El blog de Marc Bernabé

Entrevista a Frederik L. Schodt

Wednesday, September 3rd, 2014

Como ya sabrás si me sigues en Twitter, este año mis vacaciones me llevaron a la costa oeste de los Estados Unidos y, durante mi estancia en la preciosa ciudad de San Francisco, aproveché para conocer a Frederik L. Schodt. Si no sabes quién es Schodt, podemos decir, resumiendo mucho, que es “el” gran pionero del manga en Occidente. Fue uno de los primeros occidentales que se interesó por el manga japonés, en los años 70, y que trabajó para que el manga pudiera llegar a Occidente, sobre todo gracias a su libro Manga! Manga! The World of Japanese Comics. Este libro, escrito en 1983 y aún disponible en las librerías (en inglés), ha sido y sigue siendo uno de los textos de cabecera de los interesados en la historia y la dimensión del manga en Japón: incluso hoy en día, más de 30 años después de su publicación, sigue siendo fascinante y, para mí, resta insuperado. Aparte de este hecho, ya de por sí muy relevante, Schodt es uno de los pocos occidentales (y probablemente el único) que pudo conocer con relativa profundidad al “dios del manga” Osamu Tezuka, ya que no solo en aquellos años Tezuka era un desconocido en Occidente, sino que escasísimos occidentales podían directamente hablar con él en su idioma, el japonés, en una época en la que saber japonés para un occidental era casi una quimera.

En todo caso, puedes visitar su página http://www.jai2.com/y perderte en ella para saber más acerca de este gran personaje.

En principio no tenía previsto entrevistarle, solo aprovechar para conocerle como es debido (coincidimos una vez hace 3 o 4 años en Tokio, donde él dio una conferencia y le saludé brevemente, pero estaba muy ocupado y no pudimos prácticamente charlar), pero al comentar en Twitter que le iba a conocer, alguien me sugirió entrevistarle para el blog. Como no me pareció mala idea, así lo hice, y aquí tienes la transcripción de la charla.

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Para empezar, cuéntenos un poco sobre su vida y cómo llegó a Japón.

Bueno, yo crecí en el extranjero: en Noruega, Australia… Cuando tenía 15 años, mi padre, que trabajaba en la Embajada, vino un día diciendo que el próximo destino iba a ser París, en Francia. Sin embargo, unas semanas más tarde dijo que habían cambiado las órdenes, que ya no era Francia sino Japón. Y así es como llegué a Japón, desde Australia, a los 15 años. Pasé entre 2 años y medio y 3 allí, yendo a la escuela internacional en Tokio. Me gradué y a continuación fui a la universidad en California durante un par de años antes de volver a Japón, también a la universidad.

¿Cómo descubrió el manga y empezó a interesarse por él?

Corría el año 1970, y en la residencia universitaria en la que vivía en Tokio, todos mis compañeros –japoneses, claro– estaban leyendo manga. En aquella época, el manga se estaba convirtiendo en un gran fenómeno en Japón y los universitarios empezaban a leerlo. Era como una cultura alternativa, como lo sería el rock n’ roll en Estados Unidos y Europa, y fue entonces cuando yo empecé a leer cómics japoneses también.

Pasé 2 años en Japón, en la universidad, antes de volver a los Estados Unidos, donde me puse a trabajar, y también me hice hippy durante un tiempo… luego volví de nuevo a Japón sobre 1975, creo, y estudié interpretación y traducción en la misma universidad japonesa en la que había estado anteriormente. A continuación trabajé como intérprete en Tokio para una empresa antes de volver definitivamente a San Francisco en 1978.

Para mí, leer manga era como una ventana abierta a un mundo nuevo, y era una manera fantástica de aprender japonés y disfrutar de una cultura diferente. Un universo abierto, libre, sin restricciones… Siempre me habían gustado los cómics y el arte, y eso fue como una revelación, algo natural para mí.

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Durante mi tercera estancia en Japón, inicié un proyecto con unos amigos llamado “Dadakai”. Éramos dos japoneses y otro americano, aparte de yo mismo, y juntos empezamos a traducir manga. Teníamos grandes sueños; que nosotros supiéramos, nadie había traducido manga antes. No sabíamos cómo conseguir que aquello funcionara, y de hecho fue un fracaso porque ninguna de nuestras traducciones llegó a publicarse. Eso sí, tradujimos obras como Fénix, historias de Leiji Matsumoto, otras de Tezuka… Y, aparte, con un amigo tradujimos La rosa de Versalles de Riyoko Ikeda y el segundo libro de Hadashi no Gen (Hiroshima). El primer tomo había sido traducido por un grupo de voluntarios llamado Project Gen, del que me hice miembro también. En aquella época no sabíamos cómo podíamos publicar las obras en Occidente y en este sentido fuimos un fracaso.

Fue entonces cuando se me ocurrió que era necesario un libro sobre manga. En aquella época, los estadounidenses ni siquiera habían descubierto el sushi, y si hablabas de “manga”, pensaban que estabas usando el verbo italiano “mangiare”, o sea, “comer”. La gente no tenía interés en los cómics japoneses, ni siquiera sabían que existían… En blanco y negro, “al revés”… Así es como empecé.

¿Y cómo conoció a Osamu Tezuka y qué impresión le causó?

Cuando formamos el grupo Dadakai, nombramos a uno de sus miembros, llamado Shinichi Sakamoto, “mánager de negocios” –aunque nunca tuvimos ningún negocio, pero bueno– . Y de alguna manera, creo que a través de su hermano, encontramos la manera de contactar con Tezuka Productions. Básicamente dijimos que queríamos traducir Fénix, porque era una de las obras que queríamos presentar a Occidente ya que era una de nuestras favoritas. Empezamos, pues, desde lo más alto.

Lo más impresionante fue cuando, al ir a Tezuka Productions, conocimos al mismísimo Tezuka, al que le gustó la idea. Y nos ayudó mucho. En esa época, Tezuka ya era conocido en el extranjero, por Astroboy y otras de sus animaciones, pero quería que le conocieran mejor. La idea de que el manga pudiera llamar la atención fuera de Japón era muy nueva, por eso nos ayudó mucho. Sin embargo, la traducción que hicimos para él en esa época, sobre 1977, no pudimos publicarla. Así que los borradores de las traducciones de los cinco primeros volúmenes de Fénix estuvieron acumulando polvo en la caja fuerte de Tezuka Productions durante unos 25 años, creo, hasta que finalmente fueron utilizadas en la edición estadounidense de Viz Media.

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Tezuka en su visita a Disney, con Ward Kimball. Al fondo, un joven Schodt que hacía de intérprete.

¿Y utilizaron las mismas traducciones?

Sí, las de los cinco primeros tomos. Y mi amigo Jared Cook y yo, con el que estuve en Dadakai muchos años antes, tradujimos el resto de la obra. Así que las primeras cinco sagas de Fénix fueron traducidas entre 1977 y 1978, mientras que el resto, otros siete tomos, fueron traducidos casi 25 años más tarde.

Para contarte una curiosidad, cuando publiqué Manga! Manga!, mi primer libro sobre manga, al final del libro añadí partes de varias obras como muestra: Fénix, La rosa de Versalles, Hiroshima y una historia de Leiji Matsumoto. Tezuka se prestó a colaborar con Fénix, entendió perfectamente que las páginas tenían que ser volteadas, y encima existe un chiste en el volumen “El pájaro de fuego” donde aparece, como broma, uno de los personajes de Shigeru Mizuki, el “Hombre rata” (Nezumi otoko), algo que sin duda resulta hilarante para el lector japonés. Pero claro, yo le dije a Tezuka que nadie en Occidente iba a entenderlo, así que lo redibujó. En Manga! Manga!, solo en esa versión, aparece un personaje diferente que no figura en ninguna de las otras versiones.

A la izquierda, la página original de Fénix. A la derecha, la volteada y retocada por el propio Tezuka para el libro Manga! Manga! (c) Tezuka Productions

A la izquierda, la página original de Fénix. A la derecha, la volteada y retocada por el propio Tezuka para el libro Manga! Manga! (c) Tezuka Productions

Actualmente, en España se está publicando la “versión original” de Fénix. No la versión que Tezuka arregló posteriormente para su publicación en tomo, sino la que se publicó originalmente, entrega a entrega, en las diferentes revistas. Y es cierto que Tezuka redibujaba y retocaba mucho sus obras a lo largo del tiempo.

Sí, estaba todo el tiempo alterando sus obras, redibujando páginas o viñetas, y la gente se volvía loca con esto.

Usted trabajó con Tezuka como su intérprete en varias ocasiones, de hecho he visto su foto en los estudios Disney, sin ir más lejos. ¿Cómo fueron estas experiencias?

Sí, trabajé como intérprete suyo durante varios años, cada vez que venía a los Estados Unidos, desde 1979 hasta su muerte. Así que a veces viajaba con él por los Estados Unidos e incluso a Canadá. Y era una persona fascinante porque era extremadamente inteligente y con una cultura extensísima: era un auténtico intelectual con el que se podía hablar de cualquier cosa.

Siempre estaba trabajando, pero a la par disfrutaba mucho cuando salía de Japón, porque eso era como una liberación para él. Poner tierra de por medio con todos los editores… Y se lo pasaba muy bien, hasta el punto, claro, de retrasarse con las entregas. Pero era fascinante hablar con él durante horas y horas, por ejemplo en los aviones, viajando de una ciudad a otra. Hablaba de cualquier cosa, siempre tenía curiosidad por saber: sobre sucesos que ocurrían, qué pensaba la gente en Estados Unidos y en Occidente… Me fascinaba todo lo que me contaba.

Una vez estábamos en el aeropuerto, aquí en San Francisco, esperando que saliera nuestro avión para ir a Canadá. El avión tenía que llegar, nosotros embarcar y luego ir a Canadá. Estábamos esperando en la puerta de embarque, hablando. Me lo pasé tan bien charlando con él que no me di cuenta de que el avión llegó y se fue (risas). Pero a pesar de mi despiste fue muy amable… Yo era responsable del plan de viaje, y pude encontrar otro vuelo, pero fue muy vergonzoso para mí… Pero él fue muy amable, siempre lo fue conmigo. Era un genio.

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Tezuka en una de sus visitas a los Estados Unidos

He leído bastante sobre él y tengo la impresión, leyendo entre líneas, de que en ocasiones se mostraba bastante arrogante. ¿Era así en realidad?

No, yo no diría que era arrogante, en absoluto. Pero sí podía llegar a ser muy infantil y tener una rabieta como un niño pequeño. No le gustaba nada la competencia ajena. Era un hombre muy amable, y una de las cosas que más me gustaban de él es que podía hablar con todo tipo de personas: niños, intelectuales, camareros, carpinteros… Lo que fuera. Y siempre obtenía información de ellos; de hecho, siempre estaba buscando nuevas ideas para sus historias. Se empapaba de todo lo que le contaban y luego, en ocasiones, usaba esos datos en alguna de sus historias. Era fascinante. Yo lo considero un de las personas más interesantes que he conocido y, desde luego, tuvo una gran influencia en mí.

Aunque creo que acaba de contestar a la siguiente pregunta, voy a realizarla igualmente: entre todos los mangaka que seguramente ha conocido, ¿cuál fue el que le sorprendió más y por qué?

Sí, por supuesto, Osamu Tezuka fue el que más influencia causó en mí, en parte porque fue con el que estuve más tiempo. Pero también porque nunca había conocido a nadie que fuera tan culto, tan abierto a nuevas ideas… Un intelectual de los pies a la cabeza.

¿Es cierto que tenía una memoria tan prodigiosa que era capaz de recordar cada viñeta y dar instrucciones a sus ayudantes por teléfono de memoria?

Sí, desde luego, era cierto. Y a veces le veías observar cosas y luego las veías apareciendo en sus historias. Para mí, una de las cosas más interesantes es que siempre estaba trabajando y apenas dormía unas 4 horas por la noche. Hay gente, incluso hoy en día, que dice que quizás no fue él quien dibujó toda su obra, sino que fueron sus ayudantes –ya que tenía un sistema de producción; hasta llegó a tener unas 80 personas en un momento dado, que le ayudaban a dibujar los fondos y otras tareas– los que hicieron gran parte del trabajo.

Pero te voy a contar lo que pasó una vez en cuando fui con él a Florida, a Disney World: estábamos allí para un documental para la televisión japonesa. Querían grabar a Tezuka en Disney World, y todo el mundo estaba agotado, sin dormir. Por primera vez en la vida, vi a uno de los ayudantes de grabación, el que sostiene los focos y demás, dormirse de pie, sosteniendo un foco. ¡Nunca había visto algo así! Todos estábamos agotados para cuando volvimos al hotel, ya tarde por la noche. Tezuka dijo “buenas noches” y se fue a trabajar. Cuatro o cinco horas más tarde, salió de la habitación y, efectivamente, había estado creando páginas para Fénix. Lo tenía todo aboceteado a lápiz, ya había puesto los personajes principales, tenía los diálogos escritos… La historia que había creado había que mandarla a Japón para que los ayudantes pudieran pintar todas las partes en negro y añadir lo que él había indicado en cada parte: un arbusto aquí, un árbol allá, este tipo de cosas. Pero lo cierto es que ya había creado todo lo esencial: la historia, los diálogos e incluso había dejado entintados los personajes principales. Me pareció sencillamente increíble.

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En aquella época, no había mucha información sobre la historia del manga ni siquiera en Japón. ¿Cuáles fueron sus principales fuentes de información para escribir Manga! Manga!?

Invertí mucho tiempo yendo a bibliotecas en Japón, y también pasé bastante tiempo en la Universidad de Berkeley, donde, aunque parezca mentira, tenían bastante información sobre el tema. La mayoría, sin embargo, lo obtuve de bibliotecas japonesas. Aparte, tenía acceso a los archivos de Kōdansha, donde se guarda todo lo que la editorial ha publicado a lo largo de su historia. Como mi editorial era subsidiaria de Kōdansha, tuve facilidad para acceder a esos archivos y usar muchas obras originales, como Norakuro de Suihō Tagawa. De hecho, mucho del manga publicado antes de la guerra fue publicado por Kōdansha, así que tenían los originales guardados y yo tuve acceso a ellos.

También había una biblioteca de pago en Tokio, donde podías leer manga si pagabas cierta cantidad, la Colección Naiki, en la que me apoyé muchísimo. La Biblioteca Nacional también fue un buen recurso… Y también conseguí acceder a la Colección Suyama, administrada por su hijo…

¡Fue muchísimo trabajo! Pero era joven, estaba apasionado con el tema…

¿Cuánto tiempo tardó en escribir el libro?

Pues hasta que finalmente salió publicado, creo que cuatro o cinco años. Fue un trabajo bastante intensivo y arduo.

¿Pensó alguna vez que el libro llegaría a ser tan influyente y básico para presentar el manga a Occidente, como finalmente lo ha sido?

Bueno, la verdad es que me sorprende gratamente que, a día de hoy, 31 años después de su publicación, el libro siga reimprimiéndose y comercializándose. Nunca ha llegado a vender grandes cantidades de ejemplares, pero la gente a quien le gusta, le gusta mucho. Para mí es maravilloso porque muchos lectores, que en principio se lo han leído tras sacarlo de la biblioteca –de hecho, tengo la sensación de que muchos de los que se lo han leído, ha sido gracias a las bibliotecas y nunca se lo han comprado, pero no me parece mal, al contrario– me han expresado lo mucho que les gusta. Entre todos los libros que he escrito, este es el que mejores ventas ha tenido, de lejos.

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Yo, de hecho, la primera vez que lo leí fue gracias a una biblioteca…

Sí, la mayoría de la gente que lo lee está aún estudiando, en la universidad o incluso en el instituto.

Pero luego, años más tarde, me lo compré, e incluso he llegado a comprarlo dos veces, ya que presté mi primera copia a un conocido y nunca me la llegó a devolver…

Fantástico, entonces tú eres un comprador especial y te has ganado mi reconocimiento (risas).

Ahora sin bromas, nunca pensé que el manga llegaría a ser tan popular en Occidente como lo es ahora. Ni en sueños. Pensaba que ojalá llegara a serlo, pero en realidad veía tantos obstáculos que no pensé que pudiera ser. Y ahora, la gente en Europa y América quiere que el manga se publique sin voltear, mientras que en 1983 nadie habría querido leer nada que estuviera “al revés”.

¿Y cómo convenció a Tezuka para que escribiera el prefacio y a los otros autores para que le dejaran publicar algunas páginas de sus mangas para ponerlas como muestra en la parte final del libro?

Bueno, a Tezuka ya le conocía y estaba muy de acuerdo con el proyecto, por lo que me dijo que sí inmediatamente y escribió una introducción maravillosa. En cuanto a los otros autores, como iba a ser prácticamente la primera vez que sus obras se darían a conocer fuera de Japón, también dieron su consentimiento e hicieron posible ese epílogo con muestras de grandes mangas reales. Lo mismo para todas las ilustraciones que hay dentro del libro, cuyos derechos sería imposible conseguir hoy en día. En aquella época, que alguien del extranjero quisiera presentar el manga fuera de Japón era muy nuevo para ellos.

De hecho, sin embargo, en Tezuka Productions llegué a ver unas revistas publicadas en Suiza, Le Cri qui Tue. Para mí, eso fue una inspiración, porque vi que el manga japonés podría llegar a adaptarse a otros idiomas, publicarse y ser leído y disfrutado por lectores no japoneses. Nunca he llegado a conocer a Atoss Takemoto, el impulsor de esa publicación; lo que hizo fue impresionante, digno de mención. Pero también es cierto que lo que hizo estuvo demasiado adelantado a su tiempo.

Más tarde, en 1996, publicó Dreamland Japan como una especie de continuación o actualización a Manga! Manga!, pero ya nada más sobre el tema del cómic japonés desde ese momento.

También está The Astroboy Essays, en el que hablo sobre Astroboy como serie en particular y de Osamu Tezuka en general. El hecho es que no creo que sea necesario que yo escriba nada más sobre el tema; ya hay muchos libros publicados. Y encima hay tanto manga traducido hoy en día que la gente ya lo puede estudiar por su cuenta sepa o no japonés. Puede que haya hueco para libros sobre autores en concreto, o sobre entrevistas a artistas, pero ya no son necesarias obras sobre manga en general.

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Pero muchos pensamos que Manga! Manga! es, incluso 30 años después de su publicación, el mejor libro introductorio sobre manga pero, por supuesto, carece de información sobre estas tres últimas décadas. ¿Podemos esperar ver alguna vez una versión actualizada de Manga! Manga!?

No, yo no lo voy a hacer. Quizás tú, ¿quién sabe? (Risas).

Pero sí he hecho otras cosas, como bien sabes, como Dreamland Japan o el libro sobre Astroboy, así como una biografía de Tezuka. También un libro sobre acróbatas japoneses. Me gusta el intercambio cultural, es algo con lo que disfruto.

¿Podría contarnos algo sobre sus libros The Four Immigrants Manga y Professor Risley and the Imperial Japanese Troupe, ya que tengo la sensación de que no son tan conocidos como Manga! Manga! y Dreamland Japan?

Siempre me han llamado la atención personajes que, en su tiempo, fueron especiales pero que por alguna razón quedaron olvidados por la historia, especialmente relacionados con Japón. Uno de ellos es Henry Kiyama, que creó el Manga de los cuatro inmigrantes en 1931, bueno, de hecho en 1927. Era un inmigrante japonés que vino a San Francisco y acabó creando, casi por accidente, la primera novela gráfica de la historia –dependiendo de cómo definas “novela gráfica”, claro–. Fue una de las primeras obras de cómic (comic books) creadas en los Estados Unidos, y fue realizada por un artista japonés.

También he escrito sobre un joven nacido en Oregón, Ranald MacDonald, medio nativo americano y medio británico, escocés. Fue a Japón, en 1848-49, para enseñar inglés a los primeros intérpretes en Japón y estuvo en la cárcel allí también.

Mi libro más reciente habla sobre la compañía imperial japonesa, un grupo circense que vino a los Estados Unidos, y también estuvo en España (Madrid, Barcelona, Valencia…). La  compañía circense causó sensación y contribuyó a despertar el interés sobre Japón en Occidente, en un momento tan temprano como 1868.

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El diploma y condecoración concedidos por el Emperador de Japón a Schodt.

También ha traducido algunos mangas. ¿Disfruta de este tipo de trabajo? Me sorprende porque se podría pensar que ha traducido muchísimas obras, pero ha sido muy selectivo. ¿Por qué?

Normalmente traduzco obras que quiero traducir. Si no me parece que una historia vale la pena en este sentido, prefiero no involucrarme en ella. Al fin y al cabo, no se gana mucho dinero con esto, por lo que para mí es como un trabajo que hago por amor al medio. Una de las obras que he traducido en los últimos años es Pluto, de Naoki Urasawa, que se basó en una historia de Astroboy de Tezuka. Y me encanta, es una obra impresionante.

No traduzco mucho manga, la verdad, pero sí trabajé en una obra sobre la Madre Teresa de Calcuta. No sé, me lo pidieron en Shōgakukan y me pareció interesante (risas)… Y, aunque tampoco es manga, hace poco he terminado, junto con compañera llamada Beth Cary, de traducir el segundo volumen de las memorias de Hayao Miyazaki: Turning Point (Orikaeshi ten), un libro enorme de unas 450 páginas. Juntamente con el primer volumen, Starting point (Shuppatsu ten), estamos ante una obra de más de 800 páginas, enorme. He estado mucho tiempo trabajando en ella junto a Beth…

Para mí, el trabajo relacionado con el manga es básicamente hecho porque me gusta. Mi trabajo principal es el de intérprete especializado en tecnología, así que no tiene nada que ver con esto del manga.

Y, por último, ¿qué sintió cuando recibió unos premios tan importantes como el Premio Cultural Osamu Tezuka y la Orden del Sol Naciente de Rayos Dorados con Roseta?

Un honor increíble, enorme. No sé por qué me los dieron a mí, la verdad. Imagino que la conexión con el manga fue el motivo principal, pero bueno, el hecho es que me sentí muy honrado. Es maravilloso.

Muchísimas gracias por dedicarnos el tiempo de esta entrevista, hemos aprendido muchísimo.

Gracias a ti, ha sido un placer.

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Cómo no, aproveché para que me dedicara mi copia de Manga! Manga! y también para regalarle un ejemplar de la nueva edición de Japonés en viñetas.

Estadísticas Manga 2013

Sunday, January 5th, 2014

Un año más, llega el momento de analizar el mercado español de cómic asiático, que es en su grandísima mayoría manga japonés. Como siempre, para situarte deberías echar un vistazo antes a las estadísticas del año anterior, es decir, el 2012.

Corto y pego el primer párrafo, por cierto, porque cada año toca decir lo mismo: este es un estudio cuantitativo. Solo contamos las novedades (no se cuentan relanzamientos a precio reducido ni segundas o terceras ediciones, aunque sí reediciones en formato distinto al que aparecieron en su origen –kanzenban, bolsillo, tomo doble…-), independientemente de que una novedad tenga una tirada de 500 o 20.000 ejemplares, para nosotros será solo una novedad. Tampoco el número de páginas influye: cuenta igual un tomo de Naruto de 190 páginas como la reedición en dos tomos en cofre de Nausicaä, de unas 1100 páginas en total (es injusto, lo sabemos, pero de algún modo tenemos que hacer el recuento).

No barajamos cifras de tiradas ni de ventas simplemente porque las editoriales no las facilitan. Por eso, aunque podamos llegar a una conclusión (p.e., el mercado del manga en España está estable), esta conclusión solo se aplica al hecho de que sale una cantidad similar de novedades con respecto a los últimos dos o tres años. Si supiéramos otro tipo de cifras, la conclusión podría ser radicalmente distinta (ejemplo: aunque el mercado parece estabilizado, lo cierto es que estamos en declive porque la tirada media o el promedio de las cifras de ventas son muy menores y por lo tanto arrojan menos beneficios a las editoriales. O al contrario, que está en auge. Pero esto no lo podemos saber.)

Entendemos “manga”, por cierto, como cómic realizado originalmente en Japón, “manhwa” como cómic realizado originalmente en Corea del Sur y “manhua” como cómic realizado originalmente en China, Hong Kong o Taiwán, por lo que no se incluye en el recuento ningún tipo de obra con estilo gráfico influenciado por el manga realizada en Occidente (en algún lugar hay que trazar la línea).

Vamos allá con la cifra de tomos de manga editados en el año 2013:

Estadísticas manga España 2013

Aunque hay un ligero repunte, lo cierto es que es muy tímido. Observamos que en los 3 últimos años (o incluso 4 últimos años) nos estamos moviendo en cantidades muy similares, lo que parece indicar que las editoriales han encontrado el punto de equilibrio del mercado español, que estaría en torno a las 350-380 novedades al año. Una cifra superior a esa podría suponer una nueva sobresaturación del mercado y una repartición de las ventas que provocaría que varias obras fueran inviables por arrojar pérdidas (lo que ocurrió sin duda en el período “loco” de 2005-09). Una cifra menor a esa significaría que el manga ya empieza a gustar menos (o que otros factores externos están haciendo inviable su publicación física en España) y los amantes del cómic japonés nos veríamos ante el triste escenario de ver cómo nuestra afición se vuelve cada vez más y más minoritaria. Afortunadamente, ni una cosa ni la otra está ocurriendo y el equilibrio y estabilidad parecen estar a la orden del día después de la acusada debacle de 2010 con respecto a 2009. La situación, pues, es de aparente normalidad.

Por cierto, este año ha habido algunas muestras de cómic asiático no japonés, gracias a la irrupción de la editorial JR Comics, que ha sacado unos cuantos tomos del manhua chino El rey mono, y a la marcha continuada de Milkyway Ediciones, que ha sacado tres tomos más del manhwa coreano Simon Sues.

¿Y cómo queda repartido el “pastel” del manga por editoriales?

Estadísticas manga España 2013

En este sentido, este año recién terminado se puede resumir en dos grandes titulares: “La caída de EDT” y “La confirmación de Ivrea”.

Por un lado, EDT ha pasado un año muy malo después de la pérdida de Shūeisha y ha editado poquísimo. Si el año pasado conservaba la primera posición como editorial que más novedades había aportado al mercado español, este año cae hasta la cuarta plaza, muy por debajo de las tres primeras, con 36 novedades contra 98 el año pasado. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que una parte bastante importante de estas 36 “novedades” no son estrictamente tales. Se da el fenómeno de un cambio de cubiertas (de tapa blanda con sobrecubiertas a tapa dura) que seguramente se debe a la necesidad de cambiar los logotipos antiguos de Glénat por los nuevos de EDT. Pero, eso sí, los contenidos son los de las ediciones antiguas, como se puede comprobar viendo los créditos de los libros. Sin embargo, estos libros han sido tratados a todos los efectos como “novedades” y, aunque nos hemos debatido mucho sobre si colocarlos o no en el recuento, resulta bastante complicado hacer una criba entre lo que realmente es novedad y el material retapado. Y si al fin y al cabo tanto la editorial como la distribuidora han tratado a estos productos como “novedad”, finalmente hemos decidido sí incluirlos.

Como primera editorial (entendido como editorial que más lanzamientos ha efectuado) se encuentra Ivrea, en tercer lugar el año pasado, que ha pasado de editar 88 novedades en 2012 a 112 este año, confirmando su brillante línea ascendente de los últimos años con una acertada política de licencias que satisface a un sector muy amplio del público otaku. Norma baja a la segunda posición (de 92 a 95), Planeta sube a la tercera (de 53 a 77) y Panini (quinta) sigue en su coherente línea de editar entre 20 y 30 novedades al año, una política que lleva muchos años siguiendo (22 el año pasado y 27 este).

Norma sigue en su línea, confirmando la tendencia que viene siguiendo desde hace unos años: la apuesta fuerte por el manga en general, y el gran acierto de sus editores a la hora de seleccionar y conseguir las licencias más jugosas, tanto si estas son éxitos confirmados (casos de Death Note, Silver Spoon, Sailor Moon…) como grandes sorpresas o booms a posteriori (Ataque a los titanes, I am a hero, Blue Exorcist...), sin olvidarnos de las apuestas arriesgadas que tanto bien hacen a nuestro mercado gracias a la introducción de material diferente (Thermae Romae, Bride Stories…).

Planeta, por su parte, está teniendo una línea en mi opinión muy interesante: combina reediciones de material clásico, con nuevas traducciones, rotulaciones y diseños, con acertadas licencias de material nuevo. El material clásico (entendido como “manga que ya triunfó en España en su momento y ahora se recupera”) es muy necesario y bienvenido en este sector, que necesita tener grandes referentes. No tiene sentido ir a una librería y no poder comprar grandes obras como Nausicaä, Adolf, Fénix o Regreso al mar porque llevaban años agotadas: el mercado del manga necesita referentes y necesita que estos referentes estén siempre disponibles en las librerías. Y Planeta creo que está acertando en esto, creando nuevas ediciones, en ocasiones en formatos muy lujosos (de coleccionista o “para regalar”) de obras que deberían figurar en las estanterías de cualquier aficionado al género que se precie. Y, claro está, sin olvidarse de las series en curso ni de buscar la novedad, el último éxito en Japón, y de arriesgarse (con cabeza) cuando vale la pena hacerlo.

Este año tenemos pues una polarización más grande: nos encontramos con que el 76% de todo el manga que se edita en España se edita de mano de solo tres editoriales. La cifra aumenta hasta el 93% cuando sumamos a la cuarta y quinta editorial. Si siempre había habido un reparto muy desproporcionado entre las “4 grandes + Panini” contra “las demás”, este año tenemos el fenómeno de las “3 grandes + EDT + Panini”. Si el año pasado teníamos 12 editoriales publicando manga pero entre 5 se repartían el 97,2% del pastel, esta vez hay 13 editoriales y las 5 grandes editan el 93%. Ha bajado un poco la concentración, pero aún sigue siendo muy considerable.

Estas otras editoriales son Astiberri (de 2 a 5), Ponent Mon (de 1 a 3), La Cúpula (de 1 a 3), Herder (de 2 a 3), Milkyway (de 1 a 3) y Yowu Entertainment (se mantiene en 1), con la suma de las nuevas JR Comics (4 novedades) y Random House (3). Editoriales que el año pasado aparecían en la lista como Japan Weekend y 001 Ediciones no aparecen en esta ocasión por no haber editado nada en 2013.

Recordemos de nuevo que estas cifras obedecen estrictamente a número de lanzamientos. No podemos hablar en términos de “beneficios editoriales” ni de “tiradas” porque son datos que las editoriales consideran confidenciales y no facilitan. Es perfectamente posible que el reparto que vemos aquí sea totalmente distinto considerando esos otros factores: por ejemplo, con casi total seguridad, Planeta o Norma se disputarían el título de ser la primera editorial de España en cuanto a beneficios editoriales y/o tiradas, vista la popularidad masiva de algunos títulos que manejan. Y es que no es lo mismo lanzar 100 novedades con unas ventas medias de 2.000 ejemplares (pongamos) que lanzar 50 novedades con unas ventas medias de 5.000 ejemplares (cifras totalmente inventadas, ojo, no tengo ni idea de cómo son las reales).

Pasemos ahora al momento de la reflexión. Releyendo el texto del año pasado, veo que, felizmente, me equivoqué al pronosticar un (ligero) descenso de novedades en 2013 y que el mercado no solo se ha mantenido, sino que incluso ha crecido un poco. El fuerte golpe sufrido por EDT no ha repercutido en el número global de licencias y lanzamientos, ya que las demás editoriales grandes han forzado sus máquinas para licenciar y editar más.

Una cosa que sí me parece notar es cierta tendencia a la inercia: salvo Ivrea, que continuamente está contratando nuevas series, las otras editoriales realizan pocas licencias nuevas, seguramente debido al hecho de que ya tienen muchas series en cartera y muchas de ellas son de recorrido largo, con muchos tomos que hay que ir editando a lo largo del tiempo. Estoy hablando de casos como Naruto, One Piece, Toriko, Rinne o Detective Conan en Planeta, y Fairy Tail, Soul Eater, Air Gear o Nura en Norma. El hecho de tener tantas series largas en curso impide, lógicamente, cerrar más licencias debido al miedo a sobresaturar el mercado y a la dificultad de forzar la máquina editorial para realizar tantas salidas al mes. A medida que estas series largas lleguen a su final o se alcance el ritmo de publicación japonés, podremos esperar nuevas licencias, algo que ya está a punto de ocurrir. Seguramente, pues, 2014 verá muchos más anuncios de nuevas licencias que 2013, un año poco vistoso en este aspecto.

EDT ha sido el gran drama del año. Tras la desvinculación con Glénat Francia y la pérdida de las licencias de Shūeisha en 2012, la editorial pareció tener un último fogonazo de actividad en el Salón del Manga del año 2012, cuando presentó varios libros muy interesantes en busca de un nicho poco explotado pero sin duda con muchos lectores interesados: el del manga alternativo o experimental para público adulto, con autores como Kago, Furuya o incluso obras selectas de autores clásicos como Shōtarō Ishinomori. Sin embargo, las evidentes dificultades económicas por las que pasa la editorial han impedido que esta andadura siga su curso, lo que propició un corte en seco de su actividad editorial solo rota en contadas ocasiones para sacar la eventual novedad (y los consabidos “retapados”). Sé de buena tinta que EDT está haciendo esfuerzos considerables en este sentido y que recientemente está obteniendo resultados que pueden permitirle salir del pozo. Yo solo espero que la antigua Glénat pueda levantar cabeza, olvidar este horrendo 2013 y reanudar su actividad en esta línea de manga alternativo que a mí, personalmente, me parece muy interesante. Esperemos que el año 2014 sea el año de la resurrección y la reinvención de EDT.

En cuanto a las demás editoriales, creo que en 2014 van a seguir con la misma política que han venido siguiendo en los últimos dos o tres años: Ivrea, desde hace un par de años con posibilidad de acceder a series de Shūeisha, seguirá trayendo el manga más actual y del gusto del público eminentemente otaku (y siendo la única que cuida un poco a los aficionados al shōjo, lamentablemente el género más olvidado del manga en los últimos años). Norma seguirá con su gran puntería, afinando mucho el tiro en busca de los últimos bombazos, sorprendiéndonos también con algunas cosas extrañas que tanto se agradecen. Planeta seguirá hurgando en sus viejos y extensos catálogos (no en vano es la editorial con mejor fondo editorial y más extensa trayectoria) y rescatando grandes series que en su día editaron y que vale la pena rescatar para las nuevas generaciones, sin olvidarse tampoco de traernos los últimos grandes éxitos de la Shōnen Jump. Finalmente, Panini seguirá en su línea continuista, tal vez sorprendiéndonos con algún manga rompedor, como ha sido el caso de la recientemente anunciada licencia de Assassination Classroom, el manga por el que suspiraban todas las editoriales y que finalmente ha caído en manos de Panini.

Así pues, para el año que viene preveo que seguirá esta estabilidad y no creo que tengamos grandes sobresaltos, y menos viendo que la tremenda crisis económica que azota al país desde hace años empieza por fin a remitir, por lo que se respira en la calle y por el ambiente que estoy notando en el “mundillo”. También habrá que ver cómo resulta ser el inminente desembarco en el manga de ECC Ediciones, que ya ha anunciado dos licencias para el año 2014. ECC es una editorial potente, que edita entre otros los cómics americanos de DC, por lo que puede perfectamente sumarse a las editoriales medianas EDT y Panini, con lo que el año 2014 puede que tengamos un sano bloque formado por “tres grandes, tres medianas y muchas pequeñas”.

De nuevo, este año hemos realizado el recuento basándonos sobre todo en las lisas de Listado Manga, cotejándolas con otras fuentes. Mis agradecimientos por su encomiable labor, así como a Toni Ramírez por su gran ayuda con los recuentos.

Encuesta sobre hábitos manga y anime

Thursday, November 28th, 2013

Aunque es cierto que cada año me llegan entrevistas y peticiones de colaboraciones para trabajos de bachillerato o incluso universitarios sobre el tema del manga y el anime, sea en general, sea en el ámbito español o hispanohablante, lo que sí es cierto es que los estudios realmente serios sobre el tema (entendido “serios” como susceptibles de ser presentados en congresos y/o publicados en revistas académicas) son muy escasos.

Sin embargo, Oriol Estrada de La Arcadia de Urías está precisamente realizando un estudio de este tipo, y nos pide colaboración para rellenar una pequeña encuesta (solo tendrás que invertir entre 10 y 15 minutos de tu tiempo) en la que basar, con datos reales, uno de los pilares de su disertación. Conozco a Oriol desde hace años y puedo garantizar su seriedad, objetividad y pasión por el tema, por lo que no me cabe duda de que su estudio va a ser ponderado, minucioso y objetivo.

Así que desde MangaLand os pido también que dediquéis esos 10-15 minutos a completar su encuesta, que encontraréis aquí:

Encuesta sobre manga, anime y cultura japonesa

Además, ojo, tampoco creáis que pide colaboración por el morro, sino que da un incentivo muy jugoso: ¡entre los participantes sorteará un videojuego One Piece Unlimited Cruise SP de Nintendo3DS y los DVDs de las dos primeras temporadas de Cálico Electrónico! Tienes todos los detalles sobre la encuesta, el sorteo y demás en La Arcadia de Urías.

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El suceso JManga y el futuro del manga digital

Sunday, March 17th, 2013

El otro día se montó un pequeño revuelo en Twitter, ya que a raíz de la fallida de una empresa americana de distribución de manga digital empecé a expresar mis opiniones al respecto de lo que es leer manga en digital. Mucha gente me pidió que hiciera una especie de recopilatorio de esos tuits en forma de artículo para el blog, y aquí va.

El caso de JManga

JManga es una empresa norteamericana de distribución legal de manga digital creada por una asociación de editoriales japonesas para el mercado de los Estados Unidos. Más información sobre JManga aquí.

Escribo en presente porque JManga todavía existe en marzo de 2013, pero el día 14 anunció que su servicio dejará de estar operativo para el día 30 de este mes. Hasta aquí, todo más o menos normal. El negocio no ha funcionado, por las causas que sean (mucha gente apunta a cuestiones de operatividad, contenidos y precios como causas del fracaso), y la empresa tiene que cerrar. Es una lástima, pero así es el mundo de los negocios.

La sorpresa llega cuando vas a su página web y lees su nota de prensa al respecto (www.jmanga.com/urgent-message) y te das cuenta de que no solo cierran la empresa, sino que la gente que pagó dinero por los contenidos que ofrecía JManga se va a quedar sin ellos (!) Hay quien argumenta que lo que hace JManga no es “vender” los mangas, sino “alquilarlos”. En cualquier caso, gente que ha gastado dinero por unos contenidos va a dejar de poder disfrutar de ellos, sin previo aviso (bueno, un “previo aviso” de solo 15 días) ni posibilidad de recuperar el dinero ni nada.

Desconozco los motivos que han llevado a JManga a tomar tal decisión, tan drástica. ¿Se podría haber hecho mejor? Tal vez sí (yo pienso por ejemplo en la posibilidad de dejar activa la plataforma, aun sin servicio de soporte, durante 2 o 3 años, para que la gente que ha comprado ese material lo pueda disfrutar durante todo ese tiempo). El caso es que se ha hecho de una manera que a mí me parece muy poco atinada.

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El manga digital

El caso me pone muy triste, primero porque soy un ferviente defensor del manga en formato digital y estos fracasos dan mucha lástima, y segundo porque este suceso va a dar la razón a tantos y tantos que alegaban que no compraban cómics o libros digitales (legales, se entiende) porque las plataformas de distribución no les inspiran confianza. Vamos, que va a dar (aún más) alas a la piratería. Flaco favor que hace JManga a los contenidos legales de cómic digitales en particular y al manga en Occidente en general, la verdad.

Si seguís este blog habitualmente, sabéis que soy un enamorado de los libros. Nunca me he parado a contar los libros que tengo, pero os puedo asegurar que son muchos miles de volúmenes. Con esto quiero decir que amo el libro, amo el papel y en absoluto soy “enemigo” de él. Pero, eso sí, de un tiempo a esta parte me hecho un gran partidario de los contenidos digitales, y creo que el manga es tal vez el contenido “originalmente en papel” más apropiado para el formato digital.

Hay dos razones principalmente por lo que digo esto: el espacio y el precio. Y un tercero que sería la variedad.

El factor espacio

Los mangas suelen ser muy largos, con decenas de tomos que suman miles de páginas. Coleccionar manga en papel puede ser una locura en este sentido. La colección de Naruto, compuesta por 63 tomos ahora mismo, ocupa como un metro de espacio en estantería y me dicen que pesa unos 13 kilos. Como alguien que ha tenido que enfrentarse a más de una mudanza, os aseguro que el tema libros es de lo más fastidioso, por lo muchísimo que pesan y el espacio que ocupan. El digital soluciona este problema de un plumazo, ya que en un disco duro que pesa unos pocos cientos de gramos puedes tener miles de volúmenes.

El libro físico y su defensa acérrima creo que es una cuestión puramente generacional. A muchos de nuestra generación les horroriza el hecho de perder el “tacto y el olor” del papel a cambio de fríos libros electrónicos. Pero, como feliz poseedor de un iPad desde hace un par de años, os aseguro que esto se olvida enseguida. Cierto, de vez en cuando apetece leer un libro tradicional, por supuesto, pero lo cómodo y versátil que resulta leer en una tableta (posibilidad de tener cientos de libros a mano, poco peso, posibilidad de ampliar el texto o el dibujo…) me parece una pasada. Yo creo que las generaciones venideras verán al libro como un bonito anacronismo, un poco como ahora son los vinilos. Somos nosotros los que nos resistimos al cambio.

El factor precio

Los mangas en general son de lectura muy rápida (los japoneses se leen un tomo en cuestión de pocos minutos, ¡es alucinante verlo!) Esto hace que el ratio “precio del tomo x tiempo de lectura y disfrute” es muy bajo en el caso del manga. Esto provocó que yo, gran amante del cómic desde niño, dejara de leer cómic (manga incluido) en mi adolescencia porque no tenía mucho dinero disponible para estos gastos y simplemente quería que mi dinero “me durara más”, así que me pasé a las novelas. Y como yo, imagino que tantos y tantos otros.

¿Cuánto tardáis en leer un tomo de manga normal (sin contar Bakuman., Detective Conan y similares)? ¿Media hora? ¿Una hora a lo sumo? Siguiendo el ejemplo de Naruto de antes, coleccionar en este momento desde cero equivale monetariamente a 7,5 euros x 63 tomos = 472,5 euros. Si estimamos que tardamos media hora para leer un tomo, obtenemos 31,5 horas de lectura a cambio de 472,5 euros.

Obviamente, hay MUCHOS más factores aquí, por ejemplo el hecho de comprar un tomo mes a mes (o cada dos meses) que hace que el esfuerzo económico se diluya mucho en el tiempo y no nos demos cuenta, disfrutar del dibujo de Masashi Kishimoto, releer una y otra vez las historias, ser un fan acérrimo, etcétera, que hacen que esta inversión se dé por buena. Sin ir más lejos, yo tengo en mi colección miles de tomos que he pagado a precios similares (un poco más baratos porque tengo la suerte de poder leerlos en japonés y comprarlos en Japón, pero bueno, os hacéis una idea).

En papel, fuera de Japón, los mangas en general son caros porque las tiradas son pequeñas. Un tomo de manga de 200 pg. en España cuesta de 7 a 9 euros. El precio viene dado por muchos factores, pero uno muy importante es la tirada: cuanto más ejemplares se impriman, más barato resultará el precio final para el consumidor.

Pero como el manga es caro, se vende poco. Como se vende poco, hay que ponerlo caro. Es la pescadilla que se muerde la cola.

El formato digital podría ayudar a paliar esto. El hecho de no tener que imprimir, encuadernar y distribuir los libros físicos necesariamente haría que los precios bajaran hasta unos niveles aceptables tanto para los autores/editoriales (venderían a menos precio, pero a mucha mayor cantidad y los números saldrían igualmente, o incluso mejor seguramente) como para los lectores. Lamentablemente, a día de hoy esto todavía no es así: la baja demanda que hay todavía de libro electrónico fuerza a poner precios más elevados para hacerlos rentables, lo que a su vez indigna y provoca rechazo al lector potencial. De nuevo, otra pescadilla que se muerde la cola.

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El factor variedad

Nos estamos perdiendo mangas muy buenos porque en papel no funcionarían (no obtendrían buenas ventas). Pero no tenemos opción de leerlos en digital.

Hay 300 millones de lectores potenciales en español y me niego a pensar que si el acceso a los mangas fuera fácil y su precio fuera económico no resultarían rentables. Hay que esperar a que el libro electrónico se difunda más en España y Latinoamérica, pero cuando lo haga yo creo que va a ser rentable publicar manga en digital.

Yo creo que, con un mercado de manga digital sano y fuerte, establecido (dentro de unos años), será rentable editar mangas que ahora no lo son. Por los mismos motivos que he dicho antes de precio y disponibilidad (sencilla, inmediata y para todo el mundo hispanohablante) .

El futuro según lo veo yo

El “suceso JManga”, aparte de provocar seguramente un retraso de un par de años mínimo en el desarrollo del mercado del manga digital, hará seguramente que la gente no se fie más de servicios de manga digital que no permitan “tener controlado” el contenido que compras. Por eso, creo que ahora las opciones viables se reducen solamente a dos.

  1. Plataforma tipo iTunes, de fácil acceso y amplia biblioteca con todas las novedades de las principales editoriales y un fondo de clásicos considerable. Con un clic, compras descargando el contenido, que pasa a tu biblioteca. Usar o no DRM será aquí una opción de la empresa de turno, pero… Al fin y al cabo todo es pirateable, tenga DRM o no, así que no sé yo si el DRM será contraproducente al igual que lo ha sido en el campo de la música. Pero este es un problema, una cuestión, a la que tendrán que enfrentarse las empresas.
  2. Plataforma tipo Spotify, de tipo suscripción. Por una cantidad al mes, lees todo lo que quieras que esté en su biblioteca, que de nuevo tendría que tener las novedades principales y un fondo considerable. Aquí el concepto “poseer” el producto ya no se aplicaría, por supuesto. Todo el mundo tendría claro, igual que lo tenemos con Spotify, que el contenido no es “suyo”, sino que lo está leyendo por streaming gracias a su suscripción mensual. Otra opción sería ofrecer el servicio gratis a cambio de que mientras leamos el manga nos salten de vez en cuando páginas con publicidad, exactamente igual que Spotify.

Sobre el libro físico, a la larga, creo que acabará por ser objeto de lujo. Ediciones preciosas para regalar, conservar y coleccionar. En absoluto va a desaparecer, solo que lo más rentable y atractivo a los ojos del público se editará simultáneamente en digital y físico y el lector podrá elegir. Un poco como ocurre ahora con los CD o los DVD / BluRay, que cada vez están más currados y atractivos a la vista.
Y, bueno, estas son mis consideraciones. ¿Qué opináis vosotros?

 

Reto manga

Monday, February 25th, 2013

Pues yo también me apunto al reto manga. Voy a ser breve en las explicaciones por cuestión de tiempo, ¡espero que no os importe! Ya avanzo que esto va a ser complicado, más que nada porque nunca he guardado un “ranking mental” de las series que he leído, o que me gustan, o que disfruto… Tengo gustos muy variados y leo un poco de todo, y es difícil que me quede con algo.

1. Tu manga favorito
Uf, ya empezamos. Hay tantos mangas que me gustan que me cuesta muchísimo elegir uno solo. Por razones sentimentales, estaría entre Dr. Slump, Dragon Ball y Akira.

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2. El manga que más veces te hayas leído
No suelo releer mangas precisamente porque tener acceso a tantísimas obras hace que siempre tenga una pila enorme de “mangas por leer”, así que como para releer cosas estoy. Aquí tal vez se encontraría Akira.

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3. Un manga que te hayan regalado
¡Han llegado a regalarme muchísimos! Pero voy a destacar la caja que el autor de manga erótico Chiyoji me mandó como agradecimiento tras haber estado con él y su esposa en el Festival de Cine Erótico de Barcelona de 2005, en la que venían auténticas joyas del manga alternativo y viejuno (ediciones de los años 60, bastante caras hoy en día en el mercado vintage), como por ejemplo obras de Tatsumi, de Yū Takita o varios ejemplares de lujo de obras de Yoshiharu Tsuge, uno de ellos, Yume no sanpo. firmado por el propio Tsuge. ¡Regalazo!

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4. Tu manga favorito de la infancia
En mi infancia no se editaba manga, así que voy a destacar Dragon Ball, que empezó a editarse en mi adolescencia, lo que me llenó de alegría.

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5. Un manga que te haya marcado de por vida
Iba a poner de nuevo Dragon Ball, indiscutiblemente el que más me ha marcado y que en realidad debe estar aquí por méritos propios, pero para no repetir voy a mencionar a Shin Chan, el primer trabajo de traducción que tuve (su versión anime, pero después también el manga) y que sin duda ha marcado mi carrera como traductor profesional.

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6. Un manga que te haya enseñado algo sobre la felicidad
Tal vez Fénix, pero no solo sobre la felicidad, sino sobre les emociones, pasiones, vilezas y virtudes del ser humano en general. Obra maestra.

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7. Un manga que te haya dejado triste
Pues hay varios, pero puedo mencionar a Munō no hito (El hombre sin talento), de Yoshiharu Tsuge, por la capacidad que tiene Tsuge de transmitir todo tipo de sensaciones, como la tristeza, la infelicidad, la impotencia, etcétera, a través de su arte.

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8. Un manga con el peor final
Yū Yū Hakusho. La mayor troleada (hasta el momento) de Yoshihiro Trollgashi.

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9. Tu clásico favorito
Black Jack (y lo pongo para no repetir Fénix). Una auténtica maravilla. Aquí también se está colando El lobo solitario y su cachorro, que me está fascinando (lo estoy leyendo en estos momentos).

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10. Un manga que siempre te anima
KochiKame me distrae mucho, y a la par me permite aprender muchísimas cosas.

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11. Un manga que relees a menudo
Ninguno en especial. Alguna vez me ha dado por releer Dr. Slump, pero solo dos o tres veces. Me encanta.

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12. El manga más largo que hayas leído
No cuento KochiKame porque “solo” lo sigo desde el tomo 140 o así (ahora va por el 185), con lo que este cetro va para Naruto, que también es el manga más largo que he traducido (63 tomos y contando).

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13. Un manga que te haya hecho enfadar
Si un manga me aburre, o me cabrea, lo dejo y punto. Eso sí, hay algunos que me ha tocado traducir que directamente me han irritado mucho, como por ejemplo Highschool of the Dead (Apocalipsis en el instituto), que me parece absurdo a más no poder (argumentalmente hablando). Ouran Host Club y Trigun no le van a la zaga. XD

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14. El manga con la mejor historia de amor
Dōsei Jidai (La época en la que vivíamos juntos) de Kazuo Kamimura me parece una pasada. Poético y realista.

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15. El manga más violento que hayas leído
Kagayake! Daitōa kyōeiken, de Shintarō Kago. Uffff.

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16. Tu saga preferida
Últimamente he disfrutado mucho con la de Eiji Niizuma y Crow en Bakuman (tomos 15-16).

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17. Un manga con el que te identifiques
Kingyoya Koshoten (Librería de viejo Kingyoya), porque me encanta rebuscar entre las librerías de manga vintage japonesas e ir desenterrando viejas maravillas. Este manga va precisamente de eso, con historias autoconclusivas muy emotivas que giran alrededor de una obra de manga distinta cada vez, y me gusta muchísimo.

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18. Un manga que te gustaría haber escrito
Muchísimos, pero veo que no he puesto nada de Urasawa todavía, y es uno de mis autores favoritos y debe aparecer aquí, así que voy a poner Monster. También Death Note me encantó en este sentido.

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19. Un manga que te gustaría que te dedicaran
Tengo la suerte de haber conocido a (y haber conseguido dedicatorias de) muchos autores de manga, algunos auténticos monstruos. Así que voy a poner un imposible y diré que cualquiera de Tezuka, porque ojalá hubiera podido conocer al gran maestro. Si tuviera que elegir una obra, seguramente sería Fénix o Black Jack, pero ya que han salido las dos antes, aquí pondré Astroboy (Tetsuwan Atom).

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20. Un manga que te encantó, y que ahora no te gusta nada
Hunter X Hunter no es que me guste “nada” (tampoco es eso), pero los primeros tomos me encantaron y causaron una gran impresión en mí (también fue de lo primero que leí en japonés “a pelo” en mi época de estudiante), pero a partir de la saga de Greed Island me aburrió sobremanera, por no decir lo de las Chimera Ant. Ahora, traduciéndolo, voy a poder darle una segunda oportunidad y releerlo, y seguramente le cogeré el gusto, pero de momento este es uno de los pocos mangas que, por aburrimiento, he dejado tras haberlo seguido durante años.

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