- Título: オバケのQ太郎 –Obake no Qtarō– (Qtarō el fantasma)
- Autor: Fujiko F. Fujio / Fujiko Fujio Ⓐ
- Editorial: Shōgakukan
- Revista: Shōnen Sunday
- Años publicación: 1964-66 / 1971-74
- Clasificación: shōnen, kodomo
- Tomos: 12 + 4
Obake no Qtarō fue el primer gran éxito del dúo Fujiko Fujio (Hiroshi Fujimoto y Motoo Abiko) después de diez años de dificultades desde que se mudaron a Tokio a mediados de los años 50. Estos primeros diez años de carrera profesional, en los que vivieron en casi todo momento en los míticos apartamentos Tokiwa-sō, fueron realmente arduos, muy difíciles, y hubo épocas en las que llegaron a tener serios problemas para pagar el alquiler y hasta para comer.
Qtarō fue un encargo de la Shōnen Sunday, la primera revista de manga semanal junto con la Shōnen Magazine. Hacía solo cinco años que se había fundado la publicación y el manga estaba evolucionando muy rápidamente gracias a este nuevo sistema de publicación por entregas semana a semana. Cuando antes los dibujantes de manga estaban obligados a meter con calzador todo lo que querían contar en las pocas páginas que se les permitía publicar al mes –lo que se traducía en páginas muy cargadas de viñetas y bocadillos–, ahora existía la obligación de rellenar ¡cada semana! entre 6 y 10 páginas de cómic (actualmente el estándar es de unas 20 páginas a la semana). Así, rápidamente los dibujantes, que generalmente llevaban entre 2 y 4 series simultáneamente (Tezuka e Ishinomori, superhombres ellos, llevaban como 6 o 7), empezaron a buscar fórmulas para poder dibujar tan rápido como fuera posible. Así, empezó a surgir el manga tal como lo conocemos ahora, de ritmo trepidante, espectaculares viñetas, experimentos con la narrativa y el dibujo, acciones que en la vida real durarían un segundo detalladísimas hasta el punto de que ocupan viñetas y viñetas, incluso páginas enteras (recordemos la famosa escena de la bala con la que empieza Hotel Harbor View)… Se puede decir que el advenimiento de las revistas semanales fue decisivo en la evolución del manga.
Pues bien, fue en este clima cuando muchos de autores que habían estado batallando duramente hasta el momento para ganarse la vida consiguieron por fin saborear el éxito. En los años 60 despuntaron y se convirtieron en verdaderas “vedettes” del manga autores capitales como Fujio Akatsuka, Shigeru Mizuki o Sanpei Shirato, así como el dúo Fujiko Fujio, que se sumaron al elenco de autores ya consagrados desde antes, como Tezuka, Ishinomori o Mitsuteru Yokoyama.
Hacía muchos años, desde 1988, que Obake no Qtarō no se reeditaba en Japón –lo que provocó que los tomos de 2ª mano de esta obra se pagaran a precio de oro–. En 1987 se separó el dúo creativo Fujiko Fujio, que a partir de entonces pasarían a ser conocidos por separado como Fujiko F. Fujio y Fujiko Fujio Ⓐ. Como a partir de la segunda mitad de los años 60 se encargaban cada uno de las series que llevaban (solo que firmaban con el mismo seudónimo), al separarse se repartieron sus obras. Así, Fujiko F. Fujio es el autor de Doraemon y Kiteretsu, mientras que Fujiko Fujio Ⓐ firma Ninja Hattori-kun y Manga Michi, entre muchas otras más por cada lado. Pero Obake no Qtarō fue una obra creada realmente entre los dos, y por lo tanto supongo que se encontraban en el dilema de determinar a quién pertenecían los derechos exactamente.
No fue hasta el verano del año pasado cuando por fin se solventó el problema y salió a la venta, después de más de 20 años, una nueva edición de Qtarō, en el marco de las Obras Completas de Fujiko F. Fujio, una nueva colección de tomos de gran formato y calidad que actualmente se encuentra en pleno proceso de publicación en Japón (se prevé que la primera tanda será de 33 tomos, y luego, si las ventas acompañan, publicarán más). Aunque forme parte de las obras completas de Fujiko F. Fujio, sin embargo, al abrir el tomo encontramos que se acredita a ambos autores, o sea que se puede deducir que por fin han llegado a un entendimiento Fujiko Fujio Ⓐ y los herederos de Fujiko F. Fujio. Ya era hora.
Un día, jugando a ninjas con sus amigos, Shōta se topa con un enorme huevo y decide romperlo. De dentro sale un fantasmita, de nombre Qtarō, que decide ayudarle. A partir de este momento, Qtarō se instalará en casa de Shōta y junto a la familia de este último (hermano mayor, padre y madre) vivirán un montón de pequeñas aventuras basadas en el día a día. Qtarō es un fantasmita que puede volar, hacerse invisible y traspasar paredes, y además es muy voluntarioso, tragón, ingenuo y bastante torpón. Siempre intenta ayudar a Shōta, pero normalmente entiende las cosas mal (o como le da la gana) y mete la pata, lo que genera numerosas situaciones divertidas.
Dibujo sencillo marca de la casa de Fujiko Fujio, pero historias muy entrañables y divertidas.
Qtarō es evidentemente un prototipo de personajes famosísimos de Fujiko Fujio, el “padre” de Doraemon, Korosuke (de Kiteretsu) y Hattori, entre tantos otros. Parece evidente que, una vez vieron que habían encontrado la fórmula para triunfar en el difícil mundo del manga para niños, Fujiko Fujio decidieron copiar la misma idea una y otra vez variando las personalidades de los personajes principales.
Lo que más me llama la atención, sin embargo, es la tremenda inocencia de Qtarō. Me explico: Doraemon es criticado a menudo por pintar a un chaval inútil, Nobita, que requiere siempre la ayuda de Doraemon y no es capaz de hacer nada por sí solo. En el caso de Kiteretsu, tenemos justo lo contrario: un robot inútil (Korosuke) y un chaval protagonista extremadamente inteligente. En Obake no Qtarō, sin embargo, ni Qtarō ni Shōta es más inteligente o espabilado que el otro. Ambos siempre intentan ayudarse mutuamente con mayor o menor suerte, pero su relación es mucho más igualada. A mí personalmente me da mucho mejor rollo Qtarō que Doraemon, y en este sentido he disfrutado mucho de esta obra, además del hecho de que las historietas son muy divertidas y fáciles de digerir.
Qtarō es un personaje muy conocido en Japón, aunque quizás no tanto actualmente debido a que en más de 20 años no ha habido reedición del manga ni tampoco ninguna nueva serie de anime. Hablando de anime, esta serie ha tenido tres adaptaciones a la pequeña pantalla: una en los 60 en blanco y negro, otra en los 70 y la última entre 1985 y 1987.
Obake no Qtarō fue publicado principalmente en la revista Shōnen Sunday entre 1964 y 1966, pero debido a su gran éxito también se publicó en muchísimas otras revistas de la editorial Shōgakukan, donde duró hasta mediados de 1967. Esta primera serie se recopilará en un total de 12 tomos en estas Obras Completas de Fujiko F. Fujiko. Los primeros 5 volúmenes, que recopilan todo el material publicado en la Shōnen Sunday, se publicarán durante la primera tanda (2009-10) y los otros, que recopilan todo lo publicado en otras revistas, en otras. Por otra parte, entre 1971 y 1974 se hizo una continuación repartida en varias revistas, llamada Shin-Obake no Qtarō (Nuevo Qtarō el fantasma), que en esta edición se recopilará en 4 tomos. Será la primera vez, tengo entendido, que se publicará la serie en su totalidad en forma de tomos.
Los tomos de la colección de las Obras Completas de Fujiko F. Fujio, por cierto, son impresionantes. De tamaño muy grande, en general son muy gruesos (el 1 de Qtarō tiene 446 páginas), con gran calidad de papel e impresión, y encima llevan artículos complementarios, cronologías, extras y una separata con información interesante relativa al contexto histórico de la obra (por ejemplo, como Qtarō empezó en 1964, se explican cosas sobre los Juegos Olímpicos de Tokio ’64) y otras curiosidades. Vamos, que son ediciones que harán las delicias de los coleccionistas.
Lo mejor
- Una gran sorpresa en forma de un manga muy ameno y divertido.
- ¡Qtarō es el prototipo de Doraemon!
- Los extras y la calidad del tomo.
- ¡Por fin se ha reeditado después de 21 años en el limbo!
Lo peor
- El estilo de dibujo, extremadamente simple y anticuado, es ideal para la obra pero no creo que guste a las nuevas generaciones.
- Que por culpa de estos problemas de derechos Qtarō sea casi un desconocido para las nuevas generaciones de japoneses y también para los extranjeros.
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