- Título: 赤塚不二夫1000ページ -Akatsuka Fujio 1000 pages- (1000 páginas de Fujio Akatsuka)
- Autor: Fujio Akatsuka
- Editorial: Hanashi no Tokushû
- Revista: Varias
- Años publicación: 1975
- Clasificación: shônen, humor
- Tomos: 1
El 2 de agosto de este año se anunció el fallecimiento de Fujio Akatsuka, auténtico padre del manga de humor y uno de los integrantes de la famosa generación de los apartamentos Tokiwa, la generación que, siguiendo los pasos del gran maestro Tezuka, puso las bases de todo lo que es el manga actual. Cómo no, aparte del post-esquela que puse en su momento, lo más adecuado para rendirle homenaje en este humilde blog es comentar al menos una de sus obras. Es difícil decantarse por una sola, ya que tiene al menos cuatro que son las más representativas: Osomatsu-ku, Tensai Bakabon, Môretsu A-Tarô y el shôjo Himitsu no Akko-chan.
Pero existe un libro que es como un resumen magistral de su obra de humor, una puerta de entrada ideal a su mundo: es este Akatsuka Fujio 1000 pages, o 1000 páginas de Fujio Akatsuka. Publicado originalmente en 1975 por la minúscula editorial Hanashi no Tokushû, se pasó muchísimos años sin ser reeditado hasta que en septiembre de 1998, la editorial Fusôsha lo rescató del olvido y lo volvió a publicar (ahora, al parecer, vuelve a estar agotado y, por lo que veo, está bastante cotizado en el mercado de segunda mano). Recuerdo haber visto muy a menudo este libro durante mi primer año en Japón, en Kioto en 1999-2000, y siempre me había llamado la atención por su evidente grosor y tamaño A-4. Precisamente por eso, por el peso y el tamaño, no lo adquirí en aquel momento. Pero siempre se me había quedado clavada la espina y hace uno o dos años conseguí encontrar un ejemplar de la primera edición, de 1975, en una librería de segunda mano.
Como indica su propio título, estamos ante un libro muy grueso de 1000 páginas, de tamaño DIN A-4, embutido dentro de una caja de cartón (algo muy habitual cuando se trata de diccionarios, obras de consulta, u ediciones muy de lujo en Japón, pero no tanto en el caso de manga). Y lo mejor de todo es que es un recopilatorio muy interesante de varias historias del “mejor” Akatsuka, ya que después de la publicación de este tomo en 1975, mucho de lo que creó este dibujante fue más bien poco destacado.
En las 1000 páginas que contiene, tenemos historias de (por orden) Osomatsu-kun (164 páginas), Môretsu A-tarô (221 páginas), Tensai Bakabon (271 páginas), Tensai Bakabon no oyaji (130 páginas), Rettsura Gon (132 páginas) y Gag Guerrilla (72 páginas). Esto significa que tenemos muchas páginas de muestra de sus tres obras de humor más representativas (Osomatsu, Bakabon y A-tarô), lo que convierte a este tomo en una verdadera joya, un “digest” ideal para los que quieren introducirse en la obra de Akatsuka pero no saben por qué obra empezar, así como para los que no tienen mucho tiempo pero aun así quieren leer un buen muestrario de este autor. Editar a Akatsuka fuera de Japón sería poco menos que un suicidio (enseguida explico por qué), pero si alguna vez se hiciera, estoy convencido de que la mejor manera de introducirlo sería con este tomo.
¿Por qué publicar a Akasuka en Occidente sería tan arriesgado? Pues sencillamente porque es un humor muy japonés, muy burro, y también porque es muy antiguo. El dibujo es muy simple y los chistes son muy de su época, con algunas cosas que hoy en día se percibirían como “discriminatorias”. En anime todavía puede funcionar, pero en manga, que requiere que el lector ponga dinero de su bolsillo para adquirir el libro y leerlo, francamente lo veo difícil. Además, sus obras son muy largas: Osomatsu-kun tiene unos 34 tomos (según la edición, el número puede variar, pero para que os hagáis una idea), Bakabon unos 20 y A-tarô 12.
En Japón es un autor que funciona (bueno, funcionó en su momento, en los años 60-70, y actualmente sigue vendiendo por el efecto nostalgia), pero fuera de Japón no me parece una opción viable. Hasta cierto punto, y salvando las diferencias, se podría decir que Akatsuka es el Ibáñez japonés (o viceversa) y que los Osomatsu-kun, Bakabon, A-tarô y tal son los Mortadelo, Pepe Gotera y Otilio y Botones Sacarino de Japón (y viceversa). Realmente, si nos ponemos a comparar resulta bastante curioso ver las similitudes: humor cafre basado en el slapstick y en juegos de palabras, dibujo sencillo caricaturesco, y ambos grandes fenómenos en su país, pero prácticamente desconocidos fuera de él. Asimismo, la tendencia en ambos autores (Akatsuka e Ibáñez) de apoyarse mucho en los juegos de palabras y de dar idiosincradia idiomática a cada personaje para que hable de cierta manera distintiva hace que su traducción a otros idiomas resulte francamente complicada y con un elevadísimo peligro de pérdida de frescor y espontaneidad.
¿Y de qué van las historias? Pues más que nada son excusas para poner a los personajes en situaciones cómicas. En el caso de Osomatsu-kun, son seis mellizos que hacen de las suyas acompañados de algunos secundarios de excepción como el dentudo Iyami o el pequeño cabezón Chibita. En el caso de Bakabon, tenemos a una familia en la que el padre (del que nunca se dice el nombre y es conocido como “el padre de Bakabon”) es el verdadero protagonista: es un auténtico idiota (baka significa idiota) que no para de hacer cosas absurdas. Su hijo Bakabon no le va a la zaga, por cierto. En cambio, su mujer y su hijo pequeño son más normales (el hijo pequeño es bastante genio, de hecho, igual que Turbo en Dr. Slump). En A-Tarô, están A-Tarô y su ayudante Dekoppachi como protagonistas, aunque los secundarios, como el gato Nyarome (el de la portada de este libro) y el policía que siempre dispara a lo loco tienen mucha importancia también. Las otras dos historias (Rettsura Gon y Gag Guerrilla) son un bonito “bonus” del tomo y nos dan una satisfactoria muestra de lo que es la obra de Akatsuka más allá de sus tres grandes obras cómicas, siendo Rettsura Gon más infantil y Gag Guerrilla bastante más cafre y para público adulto.
Lo único que, en mi opinión, falla en el libro son los artículos complementarios que lleva. Supongo que fueron escritos en plan “homenaje” por famosillos de la época, aunque de los ocho que lleva solo me suena un nombre: el del director de cine Jûzô Itami (cuyas películas me encantan, por cierto). Y francamente, los artículos son infumables porque me temo que la mayoría de ellos quiso hacerse el graciosillo y se dedicó a escribir en plan “guay”, lo que resulta una tortura de leer. También hay dos o tres que van en plan académico, totalmente áridos. Por suerte, al final del tomo se nos ofrece una entrevista con el autor realizada por Makoto Wada (el editor del libro, que seleccionó las historietas que lo componen) y una completísima lista de la obra de Fujio Akatsuka desde su debut hasta 1975.
En definitiva, como ya he dicho antes, estamos ante un libro ideal para introducirse en el mundo humorístico de Akatsuka, el padre del manga de humor absurdo japonés, de cual se inspirarían, directa o indirectamente, grandes éxitos posteriores como Gaki Deka, Makoto-chan, Dr. Slump, Kinnikuman, Urayasu Tekkin Kazoku y tantas otras obras.
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