El blog de Marc Bernabé

Papillon -Hana to Chō- (Papillon -La flor y la mariposa-)

  • Título: パピヨン-花と蝶- –Papillon -Hana to Chō- (Papillon -La flor y la mariposa-)
  • Autor: Miwa Ueda
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Bessatsu Friend (Betsufure)
  • Años publicación: 2006-09
  • Clasificación: shōjo
  • Tomos: 8

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Es una verdadera lástima que, por una razón u otra, el shōjo manga o manga para chicas haya dejado de estar en boga en España hasta el punto de que, actualmente, la cantidad de obras de este estilo que se publican está peligrosamente cercana al cero, un claro contraste con la situación hasta hace unos cuatro o cinco años, cuando se publicaban toneladas de shōjo. ¿Qué ha pasado aquí? No lo sé exactamente, los factores pueden ser muchos, pero la explicación más sencilla es que se ha dejado de vender porque las chicas ya no consumen este tipo de material. ¿Y por qué no lo consumen? De nuevo muchos factores posibles: ya no está “de moda” leer manga entre las chicas; las lectoras se sienten más atraídas por manga de tipo shōnen, que cada vez intentan ser más del agrado de las chicas; el acceso a miles de obras de forma gratuita en forma de scanlations en la red…

El caso es que en sus tiempos yo solía leer bastantes obras shōjo por motivos de trabajo, ya que la profusión de ediciones de este material acababa repercutiendo como es lógico en mi trabajo y fuera directamente (como traductor) como indirectamente (como revisor), bastante de él acababa pasando por mis manos. Una de las obras en las que trabajé en su momento, como revisor en este caso, fue Peach Girl de Miwa Ueda, una obra de 18 tomos que editó Planeta deAgostini y que me gustó bastante por cómo estaba enfocada y por su facilidad de lectura, ágil y dinámica.

Obviamente, tanto por sexo como por edad estoy radicalmente alejado del público target al que se dirigen estas obras, por lo que un manga shōjo tiene que tener algo especial para que me atraiga, y Peach Girl lo consiguió. Así que cuando tuve la oportunidad de leer Papillon, la siguiente obra de Ueda después de Peach Girl, lo hice. Me he leído 3 tomos de los 8 que tiene la obra (está completa) y la verdad es que me he quedado con un excelente sabor de boca. La premisa de la historia es muy simple y manida… Y no solo la premisa, todo el desarrollo es bastante simplón, pero la forma con la que narra Ueda es agradable y contiene suficientes cliffhangers y sorpresas como para que el lector (al menos yo) se quede enganchado y tenga ganas de más.

Ageha y Hana (ageha es un tipo de mariposa mientras que hana significa “flor”, de ahí el subtítulo de la obra –y papillon en francés es “mariposa”, por cierto–) son dos hermanas gemelas que, desde muy pequeñas, acabaron separadas dentro del seno de la familia: Ageha se crió en el campo con su abuela, mientras que Hana estuvo siempre en la ciudad con sus padres. Y así estuvieron durante años hasta que, más tarde, Ageha regresó a la casa de sus padres en la ciudad. A pesar de ser hermanas gemelas, ambas son radicalmente diferentes: Ageha es taciturna, tímida y no cuida demasiado su aspecto físico, mientras que Hana es alegre, extrovertida y muy coqueta. Como es lógico, Hana se lleva de calle a los chicos, mientras que nadie se fija en Ageha.

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Hana y Ageha, las hermanas gemelas, una la guapa y la otra la “patito feo”.

Ryūsei, antiguo amigo de la infancia de Ageha, aparece en escena. Ageha siempre ha sentido algo especial por Ryūsei, aunque él no la reconoce a ella porque ha cambiado mucho desde que era niña… En estas, aparece un chico muy guapo que la pilla con una foto “robada” de Ryūsei en las manos, le coge esa foto y le escribe un garabato: “Ryūsei y yo salimos juntos y nos queremos mucho”. Ella se enfada, pero él la insta a expresar en voz alta su deseo porque, insiste, si lo hace habrá más posibilidades de que se haga realidad. El caso es que más tarde una chica de la clase le pilla la foto con el garabato y se lía parda: todas se mofan de ella, pero… Esto la hace más fuerte, decide que trabajará duro para conseguir hacer realidad su sueño y empieza a arreglarse…

Y así empieza una clásica historia de “patito feo”, la chica desarreglada con gafas que empieza a arreglarse, se quita las gafas y resulta ser tan guapa como su propia hermana, que aparece en escena para ligarse a Ryūsei a la fuerza en cuanto se da cuenta de que Ageha podría conseguirlo… Y, en medio de todo esto, aparece la figura del psicólogo en prácticas del colegio, Hayato Ichijiku (Kyū-chan), el chico guapísimo de antes, que tendrá un papel muy especial… Por cierto, Kyū-chan es el protagonista de una de las metáforas del manga, al llamar Sanagi (crisálida) a Ageha (recordemos, es un tipo de mariposa), sugiriendo que, si se esfuerza, podrá romper su crisálida y convertirse en una hermosa mariposa.

La obra, como vemos, es bastante manida, pero a mí me resulta simpática. Además, me parece loable el intento de introducir conceptos de psicología y asistencia social en medio de la trama (de hecho, Ueda consultó con especialistas del tema para poder hacer su obra). A medida que avanza la obra aparecen, acertadamente creo yo, algunos traumas y problemas psicológicos de los personajes, que no obstante se resuelven de forma sorprendentemente simple. Es poco realista en este aspecto, pero es cierto que estamos hablando de una obra para lectoras adolescentes y no se le puede ni debe exigir más.

En definitiva, una obra muy entretenida y curiosa.

Lo mejor

  • Lectura ágil y rápida.
  • La introducción de conceptos psicológicos y posibles soluciones.
  • Ueda usa muy bien los cliffhangers, sobre todo al final de cada tomo, para dejarnos con ganas de empezar el siguiente.

Lo peor

  • Está muy visto lo del “patito feo”.
  • La figura de Kyū-chan como psicólogo joven y ligón me parece demasiado irreal.
  • Peca de simplista.

Watashi wa Shingo (Yo soy Shingo)

  • Título: わたしは真悟 –Watashi wa Shingo– (Yo soy Shingo)
  • Autor: Kazuo Umezu
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comic Spirits
  • Años publicación: 1982-86
  • Clasificación: horror, misterio
  • Tomos: 10

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De nuevo os machaco con una reseña de una obra de Kazuo Umezu, el rey del manga de terror. Es curioso lo que me pasa con este autor, ya que, sin tampoco tener la sensación de que sus obras me enganchen muchísimo ni tener conscientemente especial ganas de seguir leyendo obras suyas, cuando examino mi biblioteca para ver que podría leer a continuación, es muy frecuente que acabe escogiendo una obra de Umezu. No sé qué tiene este autor, creo que es una especie de gusto adquirido por mí, que hace que tenga una curiosidad inmensa por ver qué historias ha contado a lo largo de su carrera.

¿Motivos? Puede haber varios, pero se me ocurren a bote pronto estos:
1) Argumentos esperpénticos, basados en premisas que jamás se me habrían ocurrido (ejemplo: una escuela entera es transportada a un futuro en el que la humanidad ha sido arrasada en Hyōryū Kyōshitsu / un trozo de carne de una factoría alimentaria se desarrolla hasta obtener conciencia y cuerpo en 14 sai).
2) El dibujo tan peculiar y característico. Esas caras de inocencia que se convierten en muecas de terror, ese ambiente opresivo en el que domina el color negro, esa ortopédica forma de correr de los personajes en las viñetas…
3) El propio carácter del autor, un hombre extremadamente excéntrico, muy divertido y jovial. Kazuo Umezu me cae tan bien que me dan ganas de leer más cosas suyas.

Watashi wa Shingo (Me llamo Shingo) es considerada una de las grandes obras de la época tardía de Umezu, en los años 80 y de hecho, el crítico de manga Tomofusa Kure, con el que coincidí hace muchos años en una conferencia y personalmente creo que es una persona en cuya opinión vale la pena confiar, afirma categóricamente en el epílogo del tomo 1 de la versión de bolsillo de este manga que no es que esta obra sea una de las mejores de Kazuo Umezu, ni siquiera una de las mejores obras de terror-suspense del manga, sino que merece ser considerada una de las mejores obras del manga en general (incluso llega a ir más allá y afirma que, de entre toda la creación cultural de los años 80 en Japón (incluido literatura, cine, teatro, música…) Watashi wa Shingo está, en su opinión, en primerísima fila).

¿Está Kure exagerando en su opinión? La verdad es que no lo sé. Para variar, por varias razones como por ejemplo el factor espacio de mi estantería, solo he podido leer el primer tomo de los 7 de los que consta la versión de bolsillo y, aunque me gustaría continuar, de momento no puedo hacerlo porque no tengo acceso. Y aunque ese primer tomo tiene 324 páginas de manga, una buena cantidad, es tan introductorio que apenas sé por dónde enfocar la reseña, ni mucho menos corroborar la opinión de Kure.

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Niños congeniando con un robot industrial. 

Esta historia cuenta cómo llegan dos robots industriales a la fábrica del padre del protagonista, Satoru. Satoru es un chaval muy rarito, muy despierto y con una imaginación desbordada, muy disperso para lo que no le llama la atención pero increíblemente atento para lo que sí (que suelen ser chorradas). El hecho es que la llegada de estos robots acaba siendo una obsesión para Satoru y también para una chica que se llama Marin y con la que congenia enseguida en una especie de flechazo infantil de amor a primera vista.

De vez en cuando aparece la figura del narrador que, en primera persona, realiza puntualizaciones del estilo “en aquel entonces, yo no era todavía consciente de lo que acabaría significando Satoru en mi vida”, de lo que se deduce que es el propio robot el que, en un futuro estimamos que lejano, está contando la historia en plan flashback. Es caso es que Satoru y Marin se cuelan por las noches en la fábrica y empiezan a toquetear la máquina, a la que los trabajadores han llamado “Monroe” (de Marilyn Monroe), a su gusto para que les reconozca, diga sus nombres, etcétera.

Francamente, la historia la he leído con bastante rapidez porque es una obra de Umezu, en las que prima la acción y hay poco texto, lo que la convierte en una historia fácil de leer y de digerir. Pero tampoco ha terminado de engancharme, y mucho menos de convencerme de que lo que afirma Kure en su epílogo sea cierto. Obviamente, lo suyo es seguir leyendo hasta el final, algo que pienso hacer en cuanto pueda, que espero que sea prontito.

Lo mejor

  • Muy fácil de leer, te sorprendes pasando página tras página hasta que… ¡Oh! ¿Ya se ha acabado el tomo?
  • El mundo y el ambiente typical Umezu

Lo peor

  • He leído un tomo entero de 320 y pico páginas y aún no sé muy bien adónde quiere llevar Umezu la historia… Porque es él y porque le conozco, pero si fuera otro autor seguramente pensaría que tanta indefinición no es buena y descartaría la obra por no ir al grano.

Miyamoto kara kimi e (A ti de parte de Miyamoto)

  • Título: 宮本から君へ –Miyamoto kara kimi e– (A ti de parte de Miyamoto)
  • Autor: Hideki Arai
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 1990-94
  • Clasificación: slice-of-life
  • Tomos: 12

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Hace unos meses, Joan Navarro estuvo publicando en su blog una recopilación de pequeñas notas sobre experiencias pasadas en Japón con motivo del adiós de Shūeisha a su editorial. Los dedicados a su primer viaje a Japón en 1993 me llamaron especialmente la atención, especialmente este en el que narraba la fiesta de entrega de los premios de la editorial Shōgakukan de 1993. Comenta, entre otras cosas, “Y comienza la ceremonia con la triunfal entrada del presidente de la compañía, acompañado de los ganadores de los premios, entre los que por primera vez figura un autor de Kodansha, del que Pierre-Alain me habla maravillas: tres hombres y dos mujeres.”

Me llamó mucho la atención el hecho de que por primera vez un autor de Kōdansha, una de las grandes rivales de Shōgakukan, se llevara un premio de esta última. En los últimos años es bastante habitual galardonar obras de otras editoriales, pero hasta ese momento generalmente todo quedaba en casa: el premio Kōdansha era para una obra publicada por Kōdansha, y el Shōgakukan para una obra suya. Así que me puse a investigar cuál era esta obra que mereció la rotura una regla tan ancestral y acabé descubriendo que era Miyamoto kara kimi e. Ni corto ni perezoso, me puse a buscarla y la pude encontrar y leer.

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Una agradable comedia romántica.

La verdad es que he quedado gratamente sorprendido con esta obra, tanto en el aspecto gráfico como el argumental. En el aspecto gráfico, como se puede ver por la muestra que dejo, porque es un estilo realmente muy poco “manga” (si es que, a estas alturas de la película, nos empeñamos en definir el manga por su aspecto visual, un error comprensible pero muy común). En el aspecto argumental, por presentar una historia muy del “día a día”, pero de forma exquisita y brillante.

Esta es la historia de Hiroshi Miyamoto, un joven “salaryman” recién contratado por su empresa, un fabricante de artículos de papelería, y que cada día ve a una chica muy guapa en el metro de camino a su trabajo. Intrigado por ella, poco a poco intenta acercársele y averiguar más cosas sobre ella hasta que por fin se decide a hablarle… Poco a poco, muy poco a poco, irán iniciando una relación. Los varios obstáculos y situaciones que se encuentran hacen que la historia, capítulo a capítulo, resulte de muy agradable lectura y tenga un corte realista muy interesante para lo que suelen ser estas historias. Resumiendo: me ha gustado mucho.

Lo mejor

  • El dibujo me parece muy original y atractivo.
  • La historia dista de ser original pero está muy bien llevada, con un alto grado de realismo.
  • Describe el Japón de los primeros años 90, justo el final de la gran burbuja económica japonesa y el inicio de la enorme crisis que aún colea, una época que me habría gustado conocer en persona.

Lo peor

  • Nada a destacar.

Heart o uchinomese! (Knock your heart out)

  • Título: ハートを打ちのめせ!–Heart o uchinomese!– (Knock your heart out)
  • Autor: George Asakura
  • Editorial: Shōdensha
  • Revista: Zipper Comic, Feel Young
  • Años publicación: 2001-03
  • Clasificación: romance
  • Tomos: 2

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George Asakura es una de las autoras (sí, a pesar de autonombrarse “George”, es una mujer… no comment) favoritas de una amiga japonesa, que en alguna que otra ocasión me ha dejado algún manga suyo para leer, e incluso he reseñado uno: Suimitsutō no yoru (Noches de melocotón).

Hace poco cayó este manga en mis manos y me apeteció cambiar un poco de registro de lectura y ponerme a leer un manga pensado para chicas adolescentes tardías. No sabría si clasificar este manga como josei, pero desde luego no es un shōjo tampoco, así que diría que está a medio camino (es lo que tienen de malo las clasificaciones, que hay obras que acaban cayendo entre los intersticios).

Estamos ante una obra curiosa, que capítulo a capítulo presenta el punto de vista de varios chicos y chicas, compañeros de clase, que están en esa época de la adolescencia media en la que se empieza a experimentar con los novios y novias y algunos, los más osados, empiezan a tener relaciones sexuales. Se trata de historias de amor, otras puramente carnales, de confusiones mentales, hormonas desatadas, envidias y traiciones entre chicos y chicas quinceañeros.

Por ejemplo, la primera historia se nos cuenta desde el punto de vista de Negishi, una chica que suspira por Arai, guapo miembro del club de béisbol. Como sabe que, de por sí, él no se fijará en ella porque parece estar prendado de otra chica llamada Ruri (que después, en posteriores capítulos, descubrimos que está enamorada de su profesor -viudo- y le tira los tejos hasta conseguir ligárselo), Negishi se le ofrece carnalmente. Así, noche tras noche, Negishi experimenta con el sexo con Arai en el invernadero de la familia de este. Mientras tanto, rumores sobre la relación empiezan a correr por el colegio… Y Negishi, claro está, empieza a sentir remordimientos por haber usado su cuerpo para conquistar a Arai, aunque sea solo en cuerpo, porque parece claro que en alma, a priori, él sigue sin quererla genuinamente…

Esta y otras historias del círculo de Arai, Negishi y Ruri se entrelazan en un cómic apasionante de leer, al que al principio cuesta un poco meterse pero, una vez dentro, te atrapa irremediablemente porque quieres saber qué secretos esconden todos estos chicos que empiezan, tentativamente, a conocer los recovecos del amor y del sexo.

Lo mejor

  • Me ha gustado el formato de historias entrelazadas.
  • La carga sentimental y el estado mental confuso de los protagonistas se transmite muy bien.

Lo peor

  • Quizá cuesta un poco meterse en la historia.

Hotel

  • Título: Hotel
  • Autor: Shōtarō Ishinomori
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comics
  • Años publicación: 1984-98
  • Clasificación: slice-of-life
  • Tomos: 37

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Hay veces en las que uno no tiene o tiempo o ganas de iniciar la lectura de una serie de manga con muchos tomos y argumento lineal, sino leer pequeñas historias autoconclusivas ambientadas en un mismo mundo o situación. Estoy hablando de obras como podrían ser Black Jack, KochiKame o Detective Conan, que a priori no requieren que el lector siga todo un argumento en el tiempo, sino que cada historia, más o menos corta, tiene un argumento propio (aunque haya un argumento lineal subyacente más o menos sutil). Esto facilita que el lector deje y retome la serie cuando le dé la gana, sin miedo a perderse por no acordarse de secuencias o sucesos pasados.

Hotel, uno de los mangas más exitosos de Shōtarō “el rey del manga” Ishinomori, es precisamente una serie de este tipo. Se ambienta en el Tokyo Platon, un hotel de gran envergadura y estatus, en cuyas dependencias pasa un poco de todo. Un capítulo narrará un desencuentro amoroso de una pareja, otra un caso detectivesco al más puro estilo Agatha Christie, otro una aventura que implica una maleta perdida, y así… No hay personajes recurrentes salvo el “staff” del hotel: el que más sale es Tōdō, el “general manager”, aunque no necesariamente aparece en todos los capítulos ni tiene un papel especialmente relevante en muchos de ellos.

Podríamos decir, pues, que el principal protagonista es el propio hotel, y los secundarios de lujo son los clientes y los trabajadores del mismo. Son historias con fuerte carga de entretenimiento, pero con el punto justo de emoción, candor, sentimiento, humor y alegría.

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¿Puede ser que se nos haya colado una prostituta en el hotel? ¡Hay que investigarlo!

No sé si acabaré leyendo todos los tomos (son 37 en la versión original y 25 en la de bolsillo, que es la que tengo yo), pero desde luego para mí es una serie ideal para ir cogiéndola de vez en cuando en épocas como la actual, sin ir más lejos, cuando por estar en medio de una verdadera montaña rusa de actividad, obligaciones y compromisos de todo tipo, tengo poquísimo tiempo disponible para leer y, cuando lo tengo, estoy tan cansado que solo aguanto 10 o 15 minutos de lectura antes de caer “frito”… Así que un capítulo de Hotel como entretenimiento y relax va de fábula ya que no exige ningún esfuerzo y proporciona grandes dosis de entretenimiento y relax.

Shōtarō Ishinomori dejó inconclusa esta serie debido a su muerte, en 1998, a unos escasos 60 años de edad… Si no fuera por ello, posiblemente hoy en día seguiría trabajando en ella y estaríamos hablando ya de una serie cercana a la mítica cifra de 100 tomos, ya que claramente la serie, con ese formato, podría evolucionar y estirarse tanto como diera de sí la imaginación e inventiva de su autor (y sabemos a ciencia cierta que Ishinomori, que ostenta el Récord Guinness de autor de cómic más prolífico de todos los tiempos, ¡la tenía para dar y vender!)

Lo mejor

  • Grandes historias autoconclusivas, algunas realmente memorables.
  • Me gusta mucho el formato “historias autoconclusivas” por los motivos expuestos más arriba.
  • Entretenido a más no poder.
  • Su adaptación televisiva a serie de imagen real cosechó un gran éxito, con 5 temporadas en su haber, todo un hito en un país en el que las series televisivas, de escasos capítulos (de 10 a 12) duran apenas una sola temporada.

Lo peor

  • El dibujo se ve anticuado. Ya Ishinomori tenía un estilo “viejo” en los años 80, debido a su veteranía, pero actualmente se percibe aún más viejo.