía un solo dibujante para realizar historias largas para recopilarlas en un solo tomo, se les ocurrió la idea de colaborar unos cuantos autores con historias cortas para formar una especie de “libro-revista” de periodicidad mensual titulada Kage (Sombra). Aunque al principio costó un poco, Kage obtuvo un gran éxito por lo innovador de su concepto y por lo transgresor de sus contenidos, en los que figuraban detectives, pistolas, persecuciones, asesinatos… en una época en la que el manga en general se nutría básicamente de contenidos muy blancos para niños.

El éxito de Kage propició que salieran muchas publicaciones que imitaban su estilo, algunas de ellas, como Machi (Ciudad) o Kagi (Llave), dibujadas o incluso directamente editadas por los propios autores de Kage. Con tal de desmarcarse del manga más infantil y también para responder a las críticas de asociaciones de padres y demás por la crudeza de sus historias, estos autores buscaron una denominación alternativa, ya que, según ellos, lo suyo era “manga que no es manga”. Así, Matsumoto propuso en 1956 la denominación “komaga” (dibujos de piezas), que no llegó a cuajar; al final fue la palabra “gekiga” (dibujos dramáticos), propuesta por Tatsumi, la que se impuso en 1957, y poco después estos autores formaron el llamado Gekiga Kōbō (Taller Gekiga) para canalizar su obra.

Según se puede leer en el artículo explicativo que acompaña a Gekiga baka-tachi!! (una verdadera rareza que se agradece mucho), esta obra fue propuesta por el exitoso Takao Saitō a su editor en la revista Big Comic. El editor, pues, aceptó contratar a Matsumoto, que por aquel entonces había caído en la más absoluta de las oscuridades y se dedicaba a dibujar manga pornográfico con el seudónimo de Takashi Inaga, para que hiciera esta obra en los números extra (zōkan) de Big Comic. Big Comic, por cierto, es donde, desde 1969, se publica Golgo 13, la obra magna de Takao Saitō, por lo que seguramente por esto Matsumoto decidió enfocar Gekiga baka-tachi!! de modo que explicara varias anécdotas de la juventud de Saitō (menudo pillo estaba hecho el tío, por cierto) para complacer a los lectores de Golgo 13.

Al final de la obra, además, se incluye un texto de Takao Saitō en el que aclara varias cosas sobre su modo de ser, su actitud hacia la profesión de mangaka, su relación con Matsumoto y Tatsumi, etcétera. También dice expresamente que él no piensa crear nunca su autobiografía, con lo que lamentablemente no vamos a poder conocer nunca una tercera versión de los hechos que rodearon al nacimiento del manga para adultos.

Estatua de Gundam y Estudios Sunrise

Saturday, August 15th, 2009
  • Nombre del lugar: ガンダム像とサンライズ本社 Estatua de Gundam y Estudios Sunrise
  • Dirección: Estación de Kamiigusa (Google Maps)
  • Cómo ir: La estatua de Gundam está nada más salir por la salida sur de la estación de tren de Kamiigusa (línea Shinjuku, ferrocarriles Seibu), mientras que los estudios Sunrise están a unos cinco minutos a pie por esa calle en dirección este.
  • Precio:
  • Horario:
  • Web de Sunrise: http://www.sunrise-inc.co.jp/international/index.html


Este año 2009 marca el 30º aniversario de la primera emisión de la mítica serie Kidō Senshi Gundam (Mobile Suit Gundam), una serie que remodeló el anime de mechas y representó un hito en la historia de la animación japonesa y, por extensión, mundial. Como celebración de la efeméride, se ha construido una estatua enorme de “tamaño real” (¡18 metros!) en la zona de Odaiba, Tokio, algo que es bien conocido por todos los otakus del mundo por la gran repercusión que ha tenido. Me refiero a esta misma estatua (fotos tomadas, retocadas y cedidas por el insigne David Morales de Nihoneymoon):

El Gundam gigante de Odaiba, escala 1:1

La tontería del asunto es que la impresionante estatua solo se podrá ver hasta el 31 de agosto de este mismo año. Sí, sí, habéis leído bien: la inauguraron el 11 de julio y la desmontarán el 1 de septiembre. No soy capaz de entender por qué hacen tal cosa, por qué se gastan semejante cantidad de dinero en hacer algo tan friki y tan impresionante y luego lo desmontan al cabo de un mes y medio. Espero en mi fuero interno que hagan como hicieron con la “Casa de Satsuki y Mei” de Totoro, que la construyeron para la Expo Universal de Aichi 2005 con la idea de destruirla cuando terminara la Expo y al final, por presión popular, la salvaron. Ojalá, pues, encuentren un sitio donde trasladar la estatua a escala 1:1 de Gundam, ¡ni que sea por mi egoísta deseo de ir a verla en persona algún día! Seguro que ciudades o zonas candidatas para albergar la estatua a coste cero las hay a porrones…

Tate, komukin! (¡Alzaos, ciudadanos!) <-- Friki-frase famosa de Gundam

Sin embargo, no muchos conocen dos detalles: 1. No es la primera vez que se intenta la construcción de una maqueta 1:1 de Gundam. En el difunto Museo Bandai (un día de estos le dedicaré un post) construyeron exactamente lo mismo, solo que… Solo la parte de los hombros y la cabeza. 2. Existe otra estatua de Gundam en Tokio, por lo que aunque vayáis a la capital japonesa y no podáis ver la estatua de Odaiba, podéis compensarlo yendo a ver esta otra.

Ai-senshi (El alicaído guerrero) <-- Subtítulo de la 2a peli

Y aquí es donde quiero llegar con este post, porque en marzo de 2008 se dedicó una estatua de bronce a Gundam en el barrio de Kamiigusa, y al parecer fue un hecho que pasó bastante desapercibido en Occidente, puesto que yo no recuerdo haber visto la noticia en su momento. De hecho, no recuerdo cómo me enteré de que existía, creo que en un momento dado el editor de Gundam The Origin, que acompañó a Yoshikazu Yasuhiko al Salón del Manga de Barcelona 2008 (y que me dibujó en su crónica del viaje ^_^), me lo mencionó y yo guardé el dato en mi mente hasta que este marzo pasado, mientras me encontraba en Tokio, decidí investigar más e ir a visitar la estatua.

Kiosco de la estación pintado con motivos Gundam

Y así, junto a mi amigo David, que hizo un making of de la visita, ni cortos ni perezosos nos dirigimos a Kamiigusa, donde está esta estatua. ¿Por qué Kamiigusa, precisamente? Porque es allí donde se encuentra la sede de los estudios de animación Sunrise, responsables desde el principio de la saga Gundam, además de otros anime como Keroro, Gintama, City Hunter o Kekkaishi, por nombrar solo unos cuantos.
La estatua en cuestión se encuentra nada más salir de la estación de Kamiigusa, en la salida sur. Es de bronce, mide unos dos metros de altura, y representa al Gundam RX-78-2, el original, levantando un brazo y mirando al cielo. La estatua tiene el título Daichi kara (Desde el suelo), y la verdad es que es bastante chula. Si eres fan de Gundam, qué menos que ir a visitarla y sacarle unas fotos, ¿no?

Varios ángulos de la magnífica estatua

Para completar la visita, qué mejor que andar escasos cinco minutos en dirección este y visitar las oficinas de Sunrise, al menos desde fuera. Por el camino, una calle comercial de esas típicas y tan encantadoras de Japón, uno puede encontrarse varias frikadas, como banderolas de anime o persianas de comercios pintadas con motivos Gundam.

Banderolas y persianas de comercios en Kamiigusa

Una vez ante las oficinas de Sunrise, lo suyo es acercarse hasta la puerta para fisgar un poco. El hecho es que las puertas son automáticas y, cuando te acercas, se abren y dan a un pequeño vestíbulo en el que hay dos ascensores y no hay ni recepcionista ni nada. Lo sorprendente no es tanto esto, como que ahí se exponen varias figuras, muñecos y cosas así. ¡Y sin nadie vigilando! En fin, otro dato más sobre cuán seguro es Japón como país, ¡anda que en España durarían más de dos horas unas suculentas figuras de Gundam o Keroro expuestas en un vestíbulo desierto y sin nadie a la vista!

Las oficinas de los estudios Sunrise

Aprovecho el post para recomendar encarecidamente que veáis la serie Mobile Suit Gundam (la original de 1979, de 43 episodios, o alternativamente las 3 películas que resumen toda la serie) y/o leáis el manga de Yoshikazu Yasuhiko Gundam The Origin. Yasuhiko-sensei fue el diseñador de personajes de la serie (una de las “tres patas” creativas de Gundam junto con Yasuyuki Tomino –el director y creador del concepto– y Kunio Okawara–diseñador de mechas–) y, tras unos años de dedicación al anime, se volcó enteramente en el manga, campo en el que se ha destapado como un verdadero genio.
Yo, si os tengo que decir la verdad, no me había interesado en Gundam hasta hace muy poco. Ya hacía tiempo que me interesaba, pero nunca encontraba el momento y además estaba muy desorientado con tanta serie y versiones (no sabía por dónde empezar, vamos). Concretamente el motivo de que empezara a meterme en Gundam fue la visita al Salón del Manga 2008 de Yasuhiko-sensei y su editor, Tomoya Hirao. Yasuhiko-sensei resultó ser una persona encantadora, modesta y en definitiva fue un gran placer y un honor poder conocerle y trabajar con él. Hirao, aparte de ser un editor increíble y apasionado, es el mayor friki de Gundam del mundo mundial y consiguió transmitirme su pasión. Por si fuera poco, una vez en Japón, me dejó las películas-resumen de Gundam y me regaló una colección completa del manga Gundam The Origin. Ahora soy un Gundam-adicto declarado. Estoy enamorado de la historia y del planteamiento, y asombrado por la profundidad de su temática y de los acontecimientos que ahí se suceden, unos planteamientos muy avanzados a su tiempo. ¡Fueron realizados hace 30 años (y copiados vilmente por Hideaki Anno en Evangelion, por cierto. ¡Menudo plagio de Gundam es Evangelion!)! Estoy impresionado por la maestría con los lápices de Yasuhiko-sensei (¡sus dibujos a color con acuarelas, sobre todo, son preciosos!)
En fin, si os interesa Gundam, de verdad recomiendo encarecidamente el manga Gundam The Origin (publicado en España por Norma), que es un recuento en manga de la serie original de anime, con más detalle y que además explica cosas que no se aclaran en el anime (como el pasado de Char Aznable). Es una obra maestra del manga en general.
Jolines, menuda diatriba me ha salido… ¿He conseguido convenceros de lo rabiosamente buena que es Gundam? XD

Bonus track: ¡que no falte la foto friki!

TO-Y

Thursday, May 14th, 2009
  • Título: TO-Y
  • Autor: Atsushi Kamijō
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Shōnen Sunday
  • Años publicación: 1985-87
  • Clasificación: shōnen
  • Tomos: 10


Cuando traduje Sex para Glénat me quedé alucinado con el poderío gráfico de su autor, Atsushi Kamijō, sobre todo por sus increíbles y trabajadísimos fondos. Si no habéis leído Sex, os recomiendo que lo hagáis, porque aunque el argumento en sí no es ninguna maravilla (aunque se deja leer muy bien), la destreza gráfica que demuestra Kamijō a la hora de dibujar los fondos de esta historia es uno de los más alucinantes que recuerdo. Aunque la historia se titule Sex, por cierto, prácticamente no sale nada de sexo en ella aparte de alguna teta suelta por ahí.
Así, Kamijō se ha convertido en uno de los mangaka a cuya carrera presto atención. Aunque es cierto que en los últimos años no ha hecho prácticamente nada, por lo que he tenido que dedicarme a explorar el resto de su carrera aparte de Sex. Y con mucha pena digo que en ningún caso ha conseguido llegar al nivel gráfico de su obra más conocida, ni tan siquiera acercarse, por lo que antes de empezar siquiera con esta reseña diré que Sex es la cúspide insuperable de este autor, su punto más álgido con diferencia, por lo que si alguna vez os apetece introduciros en este autor y solo podéis elegir una obra, sin duda elegid Sex. Hace un tiempo leí los cuatro tomos de 8 (Eight), su historia más reciente y, aunque en los fondos de algunas viñetas se adivina la mano de Kamijō, ni de lejos llega a su nivel.

Una muestra del poderío gráfico del autor

To-y es una de las obras más conocidas de Kamijō, de hecho es la primera serialización larga que tuvo, dos años después de debutar, y la que le hizo famoso. Aunque el dibujo es bastante normal, y los fondos están trabajados -aunque ni de lejos llegan al nivel de Sex– la inconfundible narrativa de Kamijō es ya muy cercana a la usada en su obra cumbre, con ese carisma nihilista, melancólico y ochentero que destilan sus personajes y que despierta una extraña sensación en el lector.
Resumiendo mucho, To-y es una especie de Nana, pero creado veinte años antes y con protagonista masculino. El protagonista, Tōi (o To-y) Fujii, es un carismático cantante en un violento grupo punk llamado Gasp que, en un momento dado, es descubierto por una productora de ídolos musicales masculinos que pretende convertirle en uno de estos cantantes andróginos pop que tanto triunfan en Japón. Tōi tendrá que enfrentarse a las pretensiones de esta productora y decidir entre si quiere dedicarse al punk o bien meterse en el mundo de los ídolos y convertirse en alguien extremadamente popular y rico. A su alrededor revolotean personajes como Shōji Aikawa, un ídolo que desde el primer momento rivaliza con él; su joven y marimacho admiradora Niya; sus compañeros en el grupo Gasp; la enérgica y peculiar productora Kayoko (que recuerda a Meryl Streep en El diablo viste de Prada); y su novia Sonoko/Hiderow, una chica con dos caras: la chica punk rebelde que sale con Tōi y la ídolo musical virginal a lo Reira de Nana.
¿Todo esto no os recuerda mucho a Nana? A mí sí. En fin, supongo que historias sobre grupos musicales hay muchas y por fuerza los argumentos tienen que parecerse hasta cierto punto. En cualquier caso, la historia y el dibujo están bien. Es un manga entretenido, bueno para pasar un buen rato leyendo, pero en mi opinión no es imprescindible; solo recomendado para los fans más acérrimos de Atsushi Kamijō. Por cierto, si tenéis curiosidad, sabed que en el año 1987 se hizo un OVA basado en este manga.

Oh! Tōmei Ningen (¡Oh! Hombre invisible)

Monday, April 20th, 2009
  • Título: Oh!透明人間 –Oh! Tōmei ningen– (¡Oh! Hombre invisible)
  • Autor: Yasuhiro Nakanishi
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Shōnen Magazine
  • Años publicación: 1982-87
  • Clasificación: shōnen
  • Tomos: 11

Sigo enfrascado y más enfrascado… ¡Menudos mesecitos llevo! Por suerte para mi salud mental, esto parece tener fecha de caducidad y ya pronto podré disfrutar de un poco más de tiempo para dedicarlo a leer manga y comentarlo en este blog. Por cierto, este miércoles pasado estuve en Huelva dando una conferencia. Siento no haber avisado antes, pero es que el viaje no se decidió hasta el último momento. A todo esto, la madre de mi futura hija (ups, lo he dicho como quien no quiere la cosa ^_^), Verónica Calafell, dará una conferencia este jueves 23 de abril en Vigo. Tenéis más info en el Blog Manga de Norma por si queréis pasaros.
En fin, vamos a lo que nos incumbe, que es la reseña de manga. A veces me entero de la existencia de mangas curiosos por vías poco ortodoxas, y este es el caso Oh! Tōmei ningen. Me explico: hace unas semanas estuve traduciendo el tomo 9 de Kurosagi servicio de entrega de cadáveres, y en él había una historia sobre un tío que consigue crear un traje con el que volverse invisible y tal. En fin, no os contaré nada más, ya lo leeréis dentro de poco cuando se publique el tomo en España. El caso es que cuando le preguntan al colega cuál fue la motivación o lo que le inspiró que le llevó a crear ese traje de invisibilidad, en vez de decir Ghost in the Shell, que sería lo obvio (como afirman los propios personajes de Kurosagi), el tío menciona Oh! Tōmei ningen.
En fin, me picó la curiosidad y, como estaba en Japón en esos momentos, poco tiempo me faltó para conseguir un ejemplar del tomo 1 de esta serie de 11 volúmenes publicada en los años 80. Y, madre mía, ¡qué manga más picantillo! No llega a ser un hentai, pero se le acerca.
Cualquier excusa es buena para enseñar cacho ^_^

El argumento es básicamente una excusa para meter al protagonista en situaciones picantes y para enseñar cacho de las protagonistas femeninas, como tantísimos otros mangas, ¡pero la gracia de este es que es un manga de los años 80 y que se publicó en una revista infantil-juvenil como es la Shōnen Magazine! Ahora no creo que fueran capaces de publicar un manga en el que aparecen tetas y culos a cada momento en la misma Magazine, la verdad, pero es curioso ver lo muy “liberales” que ya eran los japoneses en los años 80. Aunque, pensándolo bien, Harenchi Gakuen (La escuela indecente) de Go Nagai también es muy bruto en este sentido, por lo que se puede pensar que los japoneses se han vuelto más mojigatos de lo que eran, ¿no?
El argumento nos presenta a Tooru, un chico enclenque que, por circunstancias que no se nos explican, acaba viviendo en casa de su tía, que vive con la abuela y que tiene tres hijas: una niña pequeña llamada Rumi, una adolescente bastante “madurita” para su edad de nombre Yoshie y Aiko, una veinteañera muy guapa pero muy tranquila que, para que os hagáis una idea, recuerda a Kasumi de Ranma ½. ¡O sea, todo mujeres!
El caso es que Tooru odia las huevas de salmón, un exquisito manjar japonés, pero en un momento dado se ve obligado a comerlas… ¡Con el resultado de que se vuelve invisible! Así es, las huevas de salmón tienen este efecto en Tooru, que a partir de ese momento se volverá invisible cada dos por tres con el objetivo de hacer todo tipo de “guarreridas niponas” sobre todo ante Yoshie, que no duda en quedarse en cueros a la mínima.
Estamos ante una comedia picante bastante divertida y, sobre todo, muy guarrilla. Un shōnen entretenido que dudo mucho que jamás salga de las fronteras de Japón. Por cierto, este manga tiene una secuela, llamada Oh! Tōmei ningen 21, que consta de 8 tomos y que fue publicada en la revista Super Jump de Shūeisha entre 2002 y 2006 que sin duda fue pensada para esos treintañeros que en su infancia disfrutaron como enanos de las aventuras guarrillas de Tooru.