El blog de Marc Bernabé

Cyborg 009

Wednesday, December 16th, 2009
  • Título: サイボーグ009 –Cyborg 009–
  • Autor: Shōtarō Ishinomori
  • Editorial: Akita Shoten
  • Revista: Shōnen King, Shōnen Magazine, Bōken-ō, Shōnen Sunday, etc.
  • Años publicación: 1964-85 (aunque está inconclusa)
  • Clasificación: shōnen, ciencia-ficción
  • Tomos: 15 (esta edición)

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Cyborg 009 es seguramente la obra más famosa de Shōtarō Ishinomori con permiso de Kamen Rider, un clásico imperecedero del manga que ha gozado de múltiples adaptaciones animadas y sigue viva en el imaginario colectivo nipón. Aunque técnicamente no se le puede considerar una serie de tokusatsu puesto que nunca fue concebida como serie de imagen real ni los protagonistas llevan trajes de lycra con cascos que tapan sus rostros, sí que tiene muchos ingredientes de este género tan japonés y que tan bien llegó a cultivar el maestro Ishinomori a partir de los años 70. En este aspecto, sí que podríamos decir que Cyborg 009 fue una especie de “prototipo” para las posteriores obras tokusatsueras de Ishinomori.

Cyborg 009 (léase “Cyborg zero zero nine”, en inglés) es la “life work” (obra de la vida) de Ishinomori, puesto que desde que en 1964 empezó a publicarla en las páginas de la revista Shōnen King nunca dejó de trabajar y pensar en ella, haciendo nuevos episodios hasta 1985 e incluso anunciando, en el año 1997, que en el 2000 empezaría la “saga de conclusión”. Sin embargo, desgraciadamente Ishinomori falleció el 28 de enero de 1998, con lo que nos dejó a todos con las ganas de saber cómo terminaría su serie más representativa.

En plena Guerra Fría, los fabricantes y comerciantes de armas, así como los bancos, se lamentan de que el miedo a la amenaza nuclear puede provocar que deje de haber guerras y que, por lo tanto, ellos dejen de ganar dinero a espuertas. Así, conforman la organización Black Ghost, a la que encargan buscar una solución a este problema. Black Ghost, encabezada por un misterioso enmascarado, empieza a secuestrar a famosos científicos de todo el mundo y les encarga la fabricación de cyborgs con la idea de promover las guerras futuras mediante soldados cibernéticos que lucharían entre ellos. Con la idea de crear varios prototipos, agentes de Black Ghost recorren todo el mundo buscando a gente de todas las razas y condiciones para raptarles y ponerles en la mesa de operaciones y convertirlos en cyborgs.

Los nueve cyborgs, juntos con el profesor Gilmore. Siento que el scan haya quedado mal en la parte derecha; las páginas están tan bien cosidas que no podía abrir más el libro

Los nueve cyborgs, juntos con el profesor Gilmore. Siento que el scan haya quedado mal en la parte derecha; las páginas están tan bien cosidas que no podía abrir más el libro

Así, un total de nueve conejillos de indias son secuestrados y convertidos en cyborgs: un bebé ruso, un estadounidense chuleta, una francesa muy mona, un alemán, un indio americano, un chino regordete, un inglés, un africano y, por fin, un japonés de padre extranjero y madre japonesa. Cada uno de estos cyborgs recibe un número clave que empieza por 00. Así, el bebé es el 001, el estadounidense es el 002, etcétra. Y Joe Shimamura, el protagonista, es el 009. Cada uno de los cyborgs tiene unas características diferentes. Así, el bebé es extremadamente inteligente y hace de líder, el americano corre a toda pastilla, la francesa tiene una vista y un oído prodigiosos, etcétera. El protagonista Joe, al ser el último prototipo, reúne casi todos los poderes de sus compañeros.

El caso es que uno de los científicos raptados, el doctor Gilmore, se entera de las malvadas intenciones de Black Ghost y consigue liberar a los nueve cyborgs y escapar del lugar. A partir de este momento, empezará una lucha tremenda entre los cyborgs y los Black Ghost, con un montón de aventuras de todo tipo (el manga es una especie de agrupación de historias autoconclusivas más o menos largas, un poco al estilo de Astroboy).

Cuando leí por primera vez este manga, hace ya varios años, la verdad es que mi primera impresión fue “vaya, este autor tan famoso en realidad copiaba un montón a Tezuka”. Efectivamente, en aquel entonces no conocía muy bien la obra de Ishinomori, pero sí que es cierto que Cyborg 009 bebe directamente de las fuentes de Tezuka en todos los aspectos (no en vano Ishinomori fue uno de los más ilustres “influenciados” por Tezuka e incluso llegó a echarle una mano en alguna que otra ocasión). Empezando por el dibujo, extremadamente tezukiano, siguiendo por los argumentos de las historias, algunas de ellas muy parecidas a Astroboy, y siguiendo aún más con el evidente paralelismo de Astroboy como robot bueno con poderes que lucha contra los malos y Cyborg 009 como cyborg bueno con poderes que lucha contra los malos. A pesar de todo esto (que no es tanto una crítica como una observación), esta es una obra muy interesante y realmente mítica, que ha sido adaptada tres veces al anime (la última bastante reciente, de 2001-02).

Para finalizar, un apunte curioso sobre mi tomo. Lo compré de saldo en un Mandarake, creo, y es curioso porque es un libro que había estado de alquiler en una de las famosas kashihon’ya (librerías de alquiler) que tanto abundaron en Japón en los años 50 y parte de los 60. Aunque tengo más ejemplares de libros de kashihon’ya, este me parece excepcional por el mimo con el que el dueño lo había tratado. Primeramente, las sobrecubiertas están forradas con plástico adhesivo para reforzarlas y pegarlas a las cubiertas y que el libro dure más (esto es bastante normal en este tipo de libros de alquiler). Pero lo interesante es que hizo agujeros en la parte del lomo, por los que pasó hilos para coser las páginas y así impedir que se soltaran. Mi libro en concreto fue publicado a finales de los años 60 y la verdad es que está en magnífico estado a pesar de que seguramente fue leído por cientos de personas, y eso se debe sin duda a los impresionantes cuidados de el dueño de esa kashihon’ya.

Lo mejor

  • Un gran clásico del manga en general y una obra imprescindible en la bibliografía de Shōtarō Ishinomori, el “rey del manga”.
  • Acción trepidante y en general no se hace aburrido de leer.

Lo peor

  • Algunos tópicos derivados del hecho de tener personajes de varias nacionalidades.
  • Que solo haya una mujer entre nueve cyborgs.
  • Igual está un poco “demasiado” inspirado en Tezuka en general y en Astroboy en particular.
  • Que Glénat Francia haya empezado a editar esta obra en Francia en su nueva colección “Vintage” y en cambio en España dudo mucho que la veamos, al menos a corto-medio plazo.
  • Que se empezara a editar en Estados Unidos por Tokyopop y se dejara en el limbo (por si quedaban dudas, está claro que el manga clásico no vende).

Y ahora, no os perdáis los otros artículos relacionados

Kyojin-tachi no densetsu (La leyenda de los gigantes)

Friday, September 4th, 2009
  • Título: 巨人たちの伝説 –Kyojin-tachi no densetsu– (La leyenda de los gigantes)
  • Autor: Yukinobu Hoshino
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Shōnen Jump
  • Años publicación: 1977
  • Clasificación: shōnen, ciencia-ficción
  • Tomos: 1


Antes que nada, gracias mil por los comentarios que estáis poniendo en el anterior post, el del Concurso, porque me están siendo muy útiles y pronto iréis viendo cambios en este blog porque algunas sugerencias me parecen muy buenas. De momento, y hasta que se cierre el concurso el día 15, sabed que los que todavía no hayáis participado podéis hacerlo sin ningún tipo de problema. Yo sigo con los posts y esta vez me he decidido a poner este, y se lo dedico a ale/pepino, que ahora mismo está en plan ci-fi setentero. ¡Espero que te guste, ale!

Hace más de un año y medio, cuando empecé con este blog, reseñé la obra Munakata kyōju ikōroku, una obra sobre un profesor de folklore que va desentrañando misterios del antiguo Japón. Este manga, obra de Yukinobu Hoshino, sigue publicándose hoy en día (lleva 11 tomos, lo que la convierte en la obra más larga de este autor de longeva carrera) y, por supuesto, personalmente sigo leyendo, a medida que salen, los tomos de este impresionante manga que ganó un prestigioso premio Media Arts Festival en 2008.

Si la serie de Munakata es lo más nuevo de Hoshino, esta vez quise indagar en los inicios de este gran autor esencialmente famoso por su obra de ciencia-ficción 2001 sen’ya monogatari (Las dos mil y una noches) –una obra que tendré que releer y reseñar un día de estos–. El manga elegido ha sido esta Kyojin-tachi no densetsu (La leyenda de los gigantes), serializada en la Shōnen Jump en el año 1977, tan solo dos años después de su debut como mangaka.

Este manga es curioso en el sentido de que tiene dos partes muy diferenciadas, pero vinculadas entre sí y ambas relacionadas con períodos glaciares. La primera parte se enmarca en el contexto de la 4ª glaciación, hace 60.000 años, y nos narra la historia de una estirpe de gigantes con poderes mentales –los Titanes–que habitaban en una zona muy concreta de la Tierra donde la gravedad era menor. Ante la amenaza del intenso frío, que podía acabar en breve con toda la avanzada civilización titán, los gigantes deciden construir una especie de pirámides en puntos estratégicos de todo el mundo para realizar un plan increíble que consiste en unir sus mentes y, con la ayuda de las pirámides, que magnifican el efecto, “robar” un gran pedazo del Sol para trasladarlo al espacio entre Júpiter y Marte, creando así un quinto planeta ardiente que se convertirá en un segundo sol que iluminará y calentará de nuevo la Tierra. El plan parece funcionar al principio, pero pronto las cosas se tuercen y el nuevo planeta estalla (lo que origina el actual cinturón de asteroides, se entiende). Los titanes, pues, son diezmados.

Ciencia-ficción clásica de la buena. ¡Este dibujo no parece para nada setentero! Hoshino estuvo realmente adelantado a su tiempo.

La historia se traslada entonces al año 1981, cuando una quinta glaciación amenaza a la Humanidad entera. Es entonces cuando a unos científicos se les ocurre enviar una misión tripulada a Júpiter para montar un tinglado (que también implica pirámides y tal) con el que hacer explotar el enorme planeta para convertirlo en un pequeño sol que ilumine y dé calor a la Tierra. Empieza entonces una saga de ciencia-ficción a lo 2001, odisea del espacio, en la que las cosas empiezan bien en el Prometeus (la nave que va a Júpiter) pero luego se tuercen cosa mala.

La leyenda de los gigantes es una historia de ciencia-ficción clásica, muy de su tiempo, que empieza de forma más bien titubeante, pero que tiene una última parte que va in crescendo y que me enganchó muchísimo. No es ninguna maravilla del manga moderno, y Hoshino aún tenía mucho que pulir en el campo del dibujo para llegar al nivel que alcanzó en los 80 y que sigue teniendo ahora. Aun así, el manga tiene un dibujo que aguanta muy bien el paso del tiempo, al contrario que la mayoría de las demás obras de manga de finales de los años 70, que ahora parecen de lo más anticuadas.

El argumento la verdad es que está bastante cogido por los pelos, es extremadamente fantasioso (¿hacer estallar Júpiter para conseguir un segundo sol?), y también contiene ingredientes típicos de la Guerra Fría (rusos y americanos en plan chungo), por lo que en este aspecto sí es un manga anticuado, como una de esas novelitas “pulp” de ciencia-ficción. También sorprende la premisa de que la Humanidad esté ante la amenaza de una glaciación, algo que a absolutamente nadie se le ocurriría en la actualidad, donde se habla siempre del calentamiento global y la amenaza que representa.

Bueno, un manga interesante, sin más, y bastante curioso para observar la trayectoria de un gran mangaka (que internacionalmente es bastante desconocido) como Yukinobu Hoshino, por el cual rompo una lanza. Alguien debería publicar de una vez Las dos mil y una noches en España, que además es una serie cortita de cuatro tomos. ¿No os parece?

Dokonjō Gaeru (La rana Raponchi)

Monday, July 20th, 2009
  • Título: ど根性ガエル –Dokonjō Gaeru– (La rana Raponchi)
  • Autor: Satoru Yoshizawa
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Shōnen Jump
  • Años publicación: 1970-76
  • Clasificación: shōnen, humor
  • Tomos: 27

¡Un post expresamente dedicado a los más nostálgicos! Yo nunca vi esta serie por la tele, pero me consta que tiene bastantes fans en España y Latinoamérica, donde se conoce como La rana valiente o La rana Raponchi. Como prácticamente todas las series que veíamos en nuestra infancia, Raponchi también tuvo su origen en un manga: Dokonjō Gaeru (literalmente “La rana valiente” o, más creativamente, “La rana con agallas” (XD)).
Dokonjō Gaeru es una creación de Satoru Yoshizawa y se publicó con bastante éxito en las páginas de la sempiterna Shōnen Jump entre 1970 y 1976, es decir, en la primera época de la ahora legendaria revista. Lo que más gracia me ha hecho con diferencia al leer el manga ha sido que toda la premisa de la historia se soluciona en la primera página. ¡Sí, sí, en una sola página, a lo bruto y descarao! Concretamente, va un chaval (Hiroshi) corriendo por un descampado, se cae de bruces encima de una rana y la rana aplastada queda impresa en su camiseta. A pesar de todo, la rana de marras no está muerta, sino que puede usar la boca para morder, comer y hablar, y también puede “tirar” de la camiseta para obligar a Hiroshi a ir en la dirección que ella desea. ¡Y ya está!
A partir de aquí, encontramos historietas autoconclusivas en clave de humor que aprovechan los gags que pueden desarrollarse con estos ingredientes: la puñeterilla rana llamada Pyonkichi (Raponchi en español), el chico Hiroshi, bastante salido y chuletillas y que siempre va con unas enormes gafas de sol encima de la cabeza, su amiguete “mandao” Gorō y otros personajes, como por ejemplo la chica mona e hija de papá Kyōko Yoshizawa, por la que suspira el bueno de Hiroshi.
 

Raponchi a veces fastidia a Hiroshi tanto como puede

Y bueno, pues nada, aquí está todo: solo he leído el tomo 1 de los 27 (!) de los que consta la historia, y al cabo de tres historietas la cosa ya se me hacía repetitiva, aunque también es verdad que leyendo el tomo no me he aburrido en ningún momento. Pero 27 tomos así… ¡Buf, ¿no se cansaban?! En cualquier caso, la historia cayó en gracia en su momento, ya que fue adaptada al anime con gran éxito en dos ocasiones: la primera en 1972 (103 episodios) y la segunda en 1981(30 episodios).
Investigando para hacer esta reseña he dado con algunos datos curiosos, como por ejemplo que Yoshizawa no ha vuelto a hacer ninguna serie de éxito después de esta y que, seguramente debido a las ganas de seguir explotando su particular gallina de los huevos de oro, protagonizó varios intentos de reflote de la historia con prácticamente nulo éxito: Shin Dokonjō Gaeru (La nueva rana valiente), en Shōnen Jump (episodios sueltos entre 1981 y 1982, no consta que se publicara en tomo), Dokonjō Gaeru 2001, en Comic Densetsu Magazine (episodios publicados en 2001, sin tomo) y, ya parece cachondeo, Shin-shin Dokonjō Gaeru (La nueva-nueva rana valiente), en Comic Figure Ō (historia única suelta, sin tomo). Además, la serie fue republicada parcialmente en los años 80 en la revista Wanpaku Comic de la editorial Tokuma Shoten (sí, la que tanto le gustaba a Hideaki Sorachi de Gintama en su infancia XD) y se publicaron 8 tomos con ese material rescatado.
También decir que me costó bastante conseguir este tomo 1 y que una vez, charlando con el friki-dependiente de una tienda de segunda mano extrañísima de Osaka (¡era brutal, en un 4º piso, en un local minúsculo y lleno de libros por todas partes a lo bruto!), me enteré de que la serie completa solo se puede conseguir en su edición original de Shōnen Jump o bien en el servicio de “impresión on-demand” de Shūeisha (en el que pides el tomo que quieras y te imprimen una sola copia para ti). Aparte de los 8 tomos rescatados de Wanpaku Comic, en dos ocasiones se ha intentado editar la serie en formato bolsillo: en la primera se editaron solo 5 tomos antes de tener que cortar la edición por falta de ventas, mientras que en el segundo intento solo se pudieron lanzar 2 tomos. Al final el de la tienda Osaka no tenía el tomo 1 que yo quería (se pasó un buen rato buscándolo y al final resultó que solo tenía el tomo 8) y este lo conseguí en las subastas de Yahoo!! Japan unos meses más tarde.

Dokaben

Thursday, February 19th, 2009
  • Título: ドカベン –Dokaben–
  • Autor: Shinji Mizushima
  • Editorial: Akita Shoten
  • Revista: Shōnen Champion
  • Años publicación: 1972-81
  • Clasificación: spokon, béisbol
  • Tomos: 48


Siempre había tenido curiosidad por Dokaben, una de las obras más representativas del manga de béisbol y una de las sagas de manga más longevas y con más tomos que existen, junto a los monstruos KochiKame y Golgo 13. Y es que aparte de esta primera serie, de 48 tomos, existen varias secuelas, y todas juntas de momento suman la friolera de 152 volúmenes. Se trata de Daikōshien (1983-87, 26 tomos), Dokaben Pro Yakyū-hen (1995-2003, 52 tomos) y Dokaben Superstars-hen (2004-en curso, 26 tomos y contando). ¡Ahí es nada! Y el caso es que Mizushima se ha dedicado casi siempre al manga de béisbol y también tiene otras obras famosísimas como Abu-san (1973-en curso, 92 tomos y contando) o Ikkyū-san (1975-77, 14 tomos), o sea que, contando otras obras menores que también van sobre béisbol, estamos hablando de unos 300 tomos o más, todos ellos sobre gente que va con bates y pelotitas. Os podéis imaginar, pues, que Mizushima es considerado el verdadero rey del manga de béisbol, ¿verdad?
Dokaben, sin embargo, sigue siendo tal vez su obra más representativa, con permiso de Abu-san, así que ni corto ni perezoso me puse a buscar como siempre el primer tomo aunque, eso sí -ya sabéis mi manía-, debía ser el de la edición original. No valían ni ediciones en tapa dura, ni de bolsillo, ni nada de eso, debía ser la original, tal y como se publicó por primera vez. Pues la verdad es que me costó, ¿eh? No fue nada fácil encontrar el tomo 1 y estuve tiempo buscando hasta que por fin di con él. Y aquí está.

¿Esto es un manga de béisbol? Por el tomo 1, nadie lo diría

Mi primera impresión al leer este tomo fue “¿de verdad esto es un famoso manga de béisbol?” porque la historia en su inicio se centra sobre todo en el judo y cualquiera pensaría que es una historia sobre judo en vez de béisbol. Claro que, sabiendo que 37 años más tarde tenemos 152 tomos de Dokaben en el marcado y que en casi todas sus portadas salen tíos jugando al béisbol, uno puede imaginar cómo evolucionará la historia.
El protagonista, al menos en este primer tomo, es Tarō Yamada, un chico grandullón y muy tranquilo que entra nuevo a un instituto dominado por Masami Iwaki, un matón enorme. El caso es que Yamada tiene un potencial enorme que solo unos pocos son capaces de ver: tiene una tranquila aura que le permite imponerse en ocasiones comprometidas y responder con agilidad a amenazas y retos. Aunque él, claro está, es de talante muy tranquilo y no quiere líos. Evidentemente, al enorme Iwaki no le gusta nada Yamada y empieza a meterse con él, pero cuando le levanta la mano se siente incapaz de hacerle nada. ¡La gota que colma el vaso, sin embargo, es cuando Yamada saca una enorme fiambrera a la hora del almuerzo, tan grande que supera a la de Iwaki, que hasta el momento se jactaba de ser el que traía la fiambrera más grande del instituto! Y de ahí viene el título del manga, ya que “Dokaben” es una manera dialectal de decir “fiambrera grande”. Menuda parida para un título, ¿no? ^_^
El caso es que, cuando los del instituto empiezan a ver que Yamada no es un cualquiera, empiezan a salir tíos que quieren ficharle para su club: el más insistente es Nagashima, el capitán del equipo de béisbol, que no para de tentarle a que se apunte a su club pero al final lo que hace Yamada es apuntarse al club de judo para ayudar a sus miembros a salir de un atolladero en el que se encuentran. No sé cómo sigue el manga a partir de aquí, pero imagino que finalmente convencen a Yamada a meterse en el club de béisbol y que la historia va avanzando hasta que consiguen imponerse en el campeonato nacional de institutos, el famoso “Kōshien”.
Dokaben marcó un antes y un después en el manga de béisbol, que en los años 70 estaba dominado por clones de Kyojin no Hoshi como Astro Kyūdan y demás obras en las que la fantasía en forma de “lanzamientos con súper efecto increíble” robaba el protagonismo al propio deporte del béisbol. Dokaben, al parecer, destaca porque pinta el béisbol de forma realista y evita deliberadamente los ataques fantasiosos. Una obra pues legendaria que con casi total seguridad se quedará sin salir de las fronteras de Japón.

Circuit no ôkami (El lobo del circuito)

Thursday, November 6th, 2008
  • Título: サーキットの狼 -Circuit no ôkami- (El lobo del circuito)
  • Autor: Satoshi Ikezawa
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Shônen Jump
  • Años publicación: 1975-79
  • Clasificación: shônen, carreras
  • Tomos: 27

¡Por fin se ha acabado el dichoso octubre, madre mía! El Salón fue estupendamente, aunque muy ocupado debido a que todos los medios del país quisieron entrevistar a Kaiji Kawaguchi (acabé agotado, pero muy contento porque, aunque sea con la excusa de las elecciones americanas, el manga ha tenido un papel muy importante en los medios estos días) y la conferencia de ayer sobre Tezuka también fue muy bien, ¡gracias a los que vinisteis!
Ahora espero poder dedicarme más a este blog, que ganas no me faltan. Y qué mejor para reanudarlo que con un manga “viejuno” de estos que tanto me gustan. Como ya sabéis, hay muchos japoneses a los que les fascina el mundo del motor, y no es para menos, ya que solo con las marcas de fama mundial que tienen (Toyota, Honda, Yamaha, Kawasaki…) lo raro sería que no hubiese japoneses totalmente pirados por los coches o las motos. Aun así, y aunque en motociclismo ha habido grandes pilotos japoneses que han sido campeones del mundo, en Fórmula 1 los pilotos japoneses no suelen tener tanta suerte.
En cualquier caso, en Japón existe un porcentaje muy alto de coches superdeportivos que probablemente solo es superado por Italia, el país de los superdeportivos por antonomasia. No en vano, Ferrari, Lamborghini, Lotus, Maseratti, Porsche y otras marcas por el estilo tienen en sus listas de clientes a muchos japoneses. Pero esto fue básicamente durante los años 80, cuando el japonés medio tenía un poder adquisitivo apabullante comparado con el resto del mundo debido a la enorme burbuja económica, y cuando cualquier japonés se gastaba auténticos dinerales en objetos de lujo. Esto actualmente ya no ocurre tanto debido a que la economía japonesa se ha puesto en el lugar que le corresponde, aunque no hay que olvidar que, como uno de los países con más renta por cápita del mundo, el poder adquisitivo de los japoneses sigue siendo muy alto comparado con otros países. Todo esto lo explico para justificar que un antiguo compañero de trabajo mío en el Ayuntamiento de Yokohama, que por aquel entonces debía de andar por los 30-32 años y acababa de ser padre, tenía ni más ni menos que un Toyota antiguo superdeportivo (no recuerdo el modelo, pero era un coche precioso) y otro de mis compañeros era (sigue siendo) un fanático de las carreras que se gasta un dineral en ser miembro de un equipo de carreras y participar en varios torneos. Y ojo, los dos son funcionarios y tienen un sueldo normal y corriente. Lo que pasa es que, en general, los japoneses viven para su trabajo y simplemente pasan tantas horas en la oficina que no tienen tiempo para gastarse el dinero en ocio, con lo que consiguen ahorrar muchísimo. Así, algunos pueden permitirse el capricho de comprarse un cochazo.
En fin, toda esta introducción es de nuevo para demostrar el poder del manga en la sociedad japonesa, y es que la raíz de gran parte de este fetichismo por los coches se puede encontrar, de nuevo, en un manga. Capitán Tsubasa (Oliver y Benji) fue el inicio del boom del fútbol, con el que se crió toda una generación que consiguió clasificar a Japón por primera vez para la fase final de un Mundial de fútbol (en Francia ’98) y luego lo revalidó en Alemania ’06 (en Corea-Japón ’02 se clasificó directamente por ser anfitrión); debido a Attack Nº 1 y Attacker You (Juana y Sergio) los equipos femenino y masculino de voleibol consiguen siempre estar en los primeros puestos en las olimpiadas; y últimamente Prince of Tennisha generado un gran boom del tenis que seguramente generará dentro de pocos años a grandes jugadores de nivel mundial.

¡Carreras de supercoches en medio de Tokio!

Pues este Circuit no Ôkami (El lobo del circuito) consiguió, en los años 70, consolidar y extender inimaginablemente la fiebre por los coches superdeportivos, hasta el punto de que los lectores de aquella época, cuando crecieron y pudieron ahorrar un poco, intentaban conseguir uno de esos (así se explica mejor por qué desde finales de los 80 y durante todos los 90 se vendieron tantos Ferraris, Maserattis y Lamborghinis en Japón).
¿Pero de qué va este manga? Pues es simple y llanamente un cómic de aventuras automovilísticas que nos narra las peripecias de Yûya Fubuki, un chaval de sangre caliente que tiene un Lotus Europa y que, en vez de formar parte de una de las bandas de tíos gamberros con supercoches que hay por ahí, prefiere ir en solitario (la figura del “lobo” en Japón se asocia mucho a la idea de “soledad” o “individualismo”). En el capó de su Lotus hay marcadas varias estrellas, una para cada uno de los rivales a los que ha derrotado en carreras ilegales por carrereteras de montaña o ciudad. Pero tiene un problema y es que el Lotus Europa, pese a ser un gran coche, no tiene la potencia de otros bólidos de la época como el Porsche Carrera RS, el Lamborghini Miura, el Ferrari Dino o el Toyota 2000GT (todos estos coches salen “con nombres y apellidos” en el manga) así que tiene que suplir su falta de potencia con técnica al volante, así como aprovechando la única gran ventaja que tiene el Lotus respecto a los demás: su tremendo agarre en las curvas.
Así, el manga se desarrolla presentándonos piques entre Yûya y otros rivales, como Sakon Hayase, líder de los “Corredores Nazis” (llevan cruces gamadas pintadas en los Porsches XDD). Por en medio, también aparecerá la típica chica, que también resulta ser el líder de una banda de chicas moteras muy chungas, y el típico personaje “mentor”, que es el novio de la hermana de Yûya, un piloto profesional.
La gracia de este manga respecto a otros manga de carreras que hubo anteriormente (Mach no GoGoGo, básicamente) es que aquí todos los coches que salen son reales. De hecho, se ve que su autor, Satoshi Ikezawa (página oficial), es él mismo un auténtico friki de los coches y muchos de los que salen en las páginas del manga o bien los había tenido o bien eran coches de sus compañeros de correrías, que a menudo le pedían que dibujara a sus bólidos en las páginas del manga. Además, se dan muchos datos de los coches (potencia, cilindrada, peso, etc.) y también se explican muchos conceptos automovilísticos, bien a través de la boca de los personajes, bien a través de notas a pie de página. Todo esto hizo que Circuit no ôkami se convirtiera en un manga de culto y contribuyó mucho al fenómeno de conseguir que una revista shônen como la Shônen Jump, que hasta ese momento estaba básicamente enfocada a niños y pre-adolescentes, fuera leída por un estrato de público mucho mayor (un fenómeno que sigue hoy en día, cuando gente que ya ha entrado en la treintena sigue leyendo la Jump). Los niños quedaban fascinados por las aventuras de Yûya y soñaban con poder conducir un día uno de esos bólidos y los mayores soñaban con comprarse uno para ellos.
El dibujo en sí, al menos en el primer tomo, es bastante típico de su época, lo que equivale a decir que actualmente se ve muy anticuado. Eso sí, la historia se desarrolla con mucha rapidez, lo que lo convierte en un manga trepidante y francamente me lo pasé muy bien leyéndolo. La edición original consta de 27 tomos, pero a lo largo de los años ha habido reediciones recopiladas en 19, 10, 4 y 3 tomos respectivamente (las de 4 y 3 tomos o bien tienen un porrón de páginas por tomo, o bien se publicaron parcialmente, no lo sé). Como curiosidad, decir que existe una segunda parte, Circuit no ôkami 2 – Modena no ken (La espada de Módena), que se publicó en la revista Playboy (al igual que la misma revista rescató Kinnikuman para hacer una segunda parte muy exitosa) y consta de 25 tomos.
Por cierto, ¿soy el único a quien esta historia le recuerda mucho a la de Initial D? Si es que en el mundo del manga se van repitiendo temáticas…