- Título: Psyren -サイレン- (Psyren)
- Autor: Toshiaki Iwashiro
- Editorial: Shûeisha
- Revista: Shônen Jump
- Años publicación: 2008-?
- Clasificación: shônen
- Tomos: 2 (en curso)
A finales de diciembre de 2007, cuando se puso a la venta el número 1 de 2008 de la revista Shônen Jump, estaba yo por Japón y me compré la revista por curiosidad, por ver exactamente qué obras se estaban publicando en aquel momento. Y justamente en aquel número empezaba una nueva serie llamada Psyren. La verdad es que empecé a leerla con bastante desgana ya que el autor era Toshiaki Iwashiro, creador del infame manga (en mi opinión) Mieru Hito.
Sinceramente, Mieru Hito me pareció un manga tan malo que me costó acabar el tomo 1 (y eso solo me pasa ocasionalmente, que conste, ya que aguanto bastante lo que me echen). Así que, como podéis imaginar, esta Psyren no me hizo demasiada ilusión. Pero aun así, empecé a leerla y me quedé sorprendido de lo bien narrada que está la historia. Recuerdo que en aquel momento, tras leer el primer capítulo especial de 60 páginas, me quedé con un muy buen sabor de boca y con ganas de más, e incluso llegué a pensar que por fin la Shônen Jump había encontrado un manga que podía muy bien convertirse en el relevo de series como One Piece, Naruto o Bleach, que ya llevan un montón de tomos y deberían ir pensando en terminarlas. En este mismo blog ya comenté una vez que la Jump estaba en claro peligro, ya que tiene unas cuantas series con un éxito tremendo, pero que ya llevan bastantes años publicándose y corren el peligro de que la gente se canse de ellas de un momento a otro. Por otro lado, casi ninguna de las nuevas series que han ido entrando a partir de 2006 ha acabado de cuajar (por ejemplo, MxO, que me parecía un manga bastante aceptable y que podía ir a más, la han acabado cerrando con “solo” 10 tomos).
Pero Psyren, en mi opinión, tiene números para convertirse en el nuevo bombazo que dé un poco de aire a la Jump y permita que Oda, Kishimoto o Kubo terminen sus actuales series y puedan dedicarse a nuevos personajes y nuevos argumentos que refresquen un poco la revista. Tampoco nos engañemos, sin embargo. Psyren es una serie shônen al uso, con sus aventuras, piños y misterios. Pero está bastante bien llevada y el dibujo no está nada mal (aunque aun así espero que Iwashiro vaya mejorando con el tiempo).
Ageha Yoshina es un estudiante de instituto al que le encanta meterse en peleas. Un buen día, pasa por el lado de una cabina telefónica en la que el teléfono está sonando. Ni corto ni perezoso, coge el teléfono y al otro lado del auricular solo se oyen sonidos y zumbidos sin sentido (pero la viñeta nos muestra una especie de monstruo con un teléfono móvil encima de la cabina donde está Ageha). Tras colgar el teléfono, sale de la ranura una targeta telefónica en la que solo hay escrita la palabra “Psyren”. Al día siguiente, se encuentra por casualidad la cartera de Sakurako, una amiga de la infancia que antes era muy alegre y ahora se ha vuelto callada y taciturna: dentro de la cartera encuentra otra tarjeta “Psyren”. Al preguntarle, ella le dice que no sabe nada sobre esa targeta pero, al poco, desde la lejanía, masculla un apenas audible “ayúdame”…
Poco después, Ageha se entera de que corre una leyenda urbana según la cual está desapareciendo bastante gente que encuentra targetas telefónicas “Psyren” y las introduce en teléfonos públicos. Decidido a saber más sobre todo este asunto, e intrigado por la velada súplica de ayuda de Sakurako, nuestro protagonista decide introducir su tarjeta en un teléfono y… ¡Viaja a un mundo paralelo que parece un escenario postapocalíptico!
Ahí, se encuentra con Sakurako y varias otras personas. Al parecer, se les obliga a completar un “juego” si quieren volver a su mundo original: deben llegar a la “puerta” de salida atravesando el yermo páramo que se extiende ante sus ojos… Sin saber que ese páramo está poblado de extraños y violentos monstruos.
Y así tenemos todos los ingredientes “Jump” para conseguir un best-seller: misterios, jóvenes armados, piños a malsalva y una guapa protagonista vestida de uniforme y blandiendo una espada ensangrentada. Como he comentado hace un momento, este manga no es el epítome de la originalidad, pero tiene los ingredientes necesarios para convertirse en el próximo éxito de la Shônen Jump. Veremos si Iwashiro no echa por la borda el potencial éxito que tiene entre las manos.
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