El blog de Marc Bernabé

Oishinbo

Friday, November 6th, 2009
  • Título: 美味しんぼ –Oishinbo–
  • Autor: Tetsu Kariya (guión) / Akira Hanasaki (dibujo)
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comic Spirits
  • Años publicación: 1983-?
  • Clasificación: seinen, gourmet
  • Tomos: 103 (en curso)

oishinbo1

Al igual que hice en su momento con Yoshimi Yoshida, detective de insectos en conjunción con Jesús de Entomoblog esta reseña forma parte de un experimento conjunto con un blog amigo. Esta vez, Roger del prestigioso blog sobre gastronomía japonesa comerjapones.com y yo hemos decidido leer un manga en el que tenemos un interés común y, sin leer antes la reseña uno del otro, las hemos publicado al mismo tiempo. Es muy interesante leer dos reseñas de una misma obra porque se muestran dos puntos de vista totalmente distintos, ¿no os parece? Pues aquí tenéis mi reseña, vista desde el punto de vista de un lector de manga, y aquí tenéis la de Roger, desde el punto de vista de un verdadero gourmet de lo japonés.

¿A quién de vosotros os suena Oishinbo? A muy pocos, imagino, y eso a pesar de que es una de las series más exitosas y longevas de la historia del cómic japonés; se publica desde 1983 y el año pasado superó la friolera de 100 tomos recopilatorios, algo que solo un puñado de otras series hasta el momento habían conseguido. De hecho, con esta reseña inauguro el tag “+100” tomos, en el que iré comentando estas míticas series que han superado la increíble cifra de 100 tomos (hasta ahora he comentado KochiKame y la serie Dokaben). Por cierto, también es la sexta serie con más ventas de la historia (empatada con Golgo 13 y Doraemon a 100 millones de tomos y por debajo de Dragon Ball (150 millones), KochiKame (140 millones), Detective Conan (120 millones) y One Piece y Slam Dunk (110 millones)). ¡Cien millones de tomos! Jo-der.

¿Pero qué tiene Oishinbo que sea tan especial como para haberse ganado el favor del público japonés durante tantos años y tantos tomos? Estamos ante una obra del subgénero conocido como “gourmet manga” (o ryōri manga, no sé exactamente si tiene un nombre fijo, pero yo le llamaré “gourmet manga”). De hecho, aunque no he podido comprobar si Oishinbo fue el primer gourmet manga, sí es seguro que es el que hizo escuela, el “padre” de todos los manga de cocina, cocineros y gourmet habidos y por haber (entre ellos, recordémoslo, se incluye la mítica Mister Ajikko – El rey del sushi). Y de todos es sabido (y si no lo sabéis, ahora mismo os lo diré XD) que el japonés es un pueblo extremadamente gourmet, que disfruta comiendo y probando sabores procedentes de todos los rincones de Japón y también del mundo entero. Existen miles de libros, guías y revistas que recomiendan “los mejores restaurantes de”, y un porcentaje obscenamente alto del espacio en las guías de viajes japonesas está ocupado por direcciones de restaurantes y fotos de la comida que sirven. No es raro, además, que en los viajes al extranjero que realizan muchos japoneses el motivo central de los mismos sea, sí señor, la comida, y además son capaces de irse a ese restaurante perdido en lo más remoto de un país porque “allí sirven la mejor X del país” (sustituir la “X” por el nombre de cualquier plato).

No sé qué fue antes, si el huevo o la gallina; es decir, no sé si lo de ser un pueblo gourmet les viene a los japoneses de antes o bien fue Oishinbo y la miríada de obras del estilo que salieron después a su estela lo que provocó que los japoneses de repente empezaran a valorar la comida de una forma que parece rayar la exageración. Podría ser lo segundo; de hecho la Wikipedia japonesa llega a sugerirlo.

Discutiendo con un chef francés sobre cuál es la mejor carne

Discutiendo con un chef francés sobre cuál es la mejor carne

Oishinbo se enmarca en un periódico japonés, el Tōzai Shinbun, dirigido por un gourmet de pro. Para el centenario de la publicación, el director decide encargar a un par de periodistas la confección del “menú definitivo”, es decir, un menú que consista en un equilibrio perfecto de los manjares más deliciosos del mundo (con especial ahínco en la comida japonesa, cómo no). Solo dos empleados pasan una prueba de paladar que consiste en discernir entre tres tipos de agua y de tofu: el malhumorado y maleducado Shirō Yamaoka (que parece pasar de absolutamente todo) y la novata Yūko Kurita.

Al principio, Yamaoka pasa un huevo de todo y todo el mundo se pregunta si de verdad es una buena idea dejar un proyecto tan serio y decisivo en manos de este tipo y de una chica jovencísima recién entrada a la empresa. Pero poco a poco Yamaoka se va destapando como un gourmet de finísimo paladar y enormes conocimientos, y Kurita, con su capacidad innata para discernir sabores, se destapa también como una gran crítica de cocina. Al cabo de pocos capítulos se descubre el porqué de las habilidades gourmet de Yamaoka: su padre, Yūzan Kaibara, un hombre extremadamente exigente con la comida, les hizo la vida tan imposible a él y a su madre por culpa de su obsesión culinaria que al final acabó “matándola”. A raíz de ello, Yamaoka, que desde muy pequeño había estado en contacto con los mejores manjares del mundo, decidió marcharse de casa y renegar de su apellido (tomando el de su madre), enemistándose de por vida con su padre.

Y bueno, básicamente este es el argumento de fondo. Lógicamente ocurren más cosas, pero esta es la base. Así, capítulo a capítulo, Yamaoka y Kurita irán probando todo tipo de platos e irán demostrando por qué esto es más bueno que lo otro, desmontando teorías establecidas y dejando anonadados y noqueados a todo tipo de expertos. La principal gracia de Oishinbo, así como de la mayoría de los manga culinarios, es que no se centra tanto en “cómo preparar” un plato, sino en describir los sabores, la textura y el “cuerpo” de los alimentos y el porqué de todo ello (incluyendo, por supuesto, información sobre la preparación). De hecho, el propio título ya describe bastante bien de qué va el manga: es una palabra inventada que sugiere la amalgama del adjetivo oishii (delicioso) y el sustantivo kuishinbo (glotón), y que vendría a significar algo como “Ávidos de delicias”.

Una vez conoces el argumento de base, los diferentes capítulos se pueden tomar como piezas independientes, lo que hace innecesario seguir linealmente la obra para disfrutarla. Por eso Oishinbo, como KochiKame o Golgo 13, es uno de los cómics más vendidos en los kioscos de las estaciones de tren y las tiendas 24 horas, y de los más leídos en peluquerías o garitos de comida rápida. Si tienes un ratito para matar, nada mejor que leer un capítulo suelto de una serie cuyos personajes conoces. Para mí, este es el secreto de la gran longevidad de estos títulos.

Por si fuera poco, esta distribución en capítulos autoconclusivos permite que se hayan recopilado tomos temáticos sobre sushi, fideos, carne, pescado, etcétera, que se venden en todo tipo de formatos, como por ejemplo las ediciones baratísimas en papel malísimo y cubiertas de cartón barato que venden en las estaciones o tiendas 24 horas japonesas. Por si os interesa este manga, varios tomos temáticos de Oishinbo están siendo editados actualmente por Viz Media en los Estados Unidos (ya llevan 7 tomos), así que no es necesario saber japonés para introducirse en uno de los manga más conocidos y queridos por el público japonés.

Por cierto, si tienes ciertas nociones de japonés y tienes un blog de una temática definida (fotografía, viajes, zoología, tokusatsu, corte y confección, fisioterapia, televisión, curling, lo que sea…) podemos hacer este experimento cuando quieras. Seguro que encontramos un manga que se adecúe a la temática de tu blog, nos hacemos con él (de eso me encargaría yo), lo leemos y lo comentamos al unísono en nuestros respectivos blogs. ¿Te apuntas?

Lo mejor

  • La gran cantidad de detalle e información que contiene cada capítulo. ¡Es impresionante lo documentado que está!
  • Estamos ante un manga que ha creado escuela y ha causado un gran impacto en la sociedad japonesa en general, y se nota.
  • Se ensalza el valor de los sabores simples y las comidas sencillas por encima de la pomposidad y la ostentación.
  • Esas exageraciones geniales, como por ejemplo hacerle un TAC a unas piezas de sushi para ver cuán apretados entre sí están los granos de arroz. XD
  • Esas descripciones tan detalladas de los sabores y las texturas, que además han sido imitadas hasta la saciedad.

Lo peor

  • Llevan 103 tomos y aún siguen buscando ese “menú definitivo”. ¡El presupuesto del periódico Tōzai debe de ser brutal para financiar eso!
  • El dibujo puede parecer más bien estático y aburrido a simple vista, pero va perfecto para la temática y al cabo de pocas páginas te olvidas.
  • Yamaoka se pasa de chuleta a veces (aunque también es la gracia del manga).

Vinland Saga

Thursday, October 15th, 2009
  • Título: ヴィンランド・サガ –Vinland Saga–
  • Autor: Makoto Yukimura
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Shōnen Magazine / Afternoon
  • Años publicación: 2005-?
  • Clasificación: seinen, histórico
  • Tomos: 8 (en curso)

vinlandsaga1

Como he dicho otras veces, cuando leo o traduzco un manga que me gusta, siempre intento conseguir más obras del mismo autor para comprobar si ese manga que tanto me ha gustado es un simple “one hit wonder” o bien es que el autor es bueno y punto. Este es el caso del manga que nos ocupa, firmado por Makoto Yukimura, autor de esa maravilla del manga reciente de ciencia-ficción que es Planetes. Tengo entendido que Planetes, editado en España por Panini, vendió bastante mal, lo que no acabo de entender: es un pedazo de seinen como la copa de un pino y encima es cortito (solo 4 tomos de nada). ¿Cómo es posible que en España pasara desapercibido? ¿Tan tocho es el lector medio de manga? ¿Tan corto de miras es que solo quiere ver piños shōnen y romances ñoños shōjo? Puede que sea simplemente que la media de edad de los lectores es bastante baja y que no haya suficientes lectores adultos… Pero entonces, ¿por qué La espada del inmortal sí se vende bien? (ah, igual es porque sale violencia a mansalva y chicas monas y además Hiroaki Samura dibuja como dios…)

En fin, no me enrollo. Dadle una oportunidad a Planetes. Tanto con el manga (recordad: solo 4 tomos de deliciosa ciencia-ficción “costumbrista” -si es que existe eso-) como con el anime, editado por Selecta Visión en una preciosa edición y que es una adaptación libre del manga, pero aun así maravillosa y que en ocasiones incluso logra superarlo, y encima con una animación preciosa.

Ehm… ¿Por dónde iba? Ah, sí, Makoto Yukimura. A mí me encanta el estilo de este autor, así como sus personajes, por lo que cuando me enteré de que empezaba nueva obra, no dudé en hacerme con ella desde el primer tomo. Esta obra, titulada Vinland Saga, va sobre vikingos, una temática totalmente distinta a la de su primera obra Planetes, en todos los sentidos.

La portada del "antiguo" tomo 1 (colección Shônen Magazine Comics)

La portada del “antiguo” tomo 1 (colección Shōnen Magazine Comics)

Con Vinland Saga he tenido hasta ahora una relación un poco extraña, porque compré el primer tomo (que leí enseguida y me encantó), al cabo de unos meses salió el segundo (que no llegué a comprar) y luego esperé y esperé y no salió el tercero. Un año y pico o dos más tarde, cuando ya casi no me acordaba de la serie, en uno de mis viajes a Japón vi cuatro tomos de esta serie a la venta en una librería… ¡Pero tanto el tamaño de los libros como el diseño de las portadas eran totalmente distintos! En fin, decidí darle otra oportunidad, volver a comprar el tomo 1 (puesto que el tomo 1 de la nueva edición incluye un capítulo más que el de la antigua edición, llámales tontos) y los otros tres y leérmelos. Lo que ocurrió con Vinland Saga es algo bastante peculiar en Japón, y pocas veces lo he visto: este manga empezó a serializarse semanalmente en la revista Shōnen Magazine de Kōdansha, y por consiguiente los dos primeros tomos salieron con un tamaño y un diseño acordes a la colección de los tomos de la Magazine… Pero se ve que al autor se le hizo muy cuesta arriba esto de publicar a ritmo semanal (recuerdo que en los comentarios de Planetes decía que era lento dibujando, sí) y al final sus editores, para no quemarlo, decidieron trasladar la serie a la revista Afternoon, de cadencia mensual. Y claro, luego hubo que rediseñar y republicar el material para que los tomos fueran acordes a la colección seinen de la editorial Kōdansha. La verdad es que esto es bastante extraño, y me imagino que, si el autor alguna vez se hace mínimamente famoso, las primeras ediciones de estos tomos antiguos llegarán a cotizarse bastante en el mercado de coleccionistas.

Otro caso raro que recuerdo, que aún es más extremo que este, es el de Biomega, de Tsutomu Nihei, que empezó a publicarse en la Afternoon de Kōdansha, que llegó a publicar un tomo, y un par de años más tarde siguió en la Young Jump de Shūeisha, que republicó el tomo 1 con otro diseño y retomó la serie a partir de ahí. En este caso no solo hubo cambio de revista, ¡sino que incluso lo hubo de editorial! Algo rarísimo en Japón, creedme. Así, el tomo 1 de Biomega versión Kōdansha es otra rareza de estas que algún día igual se cotizan mucho (a ver si es verdad, que yo lo tengo e igual me saca de pobre XD).

Buf, cómo me voy por las ramas hoy, madre mía. ¡Esta es la reseña de Vinland Saga, ¿no?! XD Como he dicho, este es un manga de vikingos, lo cual es rarísimo en autores japoneses que cuando realizan mangas históricos normalmente no se atreven a salir de temas japoneses (¿cuántas versiones hay de la historia de Musashi, por ejemplo? ¡Decenas!) o como mucho chinos. En este manga se nos narra la historia del joven Torfin, un vikingo islandés que forma parte del temible grupo de Ashelad, un cínico líder vikingo que se dedica a saquear y piratear por toda Europa. El manga se abre con una feroz batalla entre dos señores feudales francos (francos de la antigua Francia, se entiende, no “sinceros”) en la que los vikingos de Ashelad irrumpen a lo bestia para decantar la balanza del lado de los atacantes… Y dejar “pelados” a los defensores, dejando con un palmo de narices a los atacantes. Una vez vencida la batalla, ¿el joven Torfin desafía a Ashelad porque ansía matarle?

Una brutal secuencia de acción a doble página (recordad, se lee a la japonesa, de izquierda a derecha)

Una brutal secuencia de acción a doble página (recordad, se lee a la japonesa, de derecha a izquierda)

Más tarde la historia entra en un largo flashback en el que se nos narra la infancia de Torfin en un pequeño pueblo de la fría Islandia en el que vivía con su padre, su madre y su hermana mayor. Ahí descubrimos que el padre de Torfin, Touls, había sido en realidad un fiero guerrero vikingo (el “troll”, le llamaban) que decidió desertar. En un momento dado, la invasión vikinga de Inglaterra se pone tan complicada que las tropas del rey de Dinamarca localizan y vuelven a llamar a filas a Touls… En fin, es un poco complicado de explicar lo que ocurre, pero al final Touls acaba muriendo por culpa de una trampa de Ashelad. El pequeño Torfin, que estaba presente, se empeña en matar a Ashelad sin conseguirlo, y al final acaba formando parte de su tropa: Ashelad solo le concede una oportunidad de cobrarse su cabeza cada vez que Torfin realiza una hazaña en la batalla.

Y bueno, de esto va Vinland Saga: batallas ferocísimas con mucha sangre y vísceras, invasiones vikingas, pinceladas de humor y la maestría al guión de Makoto Yukimura, que consigue una serie absorbente que se lee con mucha facilidad. Lástima que su ritmo sea más bien lento: solo hay 8 tomos en el mercado y cada vez que sale uno nuevo ya no te acuerdas de lo que pasó antes y por lo tanto toca releer.

Por cierto, para los que me pedís que hable un poco sobre traducción: este manga costaría bastante, más que nada en lo referente a la romanización de los nombres de los personajes y los varios conceptos de la cultura o mitología nórdica que aparecen. Habría que consultar con expertos para saber si el nombre del protagonista sería mejor Torfin o Tolfin o Torphin o Tolphin o incluso otra posibilidad. O Ashelad, Asherad, Aserat, yo qué sé. Realmente el japonés es un idioma tan pobre fonéticamente que los problemas de romanización correcta o plausible de según qué nombres extranjeros (fuera de los ingleses y, por supuesto, los españoles) son un dolor de cabeza brutal para el traductor.

Lo mejor

  • Acción a raudales muy bien dibujada.
  • Un argumento atractivo y muy bien llevado.
  • ¡Invasiones vikingas!
  • El dibujo me parece muy bueno.

Lo peor

  • La lentitud del autor. ¡Queremos más!
  • El “timo” de las dos ediciones de los tomos 1 y 2.

Skip Beat!

Thursday, October 8th, 2009
  • Título: スキッピ・ビート! –Skip Beat!–
  • Autora: Yoshiki Nakamura
  • Editorial: Hakusensha
  • Revista: Hana to Yume
  • Años publicación: 2002-?
  • Clasificación: shōjo, humor
  • Tomos: 22 (en curso)

skipbeat1

Voy a ser claro: las series shōjo pastelosas en general y las series de la revista Hana to Yume en particular no me gustan. La Hana to Yume, al menos en la última década, siempre se ha caracterizado por presentar historias bastante raras, ¿no os parece? Historias con temáticas poco convencionales y directamente extrañas, muchas de ellas con tintes de shōnen-ai, y en general con un estilo de dibujo bastante homogéneo entre ellas que a mí personalmente no me convence. Además, como traductor tampoco me gustan porque suelen tener mucho texto y también textitos escritos a mano por todas partes, por no decir los espantosos y a menudo aburridos free talk de las autoras. Y por último, tampoco me gusta nada el aburrido diseño de las portadas, lomos y solapas, que además siempre es exactamente igual desde hace décadas.

Skip Beat! es una serie de la Hana to Yume y, como tal, no se escapa de tener que sufrir este diseño anodino de portadas, de la cantidad respetable de texto y free talks ni del estilo de dibujo calcado al de tantas otras series de la misma revista. Sin embargo, al menos en el tomo 1, el que he leído, me ha parecido una serie bastante refrescante y, sobre todo, divertida.

Tengo que decir que las series shōjo que disfruto son básicamente las de humor, como por ejemplo Love Com o, sobre todo, las de Mayumi Yokoyama, autora cuyas obras Instituto Bijinzaka y Galism! he tenido el placer de traducir y disfrutar un montón. Yoshiki Nakamura, la autora de Skip Beat!, tiene en mi opinión bastantes similitudes con Mayumi Yokoyama en lo referido al uso de las caricaturas y la exageración gráficas aplicadas al manga. Y es que simplemente hay algunas viñetas que son impagables.

Kyōko Mogami, la protagonista, es una chica tan recatada y trabajadora, que llega a renunciar a estudiar bachillerato para poder dedicar todo su tiempo, día y noche, a trabajar y ganar dinero. Lo que quiere es conseguir fondos para poder pagarse un piso de semilujo y tener dinero para dedicarlo… A cuidar de Shō Fuwa, un guaperas chuleta amigo suyo de la infancia que llegó a Tokio para triunfar en el mundo de la farándula y convertirse en famosete. Un día, Kyōko se entera por casualidad de la verdad: Fuwa la convenció para que le acompañara a Tokio básicamente para que ella le mantuviese y le hiciera de ama de casa. ¡Y ella había sido tan idiota como para consentírselo todo!

Kyōko y Ren Suruga. Nada de humor en esta página.
Kyōko y Ren Suruga. Nada de humor en esta página.

Al enfrentarse a Fuwa, él reconoce la verdad y la deja tirada sin más contemplaciones. Al verse utilizada de tan vil manera, Kyōko sufre un ataque de rabia y jura que se vengará de él: hará lo imposible para conseguir ser una famosilla y lograr así que, un día, Fuwa, se arrepienta de lo que le hizo. De la noche a la mañana, Kyōko se cambia de peinado y de forma de vestir y empieza una carrera que la llevará a ser una artista. Lo primero: presentarse a una audición de la productora rival de la de Fuwa, una productora a la que precisamente pertenece Ren Suruga, otro guaperas que es el gran “rival” de Shō Fuwa…

Mucho humor y muy bien llevado en esta historia. Ahora, esta serie parece estar viviendo una segunda juventud gracias a la reciente versión anime, de 25 episodios, emitida entre octubre de 2008 y marzo de 2009, que ha hecho que esté en boca de todos y cuente incluso con videojuegos y demás. A mí me ha gustado bastante, pero el hecho es que la serie lleva ya 22 tomos publicados y no parece tener visos de finalizar. ¿Consigue Nakamura mantener el ritmo y el humor durante tantos tomos?

Lo mejor

  • Mucho humor y bastante bien llevado
  • Las caricaturas y monigotes que representan los estados de ánimo de la prota
  • El director de la productora LME. A mí me recuerda al director de la escuela de Ranma 1/2 (XD)

Lo peor

  • Shō Fuwa es asqueroso
  • El planteamiento es un poco estúpido y Kyōko es demasiado pava al principio
  • Tanto textito por todas partes pone un poco nervioso

Billy Bat

Monday, July 13th, 2009
  • Título: Billy Bat
  • Autor: Naoki Urasawa (dibujo y guión) / Takashi Nagasaki (coautor del guión)
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 2008-?
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 1 (en curso)


Hace muy poco que ha salido el primer tomo de Billy Bat, la nueva obra de Naoki Urasawa en Japón, y he tenido la suerte de poder conseguirlo con rapidez. Y de “devorarlo”, claro está, ya que no en vano Urasawa es mi autor favorito junto al gran Tezuka.
Billy Bat nos cuenta la historia de Kevin Yamagata, un nipoamericano de segunda generación que, en el año 1949, vive en Los Ángeles y trabaja como autor de cómics para la Marble Comics. Concretamente, su obra se llama Billy Bat y va de un murciélago investigador privado a lo Philip Marlowe que tiende a meterse en toda clase de líos. Vamos, la clásica historia del detective privado de la novela negra y el cine de los años 40 y 50.
Un buen día, llegan a casa de Kevin unos policías que están investigando a un posible espía soviético y, al ver uno de ellos las páginas de Billy Bat en las que está trabajando, le comenta que ese personaje del murciélago él ya lo había visto antes, en Japón, cuando se encontraba estacionado allí como miembro del ejército de ocupación americano. Kevin, alucinado, concluye que es posible que haya “tomado prestado” sin querer el personaje, que tal vez habría visto durante su estancia en Japón hace unos pocos años, cuando trabajaba como intérprete del ejército americano.
Como en su familia existe una horrenda historia de plagio (a su padre le plagiaron un invento que luego resultó ser muy exitoso y no consiguió ni fama ni dinero por culpa de eso), Kevin decide ir a Japón para ver si es cierto que ha tomado prestado al personaje y, si es así, entonces le pedirá permiso al autor original para que le deje usarlo en sus cómics. Ni corto ni perezoso, Kevin se va a Japón y, una vez allí, empezará a meterse en toda clase de líos. Resulta además que el personaje del murciélago se aparece en los lugares más inesperados y que tiene algo siniestro a su alrededor (un poco como el símbolo de la mano con el dedo extendido de 20th Century Boys). ¿Qué es ese murciélago? ¿De dónde ha salido? ¿Por qué los que saben algo de él le preguntan si el suyo (es decir, Billy Bat) es “el blanco” o “el negro”? Un montón de preguntas acosan al atribulado Yamagata, que se va metiendo de cabeza en un siniestro lío del que le costará horrores salir…

En el Japón de la posguerra… Un cómic, un autor, un misterio…

Bueno, como podéis ver, el argumento es el típico de Urasawa. A partir de un suceso aparentemente minúsculo, se destapa poco a poco un caso de enorme envergadura, en el que se van entrelazando todo tipo de personajes y argumentos paralelos y, como es habitual, el autor nos cuela un mega-cliffhanger en la última página del tomo. Nada nuevo bajo el sol; es lo que ha venido haciendo desde Monster y ha seguido con 20th Century Boys y Pluto, así que sin tapujos puedo decir que Billy Bat es… ¡Más de lo mismo!
Esto se puede interpretar de dos formas, sin embargo. De la forma negativa, es decir, “Urasawa ya cansa siempre con los mismos argumentos y personajes” o de la positiva, en plan “me encanta Urasawa y me da igual que pretenda venderme lo mismo otra vez, que lo compraré con gusto”. Yo me debato entre las dos, pero al final creo que me quedo con la segunda, ya que al fin y al cabo pocos autores contemporáneos consiguen engancharme a sus historias del modo en que lo consiguen Naoki Urasawa y su ex editor y actual mánager y “coguionista” Takashi Nagasaki.
Cosas que me llaman la atención de esta obra: el “opening” es genial. El primer episodio entero, y parte del segundo, son una historieta de Billy Bat impresa a todo color (23 páginas enteritas) y con el estilo de dibujo (incluido el colorido) y de narración de los antiguos cómics americanos de los años 40 y 50. Aún recuerdo cuando salió publicado el primer episodio en la revista Morning, lo anonadada que se quedó la gente al ver que la “nueva obra de Urasawa” era una cosa tan rara y aparentemente experimental. En el episodio 2, descubrimos que el cómic de Billy Bat resulta ser “un cómic dentro del cómic”, en un efecto genial de “metamanga” para iniciar el tomo y la obra en sí. También me encanta la ambientación. La época de la posguerra de Japón, así como los años 50 y 60, personalmente me fascinan, y me encanta leer obras ambientadas en esa época. Urasawa lo retrata genial, y encima tenemos cameos de Shintakarajima (La nueva isla del tesoro) de Osamu Tezuka y del general MacArthur.
Por cierto, la mayor curiosidad de esta obra es la revista y la editorial que la publica. Ni más ni menos que la revista Morning de Kōdansha. ¿Y qué pasa con eso? Pues que desde 1983, el año en el que debutó Urasawa, hasta el pasado mes de marzo de 2009 o así, cuando terminó Pluto, la totalidad de su obra (más de 130 tomos, o sea, más de 26.000 páginas) había estado ligada a la editorial Shōgakukan. El hecho de que se haya pasado a Kōdansha tiene que haber sido un golpe terrible para Shōgakukan, y más teniendo en cuenta que Takashi Nagasaki había sido editor de esta última editorial antes de independizarse. Ahora imagino que Urasawa, con la influencia de Nagasaki de por medio, va a ir buscando el mejor postor para cada nueva obra que quiera realizar. Tiene todo el derecho a ello, pero conociendo a los japoneses, su marcha no habrá sentado nada bien en Shōgakukan.

Penguin no mondai (Los problemas del pingüino)

Monday, June 22nd, 2009
  • Título: ペンギンの問題 –Penguin no mondai– (Los problemas del pingüino)
  • Autor: Yūji Nagai
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: CoroCoro Comic
  • Años publicación: 2006-?
  • Clasificación: kodomo, humor
  • Tomos: 5 (en curso)

No son muchos los títulos del llamado kodomo manga o “manga para niños” que reseño en este blog, básicamente porque la gran parte de lo que hay en el mercado japonés que se engloba en este tipo de manga son o bien adaptaciones de grandes éxitos televisivos tipo Pokémon, o bien grandes operaciones de márketing como Duel Masters, o bien obras de humor bastante anodino e infantil (por supuesto, siendo manga infantil….), o bien adaptaciones o spin-offs de otras series, como la misma Doraemon (actualmente, por ejemplo, se publica una serie que se llama Dorabase que va de unos Doraemons que juegan al béisbol). Así, es complicado encontrar obras de kodomo manga que puedan resultar interesantes de leer, básicamente por los argumentos simplones y por los diseños de ojos enormes y pelopinchos exagerados que tienden a usar.
Pero Penguin no mondai es para mí la excepción que rompe la regla, porque pese a ser un manga de risa con personaje “carismático”, la verdad es que el humor que tiene es lo suficientemente burro como para haberme caído en gracia. La premisa del manga es que una especie de pingüino llamado Beckham Kinoshita (el nombre tiene ya un montón de guasa XDDDD) aparece un día en el colegio de Naoto Yamada con la intención de empezar a estudiar en él. A nadie excepto a Naoto parece extrañarle que haya un pingüino parlante que quiera ir a la escuela, y poco a poco vamos descubriendo la tremenda mala leche de Beckham. Porque el pingüino se las apaña para situarse en el centro de situaciones de lo más estrambóticas, siempre con el sorprendido Naoto como testigo de sus acciones y con un elenco de personajes que van apareciendo sucesivamente de lo más “rarunos”. Por ejemplo, está un señor que lleva chistera y bigote, pero siempre va desnudo y sudoroso (!?) –aunque siempre se las apañan para que no se vean sus partes–, una viejecita de aspecto adorable con su bastoncito y todo pero que cuando se destapa resulta ser una tremenda maestra de las artes marciales, una ardillita, Michael Inoue (XDDD), que siempre pringa, etcétera. Además, es imposible saber qué es Beckham exactamente, porque a veces resulta que se transforma, o adopta otras personalidades, o se desdobla… Bueno, una absurdidad tras otra que hace que a mí esta serie me resulte bastante refrescante y divertida, más que nada por la cara de flipe que se le queda al anonadado Naoto cada vez que Beckham lía una de las suyas. Humor absurdo y un poco escatológico, de ese tan típico japonés. Por cierto, Penguin no mondai tiene anime (con episodios de 10 minutos solamente), un videojuego y en otoño se estrenará una película y todo en cines, por si queréis echarle un vistazo.
¿¿¿Un pingüino que se pela de frío en clase???

Es una pena que el manga infantil esté en general de capa caída en Japón y que por lo tanto haya tan poco cómic creado expresamente para los niños de 5 a 8-10 años aproximadamente. Es cierto que actualmente existe muchísima competencia en forma de televisión, videojuegos y demás, pero también es triste ver cómo se va perdiendo entre los niños la costumbre de leer revistas de manga. Aunque claro, esto no es una tendencia que haya empezado recientemente, sino que lleva como 20 años así. Hasta hace muy poco, incluso, la única revista de kodomo manga que aguantaba en el mercado era la CoroCoro Comics, con su personaje insignia Doraemon a la cabeza, que junto a las versiones manga de grandes éxitos del anime o los videojuegos como Pokémon, Beyblade o Super Mario Bros iba sobreviviendo.
Hace tan solo menos de dos años, sin embargo, la editorial Kadokawa decidió sacar una revista de kodomo manga para hacerle la competencia a la CoroCoro. El título de esta revista es KeroKero Ace y, como su nombre indica, se basa en el personaje de Keroro como buque insignia. En el pasado Salón del Manga tuvimos a Yoshikazu Yasuhiko, el autor(azo) de Gundam the Origin, como autor invitado. Con él le acompañaba un señor llamado Tomoya Hirao, que es el editor en jefe de la revista Gundam Ace, donde se publica Origin. Hirao es un tío estupendo, brillante en todos los aspectos, y con actitud y corazón de auténtico niño. La verdad es que hicimos muy buenas migas y pudimos hablar de muchos temas tanto durante la celebración del Salón del Manga como en mis dos sucesivas visitas a Japón desde entonces.
En una ocasión Hirao me contó todo este tema de las revistas de kodomo manga, y me comentó que KeroKero Ace (de la que también es editor jefe) había sido una apuesta personal suya, porque le daba rabia que cada vez menos niños leyesen manga y quería corregir esta situación. Así, convenció a sus escépticos jefes y empezó con KeroKero Ace. Pues se ve que la apuesta le fue bien y actualmente la KeroKero es una de las pocas revistas que arrojan beneficios de por sí, lo que es un logro increíble ya que la mayoría de ellas pierden dinero, que luego recuperan cuando las obras se recopilan en tomo. La verdad es que la KeroKero, además de orbitar alrededor de Keroro (con obras alternativas basadas en el universo Keroro, serie que se publica en la revista insignia de Kadokawa, la Shōnen Ace), está muy enfocada a los videojuegos, los juegos de cartas y al humor absurdo y de chistes bastante guarros, muy en consonancia con el carácter de su editor jefe y con lo que gusta a los niños japoneses actuales.
Entre las series que se publican en la KeroKero destaca, para mí, Un-P Sensei, obra de Hideki Oowada (¡autor de Mudazumo naki kaikaku y Gundam-san!) que va de un luchador justiciero que lleva un gorro en forma de mojón y en vez de calzoncillos lleva una taza de váter japonesa ^_^. Bueno, muy burro todo, pero es divertido, os lo aseguro. Aún no ha salido ningún tomo recopilatorio de Un-P Sensei, pero cuando salga os prometo reseña en este mismo blog. Otanoshimi ni!