- Título: π -パイ- -Pai- (Pi)
- Autor: Usamaru Furuya
- Editorial: Shôgakukan
- Revista: Big Comics
- Años publicación: 2002-05
- Clasificación: shônen, seinen
- Tomos: 9
En mi reseña de Chronicles of the Clueless Age ya expresé mi deseo de obtener más obras de este genio de lo visual que es Usamaru Furuya. Ese desparpajo gráfico que muestra el autor en su opera prima Palepoli y en Chronicles me dejaron anonadado, así que ni corto ni perezoso, procuré hacerme con alguno más de sus manga. Aunque Furuya es un autor que se siente muy cómodo en historias de un solo tomo, o a lo sumo de dos, su manga más popular (o, al menos, el más sencillo de encontrar en las librerías japonesas) es este π, que se publicó en la “primera división” del manga seinen, concretamente en la revista Big Comics, y terminó en 2005 con un total de nueve tomos.
Y después de leer el primer tomo, tengo un par de cosas que decir: primero, que los que esperen al Furuya más creativo gráficamente hablando, con esas metáforas visuales tan increíbles, así como al Furuya de argumentos surrealistas y profundos, se sentirán defraudados. Y segundo, que es una excelente obra de entretenimiento que me hizo pasar un muy buen rato mientras la leía.
Antes de empezar a explicar de qué va el manga en sí, hay que hacer una pequeña explicación sobre su título, que es ni más ni menos que el símbolo matemático π, es decir, el famoso “pi” (3,1416…). Lo que pasa es que en japonés se pronuncia “pai”, lo que a su vez recuerda a la palabra “oppai”, que significa “tetas”.
Habiendo explicado esto, se entenderá mejor el argumento. Yumeto Sawaki es un estudiante de bachillerato guaperas, bien vestido, con el pelo teñido de rubio, silencioso y taciturno. Un verdadero misterio que lleva de cabeza a todas sus compañeras. Lo que nadie sabe es que, hasta hace muy poco, Yumeto era un friki seboso, feo y baboso que lleva toda la vida obsesionado con la relación entre las tetas y el número “pi”. Según su sesuda teoría, a la que lleva dedicadas más de diez libretas llenas de ecuaciones, gráficos y fórmulas matemáticas, la teta perfecta es la que más cerca está del número “pi”. Asimismo, su obsesión por los pechos le lleva a convertirse en dibujante de pin-ups de chicas con las tetas al aire, un mundillo en el que llega a ser bastante famoso, aunque no tanto como el célebre Chigusa (que aparecerá también como personaje).
Pero claro, para demostrar su teoría en el aspecto práctico necesita ver y palpar pechos en primera persona, así que se pone a pensar… ¿Cuáles son las probabilidades de que, con su aspecto actual, consiga encontrar y gozar de las tetas perfectas de sus sueños? Respuesta: cero pelotero. Así, Yumeto se esfuerza a lo bestia hasta finalmente conseguir un aspecto de play-boy increíble. Por fuera, pues, es un guaperas que se las lleva de calle, pero por dentro sigue siendo ese friki obsesionado con los pechos. A todo esto no hay más que sumarle a la guapísima Jun Tamura, que tiene un trauma desde que un pervertido la sobó en un tren y no soporta que los chicos la miren lascivamente. Según Yumeto, Tamura podría ser la propietaria de sus codiciadas tetas “pi”, pero por otro lado una de sus letales “patadas voladoras” podría matar a cualquiera…
Y así se desarrolla una historia de humor picante que realmente se hace muy amena de leer. Francamente, es una obra comercial a más no poder que está a años luz del mejor Furuya, pero resulta muy divertida. Aunque Furuya no se prodiga demasiado en sus metáforas visuales, de vez en cuando se marca algún destello genial que hace subir un poco el nivel general de la obra. Resumiendo: no mata, pero se deja leer.
Como último apunte, destacar que el argumento, las situaciones y la forma de representar al “friki interno” del protagonista me parece muy similar al de Tonari no Yaoi-chan, por lo que o bien es pura casualidad, o bien la dibujante de Tonari se inspiró bastante en π a la hora de crear su obra.
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