- Título: ひっとらぁ伯父さん –Hitler ojisan– (Tío Hitler)
- Autor: Fujiko Fujio Ⓐ
- Editorial: Asahi Sonorama
- Revista: Varias
- Años publicación: 1976 (recopilación en tomo)
- Clasificación: seinen, humor
- Tomos: 1
El hecho de traducir hace unos meses Hitler – La novela gráfica del insigne Shigeru Mizuki hizo que recordara una historia corta que leí hace unos años, creo que en un libro de “leer y tirar” de esos que venden a precio ridículo en las tiendas 24 horas y estaciones de tren japonesas, llamada Hitler ojisan (Tío Hitler), creada por Fujiko Fujio Ⓐ. Como rebuscando en mi biblioteca no logré dar con este libro (seguramente lo tiré en alguna mudanza, ya que la calidad de estos libros es muy mala y no justifica coleccionarlos), decidí comprarlo de nuevo para releerlo, pero esta vez en su formato original.
El título completo de este libro es Black humor kessakushū – Hitler ojisan, es decir, Recopilación de obras maestras de humor negro – Tío Hitler. ¡Y no podía ser más apropiado el título, porque el humor que destilan estas páginas es negro-negro-negro! En el libro se recopila un total de ocho historias cortas publicadas en varias revistas entre finales de los años 60 y mediados de los 70.
Entre estas historias destacan las dos de temática “hitleriana”, Hitler ojisan (que da título al libro) y su secuela, Hitler ojisan no jōnetsuteki-na hibi (El pasional día a día de tío Hitler), aunque las otras seis no les van a la zaga en lo referente a calidad y crudeza. Las dos historias de “tío Hitler” nos presentan a un hombre que se parece al dictador alemán como dos gotas de agua y que viste y se comporta exactamente como él, que de repente llega a un barrio residencial japonés en su Volkswagen escarabajo y se instala como realquilado en casa de los Koike. Poco a poco, el iracundo “tío Hitler” se va imponiendo en el barrio, subyuga a los Koike y crea su propio escuadrón de niños. El final de la historia es bastante bestia, una parodia muy macabra de los campos de concentración y exterminio alemanes.
Esta faceta “bestia” de humor más negro que el carbón es lo que sorprende al leer estas geniales historias, en las que el autor se dejó de correcciones políticas y creó historias fantasiosas inspiradas en las novelas de Roald Dahl y Stanley Ellin. En estas historias no faltan muertes, asesinatos, mala leche e incluso canibalismo, pero todo llevado siempre desde el humor. Y a mí me han encantado.
Por ejemplo, voy a resumir una de las historias más impactantes para que veáis de qué hablo. La historia se titula Pekin Duck-shiki (Estilo pato Pekín) y nos presenta a un grupo de turistas japoneses que visita Hong Kong junto a su guía, un orondo y sonriente chino. Entre los turistas figura un ex militar japonés, extremadamente rudo y borde, que no se corta un pelo a la hora de relatar en medio de risas las atrocidades que él y sus compañeros efectuaron durante la guerra sino-japonesa de 1937-45. Por ejemplo, en un momento dado explica que durante la masacre de Nankín estuvo decapitando, como si golpeara pelotas de golf, a chinos a los que previamente habían enterrado en el suelo hasta el cuello. Aparte de esto, los turistas japoneses se muestran muy irrespetuosos con lo que ven, arrojan dinero a los niños mendigos y les sacan fotos, etcétera. Mientras tanto, el guía permanece impávido, con la gran sonrisa adornándole la cara. En un momento dado, el guía les lleva a una granja donde crían a patos que serán cocinados como pato Pekín. En esta granja, los patos están enterrados hasta el cuello para que no puedan moverse y son alimentados forzosamente para que engorden. Pese al “horror” que muestran los japoneses ante esta práctica bárbara, eso no les impide sacar fotos y luego atiborrarse de pato Pekín en el restaurante. Al cabo de un rato, el sonriente guía se despide de ellos en el hotel y les aconseja que no vayan a Kowloon City por la noche, ya que es muy peligroso y hay muchas mafias por allí que secuestran a extranjeros. El ex militar, “para macho yo”, pasa de todo y, junto a un joven compañero, decide ir a la zona peligrosa. Allí, unos mafiosos les rodean y les noquean. Al cabo de unas horas, el joven se despierta: está enterrado en el suelo, como uno de esos patos de la granja, y le fuerzan a comer. Aparece el guía sonriente, que resulta ser el jefe de la banda mafiosa, y le informa que le van a dejar allí hasta que su carne se ablande lo suficiente y coja el mejor sabor… Y, ante el horror del joven, el sonriente guía le dice que ya han “probado” al ex militar y que no estaba nada bueno: acto seguido, le acerca una bandeja con la cabeza decapitada del japonés y le dice “¿quiere probar?”
¡Brrrr! Impresionante, ¿verdad? Estas historias macabras resultan muy interesantes, por un lado por el humor negro que destilan, pero por el otro por el ejercicio de reflexión que el autor hace con ellas: ¿estamos dispuestos a dejar que otro Hitler acabe dominándonos? ¿Respetamos suficientemente a los demás? ¿Es lícito cometer según qué atrocidades sin ponerse en la piel de las víctimas? Da que pensar.
No puedo imaginar el “shock” que sufrirían los lectores de la época con estas obras cortas. En aquel momento, el dúo creativo Fujiko Fujio aún trabajaba como una unidad bajo el mismo nombre (no fue hasta 1987 cuando se separaron en Fujiko F. Fujio y Fujiko Fujio Ⓐ), y eran conocidos básicamente por obras de corte infantil y de humor blanco como Obake no Q-tarō, Doraemon o Hattori el ninja. Ahora sabemos que Doraemon fue creado por Fujiko F. Fujio, pero en aquella época firmaban los dos con el mismo nombre, Fujiko Fujio, y así es como apareció esta obra en el mercado. ¿Qué pensaría la gente al ver que “el autor” de Doraemon era capaz de realizar unas historias tan macabras?
Lo mejor
- Ocho historias muy entretenidas y de lo más tétricas.
- El estilo de dibujo “doraemonesco” contrasta brutalmente con el contenido macabro.
- Las historias dan que pensar.
- En este tomo se publica Kuroi Salesman (El negro vendedor a domicilio), historia corta en la que se basó la mítica serie que actualmente se conoce como Warau salesman (El sonriente vendedor a domicilio), otra genialidad de Fujiko Fujio Ⓐ.
Lo peor
- ¿No hay más volúmenes de historias cortas de humor negro de Fujiko Fujio? ¡Necesito más dosis!
Impresionado me has dejado. Yo ya estaba preaprando mis armas para ponerme a criticar ciertas actitudes japoneses sobre su historia, y ¡PAM!
Como apuntas, la actitud de los autores es bastante atrevida, teniendo en cuenta que incluso hoy en día temas como los de Nankin o el Yasukuni-jina siguen siendo tan polémicos (con todo el rollo de los libros texto), y sería interesante saber como reaccionó el público entonces.
Me alegra que esta generación de mangakas fuera lo suficientemente valiente como para sacar estos temas y hablar de ellos.
la verdad es que nunca me habria imaginado unas historias así de la mano de estos autores y menos por esa época.
Aunque en cierta medida me ha recordado a las historias negras de Franquin.
Pues a pesar de que en la reseña lo pintas como muy bestia y esa historieta del pato a la pekinesa me ha puesto los pelos de punta, me has dado ganas de leerlo. Pena que el japonés no sea lo mío, che.
Y bueno, ya con mencionarme a Roald Dahl en el artículo… me encanta como escribía ese hombre.
Me intereso la reseña de la historia del pato Pekin. Es muy atrevido (y digno de aplausos) la autocritica al accionar atroz de la milicia japonesa en esa guerra. hace unos años vi como mujeres chinas, ya ancianas, seguian peticionando ante autoridades diplomaticas para que estos crimenes de guerra no quedaran impunes.
Lo de Tio Hitler, no se por que, me da pinta que es como el anime Yamasaki pero con mucho humor negro y del mas espeso. Recuerdo que me reia mucho del delirado despotismo de Yamasaki, aunque en el fondo eran chistes inocentes.
Muy buena reseña Marc. cada dia demuestras que el manga-anime no es solo el moe/shoujo de moda!
Jo-der, qué bestia la historia del pato Pekín, pero genial la doble lectura que tiene. Si sacaran este tomo aquí, me lo compraba fijo.
Supongo que cuando tu trabajo se centra en hacer historias de humor blanco tipo Doraemon y co. se te acumularán las ganas de hacer algo que sea justo lo contrario.
Y evidentemente no ha llegado a España ni tiene pinta de que puedan sacarlo por aquí, ¿no?
La verdad que resulta chocante ver un manga tan macabro de la mano del mismo autor que Doraemon. En su época la gente estaría flipando con esas historias. Aunque viniendo de Japón, quien sabe…
Me encanta cuando autores famosos por publicar obras infantiles sacan su faceta adulta. Como diciendo “yo también puedo, que te crees”
Maadre mia, impresionante xD… Y eso que a mi me encanta el humor negro, pero como bien has dicho, saber que estas historias son de la misma autoría que Doraemon… Y el dibujo contrasta de una forma cuanto menos curiosa, pero bueno, uno ya está acostumbrado a estas cosas con los mangas “oscuros” del maestro Tezuka.
Y a mí que la historia del pato me ha parecido cien por cien del estilo “Tales from the Crypt”…
Sinceramente me deja impresionado, Marc se aprende muchisimo de este blog, si no fuera porque pones esas imagenes nunca habria pensado que el duo habria creado tal obra ( la cual me gustaria leer, peor no creo que llegue a publicarse jamas en españa…)