El blog de Marc Bernabé

Chara-mono

Tuesday, July 24th, 2012
  • Título: キャラ者 –Chara-mono–
  • Autor: Hisashi Eguchi
  • Editorial: Futabasha
  • Revista: Manga Action / Pia
  • Años publicación: 1998-2008
  • Clasificación: seinen, humor, raruno
  • Tomos: 3

Hisashi Eguchi era otro de estos autores de los que había oído hablar o acerca de los que había leído, pero que nunca había llegado a conocer. A pesar de haber trabajado durante los años 70 y 80 en revistas comerciales como la Shōnen Jump (con Susume! Pirates, una de sus obras más conocidas), últimamente se le tiene como un autor alternativo al que vale la pena acercarse. Así que decidí probar con una de sus obras más recientes, Chara-mono.

Si más o menos conoces el carácter japonés y has ojeado manga más allá de los típicos shōnen y quizá algún seinen, sabrás que existe toda una corriente, enorme, de manga de humor, en general bastante absurdo, basado en gags cortos, a menudo de cuatro viñetas. Hay autores, como el genial Yoshida Sensha, que destacan especialmente en este subgénero del manga, que tiene muchísimo seguimiento en Japón, aunque no tanto en ventas globales en formato tomo (muchas de ellas nunca se llegan a publicar como recopilatorios) sino en forma de numerosas publicaciones generalmente quincenales o mensuales especializadas en este tipo de historias. El dibujo de estos mangas suele ser más bien sencillo, incluso directamente feo, aunque esto se compensa con guiones descacharrantes capaces de arrancarle la risa al menos pintado.

WTF WTF WTFFFF!?

Chara-mono es uno de estos mangas. Consta de pequeñas historias de una sola página con un hilo conductor común: una especie de osito de peluche, que en realidad parece ser un títere (vemos a veces una mano saliendo de él o manipulando los palos que hacen mover sus manos) se cuela en casa de una chica y se instala ahí. Quién es ese oso, para qué está ahí, por qué la chica no lo echa de su casa, por qué no intenta averiguar quién demonios está controlando al oso… Todas estas son cuestiones que el autor no se plantea en ningún momento, aunque planean continuamente sobre la historia. Por cierto, otro factor que contribuye al WTF es que cada página de manga viene precedida de una página entera dedicada al título de esa página (con lo que de manga en realidad tenemos solo la mitad del tomo, menudo vaguete el Hisashi-san), escrita en japonés y… ¿En francés? ¿Por qué? XD

La propia absurdidad del planteamiento, combinada con algunas escenas o diálogos total y absolutamente demenciales, hacen de este manga una historia muy disfrutable, con la que me lo pasé genial. Estoy seguro de que casi se podían vislumbrar los interrogantes gigantes y los WTF en neón intermitente surgiendo continuamente de lo alto de mi cabeza mientras leía (bueno, igual eso no, pero la sonrisa estúpida que tenía todo el rato y los intentos de ahogar una carcajada de vez en cuando sí eran reales). Es una lástima que en Occidente en general se tenga una percepción tan limitada de lo que puede llegar a dar de sí el cómic japonés, porque realmente hay DE TODO.

Lo mejor

  • Totalmente descacharrante.
  • WTF continuo.

Lo peor

  • Yo qué sé. XD

Oyasumi Punpun (Buenas noches, Punpun)

Monday, July 9th, 2012
  • Título: おやすみプンプン –Oyasumi Punpun– (Buenas noches, Punpun)
  • Autor: Inio Asano
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Young Sunday / Big Comic Spirits
  • Años publicación: 2007-13
  • Clasificación: seinen, costumbrista (?), raruno
  • Tomos: 13

Hay que reconocer que en el mundo del manga hay obras raras. Y obras MUY raras. Esta podría ser perfectamente una de ellas. Porque, otra cosa no, pero rara lo es un rato.

¿De qué va? Pues narra la historia de un tímido chaval llamado Punpun, que va a la escuela y se enamora de una niña nueva que llega. Y luego están sus padres, que tienen problemas de pareja, hasta el punto de que el padre agrede a la madre, lo detienen y lo mandan a la cárcel. En medio de todo el percal, llega el tío “guay” de Punpun, que se instala en la casa para cuidar del chaval, aunque como es bastante joven pasa un poco de todo. Esto más o menos es el hilo conductor de la historia.

Paralelamente, hay varios episodios curiosos, como por ejemplo se descubre que la madre de la niña que le gusta a Punpun está metida en una secta religiosa de lo más rara y aparece en casa del protagonista para intentar convencer a su familia para que colaboren en la causa, lo que origina una alocada discusión que resulta muy divertida y pasada de vueltas.

Vale, y ahora… ¿Qué tiene de tan raro todo esto? De acuerdo que es una historia poco ortodoxa, pero no lo parece tanto, ¿verdad? Hasta la podríamos considerar “normal”. Pues bien, la rareza y maravilla de este manga radica principalmente en el dibujo: mientras que los personajes secundarios y los fondos están dibujados a las mil maravillas, con un nivel exquisito que muy pocas veces he visto en un manga… Punpun y su familia aparecen representados como garabatos de pollitos. Sí, así como lo lees. Es decir, como si fueran pollitos dibujados por un niño de tres años.

Dibujo trabajadísimo y… ¿Pollitos? WTF!!

El contraste resulta brutal, desconcertante, pero a la vez fascinante y a mí me ha recordado a Homohomo Seven. Asimismo, algunas técnicas gráficas muy interesantes hacen también su aparición en las páginas de este manga que, a día de hoy, lleva recopilados siete volúmenes.

No sabría decir si este manga me ha gustado o no. Que me ha desconcertado, seguro. ¿Gustarme? Pues este otro tema. No me ha disgustado, pero tampoco me ha enganchado lo suficiente como para justificar comprar el resto. Lo que sí haré en cuanto tenga la ocasión es comprar Solanin, la anterior obra de este autor, que parece tener muy buena fama.

AÑADIDO

Hoy, 12 de junio de 2015, se ha anunciado que Norma Editorial posee la licencia de este manga y que lo va a lanzar a partir del Salón del Manga de Barcelona. Además, han tenido a bien encargarme a mí su traducción, y ya hace unos días que trabajo en ella. El hecho de poder releer este manga, a un ritmo diferente y con una profundidad mayor, ha provocado que me haya dado cuenta de que en su momento me llevé una imagen equivocada del mismo. Si en su momento me costó entrar en él y no lo disfruté, en esta segunda ocasión, habiendo entrado mejor en él, me parece una auténtica maravilla. No gustará a todo el mundo, eso es cierto, pero por poco que te guste el cómic en general y tengas, pongamos, de 20-25 años para arriba, este manga tiene potencial para convertirse en uno de tus favoritos.

Un caso más que demuestra que las percepciones a la hora de leer pueden cambiar enormemente según el estado físico y anímico del lector. Cuando lo leí (el tomo 1) en su día, apuesto a que estaba muy cansado, o que no era un buen momento para leer un manga como este, porque no conseguí “entrar” en él y me llevé una impresión errónea. Por suerte, he podido corregir dicha impresión y estoy de acuerdo con todos los que dicen que es un manga sublime.

Lo mejor

  • El apartado gráfico es a-pa-bu-llan-te. Precioso.
  • Algunos episodios, como el de la secta, son tronchantes.

Lo peor

  • El experimento de dibujar a Punpun y su familia como pollitos me parece demasiado raro (A posteriori: pero es un experimento genial y desde luego una vez consigues entrar descubres que es en realidad un recurso muy original).
  • No me ha acabado de enganchar.

Kanojo o mamoru 51 no hōhō (51 maneras de proteger a tu novia)

Tuesday, July 3rd, 2012
  • Título: 彼女を守る51の方法 –Kanojo o mamoru 51 no hōhō– (51 maneras de proteger a tu novia)
  • Autor: Usamaru Furuya
  • Editorial: Shinchōsha
  • Revista: Comic Bunch
  • Años publicación: 2006-07
  • Clasificación: seinen, desastres
  • Tomos: 5

La licencia de este manga para España fue anunciada hace ya tres o cuatro años por Dolmen Editorial, que finalmente nunca se decidió a publicarlo y de hecho acabó por desestimarlo oficialmente, así que me he decidido por fin a leerlo y a reseñarlo. No en vano, se trata de una obra de uno de mis autores fetiche, Usamaru Furuya, del cual he reseñado ya un montón de obras en este blog (página 1 / página 2).

Como sabéis, Furuya me encanta por su gran imaginación, por su enorme versatilidad gráfica y sus curiosos argumentos, así que pillé este manga con muchísimas ganas. Sin embargo, aunque no puedo decir que me haya decepcionado, porque no es así ni mucho menos (de hecho, lo he devorado), sí que me ha dejado bastante perplejo. ¿La razón? Bueno, esta es una historia bastante “normal” dentro de lo que es la obra de Furuya, en el sentido de que no salen argumentos “raros” ni tampoco delirios visuales en forma de viñetas extrañas. De hecho, si no fuera porque el estilo de dibujo y el diseño de los personajes es indiscutiblemente de este autor, podríamos estar ante un manga creado por cualquier otro dibujante.

Esto no significa que la obra sea mala, ni mucho menos (a mí me ha gustado, y mucho), sino que, dentro de la obra de Furuya, no es ni de lejos lo más representativo. Si hubiese llegado a publicarse en España, mucha gente que conoce a Furuya por mi blog se habría quedado un poco perpleja, en plan: “¿y este es el autor que dice el Bernabé ese que es tan bueno? Porque tampoco es para tirar tantos cohetes”.

En un argumento que recuerda sobremanera al anime Tokyo Magnitude 8.0 (obra dos años posterior a este manga que reseñamos, por cierto), tanto en temática como localizaciones (¡ambas empiezan en Odaiba!) la historia nos cuenta las peripecias de Jin Mishima y Nanako (Roruko) Okano antes, durante y después de un brutal terremoto de magnitud 8 con epicentro en la ciudad de Tokio.

Jin es el típico chico “perfecto”: apuesto, de buen carácter, buen estudiante, voluntarioso… Que se encuentra en Odaiba porque aspira a entrar a trabajar en una cadena de televisión. Por su parte, Nanako es una gothic lolita que está en el mismo lugar para asistir al concierto de despedida de su grupo musical favorito, y que ahora se hace llamar Roruko. Jin y Nanako habían estudiado juntos en secundaria, y de repente se encuentran en Odaiba. Tras unos sucesos, Jin y Nanako conversan (no de forma precisamente amigable) y de repente, cuando se encuentran sobre un puente, viven el terrible terremoto y salen milagrosamente con vida.

Jin y Nanako en Odaiba, frente a la réplica de la Estatua de la Libertad, ahora torcida.

A partir de aquí, la historia pasa a ser de supervivencia, con Jin y Nanako intentando sobrevivir ante los múltiples peligros que se encuentran, socorriendo a damnificados y tratando de volver a su casa –atravesando el afectado y peligroso puente Rainbow Bridge– mientras la zona de Odaiba, ganada en el pasado al mar, aparentemente se va hundiendo en las aguas. Poco a poco, Jin y Nanako van superando obstáculos mientras se dan cuenta de la magnitud de la tragedia y del tremendo golpe que ha sufrido la ciudad de Tokio. Hay muertos y heridos por doquier, el terreno está inestable, muchos edificios han sido destruidos, y se han declarado incendios por todas partes.

Esta es una obra mucho más cruda y realista que Tokyo Magnitude 8.0 –en la que todo el mundo parece muy calmado y con muchas ganas de ayudar a los demás–, y encontramos situaciones realmente duras: robos, violaciones, actos violentos y vandálicos, aprovechados, timadores, sectas religiosas… El propio Furuya comenta en el interesante epílogo que se ha dejado muchas cosas en el tintero para no liar demasiado la historia, pero que es de imaginar que la situación tras un terremoto de esta magnitud en una ciudad como Tokio puede llegar a ser realmente complicada.

Al final de cada tomo se presenta un artículo de un especialista en desastres que nos cuenta con más detalle lo que está ocurriendo y cómo salir airosos de situaciones de emergencia como las que se nos detalla en las páginas del manga. Jin rescata muchas veces a Nanako del peligro (aunque hay veces en las que es justo lo contrario), así que más o menos es de aquí de donde sale el título: 51 maneras de proteger a tu novia. Por cierto, al principio de la historia, Jin y Nanako no son precisamente novios, más bien todo lo contrario, pero el hecho de enfrentarse al peligro y de irse conociendo poco a poco hace que cada vez se acerquen más.

Así pues, este es un manga de desastres muy interesante, muy bien narrado, y que también, cómo no, se puede utilizar perfectamente como una especie de “manual de supervivencia” en casos de terremotos gracias a los útiles consejos que proporciona, primero dentro de la historia, luego en los artículos complementarios. No en vano, hace ya muchos años que los tokiotas están nerviosos por la posibilidad de que ocurra un devastador terremoto en Tokio o cercanías, como demuestran obras como esta misma, Tokyo Magnitude 8.0 o el remake del clásico cinematográfico Nihon Chinbotsu (El hundimiento de Japón). De hecho, en el artículo del primer tomo se dice que, dentro de los 30 próximos años (a contar desde 2006, claro), hay un 70% de probabilidades de que ocurra un gran terremoto en la zona de la capital japonesa, un 84% en el área de Tōkaidō (cercana al Fuji –podría provocar una erupción del volcán– y también a Tokio) y (¡ojo!), un 99% en la costa de la prefectura de Miyagi (terremoto que, como bien sabéis, ocurrió el 11 de marzo de 2011 y provocó un tsunami que se llevó por delante a más de 15.000 vidas). La verdad, da que pensar… ¡Qué miedo!

Lo mejor

  • Historia trepidante, muy bien narrada.
  • Presenta con crudeza y realismo la “fealdad” del ser humano y su psicología en momentos de estrés máximo colectivo.
  • Un dibujo que personalmente me gusta mucho.
  • Los artículos complementarios están muy bien.

Lo peor

  • Aunque es un manga de Usamaru Furuya, ciertamente es una anomalía en su producción.

Shin’ya Shokudō (Comedor de medianoche)

Wednesday, June 13th, 2012
  • Título: 深夜食堂 –Shin’ya Shokudō– (Comedor de medianoche)
  • Autor: Yarō Abe
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comic Original
  • Años publicación: 2006-?
  • Clasificación: seinen, alternativo
  • Tomos: 9 (en curso)

A veces apetece leer obras un poco más light, menos pretenciosas (no sé si es esta la palabra, pero ya me entendéis) que las que solemos leer: llenas de aventuras, misterios, emoción, impacto… A veces apetece disfrutar de algo sencillo pero entretenido, con carácter, que permita pasar un buen rato y simplemente, leer por el placer de leer. Pocas obras japonesas de este tipo han llegado a España. Estoy pensando en Yotsuba!, El dulce hogar de Chi y… No sé, poco más, ¿verdad? Creo que con estos dos ejemplos entendéis mucho mejor por dónde quiero ir.

Shin’ya Shokudō es una de estas obras. No nos narra grandes aventuras, ni tampoco tiene elementos impactantes ni cliff hangers, ni tampoco tiene esos visos pretenciosos y/o elitistas de muchas obras de corte alternativo, pero misteriosamente engancha como pocas y siempre consigue lo que debería ser el objetivo primordial de cualquier obra de cómic comercial: entretener al lector.

La obra nos presenta una tasca, aparentemente sin nombre (bueno, sí, en su cortina pone Meshi-ya, es decir, simplemente “Tasca”), conocida entre los parroquianos como “Shin’ya Shokudō”, es decir “Comedor de la madrugada”, debido a su peculiar horario: de 12 de la noche a 7 de la mañana. La tasca está situada en un barrio más bien sórdido, de esos en los que hay mucha vida nocturna (bares, locales de alterne, locales de prostitución, etc.), presumiblemente en la ciudad de Tokio. Su dueño es un hombre taciturno, que siempre va con un cigarrillo en la boca y tiene una notoria cicatriz en el ojo izquierdo que le da un aspecto de persona, digamos, con la que no te gustaría tener problemas. La carta de la tasca solo incluye “menú de sopa de cerdo” y bebidas alcohólicas como cerveza, sake y shōchū, pero el dueño siempre dice a los nuevos clientes que pidan lo que se les antoje, que si tiene los ingredientes a mano se lo preparará.

Una stripper que se pirra por el tarako pero que un día pide kimchi... ¿Qué habrá pasado?

Y así se desarrollan las historias autoconclusivas de este manga, que generalmente nos presentan cada vez un relato basado en uno de los pintorescos clientes que acuden a la tasca, entre los que se incluyen prostitutas, dueños de bares de transexuales, mafiosos yakuza, clientes de los distintos locales de la zona y, por supuesto, gente normal y corriente, de a pie, con sus historias del día a día: la gorda que es incapaz de adelgazar por mucho que haga dieta, el boxeador fracasado, el universitario que intenta sacarse su carrera y se enamora de una chica que trabaja en un local de alterne, etcétera. Todo ello amenizado por historias acerca de la comida (no en vano, el japonés es un pueblo extremadamente gourmet), a veces manjares poco frecuentes, pero la mayoría de las veces comidas muy sencillas, hechas con ingredientes normales y corrientes que se pueden encontrar en cualquier supermercado, que reivindican el valor de lo simple, lo casero, y lo de “toda la vida”, platos que tienen un valor sentimental muy superior al de su valor de mercado.

Son historias con muchísimo corazón, entrañables, que atrapan al lector y lo dejan con ganas de más.

Lo mejor

  • Historias deliciosas sobre la vida en general, narradas a través del filtro de la comida.
  • La típica obra que no es recomendable “devorar”, sino ir dosificando poco a poco, capítulo a capítulo, para saborearla como es debido.
  • Existe un dorama o serie de imagen real (muy exitosa) basado en este manga. Yo no lo conozco, pero si os pica la curiosidad siempre podéis intentar ver algún capítulo.
  • Yo no soy el único que dice que este manga tiene algo especial. No en vano, en el año 2010 fue galardonado con el Premio Manga Shōgakukan al mejor manga seinen y con el Gran Premio de la Asociación Japonesa de Dibujantes de Manga.

Lo peor

  • Puede parecer gafapasta, pero no lo es (tanto). No te dejes engañar.
  • El dibujo puede asustar a más de uno. Sin embargo, es perfecto para la temática del manga.

I Am a Hero

Thursday, May 10th, 2012
  • Título: アイ・アム・ア・ヒーロー –I Am a Hero–
  • Autor: Kengo Hanazawa
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: Big Comic Spirits
  • Años publicación: 2009-?
  • Clasificación: seinen, zombis, gore
  • Tomos: 8 (en curso)

Esta es una de esas historias que conocí y leí, parcialmente, durante el largo “hiato” en el que había quedado sumido este blog hasta hace poco. Recientemente, la he retomado para ponerme al día y aprovecho para presentar esta reseña.
No es ningún secreto que, en los últimos años, el tema zombi está de moda en todo el mundo occidental. Japón, como no podía ser de otra forma, se ha apuntado también a la moda y el manga, como género, no está ajeno a ella. Ya conocemos el caso del inesperado gran éxito de Apocalipsis en el Instituto – Highschool of the Dead. Digo “inesperado” porque el guión de este manga es de lo peor que conozco, pero al parecer a la gente le gusta no tanto una historia mejor o peor, sino un dibujo con mucho gore y una cantidad indecente de “fan service” en forma de chicas de proporciones imposibles y ángulos forzadísimos para permitir la visibilidad de un trocito de braguita (panchira / braguita flash) o ya directamente la lencería entera, a saco.
I Am a Hero, el manga que nos ocupa, va también sobre zombis y es un manga atípico por varias razones. Para empezar, es tremendamente japonés. El protagonista, Hideo Suzuki, es un tipo bastante “rarito”, prototipo del otaku nipón. Con 35 años de edad, no demasiado agraciado físicamente (y tampoco es que se cuide especialmente), trabaja de ayudante de mangaka puesto que, como autor, nunca ha podido colocar una historia que durara más de dos tomos (el caso de su única obra). Eso sí, tiene novia, una chica también muy normalita que trabaja, como él, de ayudante de mangaka. Una de sus pocas aficiones, por cierto, es la práctica del tiro y para ello posee una escopeta de cartuchos, una auténtica rareza en un país, Japón, en el que la tenencia de armas está tremendamente regulada (Hideo posee, obviamente, el permiso de armas correspondiente).
En Japón parecen sucederse los casos de “gripe”. Hay bastante gente que se pone enferma sin razón aparente y que actúa de forma extraña, pero nadie le hace mucho caso a la epidemia. Un buen día, después de una larga jornada de trabajo, Hideo se dispone a ir a practicar el tiro con su escopeta y sale temprano de su casa. Antes, sin embargo, decide pasarse por el piso de su novia. Y allí se encuentra con que ella se ha convertido en una especie de monstruo violentísimo que se abalanza sobre él y trata de morderle. Tras un arduo forcejeo, Hideo consigue reducirla…

¡Cuidadín con los zombis!

De nuevo en la calle, Hideo encuentra a mucha gente con los mismos síntomas, que ataca sin mediar palabra a cualquiera que se le ponga a tiro y extiende consecuentemente la epidemia. Todo el mundo reacciona con extrañeza, pero nadie se plantea hacer nada más que intentar “llevar a los enfermos al hospital”. Nadie quiere asumir que tal vez están ante una especie de epidemia zombi, la policía nada puede hacer y las Fuerzas de Autodefensa japonesas, que por ley tienen absolutamente prohibido abrir fuego contra la población, están totalmente atadas de pies y manos. Incluso las bases americanas en suelo japonés quedan infestadas de zombis (a los que llaman ZQN).
A Hideo, bastante cobarde a pesar de su nombre (los kanji que componen su nombre se pueden leer “eiyû”, que significa “héroe” en japonés, de ahí el título I Am a Hero), le cuesta un montón asumir la nueva realidad y, a pesar de que es el único que realmente va armado, se resiste a usar su escopeta –va contra la ley, dice– hasta el punto de que no abre fuego hasta bien entrado ya el tomo 4.
Desde luego, un contraste brutal con las historias occidentales de zombis, en los que abundan las armas por doquier y los personajes “humanos” no dudan ni un instante en 1) asumir la nueva situación y 2) abrir fuego a lo bestia contra los zombis.

Lo mejor

  • El dibujo es espectacular, e incluye numerosas páginas con unas técnicas cinemáticas impresionantes. De lo más espectacular que he visto en el manga.
  • Una perspectiva muy “japonesa” de una historia zombi. ¡Al menos es diferente!
  • Si eres amante del gore, ¡este manga hará tus delicias! Hay sangre y vísceras a mansalva.

Lo peor

  • La acción tarda muchísimo en despegar. De hecho, sin ir más lejos, el primer tomo es una gran introducción y apenas ocurre nada.
  • Me parece poco creíble que a los japoneses les cueste tanto aceptar la situación y que reaccionen tan lentamente y mal ante la amenaza zombi. Resulta hasta irritante en ocasiones.
  • A veces el ritmo es muy lento.
  • Si eres detractor del gore, ¡evita este manga! Hay sangre y vísceras a mansalva.