- Título: わたしは真悟 –Watashi wa Shingo– (Yo soy Shingo)
- Autor: Kazuo Umezu
- Editorial: Shōgakukan
- Revista: Big Comic Spirits
- Años publicación: 1982-86
- Clasificación: horror, misterio
- Tomos: 10
De nuevo os machaco con una reseña de una obra de Kazuo Umezu, el rey del manga de terror. Es curioso lo que me pasa con este autor, ya que, sin tampoco tener la sensación de que sus obras me enganchen muchísimo ni tener conscientemente especial ganas de seguir leyendo obras suyas, cuando examino mi biblioteca para ver que podría leer a continuación, es muy frecuente que acabe escogiendo una obra de Umezu. No sé qué tiene este autor, creo que es una especie de gusto adquirido por mí, que hace que tenga una curiosidad inmensa por ver qué historias ha contado a lo largo de su carrera.
¿Motivos? Puede haber varios, pero se me ocurren a bote pronto estos:
1) Argumentos esperpénticos, basados en premisas que jamás se me habrían ocurrido (ejemplo: una escuela entera es transportada a un futuro en el que la humanidad ha sido arrasada en Hyōryū Kyōshitsu / un trozo de carne de una factoría alimentaria se desarrolla hasta obtener conciencia y cuerpo en 14 sai).
2) El dibujo tan peculiar y característico. Esas caras de inocencia que se convierten en muecas de terror, ese ambiente opresivo en el que domina el color negro, esa ortopédica forma de correr de los personajes en las viñetas…
3) El propio carácter del autor, un hombre extremadamente excéntrico, muy divertido y jovial. Kazuo Umezu me cae tan bien que me dan ganas de leer más cosas suyas.
Watashi wa Shingo (Me llamo Shingo) es considerada una de las grandes obras de la época tardía de Umezu, en los años 80 y de hecho, el crítico de manga Tomofusa Kure, con el que coincidí hace muchos años en una conferencia y personalmente creo que es una persona en cuya opinión vale la pena confiar, afirma categóricamente en el epílogo del tomo 1 de la versión de bolsillo de este manga que no es que esta obra sea una de las mejores de Kazuo Umezu, ni siquiera una de las mejores obras de terror-suspense del manga, sino que merece ser considerada una de las mejores obras del manga en general (incluso llega a ir más allá y afirma que, de entre toda la creación cultural de los años 80 en Japón (incluido literatura, cine, teatro, música…) Watashi wa Shingo está, en su opinión, en primerísima fila).
¿Está Kure exagerando en su opinión? La verdad es que no lo sé. Para variar, por varias razones como por ejemplo el factor espacio de mi estantería, solo he podido leer el primer tomo de los 7 de los que consta la versión de bolsillo y, aunque me gustaría continuar, de momento no puedo hacerlo porque no tengo acceso. Y aunque ese primer tomo tiene 324 páginas de manga, una buena cantidad, es tan introductorio que apenas sé por dónde enfocar la reseña, ni mucho menos corroborar la opinión de Kure.
Esta historia cuenta cómo llegan dos robots industriales a la fábrica del padre del protagonista, Satoru. Satoru es un chaval muy rarito, muy despierto y con una imaginación desbordada, muy disperso para lo que no le llama la atención pero increíblemente atento para lo que sí (que suelen ser chorradas). El hecho es que la llegada de estos robots acaba siendo una obsesión para Satoru y también para una chica que se llama Marin y con la que congenia enseguida en una especie de flechazo infantil de amor a primera vista.
De vez en cuando aparece la figura del narrador que, en primera persona, realiza puntualizaciones del estilo “en aquel entonces, yo no era todavía consciente de lo que acabaría significando Satoru en mi vida”, de lo que se deduce que es el propio robot el que, en un futuro estimamos que lejano, está contando la historia en plan flashback. Es caso es que Satoru y Marin se cuelan por las noches en la fábrica y empiezan a toquetear la máquina, a la que los trabajadores han llamado “Monroe” (de Marilyn Monroe), a su gusto para que les reconozca, diga sus nombres, etcétera.
Francamente, la historia la he leído con bastante rapidez porque es una obra de Umezu, en las que prima la acción y hay poco texto, lo que la convierte en una historia fácil de leer y de digerir. Pero tampoco ha terminado de engancharme, y mucho menos de convencerme de que lo que afirma Kure en su epílogo sea cierto. Obviamente, lo suyo es seguir leyendo hasta el final, algo que pienso hacer en cuanto pueda, que espero que sea prontito.
Lo mejor
- Muy fácil de leer, te sorprendes pasando página tras página hasta que… ¡Oh! ¿Ya se ha acabado el tomo?
- El mundo y el ambiente typical Umezu
Lo peor
- He leído un tomo entero de 320 y pico páginas y aún no sé muy bien adónde quiere llevar Umezu la historia… Porque es él y porque le conozco, pero si fuera otro autor seguramente pensaría que tanta indefinición no es buena y descartaría la obra por no ir al grano.
Comentarios recientes