- Título: 劇画漂流 –Gekiga Hyōryū– (A la deriva en el gekiga)
- Autor: Yoshihiro Tatsumi
- Editorial: Seirin Kōgeisha
- Revista: Mandarake manga mokuroku / Mandarake ZENBU
- Años publicación: 1995-2006
- Clasificación: seinen, autobiografía
- Tomos: 2
Como buen aficionado a la historia del manga no pude evitar emocionarme cuando me enteré de que en noviembre y diciembre de 2008 se puso a la venta la recopilación en dos tomos de la autobiografía de Yoshihiro Tatsumi, esta Gekiga Hyōryū que fue publicada por entregas entre 1995 y 2006 en los catálogos de manga vintage de la famosa tienda Mandarake. Por cierto, la edición de los tomos conmemora el 50º aniversario de la palabra gekiga (luego explico de qué va esto). Por supuesto, no tardé en hacerme con ella y aquí está mi reseña.
Vivimos tiempos felices los amantes del manga clásico, ya que además, en este mes de marzo se ha puesto a la venta en Japón la tan esperada recuperación de la mítica Shin-Takarajima, La nueva isla del tesoro. Me refiero a la original, la de Shichima Sakai y Osamu Tezuka (en contraposición al “remake” que Tezuka hizo a principios de los años 80 para que se incorporara a sus obras completas y que editó Glénat en España hace un par de años). Por supuesto, esta edición de Shin-Takarajima, la primera desde que se lanzó el manga en 1945, también forma parte de mi colección… concretamente, la edición de lujo (porque han salido dos, la normal y la de lujo, que cuesta 8.000 yenazos pero es… ¡Un peazo lujo!). A ver cuándo tengo un rato para saborear Shin-Takarajima y compararla con el remake ochentero de Tezuka. No dudéis que cuando lo haga aquí habrá la correspondiente reseña.
En fin, no me voy más por las ramas. Empecemos por hablar de quién es Yoshihiro Tatsumi, ¿os parece? En Japón, Tatsumi no es un autor demasiado conocido, la verdad, ni en Occidente tampoco, pero por supuesto tiene sus seguidores. Este histórico autor empezó a trabajar durante los años 50 y destacó por ser uno de los primeros dibujantes que quisieron desmarcarse del manga eminentemente infantil de aquella época para empezar a crear algo que fuera más allá, algo que pudieran disfrutar lectores más adultos. Y fue el que inventó la palabra “gekiga” (dibujos dramáticos), un término que estuvo muy en boga durante los años 60 y 70 pero que luego cayó en desuso y ahora solo se usa para las obras de corte adulto de autores de los años 60 y 70 (por ejemplo, El lobo solitario y su cachorro es un ejemplo perfecto de lo que la palabra gekiga define en el Japón actual).
En los años 50, la palabra “manga” era sinónimo de cómic para niños, de trazo infantiloide y trama simplona (los que hayáis leído Astroboy, por ejemplo, tenéis un buen ejemplo de lo que era un “manga” en la época, y pongo Astroboy como ejemplo porque es prácticamente el único ejemplo que tenemos editado en España de una obra de entonces). Ahora esta percepción ha cambiado mucho y “manga” designa al cómic en general, sea para niños, para jóvenes, o incluso pornográfico. Pero en aquella época, Tatsumi y sus compañeros no querían que sus obras quedaran etiquetadas con la palabra “manga”, ya que ellos hacían “manga que no es manga” (un poco como la reticencia actual de algunos autores a llamar “cómic” a su arte para usar en cambio la expresión “novela gráfica”). Así, para diferenciar su arte de lo que hacían los demás autores de la época, Tatsumi decidió acuñar el término gekiga, una palabra que significa literalmente “dibujos dramáticos”. Pero como he dicho antes, esta palabra cayó en desuso durante los años 80 y pasó a ser sustituida por el término “seinen manga”, es decir, “manga para público adulto”.
El gekiga se caracteriza por un trazo realista que huye de los típicos ojos grandes y caricatuzaciones, así como por argumentos muy trabajados y a menudo llenos de dureza, violencia, sexo e incluso de consideraciones de tipo político. Es decir, absolutamente nada que ver con Astroboy y su tropa.
En Gekiga Hyōryū, Tatsumi nos narra una parte de su vida que va desde el fin de la II Guerra Mundial en 1945 hasta principios de los años 60, y lo hace a través de 800 páginas repletas de datos y anécdotas divididas en dos gruesos tomos. A pesar de que es una autobiografía, Tatsumi no utiliza su propio nombre en el cómic, sino que el protagonista se llama “Hiroshi Katsumi”, lo que a mí francamente me parece muy raro, máxime cuando casi todos los demás personajes de la historia sí aparecen con su nombre real. Pero bueno, sus razones tendría…
En el cómic se nos narran por ejemplo los primeros pasos de Tatsumi en el mundo del manga, cómo se quedó alucinado con las obras de Osamu Tezuka en su adolescencia, cómo conoció al propio Tezuka, cómo empezó a publicar algunas historias, etc. Luego pasa a la fundación de la mítica revista-compilación Kage y a su pugna por crear “manga que no es manga” (o sea, lo que luego bautizaría como “gekiga”). Todo esto amenizado con numerosas notas y aclaraciones sobre la sociedad y política japonesa de cada época que trata, lo que resulta muy interesante para contextualizar lo que nos cuenta. En la historia vemos cómo va evolucionando la manera de pensar y de considerar el manga de Tatsumi, a la vez que el propio mercado del manga iba cambiando, sobre todo gracias a la eclosión de las librerías de alquiler (kashi hon’ya), que se alimentaban de los autores y de las editoriales que surgieron a su estela y que generaron un gran mercado en la época.
Puntos a favor:
- Me ha parecido una obra muy entretenida e interesante y la he devorado.
- Los numerosos datos que ofrece sobre historia, sociedad y política de la época, que ayudan a contextualizar lo que nos cuenta.
- ¡¡¡¡Tatsumi es de Osaka y vivía en Hotarugaike, justo al lado de donde vivía yo durante mis tres años en Osaka!!! Las viñetas donde salen los trenes Hankyū, el Hospital Toneyama y toda esa zona me han encantado.
- Casi todo el manga está en dialecto de Kansai cerrado. Me encanta el dialecto de Kansai.
Puntos en contra:
- Tiene que gustarte el manga clásico y la historia en general para disfrutar este manga.
- El manga se acaba justo al entrar los años 60. ¿Qué hay del resto de la vida de Tatsumi?
- El protagonista se llama Hiroshi Katsumi en vez de Yoshihiro Tatsumi. ¿¡Por qué!?
- La historia se centra casi exclusivamente en la faceta de Tatsumi como mangaka. Casi no se nos cuenta nada acerca de actividades, sentimientos o problemas fuera de lo que es el mundo del manga.
Por cierto, en primicia os diré que en la solapa de los tomos, donde ponen la biografía de Tatsumi y tal, se dice que “desde incluso antes de que se publicaran estos dos tomos en Japón, se ha decidido ya su publicación en inglés y español, y se espera que se vayan definiendo otras ediciones internacionales muy pronto”. ¿En español? Fíjate, habré descubierto una primicia de alguna editorial sin comerlo ni beberlo. Tiene pinta de Ponent Mon, ¿no? ¿O será La Cúpula, que ha editado algunas obras de Tatsumi? Chi lo sa…
Demasiado tarde para que sea una primicia, :p
Astiberri anunció hace un par de meses que lo sacará en algún momento de este año.
Jajaja, me ha hecho gracia que quisieran cambiar la palabra “manga” para darle un toque más adulto a su obra, como bien dices es lo que hacen ahora muchos autores americanos y europeos, que les gusta llamar “novela grafica” a lo que ha sido toda una vida un “comic” ^_^
Pero no seré yo quién los contradiga, de hecho por lo que tu mismo explicas se nota un estilo distinto tanto en el dibujo como en la historia y la forma de explicarla.
Disfruta de tu edición de LUJO! ^_^
¡Que bien que saquen en español más obras de TATSUMI! No se si interesará mucho a los lectores de manga de este país, pero ediciones como estas deberían alimentar la curiosidad del lector profano (y no tan profano). Ya que estamos…podrías reseñar obras de YOSHIHARU TSUGE; ¡NESHIJIKI es imprescindible! De todos modos…yo lo del término GEKIGA lo encuentro un poco elitista, lo mismo que sucede actualmente con denominar un comic recopilado en tomo como novela gráfica. Un tebeo es un tebeo, sea para niños o adultos. No digo que no puedan o deban utilizarse estos términos, pero…siempre que sea para contextualizar y ubicar el comic, no para revalorarlo de forma desproporcionada y marginar otras publicaciones (algunos shonen actuales son la leche, como BAKUMAN, SKET DANCE, etc). Lo dicho, cuantos más autores (de GEKIGA^^) a descubrir…¡mejor que mejor!
Gracias por vuestros comentarios. Vaya, así que Astiberri? No lo sabía, oye! Ahora estoy más tranquilo, porque Astiberri edita muy bien sus cómics y estoy seguro de que lo harán muy bien.
Lo del término Gekiga como “elitista” que dices tú, Edu, hay que ponerlo en contexto. Cuando te leas la biografía de Tatsumi verás que en ese momento sí era justificado bustar un término alternativo al de “manga”, ya que “manga” se percibía como infantiloide y para niños. Otra cosa es que en décadas posteriores el término “gekiga” se haya “elitizado”, que no lo niego. Pero es exactamente el mismo caso que lo de “novela gráfica”. En el momento en el que Will Eisner creó el término era muy justificado, pero ahora creo que se abusa de él y ya nadie hace ni vende “cómics”, sino “novelas gráficas”.
Precisamente ayer estuve en una librería de barrio aquí en Gracia, muy catalana ella, y al ver que tenían tantos libros en catalán, pensé que tal vez tendrían manga del catálogo catalán de Glénat. Así que le pregunté a la dueña, que tendría unos 60 años “oiga, ¿tienen cómics?” Y ella me dijo “cómics no, pero un par de novelas gráficas sí que tengo”. ¡Flipa! Las novelas gráficas en cuestión eran la adaptación al cómic de “Benjamin Button” y otra que no recuerdo de una editorial minoritaria. ¿Cómics no pero novelas gráficas sí? ¡Pero si es lo mismo, señora! Estuve a punto de decírselo, pero al final me callé. XDDD Pero mira, si al final la gente pica y se compra “novelas gráficas” (aunque deteste los “cómics” y los considere “para niños”) y las disfruta, pues mejor que mejor. Se están engañando a sí mismos, pero ya va bien, al menos así descubren una manera alternativa y tan válida como otra de contar historias sin los prejuicios que conlleva la palabra “cómic”.
Y eso mismo es lo que pasó a finales de los 50 en Japón cuando Tatsumi quiso desmarcarse del “manga” y acuñó la palabra “gekiga”.
Por cierto, Edu, ya comenté una vez una obra de Tsuge e incluso publiqué una scanlation de Neji-shiki. Aquí van los links:
http://marcbernabe.blogspot.com/2008/01/mun-no-hito-el-hombre-sin-talento.html
http://marcbernabe.blogspot.com/2008/03/scanlation-de-neji-shiki-la-espita.html
Uoh! No me acordaba de los reports de Tsuge! Me los volveré a leer con calma. Si, bueno…la “novela gráfica” de Benjamin Button ya la vi el otro día; seguramente entraría más en la “categoría” (si se puede llamar así) de libro ilustrado, pero no deja de ser un comic. Pero es curioso que algunos mangas para adultos se los considere gekiga, como LADY SNOWBLOOD o FEMALE SCORPION (sendas obas reconocidas como tales por sus autores), cuando yo solo veo en ellas una clara deformación del primer manga pornográfico o para ser más exactos del primer “sexplotation”, ligado intrínsecamente con el primer boom del pinku eiga. Vaya, que me tendré que leer la biografía de Tsuge, pero no me dirás que las publicaciones gekiga se las leian un reducto de lectores elitistas o dentro de las movidas underground del momento (un poco como la revista GARO). Aunque intentasen reflotar el manga para un público adulto…sigo pensando que se automarginaban. Pero bueno, insisto, debo leerme la biografía de Tsuge. Es más, tengo muchas ganas de leermela ^_^.