Como podéis comprobar, tengo el blog totalmente parado desde hace ya demasiado tiempo para mi gusto. No es que haya dejado de leer manga, pero sí que es cierto que puedo leer mucho menos que antes por una cuestión de trabajo y, sobre todo, paternidad. En todo caso, es mi intención retomar las reseñas algún día. Eso sí, como cada año, para la tradicional entrada sobre estadísticas sí vale la pena dedicar unas horas y sacarlas de donde sea: y, de nuevo, aquí estamos para ver las cifras del año 2016.
Como es habitual, antes de empezar a leer recomiendo repasar lo dicho el año anterior para contrastar. Además, aquí tienes un índice con todas las realizadas desde el año 2008 para poder consultar todo el histórico.
Como siempre, toca hacer el corta y pega explicativo, para que nadie se lleve a engaño sobre lo que son y, sobre todo, lo que no son, estas estadísticas. Solo contamos las novedades (no se cuentan relanzamientos a precio reducido ni segundas o terceras ediciones, aunque sí reediciones en formato distinto al que aparecieron en su origen –kanzenban, bolsillo, tomo doble…-). Independientemente de que una novedad tenga una tirada de 500 o 20.000 ejemplares –dato que no podemos saber–, para nosotros será solo una novedad. Tampoco el número de páginas influye: cuenta igual un tomo de Naruto de 190 páginas como la reedición en dos tomos en cofre de Nausicaä, de unas 1100 páginas en total (es injusto, lo sabemos, pero de algún modo tenemos que hacer el recuento).
No barajamos cifras de tiradas ni de ventas simplemente porque las editoriales no las facilitan. Por eso, aunque podamos llegar a una conclusión (p.e., el mercado del manga en España está en auge), esta conclusión solo se aplica al hecho de que sale una cantidad superior de novedades con respecto a los últimos dos o tres años. Si supiéramos otro tipo de cifras, la conclusión podría ser radicalmente distinta (ejemplo: aunque el mercado parece estar en auge, lo cierto es que estamos en declive porque la tirada media o el promedio de las cifras de ventas son muy menores y por lo tanto arrojan menos beneficios a las editoriales. O al contrario, que efectivamente está en auge. Pero esto no lo podemos saber.)
Vamos allá con la cifra de tomos de manga editados en el año 2016:
Pues bien, el gráfico habla por sí mismo: las cifras de 2015 no solo se mantienen sino que siguen aumentando y conseguimos un tercer dato histórico muy meritorio: un total de 686 novedades. Una cifra que solo queda por detrás de los “años locos” de la burbuja económica y manga 2007 y 2008, por encima incluso de 2005 y 2006, cuando se estaba fraguando dicha burbuja, y de 2009, cuando, a pesar de que ya había reventado, seguía habiendo inercia en el mercado. Lo que lleva, inevitablemente, a la pregunta… ¿Estamos ante una nueva burbuja manga? Más tarde intentaremos dar una respuesta a esta pregunta, de momento la dejaremos aquí. Lo que está claro es que el equilibrio de entre 350 y 380 novedades al año que imperó durante los años de la crisis (2010-2014) está más que roto y el mercado está, de nuevo, en claro auge.
Bien, ¿y cómo queda repartido el “pastel” del manga por editoriales?
Veamos también el gráfico de la evolución de número de lanzamientos por editorial y año desde 2008.
Todas las editoriales, salvo dos, han batido su récord de novedades en un año. Norma se impone como la editorial que más nuevos tomos de manga ha lanzado en el año (169), desbancando a Ivrea (158), que llevaba 3 años seguidos ocupando ese podio, desde la caída de Glénat-EDT. En tercer lugar encontramos a Planeta Cómic, con 154 novedades, segundo mejor dato histórico, solo por detrás de la locura del año 2009, cuando lanzó 177. Así pues, el podio de las tres editoriales con más novedades sigue igual que el año pasado, solo que con un cambio de posiciones que no resulta demasiado significativo puesto que las tres están muy igualadas. Seguimos teniendo tres grandes editoriales muy por encima del resto, que editan el 70,1% de todo el manga que se comercializa en el estado español, una cifra muy similar a la del año pasado y bastante sana en comparación a otros años, cuando estas mismas tres editoriales copaban más del 80% del mercado.
Como siempre, y a riesgo de repetirme, lo que estamos barajando aquí es el “número de tomos nuevos de manga editados”, no conocemos tiradas ni ventas. Probablemente, de conocer otros datos estaríamos hablando de un podio muy distinto, en el que probablemente Planeta ocuparía el primer puesto ya que no en vano posee licencias potentísimas como Dragon Ball (que ha protagonizado un sonado renacimiento gracias a la edición de la Full Color Edition, Compendios, Anime Book y demás material, y estamos seguro de que las tiradas de esta serie probablemente hacen empalidecer de lo lindo a todo lo demás), One Piece o Naruto. No obstante, Norma e Ivrea probablemente van muy bien también, debido a fenómenos como Pokémon y Yo-kai Watch por parte de la primera y One Punch-man por parte de la segunda. En general, las tres editoriales que van en cabeza tienen un catálogo muy coherente y un público que ya sabe qué esperar de ellas. Planeta aprovecha el tirón de los grandes shōnen y se atreve con clásicos y seinen de gran calidad; Norma sigue con su excelente ojo a la hora de realizar licencias; e Ivrea apunta a su público tradicional (de gustos “otaku” y también público femenino) además de expandirse con apuestas más comerciales como la mencionada One Punch-man.
Tradicionalmente hablábamos de “las tres grandes más una”, que era Panini, pero el año pasado el panorama ya cambió mucho debido a la irrupción de dos editoriales que han seguido avanzando a marchas forzadas durante este 2016: Milky Way y ECC, que formaron un segundo grupo muy definido. Este año sigue bastante igual en este aspecto: detrás de las tres grandes encontramos, ahora sí se puede decir, a estas dos “medianas”, Milky Way y ECC, que siguen creciendo de forma muy destacable y con un sorprendente paralelismo (ver las líneas correspondientes en el gráfico de “Evolución del nº de lanzamientos por editorial”). Y, a bastante distancia, se encuentra Panini, que de las grandes es la única en este año, junto con Planeta, que no ha realizado su mejor dato histórico, aunque, como vemos en el gráfico, sí sigue siendo coherente y realiza una cantidad de lanzamientos manga muy estable a lo largo de los años, lo cual no debería sorprendernos ya a estas alturas: un descenso haría saltar las alarmas, mientras que un ascenso significaría que la editorial ha decidido potenciar su línea manga. La estabilidad ya conocida significa, a priori, que la editorial que publica Marvel en España ya está satisfecha con su presencia en el mercado del manga y que simplemente quiere seguir ahí, con títulos seleccionados y sin embarcarse en grandes aventuras.
Si normalmente por detrás de este grupo de cinco editoriales más Panini encontrábamos “al resto”, esta vez podemos destacar un nuevo grupo, en este caso de tres editoriales, que conforman el grupo de “las grandes entre las pequeñas”, claramente separadas del resto. Por orden, Tomodomo (12 novedades, por 14 del año pasado), La Otra H (con 11 novedades, superando las 7 del año pasado, cuando era conocida con el nombre de su editorial madre, Herder) y Ponent Mon (cuya “resurrección” en el mercado del manga se confirma, manteniendo las mismas 8 novedades que en 2015). Así pues, en total, el año pasado teníamos 17 editoriales que habían editado al menos un título de cómic japonés, y lo destacábamos como algo que nunca se había visto antes: pues bien, este año tenemos ¡18!
De estas pequeñas, tres se estrenan editando cómic japonés (Letrablanka, Minchō Press y Autsaider), dos han desaparecido de la escena (DKO, cosa que no ha sorprendido a nadie; y El Nadir, que realizó un lanzamiento puntual en 2015), mientras que el resto se mantienen en escena: Astiberri (2 novedades, igual que el año pasado), DeBolsillo (pasa de 3 a 2), Fandogamia (pasa de 3 a 1), Quaterni (pasa de 2 a 1), Gallo Nero y Yowu (1 cada una, igual que el año anterior).
Para concluir, pasemos al análisis final:
Ya el año pasado estábamos preguntándonos sobre si este auge significaba que estábamos ante una nueva posible burbuja y, aunque éramos prudentes en nuestras valoraciones, concluíamos que no por varios motivos: las editoriales tienen más experiencia y van más “a lo seguro”; el público base es mucho más amplio (hay desde niños a adultos que han –hemos– crecido leyendo manga) y se está consiguiendo, con algunas obras, romper el tradicional círculo cerrado del manga y llegar a un público más amplio, tanto general como amante del cómic americano o europeo que antes no se acercaba al manga por motivos varios. Destaco la definitiva incorporación del público infantil al manga, sobre todo con el exitazo de Pokémon, que quedó muy claro cuando los autores del manga, Hidenori Kusaka y Satoshi Yamamoto, visitaron el Salón del Manga de Barcelona, pero también con la edición de títulos como Yo-kai Watch o Super Mario, entre otros.
No parece, en definitiva, que estemos ante un auge del manga provocado por una “moda pasajera” de ningún tipo, con la salvedad de fenómenos (aunque sean pasajeros, siguen siendo fenómenos) como el videojuego PokémonGo que han contribuido evidentemente a potenciar las ventas, en este caso, del manga de Pokémon (algo positivo, puesto que su alguien empieza a leer el manga de Pokémon conducido por PokémonGo, cabe la posibilidad de que se enganche y empiece a probar con otras series y se convierta en un nuevo lector asiduo de manga).
El año pasado comentaba que el 2016 pintaba muy bien y así ha sido. Puedo no acertar con muchas cosas, pero tened en cuenta que, como profesional del mundillo manga en España como director de la agencia de traducción Daruma Serveis Lingüístics SL y traductor, estoy en contacto directo con el ambiente que se respira, con lo que, a veces de manera subjetiva, tengo “sensaciones” complicadas de explicar en pocas palabras, que me dan una indicación de si el mercado del manga está sano o no. El año pasado ya intuía que 2016 sería un buen año y en esta ocasión tengo unas sensaciones muy similares con respecto a 2017. Veo al mercado muy asentado, a las editoriales trabajando de forma muy seria, con líneas muy coherentes. Además, un indicador claro son los comentarios de editores tras el Salón del Manga, y este año, al igual que el pasado, han sido en general muy positivos. Parece ser que las ventas son satisfactorias, que hay un público fiel y estable y que, en definitiva, el mercado del manga está muy sano. ¡Y que nos dure!
Para 2017 me hace mucha ilusión un tema, que es el intento por parte de Planeta Cómic de recuperar el shōjo manga y volver a llevarlo al sitio que justamente le correspondería. El shōjo manga, creado con el público femenino juvenil como target principal, ha estado durante muchos años latente en España, e Ivrea era la única editorial que seguía editándolo con cierta regularidad. Pues bien, en el Salón del Manga, Planeta Cómic anunció un ambicioso plan de cara a 2017 para recuperar la edición de shōjo manga y han anunciado una batería potentísima de novedades al respecto. Esperemos que la apuesta salga bien y, por fin, el shōjo manga pueda volver a estar donde debe estar.
En estos momentos se edita con regularidad manga shōnen y seinen, además de apuestas de cómic japonés independiente y experimental. Entre 2015 y 2016 podemos decir que el manga para público infantil ha conseguido asentarse. Espero que 2017 sea el año en el que el shōjo se pueda recuperar definitivamente, con lo que solo nos quedaría pendiente la asignatura del manga clásico. Si bien es cierto que hay intentos de editar manga clásico (seguramente el más notable de ellos sea la edición de Relatos de Sabu e Ichi, una impresionante obra maestra de Shōtarō Ishinomori que, al parecer –y motivo mío para llorar mucho– ha pasado sin pena ni gloria), parece que el público no acaba de reaccionar de forma suficientemente efusiva como para que haya una continuidad. Aun así, la edición de títulos de Tezuka (igual ni lo consideraría “clásicos”, sino “Tezukas” a pelo, como género en sí mismo), la recuperación del Capitán Harlock por parte de Norma o la apuesta de Tomodomo por Moto Hagio con ¿Quién es el 11º pasajero?, aparte del mencionado Sabu e Ichi por Planeta o la edición de obras de Koike y Kojima (de nuevo, no sé si contarlas como “clásicos”, porque son más bien un género en sí mismas, con un público muy concreto que seguramente no se fije en otro tipo de clásicos) por parte de ECC son excelentes noticias. Ojalá algún día nuestro mercado madure lo suficiente como para que la edición de grandes clásicos del cómic japonés deje de ser una excepción y podamos leer aquellas obras en las que se asientan los actuales bombazos.
Destaco también la edición, cada vez más habitual, de obras que no son manga pero indican que nuestro mercado está cada vez más sano y cada vez consta de más variedad. Cada vez se editan más databooks, anime comics y “novelas ligeras” relacionadas de algún modo con el manga o el anime, además de videojuegos basados directamente en obras de manga. En Daruma no paramos de tener encargos que antes eran “atípicos” (aún recuerdo el trauma que supuso traducir el tomo 13 de Death Note en su momento…) y ahora cada vez son más normales y, por lo tanto, nos cuestan menos de gestionar. Los databooks, gruesos libros repletos de texto en los que se analizan todos los detalles de un manga, son ya bastante normales: el tomo 13 de Death Note fue el primero, pero desde entonces han salido databooks –varios– de Naruto, One Piece, Dragon Ball, Blue Exorcist, Ataque a los Titanes, Bakuman… En los anime comic, por su parte, se toman fotogramas de anime, se organizan como viñetas y se añade el texto en bocadillos: de estos tenemos de Dragon Ball (las películas y la serie de TV), Naruto y One Piece. Finalmente, las novelas ligeras son también cada vez más habituales. Desde obras como El niño y la bestia o Your Name (novelas basadas en exitosas películas de anime o, al revés, las novelas en las que se han basado exitosas películas de anime) a Sword Art Online (serie de novelas en las que se ha basado un potente media mix de anime, manga, videojuegos y demás productos), cada vez es más normal que se editen obras de prosa relacionadas de algún modo con el manga y/o el anime.
Destaco también el encomiable trabajo realizado por Bandai Namco Entertainment Iberica, que no para de traer videojuegos basados en manga y anime, como Dragon Ball, Naruto, One Piece, etcétera, aparte de títulos muy inspirados por el manga y el anime, como la serie Tales of (que de hecho ha inspirado a su vez mangas y animes). El hecho de que estos videojuegos sean cada vez más normales en nuestro mercado es, de nuevo, señal de que estamos ante personajes y títulos que, si bien hasta hace poco eran solo conocidos por los aficionados del manga y el anime, cada vez son más universales y de vocación generalista.
Todo ello un indicativo clarísimo de que el mercado del manga está sanísimo y que me hace afirmar que 2017 también pinta muy bien. No sé si será tan bueno como 2016, eso a estas alturas no puedo preverlo, pero ciertamente pinta que como mínimo será tan bueno como 2015. Lo ideal sería que el mercado se estabilizase alrededor de las 600 novedades al año, pero si sigue creciendo –y si trabajamos sobre la premisa de que no estamos ante una nueva burbuja– significará que el mercado en el que se basa nuestra afición está más sano que nunca. ¡Y que dure por muchos más años!
Un año más termino (y hago corta-pega…) con la mención al e-manga, que todavía está por llegar (y llegamos así un montón de años). Analizando las apps disponibles en Japón y el notabilísimo crecimiento del uso del manga electrónico en dicho país, creo que el futuro puede ser bastante excitante en este sentido, pero un año más esto no se ha acabado de trasladar a Occidente, donde apenas existen opciones para comprar manga electrónico oficial en Estados Unidos y Francia, en ambos casos a precios ilógicos, con lo que es difícil que realmente se asiente. Vamos a ver cuándo y cómo se produce el gran cambio y en qué afecta este al mercado.
De nuevo, este año hemos realizado el recuento basándonos sobre todo en las listas de Listado Manga, cotejándolas con otras fuentes. Mis agradecimientos por su encomiable labor, así como a Toni Ramírez por su gran ayuda con los recuentos.
Como siempre Marc un gran trabajo en esta entrada.
Mis espectativas para 2017 son también buenas y espero un pequeño repunte más en las novedades, pero sin pasarse que ya nos estamos empezando a saturar los que tocamos varios palos.
En el caso de Sabu e Ichi yo personalmente no lo considero una obra maestra, no porque no lo sea, si no que veo que me faltan mínimo un par de años para poderla valorar como merece. Es un manga para el que faltan un par de añitos de madurez en el mercado. Te lo digo yo que he vivido la época dorada del anime siendo un niño (con pokemon, digimon y doraemon a todas horas) y más o menos evoluciono con el mercado.
Este año ha ido por el seinen, pero quedan aperturas por hacer. El BL está empezando a repuntar y como dices el Shojo (esperemos que este año si) pegue una buena subida, las obras Josei aún creo que no están alcanzando todo el peso que deberían, pero el 2017 según preveo van a ir abriendo camino. Nos queda ampliación de mercado, pero con cabeza y sentido común seguramente lleguemos a un tope de 700 novedades sin despeinarnos.
Un saludo, gran trabajo y espero ya la próxima con ganas.
Una pena lo de relatos de de Sabu e Ichi. Esperaba que fuese a vender bien para ver más obras editadas de Ishinomori (aparte de su particular versión del videojuego de Zelda), pero parece ser que las editoriales no van a apostar de momento por más cosas del “Rey del manga”.
El 2016 ha sido un año en el que ha habido algunas licencias que han soprendido bastante, como la de Tokyo Zombie. Al 2017 le pido todavía más manga clásico, licencias “rarunas” y a ser posible alguna joyita de la época dorada de la Shônen Jump.
PD: Sigo con la esperanza de que Planeta reedite El Puño de la Estrella del Norte.
Gracias por traernos estas estadísticas tan interesantes. Un saludo.
Muy interesante como siempre!! Muchas gracias por dedicar el tiempo a hacerlo!! Se agradece un montón!
Muy interesante entrada, Marc.
Como librero he de decir que las ventas de manga, al menos en mi librería, han ido aumentando mes tras mes, lo cual me alegra sobremanera obviamente (ya no sólo como librero sino también como aficionado al manga), y que cada editorial tiene su público. Por ejemplo, el público “otaku” más bien juvenil tira por Ivrea y los mangas que adaptan el anime de éxito del momento (las ventas del primer tomo de “One Punch-man” y “Prison School” respectivamente fueron altas); los que se acercan al manga con ciertos prejuicios optan por Junji Ito, Maruo y demás títulos de autores con un estilo muy personal editados por ECC; y, por otro lado, Planeta y Norma al tener un catálogo más variado que el resto de editoriales abarcan una diversidad de lectores bastante variopinta, y lo mismo puedo decir de Milky Way Ediciones, con títulos tan dispares en su catálogo como “A Silent Voice” y “Last Hero Inuyashiki” o “Innocent”.
Estoy muy de acuerdo con lo que dices respecto a los mangas clásicos. “Relatos de Sabu e Ichi” es una obra maestra, pero para un lector que aún se está iniciando en el manga o ha leído pocos clásicos le puede costar valorar la obra en su contexto y catalogarla como la obra maestra que es. Puntualizo que “Relatos de Sabu e Ichi” es una obra maestra objetivamente hablando porque, guste o no en lo personal, su influencia en posteriores mangas es innegable, sobre todo a nivel narrativo y por la capacidad de Ishinomori de crear atmósferas sirviéndose del clima en las páginas de un cómic.
Sin ánimo de ponerme a analizar las (muchas) virtudes de “Relatos de Sabu e Ichi” en este comentario, continúo diciendo que el lector que acaba de comenzar o lleva poco tiempo leyendo manga por desconocimiento no conoce otras obras clásicas y no le queda otra que comparar los clásicos que caen en sus manos en base a su criterio propio; es decir, comparando dichos clásicos con lo que ha leído, que, salvo Dragon Ball, Kenshin y sucedáneos, suelen ser mangas de los 2000 en adelante; mangas con un estilo muy distinto al de los mangas clásicos pero, sin duda, al final del camino iniciado por estos.
Es algo totalmente comprensible, ya que todos hemos comenzado por algo y a todos nos sucedía lo mismo cuando nos presentaban una obra clásica. Pienso que para apreciar los clásicos como se merecen, tanto en manga, cine y otras artes como la literatura, es necesario entrenar “el paladar lector”. Del mismo modo que a alguien le puede resultar difícil valorar “El Quijote” de forma objetiva habiendo leído pocos libros (o poca literatura clásica más bien), o “Ciudadano Kane” habiendo visto poco cine clásico, lo mismo sucede con mangas de autores clásicos como Shotaro Ishinomori o los autores de “Ashita no Joe”. Ojo, estoy hablando de aprender a valorar algo objetivamente, ya que a uno le puede gustar o no “Ciudadano Kane” o, sin salirnos de contexto, “Relatos de Sabu e Ichi”, pero el hecho de que guste o no guste no impide que uno pueda apreciar su influencia y lo que supuso en su momento. De todos modos, podemos agradecer que ya se editen más clásicos del manga más allá de Tezuka y Kazuo Koike, que, como bien apuntas, podríamos considerarlos subgéneros dentro del manga clásico por la gran cantidad de títulos que realizaron y por el estilo tan particular de ambos autores. Por algo se empieza, y lo normal es que se empiece de este modo, con títulos como “¿Quién es el 11º pasajero?” o “El hombre sin talento” y no editando todo “Ashita no Joe” de golpe, lo cual visto el panorama en lo que a clásicos mangas se refiere sería un auténtico suicidio editorial (como la publicación de “JoJo”, je, je, je).
De todos modos, para entrenar “el paladar lector” también es necesario tener interés. De poco sirve leer mangas clásicos si uno comienza a leerlos con prejuicios infundados (como considerar el dibujo clásico “mal dibujo” simplemente por no ser realista (sic)) y se deja cegar por dichos prejuicios.
Un saludo y gracias por esta entrada, siempre resulta interesante ver las estadísticas anuales de manga 🙂
Gracias Marc, quien nos lo iba a decir cuando caía EDT… Tenía la sensación de que esta nueva realidad del mercado era especialmente sólida porque no dependía de grandes fenómenos o modas pero ahora después de leer la entrada ya no lo veo tan de esa manera.
Ojalá funcione el relanzamiento del shôjo porque es una parte de la afición muy entrañable y siempre hay grandes obras que no entienden de demografías. Aunque viendo cómo está el país con el debate entorno al “sexismo”…
Sobre manga clásico un hurra por Gallo Nero, que el año pasado nos trajo a Tsuge (a ver si podemos volver a leer Nejishiki) y este a Mat-chan. Y Astiberri que poquito a poquito no deja de traer material de Mizuki. Completando huecos 😉
Yo además tengo la sensación de que ha sido también un año bueno en los cines. A pesar de algunos varapalos anteriores hemos tenido de estrenos El Chico y la bestia, dos de Ghibli, por primera vez una de One Piece y algunos live action basados en mangas.
Saludos y feliz año.