El blog de Marc Bernabé

Ike! Inachū takkyūbu (¡Adelante! Club de ping-pong de la escuela secundaria Inahō)

  • Título: 行け!稲中卓球部 –Ike! Inachū takkyūbu– (¡Adelante! Club de ping-pong de la escuela secundaria Inahō)
  • Autor: Minoru Furuya
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Young Magazine
  • Años publicación: 1993-96
  • Clasificación: humor absurdo, deporte
  • Tomos: 13

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Seguramente no lo recordaréis, pero ya os hablé fugazmente de esta obra hace tiempo, cuando reseñé Boku to issho (Junto a mí) en este mismo blog. En el último párrafo de esta reseña, comentaba “Francamente, esperaba un poco más de esta obra. El anterior manga de Furuya, titulado Ike! Inachū takkyūbu (¡Adelante! Club de ping-pong de la escuela secundaria Inahō), goza de bastante popularidad entre varias de mis amistades japonesas, que me lo han recomendado más de una vez, y pensaba que este me gustaría más. Debería darle una oportunidad a Inachū, pero la verdad es que Boku to issho me ha decepcionado bastante.”

Pues bien, ha llegado por fin el momento de darle una oportunidad a Inachū, y la verdad es que en general me ha gustado mucho más que Boku to issho, que fue la obra que su autor hizo a continuación. Inachū es una historia de humor absurdo muy-muy cafre de esas que tango gustan a los japoneses, y que aquí no terminan de ser comprendidas. Escatología, referencias sexuales, situaciones asquerosas y mucho de lo que vendría siendo “caca-culo-pedo-pis”.

La historia nos cuenta las andanzas del peculiar club de ping pong de la escuela secundaria Inahō, que cuenta con seis desarrapados miembros con marcada personalidad, y cuyas interacciones dan pie a las más absurdas situaciones. Maeno es un tipo bajito, con una especie de flequillo, y no es más cerdo y maleducado porque no se entrena. Izawa es muy gracioso porque es un flipadillo admirador de Ashita no Joe, y va siempre con el característico tupé de Joe Yabuki que le cuesta dos botes de gomina al día mantener. Takeda es el capitán del club, y el único –junto con Kinoshita, un guaperillas- que se toma un poco en serio lo que hacen e intenta entrenar y mejorar de verdad. Tanaka es un pringado de campeonato, con un cabezón que recuerda a Masao de Shin Chan, cobarde, pusilánime y siempre se deja llevar. Y finalmente tenemos a Tanabe, de padre yanqui y madre japonesa, un tipo con apariencia de guiri que tumba de espaldas, extremadamente peludo y muy, pero que muy, apestoso. Tanto, que sus compañeros tienen que ponerse tapones en la nariz (sin que él se entere) para poder soportar los horrorosos efluvios que emanan de su cuerpo.

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“¡Servicio con el rabo saliéndose!”

Con este elenco de personajes, pues, ya os podéis imaginar que se dan todo tipo de situaciones de lo más rocambolescas, algunas muy escatológicas y chocantes, que a pesar de eso arrancan más de una sonrisa al lector. No se puede decir que esta sea una obra maestra del noveno arte, pero al menos un ratito entretenido pasas viendo una marranada tras otra, al más puro estilo Enomoto (bueno, no tanto XD).

Lo mejor

  • Echarse unas risas con chistes marranos nunca está de menos.
  • Al final terminas cogiéndoles cierto cariño a los personajes.

Lo peor

  • El dibujo es malísimo. Pero bueno, contribuye al cachondeo general.
  • Algunas situaciones están hasta demasiado pasadas de rosca.

Ressentiment

  • Título: ルサンチマン –Ressentiment–
  • Autor: Kengo Hanazawa
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comic Spirits
  • Años publicación: 2004-05
  • Clasificación: tragicomedia, mundo virtual, prota patético
  • Tomos: 4

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Conocer al autor Kengo Hanazawa en el pasado Salón del Manga me encantó: me pareció un tipo genial, muy sincero y en realidad muy normal en lo referente a manera de ver la vida y reflejar sus vivencias en sus propios mangas. Lógicamente, Hanazawa ha triunfado gracias a su obra de zombis I am a Hero, que tengo el gusto de traducir para Norma Editorial, y una de las grandes curiosidades de dicha obra es que el protagonista está hecho a imagen y semejanza del propio Hanazawa, que en las diversas entrevistas que tuvo afirmó siempre que cuando más cómodo se siente es cuando se puede asimilar a sus propios personajes. Por eso, siempre ha creado historias con personajes con los que tiene un vínculo, pongamos, mental. En el caso de I am a Hero y también de Boys on the Run, además, el vínculo es también físico, ya que ambos protagonistas se parecen al autor como dos gotas de agua: hasta cierto punto, se puede afirmar –corroborado por Hanazawa– que dichos protagonistas están hechos a imagen y semejanza de él mismo, tanto física como mentalmente.

Antes de dedicarse al manga, Hanazawa no tuvo precisamente una trayectoria brillante: de hecho su primer gran éxito ha sido I am a Hero, con permiso de Boys on the Run, que al parecer no fue mal –de hecho se hizo una película de imagen real y una serie de TV basadas en él– pero tampoco fue un superventas, y se le nota que en estos momentos aún está intentando asimilar el éxito cosechado por su manga de zombis. Así, al tener Hanazawa una base mental más bien de “loser”, lo natural es que sus historias estén protagonizadas por personajes “loser”, de lo más patéticos y con unos modos de pensar más bien ruines, como ya comprobé en Boys on the Run.

Conocer a Hanazawa hizo que me interesara mucho por su obra anterior, lo que me hizo conseguir los tomos de Boys on the Run y disfrutarlos muchísimo. La historia empieza de forma magistral, muy entretenida, y luego baja bastante de intensidad hasta sorprendernos con un final poco convencional, pero la verdad es que disfruté enormemente del “viaje” de leer esos 10 tomos. Y ahora, ansioso de más Hanazawa, he decidido introducirme en su primera obra, Ressentiment, la única que me faltaba por leer de las tres únicas que tiene (sin contar historias cortas, que probablemente alguna ha publicado alguna vez, pero nunca se han recopilado en tomo).

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Takurô en su versión virtual (arriba) y real (abajo), intentando ligar con la chica virtual Tsukiko (derecha).

En Ressentiment nos encontramos con un Hanazawa primerizo, muy lejos todavía de la maestría gráfica que demuestra en I am a Hero, y con una historia bastante interesante pero también lejos de los recursos narrativos demostrados en Boys on the Run y, sobre todo, I am a Hero. En definitiva, es una historia bastante justita y que, de no ser por la trayectoria posterior del autor, probablemente nunca me habría llamado la atención como para leerla. Aun así, tengo que decir que, pese a que no me está enganchando tanto como sus otras obras, me está pareciendo un manga fácil de leer y, al ser cuatro tomos solamente, disfrutaré sin problemas hasta el final.

De nuevo, la historia está protagonizada por un loser empedernido, Takurō Sakamoto, que trabaja en una imprenta y es un fracasado total de 30 años de edad, gordo, feo, medio calvo, virgen (con chicas normales, ya que con las de pago sí se ha “estrenado”), que vive con sus padres y básicamente lo tiene todo para no triunfar en absoluto en la vida, ni en el ámbito laboral ni el personal. La historia se ambienta en un “futuro próximo” con respecto al momento en el que se creó la historia (2004-05): en año 2015 (XD), donde todo está básicamente igual salvo por la aparición de unos videojuegos de realidad virtual muy logrados. En estos juegos, te puedes introducir en el mundo que tú desees siempre que tengas el dinero suficiente para pagarte casas, coches e incluso, claro, mujeres (u hombres, imagino) virtuales.

Takurō conoce la existencia de estos juegos gracias a un conocido, que es igual de loser de él pero que tiene una doble vida virtual: dentro del juego, vive en una mansión espectacular y está rodeado por un auténtico harén de chicas a cuál más preciosa, que se desviven por él. Takurō, entonces, decide introducirse también en el juego, y empieza gastándose todos sus ahorros en el hardware necesario y, claro está, en el único software que se puede permitir: una choza en una isla solitaria y una chica llamada Tsukiko, cuyo software encuentra por casualidad, abandonado debajo de una estantería, en la tienda después de mirar y remirar todas las opciones y precios. Takurō configura el programa, se crea su identidad virtual (su propia imagen y semejanza cuando iba al instituto) y se dispone a vivir una vida de ensueño junto a Tsukiko… Pero parece que algo no va bien con la configuración del personaje, ya que hace cosas que no debería hacer…

Lo mejor

  • Una historia entretenida, sin más.

Lo peor

  • El tema de las vidas virtuales está un poco visto.

Money Hunter

  • Título: マネーハンター –Money Hunter–
  • Autor: Tarō Gen
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comics
  • Años publicación: 1987-88
  • Clasificación: salaryman, economía
  • Tomos: 4

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De vez en cuando me apetece leer alguna obra que haya pasado sin pena ni gloria por la historia del manga japonés, y especialmente me llaman la atención las obras de los años 80 publicadas en revistas para hombres como Big Comic o Morning, que suelen tener contenidos bastante seriotes pero a la vez amenos. Es el caso de Money Hunter, que narra anécdotas que ocurren en una sucursal de un banco en la época de la burbuja económica japonesa.

Tenemos la imagen de Japón como un país altamente tecnológico, donde todo funciona de forma impecable gracias a la ayuda de la tecnología más puntera y, aunque a veces es cierto que usan la tecnología de forma muy innovadora, cuando llegas a Japón descubres que, básicamente, en este país se funciona todavía de forma muy analógica y que los grandes cambios tardan muchísimo tiempo en cuajar. Este manga es fiel reflejo de esto, ya que vemos como, a finales de los años 80, la informática, tan indispensable hoy en día en cualquier sector pero sobre todo en el financiero, estaba todavía muy lejos de tener un papel central en el funcionamiento de los bancos japoneses.

Este manga resulta interesante porque presenta varios problemas a los que tienen que enfrentarse los empleados, como por ejemplo ladrones que intentan timar al banco fingiendo averías de los cajeros automáticos, problemas de impagos, la historia de una empleada novata y un poco torpe que se equivoca al darle unos billetes a un hombre (los billetes japoneses son muy parecidos entre sí y además hubo un pequeño cambio de diseño justo a mediados de los años 80, por lo que la chica se equivoca y le da al cliente varios billetes de 10.000 y uno de 1.000, cuando todos tendrían que haber sido de 10.000) y muchos otros problemas.

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“Ha llegado el señor Tal y dice que quiere quitar todo su dinero de nuestro banco”.

Aunque no es un manga que resulte especialmente adictivo ni mucho menos (de hecho me ha costado un poco terminar el primer tomo), sí que es cierto que tiene algunos detalles que son muy interesantes en el sentido que abre una ventana a una parte de la sociedad japonesa de los años 80. Por un lado, vemos cómo era una sociedad que nadaba en la abundancia gracias a la enorme burbuja financiera e inmobiliaria en la que estaba sumida, y por el otro vemos cuestiones de clarísimo machismo y denigración del papel de la mujer, ya que, recordemos, Japón va por detrás de los países occidentales en el aspecto de la igualdad entre géneros. Por lo que si ya en Occidente se daban unas situaciones bastante chocantes en este sentido en los años 80, en Japón esto era así en un grado aún mayor.

Lo mejor

  • El manga está enfocado desde un punto educativo basado en el entretenimiento. Es decir, presenta situaciones que podrían servir al lector en la vida real, como por ejemplo cómo ir a pedir un préstamo de modo que haya más posibilidades de que te lo concedan. Eso sí, todo ello amenizado con situaciones más pensadas para el entretenimiento que otra cosa, como algunos líos amorosos, malentendidos, etc.

Lo peor

  • No resulta una obra especialmente destacable ni en dibujo ni en argumento.

Gakusei Shima Kōsaku (Estudiante Kōsaku Shima)

  • Título: 学生島耕作 –Gakusei Shima Kōsaku– (Estudiante Kōsaku Shima)
  • Autor: Kenshi Hirokane
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Evening
  • Años publicación: 2014-en curso
  • Clasificación: slice-of-life, estudiantil, histórico
  • Tomos: 1 (en curso)

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Hacía ya varias semanas que no os daba la lata con más reseñas de la saga de Kōsaku Shima, el manga-empresario japonés: aquí tienes el índice general de reseñas de la obra en sus diferentes sacas. Si no sabes de qué estoy hablando, es que eres nuevo leyendo este blog o hace muchos meses que no lo visitas, en cuyo caso te recomiendo que al menos leas la reseña de Kachō Shima Kōsaku, la saga que lo empezó todo.

Recordemos que Kenshi Hirokane empezó a narrarnos la vida y milagros de Kōsaku Shima cuando este fue nombrado kachō (jefe de sección), y a lo largo de los años ha ido siguiendo toda su carrera hasta que en la actualidad ocupa el cargo de kaichō (presidente honorífico). El éxito de la serie hizo que Hirokane empezara, paralelamente, a realizar varias precuelas que narran el período entre el que Shima entró a la empresa Hatsushiba tras licenciarse de la facultad y el nombramiento de kachō. El momento en el que se unieron las precuelas con la serie regular llegó a finales de 2013, cuando en la saga kakarichō (vicejefe de sección) llegó el ascenso a kachō.

Durante más de 12 años, desde 2001, Hirokane había compaginado la serie regular de Kōsaku Shima (en “tiempo real”) en la revista semanal Morning con las precuelas en la revista quincenal Evening. Imagino que el hecho de cerrar el círculo hizo que se sintiera “huérfano” y quiso seguir trabajando en la serie, presentado esta vez una “precuela de la precuela”: esta Gakusei Shima Kōsaku (Estudiante Kōsaku Shima), que narrará el período universitario de Shima, desde su ingreso en la prestigiosa universidad Waseda hasta su fichaje por la Hatsushiba.

Esta saga es muy diferente de las anteriores y creo que puede disfrutarse perfectamente por sí sola, ya que no se centra en absoluto en el mundo empresarial y representa más bien un relato histórico de la cultura universitaria y el ambiente que se vivía en Japón en la segunda mitad de los años 60. Este fue un período turbulento con numerosas revueltas estudiantiles y mucho descontento entre la población. La generación del “baby boom”, nacida justo después de la guerra (generación de la que forma parte el propio autor Kenshi Hirokane y, por extensión, Kōsaku Shima –ya que tiene la misma edad que el autor, recordemos que trabaja en tiempo real–) había empezado a acceder a la educación superior y encontraba ilógicos y humillantes muchos aspectos de la sociedad y política japonesas, como el aumento de la matrícula universitaria y, en especial, la sumisa actitud de Japón hacia los Estados Unidos, con la firma de la reforma del Tratado de Cooperación y Seguridad entre ambos países. Para un poco más de información al respecto, podéis leer por ejemplo esta entrada en este blog.

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Ambiente revuelto en los campus universitarios en 1966.

En todo caso, esta saga de Kōsaku Shima me ha parecido muy entretenida y, de nuevo, informativa. Resulta muy interesante ver cómo era la vida estudiantil japonesa en unos años tan convulsos, y cómo se percibía la situación desde un punto de vista de primera persona. El propio Hirokane describe esta obra como una representación con elementos de ficción de su propia vida estudiantil, por lo que la podemos considerar autobiográfica hasta cierto punto. Las clases en la universidad, la vida estudiantil del momento (bastante dejada, por cierto, mucho cachondeo y poco estudio), algún que otro amorío…

Eso sí, como Hirokane tiene un modo de pensar bastante de derechas (algo que es evidente leyendo el resto de su obra, y que va en consonancia con un porcentaje muy alto de los japoneses), la actitud de Shima es siempre bastante crítica. Por ejemplo, a menudo plantea de qué se quejan sus compañeros y por qué reivindican el “proletariado” si el hecho de estar matriculados en la Waseda, una de las universidades privadas más prestigiosas de Japón, es lo más alejado posible del proletariado, o por qué se quejan de que la universidad aumente sus precios si el aumento del IPC es el que es y no queda más remedio, ya que si todo sube (incluidos los sueldos de los padres de los estudiantes, que son los que pagan esas matrículas), no es lógico que los profesores y administradores de la universidad pierdan radicalmente poder adquisitivo. No deja de tener razón, obviamente –y más viendo cómo evolucionaron más tarde esos jóvenes “revolucionarios”, que actualmente controlan el país con una postura muy de derechas, vista desde el prisma occidental–, pero tiene cierta tendencia a ridiculizar las posturas de protesta de los estudiantes de la época dotando a Shima de una madurez y un pragmatismo muy poco “juveniles”.

En cualquier caso, repito que esta es una obra muy interesante en el sentido de que nos abre una ventana a un período fascinante de la historia reciente de Japón, y ya solo por eso merece mucho la pena.

Y finalizo esta reseña con una pregunta que ya me hice en su momento: una vez terminada esta saga y Shima entre a la Hatsushiba, ¿decidirá Hirokane retroceder aún más y hacer Niño Kōsaku Shima y Adolescente Kōsaku Shima? Porque básicamente esta parte de la vida del personaje sería lo único que le quedaría por contar, mientras el resto, el momento actual, lo va contando en tiempo real. Si lograra eso, tendríamos la vida entera de un personaje de ficción en formato manga, a lo largo de miles y miles de páginas, con más de 30 de esos años contados en tiempo real. Interesante.

Lo mejor

  • Una ventana abierta al período convulso de revueltas estudiantiles de finales de los años 60.
  • Como siempre, una lectura muy amena.
  • Esta saga puede perfectamente disfrutarse por sí sola, sin conocer el personaje ni el argumento de ninguna otra de las sagas.

Lo peor

  • Alguna actitud “sabiondilla” de Shima, que da un poquito de “ñiñiñi”.

Estadísticas manga 2014

Un año más, de nuevo toca analizar el mercado del manga en España. Y este año hablamos solo de manga, ya que no se ha publicado ningún otro cómic procedente de Asia Oriental –aunque no avancemos acontecimientos–. Como siempre, para situarte en contexto, recomendamos leer las estadísticas del año anterior antes de seguir adelante con este texto: aquí tienes las del 2013. Y si te interesan las anteriores, aquí he realizado un índice con todas las que he hecho a lo largo de los años, desde 2008.

Al principio siempre me toca repetir unas cuestiones, y desde hace unos años corto y pego el mismo texto, que viene bien tener en mente: este es un estudio cuantitativo. Solo contamos las novedades (no se cuentan relanzamientos a precio reducido ni segundas o terceras ediciones, aunque sí reediciones en formato distinto al que aparecieron en su origen –kanzenban, bolsillo, tomo doble…*-). Independientemente de que una novedad tenga una tirada de 500 o 20.000 ejemplares –dato que no podemos saber–, para nosotros será solo una novedad. Tampoco el número de páginas influye: cuenta igual un tomo de Naruto de 190 páginas como la reedición en dos tomos en cofre de Nausicaä, de unas 1100 páginas en total (es injusto, lo sabemos, pero de algún modo tenemos que hacer el recuento).

* Aunque ya empezó durante 2013, en 2014 ha seguido existiendo el fenómeno del relanzamiento, por parte de otras editoriales, de series que en su momento pertenecieron a Glénat-EDT. Consideramos estos relanzamientos como novedades a todos los efectos, ya que se incluyen en los plannings de lanzamientos de las empresas como tales, independientemente de que se reaproveche por completo la traducción, rotulación y diseño de EDT (caso de Panini con relanzamientos de Rurouni Kenshin, Bleach y Gantz), de que se aproveche solo la traducción y se haga rotulación y diseño nuevo (caso de Norma con Death Note, Blue Dragon y Claymore y de Planeta con Naruto) o de que se haga todo desde cero (caso de Ivrea con Zetman y D.Gray-man y Planeta con Saint Seiya).

No barajamos cifras de tiradas ni de ventas simplemente porque las editoriales no las facilitan. Por eso, aunque podamos llegar a una conclusión (p.e., el mercado del manga en España está estable), esta conclusión solo se aplica al hecho de que sale una cantidad similar de novedades con respecto a los últimos dos o tres años. Si supiéramos otro tipo de cifras, la conclusión podría ser radicalmente distinta (ejemplo: aunque el mercado parece estabilizado, lo cierto es que estamos en declive porque la tirada media o el promedio de las cifras de ventas son muy menores y por lo tanto arrojan menos beneficios a las editoriales. O al contrario, que está en auge. Pero esto no lo podemos saber.)

Entendemos “manga”, por cierto, como cómic realizado originalmente en Japón, “manhwa” como cómic realizado originalmente en Corea del Sur y “manhua” como cómic realizado originalmente en China, Hong Kong o Taiwán, por lo que no se incluye en el recuento ningún tipo de obra con estilo gráfico influenciado por el manga realizada fuera de Asia Oriental (en algún lugar hay que trazar la línea).

Vamos allá con la cifra de tomos de manga editados en el año 2014:

estadistica 2001-2014

De nuevo, corto y pego del análisis del año anterior porque me parece que la situación es idéntica, al menos en cuestión de cifras totales: aunque hay un ligero repunte, lo cierto es que es muy tímido. Observamos que en los 4 últimos años (o incluso 5) nos estamos moviendo en cantidades muy similares, lo que parece indicar que las editoriales han encontrado el punto de equilibrio del mercado español, que estaría en torno a las 350-380 novedades al año. Una cifra sensiblemente superior a esa podría suponer una nueva sobresaturación del mercado y una repartición de las ventas que provocaría que varias obras fueran inviables por arrojar pérdidas (lo que ocurrió sin duda en el período “loco” de 2005-09). Una cifra menor significaría que el manga empieza a gustar menos (o que otros factores externos están haciendo inviable su publicación física en España) y los amantes del cómic japonés nos veríamos ante el triste escenario de ver cómo nuestra afición se vuelve cada vez más y más minoritaria. Afortunadamente, ni una cosa ni la otra está ocurriendo y el equilibrio y estabilidad parecen estar a la orden del día después de la acusada debacle de 2010 con respecto a 2009. La situación, pues, es de aparente normalidad.

Si el año pasado teníamos una tímida aparición de cómic asiático oriental no japonés con varios tomos del manhua chino El rey mono por la editorial JR Comics y tres del manhwa coreano Simon Sues por parte de Milky Way Ediciones, en 2014 no se ha editado ni un solo cómic asiático oriental no japonés, por primera vez desde que redacto estas estadísticas (2008). De hecho, si te fijas, el título del primer gráfico reza “Cómic asiático en España (2001-14)”, y ese título proviene de que en el año 2008 se publicó mucho manhwa coreano (un 7% del total) y algo de manhua chino (un 1%), por lo que me pareció que era más prudente hablar de “cómic asiático” en general que solamente de “manga” japonés. Ahora se ha demostrado que eso fue un fenómeno pasajero: ya en 2009, el porcentaje de manhwa bajó al 4% y el de manhua desapareció, y desde entonces, aunque se ha publicado algún título coreano y/o chino cada año, siempre ha sido extremadamente poca cantidad en comparación con el material japonés… Hasta que el 2014 ha desaparecido por completo.

Bien, ¿y cómo queda repartido el “pastel” del manga por editoriales?

editoriales 2014

Este año, además, incorporamos un nuevo gráfico al análisis, el de la evolución de número de lanzamientos por editorial y año desde 2008.

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Como vemos, Ivrea sigue manteniendo ese primer puesto que ganó el año pasado, sensiblemente por encima de la segunda editorial en lanzamientos, que es Planeta. Además, Ivrea ha aumentado incluso esa diferencia, ya que este año ha publicado 130 tomos (frente a 112 el año pasado, y muy cerca de su récord absoluto de 139 en 2008). Sin duda, su política de escoger series de temática variada (es la única editorial que, entre otras cosas, sigue apostando –aunque en menor medida- por el shōjo) y de marcado gusto otaku está siendo rentable para esta editorial.

Planeta sigue en su línea ascendente desde hace un par de años, tras tocar un doble fondo en 2010 y 2012, y ha publicado 98 novedades (por 77 el año pasado), que le permiten encaramarse a la segunda posición, puesto que no ostentaba desde 2008 (en 2009 quedó primera, y desde entonces bajó a situarse en tercera o cuarta posición según el año). Con su política de recuperar –con nuevas traducciones y rotulaciones- material clásico (en ocasiones con propuestas diferentes, como la publicación de Dragon Ball Full Color) sin olvidar proponer novedades y éxitos del manga actual, Planeta está recuperando por fin un lugar que nunca debió haber perdido, ya que no en vano es la editorial de manga más poderosa –y probablemente la que más beneficios obtiene y más ejemplares vende– ni que sea solo porque cuenta con la “tríada prodigiosa” Dragon Ball, One Piece y Naruto.

Norma sigue con su línea de clara estabilidad: en cuestión de lanzamientos ha bajado a la tercera posición, pero no porque haya editado menos (de hecho es solo un tomo menos, de 95 en 2013 a 94 en 2014), sino simple y llanamente porque Planeta ha sacado más material. La política de Norma es muy coherente y enfocada al equilibrio: es la editorial que mejor consigue licencias “jugosas” y esperadas por el público –lo que no le impide realizar apuestas relativamente arriesgadas y lanzarse a publicar títulos que podrían no funcionar–, por lo que cuenta con el apoyo casi unánime del público lector de manga, al que satisface además con ediciones muy cuidadas.

Como vemos en el gráfico evolutivo, Norma y Panini son las editoriales más constantes: ni siquiera en los “años locos” sacaron cantidades muy alejadas de las que están sacando en estos últimos años: Norma lleva 4 años estabilizada entre las 85-95 novedades/año, mientras que Panini está entre 20 y 30.

Panini, por cierto, es como siempre la editorial “más pequeña” entre las grandes, y ha sacado 26 novedades frente a 27 el año pasado. Sensiblemente lejos de las cifras de las tres grandes, pero también bastante por encima de las pequeñas, se mantiene aparentemente cómoda en esa situación, ocupando su lugar en el mercado del manga mientras ejerce su liderazgo en el mundo del cómic en general con las ediciones del material de Marvel.

La polarización de la que hablamos siempre en este informe se mantiene y hasta se ve acusada: si bien ha habido 11 editoriales que han sacado tomos unitarios de manga en 2014, el 83,8% de todo el manga que se edita en España sale de la mano de solo tres de ellas (76% el año pasado). Sin embargo, si habitualmente hablábamos de “cuatro grandes y muchas pequeñas”, este año podemos hablar de “tres editoriales grandes, tres medianas-pequeñas” y “varias pequeñas”.

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Las tres grandes son, como hemos visto, Ivrea, Planeta y Norma. Las tres medianas serían Panini (la más pequeña de las grandes o la más grande de las medianas), ECC (15 novedades) y Milky Way (10), mientras que las pequeñas son Tomodomo (5), Herder (se mantiene en 3), Ponent Mon (pasa de 3 a solo 1), Astiberri (pasa de 5 a solo 1) y Gallo Nero (1). Destaquemos el surgimiento de las nuevas editoriales en el panorama manga Tomodomo y Gallo Nero y la desaparición, al menos durante el año 2014, de Yowu Entertainment, JR Comics y Random House.

De nuevo me permitiréis que haga un “corta y pega”, ya que esto es importante: recordemos otra vez que estas cifras obedecen estrictamente a número de lanzamientos. No podemos hablar en términos de “beneficios editoriales” ni de “tiradas” porque son datos que las editoriales consideran confidenciales y no facilitan. Es perfectamente posible que el reparto que vemos aquí sea totalmente distinto considerando esos otros factores: por ejemplo, con casi total seguridad, Planeta o Norma se disputarían el título de ser la primera editorial de España en cuanto a beneficios editoriales y/o tiradas, vista la popularidad masiva de algunos títulos que manejan. Y es que no es lo mismo lanzar 100 novedades con unas ventas medias de 2.000 ejemplares (pongamos) que lanzar 50 novedades con unas ventas medias de 5.000 ejemplares (cifras totalmente inventadas, ojo, no tengo ni idea de cómo son las reales).

Para concluir, pasemos al análisis final:

Si entre las cuatro editoriales más potentes podemos ver que impera la estabilidad, en el caso del mercado manga en general eso no es necesariamente así, ya que tres factores han sido de especial relevancia este año: “La desaparición definitiva de EDT”, “La entrada en el mercado de ECC” y “La consolidación de Milky Way”.

Si el año pasado comentábamos la delicada situación por la que pasaba EDT (antes conocida como Glénat, filial española del gigante francés del cómic) y manteníamos la esperanza de que la editorial pudiera levantar cabeza y reorganizarse, este año hemos visto como la situación de EDT se ha venido definitivamente abajo. No se ha realizado ningún anuncio oficial de quiebra ni desaparición de la editorial, eso es cierto, pero el hecho de que llevan un año y medio sin editar nada (un período precedido por evidentes saldos y retapados disfrazados de “reediciones”) evidencia que la empresa, si no está muerta, está a lo sumo en estado de “vida suspendida”. Sin duda es a priori una enorme pérdida para el manga en España, pero lo cierto es que, viendo las cifras globales, el mercado del manga no ha acusado el golpe en absoluto, ya que las cifras globales de publicación se mantienen iguales e incluso presentan un ligero aumento. Poco a poco, el puesto que ocupaba EDT ha sido ocupado por otras editoriales: los grandes éxitos han sido copados por las cuatro grandes y la línea más independiente y rompedora que tenía EDT, sobre todo en sus últimos tiempos, ha sido repartida: Norma saca algo de material que podríamos decir que tiene “espíritu EDT” (como Solanin, o la inminente publicación de Oishinbo), así como Planeta (Sabu to Ichi, clásico de Shōtarō Ishinomori, anunciado para 2015), y también editoriales como ECC (con la edición de material de Junji Itō) y Milky Way (con su política de obras relativamente cortas pero de autores de gran calidad de corte actual) están ocupando el nicho más independiente. Está por ver si surgirá alguna editorial que apueste por la parte más transgresora (del estilo de Shintarō Kago…) y también apueste por material algo más clásico por el que de vez en cuando apostaba EDT. En cuanto esto se haga realidad (esperemos que sí), podremos decir que el hueco que deja EDT ha sido completamente rellenado.

“La entrada en el mercado de ECC” resulta importante porque estamos hablando de la editorial que lanza el material americano de DC en España, lo que la convierte en una de las editoriales de cómic en general más importantes del país. El hecho de que una empresa de estas características entre en liza supone la posibilidad de que en cuestión de relativamente poco tiempo se sume al grupo de “las grandes”, por lo que debemos seguirla con atención. De momento ECC se ha situado en su primer año en la 5ª posición de las editoriales de manga de España, tras empezar con Crows (un manga de corte juvenil noventero, apoyado por las películas de culto de imagen real basadas en él) y material clásico de enorme calidad del tándem “Lobo solitario” Koike/Kojima y el indefectible Tezuka, además de la apuesta por algo más independiente y transgresor como son las obras de Junji Itō, el maestro del terror y las historias desconcertantes.

Finalmente “La consolidación de Milky Way” representa un gran soplo de aire fresco en el mercado del manga en España: desde que en febrero de 2014 empezaran a editar manga japonés con La chica a la orilla del mar de Inio Asano, no han dejado de editar tomos de manga (10 en total este año) y se han convertido en la editorial favorita de muchos internautas amantes del manga. Recalco “internautas” porque Milky Way cuenta con una gran presencia virtual y sabe ganarse el favor del público a través de las redes sociales, sin duda su mayor y mejor arma. El hecho de la venta directa a través de la página web de la propia editorial, con gastos de envío gratuitos e incentivos en forma de pequeños extras (postales, puntos de libro, pósters…) si se adquieren sus obras por esta vía han posibilitado que poco a poco se haya ganado el apoyo incondicional de un grupo de personas que compran religiosamente todo lo que saca. Obviamente, esto es así no solo por lo que acabo de mencionar, sino también por la exquisita selección de obras que realiza Milky Way, que permite al comprador tener la casi certeza de que puede comprar una obra a ciegas y que le gustará, ya que se fía del criterio de los editores. La política de Milky Way ha estado centrada en obras de gran calidad y escasa duración –tomos unitarios u obras de pocos tomos, lo que facilita probar con nuevos autores y nuevas propuestas–, y por esto, en el primer año que lleva como editora de manga (antes editaba cómic de estilo manga, pero no japonés), se ha situado entre las editoriales medianas (de nuevo, no sabemos si clasificarla como la más pequeña entre las medianas o como la más grande entre las pequeñas).

En cuanto a las editoriales pequeñas, destacamos el nacimiento de Tomodomo, una pequeña empresa que intenta hacerse un hueco en el mercado del manga apostando por material por el que ninguna otra editorial apostaba hasta el momento: el BL. Esperemos que su andadura sea fructífera y consiga la estabilidad, ya que la variación es siempre bienvenida. Además, Herder sigue con su línea de manga educativo, con las adaptaciones realizadas por el equipo de la editorial japonesa East Press de obras de la literatura y el pensamiento universal al manga: parece haberse estabilizado en unas 3 novedades al año, y esperamos que en 2015 sigua en esta interesantísima línea.

Finalmente, destacaremos el inminente nacimiento de la editorial DKO, una iniciativa de los impulsores de la extinta editorial MangaLine Ediciones que promete dar mucho juego en 2015. Aunque el plan de publicación que han anunciado para 2015 situaría a esta nueva editorial probablemente en el cuarto o quinto puesto de las editoriales de manga en España (con la posibilidad de que superara incluso a Panini en número de tomos editados), los precedentes de los responsables de dicha editorial en forma de innumerables promesas incumplidas a lo largo de muchos años han hecho que estos anuncios hayan sido recibidos de forma muy cautelosa por la comunidad de amantes del manga. Vamos a ver qué ocurre.

Como vemos, en general el mercado del manga sigue estable y aparentemente muy sano. No creo que en 2015 tengamos grandes sobresaltos: todo indica que la línea de actuación va a ser la misma que en los últimos años y que seguiremos disfrutando de un mercado saneado y con todo tipo de propuestas: bombazos, obras comerciales, obras independientes, relanzamientos de obras fundamentales, algún clásico y algún que otro material de nicho.

Llevo años esperando la irrupción del e-manga, pero parece ser que las editoriales (básicamente las japonesas, que son muy reticentes todavía a dar derechos de explotación digital salvo en Estados Unidos y el propio Japón) aún no están por la labor. Veo fuertes movimientos en el campo del manga digital en forma de grandes avances en las apps de las editoriales japonesas, como Shueisha con la Shōnen Jump, la edición de revistas en formato digital en simultáneo con el lanzamiento en papel, el coloreado de innumerables mangas en la app japonesa de la Jump, etc. Estos movimientos parecen ser de tanteo de las posibilidades del medio, con Japón como centro y los Estados Unidos como campo de pruebas. Sin embargo, aunque podemos esperar el desembarco del e-manga a nivel mundial (o al menos en idiomas importantes para el manga como el inglés, español, francés, alemán e italiano, además de chino y coreano), no se sabe cuándo se producirá. Puede que sea en este 2015, puede que más adelante. Pero sin duda, cuando se produzca y logre estabilizarse, representará un cambio muy importante en el mercado del manga.

De nuevo, este año hemos realizado el recuento basándonos sobre todo en las lisas de Listado Manga, cotejándolas con otras fuentes. Mis agradecimientos por su encomiable labor, así como a Toni Ramírez por su gran ayuda con los recuentos.