- Título: はじめてママになれた日 –Hajimete mama ni nareta hi– (El día en el que fui madre por primera vez)
- Autora: Yukari Kawachi
- Editorial: Kōdansha
- Revista: Dessert
- Años publicación: 2006
- Clasificación: shōjo, josei
- Tomos: 1
Hoy estoy muy contento de abrir las puertas del blog a Vero, mi pareja y la madre de mi hija, que comentará un manga. Es la primera vez que cuelgo una reseña que no sea mía y estoy muy contento por ello, ¡además es que ha quedado genial! Espero que os guste. Adelante, Vero:
Como sabéis, Marc y yo hemos sido papis recientemente y estamos descubriendo esta nueva etapa de la vida que cada día nos trae algo nuevo y distinto con una pequeña que cambia y crece a pasos agigantados, y que es capaz de hacernos babear, reír, frustrar, pegar un portazo y volver a babear, todo en menos de una hora. Tan agotador como apasionante. Buena parte del tiempo, pues, en eso estamos.
Una de mis aficiones desde que supimos del embarazo ha sido leer todo lo que cae en mis manos sobre la paternidad, diferentes maneras de enfocarla, teorías de crianza y demás. Como nuestra hija Gemma nos dio la sorpresa en Japón (la rayita azul; ¿o era rosa?), los primeros libros y revistas eran japoneses, y ya en ese punto empezamos a ver que el embarazo y la paternidad se viven de manera bastante distinta en los dos países. Un ejemplo de embarazo, por ejemplo: en España los médicos desaconsejan comer nada crudo por miedo a un posible contagio de una enfermedad llamada toxoplasmosis que puede ser fatal para el bebé; en Japón en cambio, la meca del sushi, a ningún médico se le ocurriría prohibírtelo. Y otro más: en Japón lo estándar es aumentar de peso entre 6 y 9 kilos durante la gestación; en España, los libros sitúan la media normal entre los 10 y los 16 kg.
En resumen, desde que empecé a leer sobre estos temas en publicaciones japonesas ha sido como hacer pasatiempos de “encuentra las 10 diferencias”. Globalmente, la impresión que me llevo es que en Japón se da un enfoque mucho más ingenuo y naif a la paternidad de lo que lo hacemos nosotros y que, así como aquí se vive cada vez más como una aventura compartida, en Japón es todavía maternidad de forma casi exclusiva. Según el almanaque de 2006, el último que tengo a mano, casi el 40% de las mujeres abandona su carrera laboral cuando da a luz al primer hijo (y del 60% restante hay que pensar que una parte ya dejó el trabajo al contraer matrimonio).
En estas, Marc se va a Japón el mes pasado y me trae un par de volúmenes de manga sobre el tema: Hajimete mama ni nareta hi (El día en el que fui madre por primera vez), de Yukari Kawachi y Hajimete mama ni naru anata e: 8% no kiseki (Para ti, que eres madre por primera vez: el milagro del 8%), de varias autoras, entre ellas la misma Kawachi. Supongo que pensó que entre tanta teoría y libro sesudo, un poco de ficción no me vendría mal tampoco. ¡Y fue un acierto!
En esta entrada comentaré solo Hajimete mama ni nareta hi. La historia que da nombre al tomo ocupa solo las primeras 75 páginas y narra en primera persona la experiencia de Rika, que recuerda a una madre distante y huraña que la maltrataba física y verbalmente. A los 18 años, Rika conoce a su primer amor y le falta tiempo para irse de casa. El día de su boda se promete a sí misma que el suyo será un hogar alegre. Y cuando al poco tiempo nace su hija Sakura, Rika se desvive por cumplir su promesa. Su meta es convertirse en una madre impecable.
Al principio lo consigue. Pero poco a poco el llanto del bebé, la soledad derivada de la escasa interacción de los primeros meses y la falta de tiempo la desbordan. Se exige tanto a sí misma que no se permite confiar en su marido, ni siquiera para comentarle el maltrato recibido de pequeña. A los nervios y el cansancio acumulados se suma un miedo cerval a convertirse ella misma en una maltratadora para Sakura.
Este sencillo argumento da que pensar en varios sentidos: en primer lugar, Rika se empeña en llevar sobre sus hombros toda la responsabilidad de la crianza del bebé, además del cuidado de la casa y de su esposo. Cierto, en un porcentaje muy alto las madres japonesas abandonan el trabajo para dedicar el 100% de su tiempo al niño. ¿Pero hasta qué punto justifica eso el escaso diálogo y el miedo a compartir inseguridades y flaquezas con la pareja? ¿Y la confianza? ¿Y el apoyarse en el otro? Luego, la figura del maltratador como mala persona o como persona frustrada y simplemente infeliz. Con su propia maternidad, Rika se plantea cómo debió de sentirse su madre cuando ella era pequeña y de algún modo empieza a comprender su transformación en una mujer hosca, amargada y resentida. Y por ende, violenta.
La violencia doméstica (katei bōryoku) y el maltrato infantil (kodomo gyakutai) son dos temas tristemente de actualidad tanto en España como en Japón y ese es el motivo por el que la autora, según explica en el epílogo del libro, decide tratarlos en esta historia. Lo hace no desde una perspectiva censora sino mediante un intento de buscar las causas que los provocan, proponiendo que de alguna manera que cualquiera puede convertirse en un maltratador si no canaliza bien sus emociones negativas que vienen con el paquete de la paternidad (y que pocos explican). Desde luego, la ecuación: responsabilidad de una nueva vida + soledad + inexperiencia + autoexigencia = ¡peligro! Pero bueno, todo con mesura. Personalmente, la historia se me hizo dura de leer y me dejó un regusto amargo, a pesar del inevitable desenlace feliz. Y seguramente esto no me hubiera ocurrido si la hubiera leído antes de ser madre.
Kawachi dedica el resto del volumen a otra historia, Hitori botchi no hōkago (Sola después de clase), la de una adolescente que tiene serios problemas para adaptarse a su nuevo instituto de Tokio cuando trasladan a su padre de Osaka a la capital.
Yukari Kawachi, de 41 años, es una autora de manga shōjo que publica principalmente en la Dessert de Kodansha y de la cual en España conocemos solo Mirai e no tegami (Carta al futuro) de 2002, un volumen único publicado por Planeta deAgostini en la colección “Un manga, un romance”. Hasta el año 2000 dibujaba básicamente historias de amor y fantasía y a partir de entonces añadió el tema de la maternidad en varios tomos, la mayoría autoconclusivos. Tiene un dibujo típicamente shōjo, con todos los elementos emblemáticos del género. La dibujante, me parece a mí, ha crecido con sus lectoras: la evolución temática es clara, aunque estéticamente conserva la esencia del shōjo. Y yo me pregunto: si la estética se mantiene pero, en veinte años más, nos cuenta una historia de amor en la tercera edad… ¿Seguirá siendo shōjo? ^_^ ¡Seguro que las expertas y expertos que leen este blog podéis contestarme a esto!
PUes me gustaria leer ese tomo, si no soy mujer y a mi edad esta claro que no quiero hijos pero siempre es interesante leer algo que me queda tan y tan lejos ^^
Muy buena reseña Vero
¡Di que sí! Ojalá todos fuéramos tan abiertos para interesarnos por temas que nos pillan de lejos o de manera algo más tangencial. Me apunto el cuento para ampliar la variedad de lecturas yo misma, fíjate 😉 ¡Gracias!
Primero de todo, ¡bienvenida Vero!
Parece interesante la historia, si juega desde el punto de vista interno de la misma madre y no desde el del censurador, en la sociedad japonesa, claramente una cultura mas machista.
Sobre la historia de amor en la 3ª edad, ¿se podría catalogar como “seinen romántico”? XDDD
Buen post! ;D
O “jii-chan/baa-chan” romántico, también! ;-DDD Espero que los haya, se llamen como se llamen, porque así nosotros con nuestros muchos años a la espalda seguiremos leyendo y comentando! “Cuando yo era joven, había un manga que narraba las aventuras…” Y los nietos: Zzzz….^_^!
Lo primero, ¡¡genial tu entrada en el posteo!! ^_^
Trabajo en un centro de salud, y antes en hospital, así que llevo más de doce años en contacto con estos temas ^_^ y la verdad es que en España, de un tiempo a esta parte, se está notando un creciente no-sé-cómo-llamar respeto/miedo/preocupación por el embarazo y posteriores etapas de los niños.
Está claro que todo tiene que evolucionar, medicinas y tratamientos y seguimientos, pero en la época de mi mamá ^_^ no había nada de lo que pueda haber ahora, y salían adelante.
Es curioso ver cómo en Japón se puede comer pescado crudo y aquí pffffffffff si me pongo a relatar las recomendaciones… aburro al personal. Le pasaré el post a mi cuñada, que está gordita ^_^ y que vea y compare.
También es curioso lo de los mangas de embarazos O_O
Gracias por el acercamiento y que sigan los posts, Vero ^_^)/
Mi abuela decía exactament lo mismo que tú: “antes, no nos hacían una eco hasta los 7 meses”! Por un lado es normal querer saberlo todo de lo que está pasando dentro de tu cuerpo. Para mí era puro interés científico, una aventura que vives por dentro en vez de (como normalmente) por fuera. Pero entre eso y empezar a paranoiar con tanta pijotería con la que te hinchan la cabeza hay un cacho… ¡Suerte a tu cuñada! ;-))
Efectivamente, ni tanto ni tan calvo ^_^.
Y gracias de parte de mi cuñada y de Laura, que a ver cuándo sale de ahí dentro ^_^
¡Vero es TLQM! La perspectiva más molona para este manga es la de una madre, y no es por desmerecer a la del padre pero la obra de hoy es la que es. Si hay algún manga que trate el tema de la paternidad como eje central, aplaudo. Pero en cualquier caso me quito el sombrero. ¡Vero, que sean muchas más!
Sólo se me ocurre Yotsuba. Aunque no creo que trate tanto de la paternidad como de las travesuras de la niña protagonista.
Pues sí. En todo caso, aplaudo porque es muy divertida.
¡Síiii! ¡Somos TLQM, no somos dignos! ^_^ No veas la ilusión que me hace el titulito. Este finde devoro el segundo. Manga sobre paternidad no lo sé, pero sí que compramos un libro en Japón que se llamaba… espera… “Isogashii PAPA no tame no KOSODATE HAPPY ADVICE”. Es una colección, y sí tiene viñetas pero no es un manga. También tenemos la versión regular (creo que el libro original, dice que lleva vendidos más de 2.250.000 copias!) que curiosamente no se llama “Isogashii mama no tame no…” sino directamente KOSODATE HAPPY ADVICE y va dirigido, principalmente y exclusivamente…¿adivina? ¡A MAMASES! ^_^
Al leer el título he pensado que sería una historia edulcorada sobre la maternidad y… nada más lejos! Me ha llamado la atención que plantee a la vez temas como el maltrato y la violencia doméstica desde el punto de vista de alguien que lo ha sufrido.
Gracias por darnos a conocer otro manga interesante 🙂 Espero leer muchas más reseñas tuyas! ^_^
Eeer… si la peque me da tiempo para leer y Marc me hace un huequecillo, alguna que otra tendrá que caer ^_^!
Vero, Vero. ¿Qué es? Una reseñita. ¿Y qué reseñita es? La primera de Vero, en Mangaland, Mangaland, Mangalaaaand xD
A mi hay días que me gustaría pensar que todo esto me cae lejos… hay otros en los que pienso que quizás no tanto, hahahaha. En cualquier caso seguro que este es un manga que en función del caso particular de uno se lee de una manera o de otra. Lo interesante sería leérselo antes y después, a ver si cambia la opinión, hehehe.
Yo no soy un experto en shoujo, ni mucho menos, pero vamos, cualquier manga un poco “ñoño”, sea de la tercera edad o con osos amorosos, supongo que se puede llevar la categoría xD
Y que no sea la última, ¡Vero!
Capitán, yo creo que el shöjo no tiene por qué ser ñoño. Que suele incluir elementos amorosos, eso no te lo discuto, pero en algunas ocasiones es más oscuro y sangriento que el shônen. Y retorcido, sobre todo retorcido. Mira lo que hacen las Clamp, por poner un ejemplo popular. O busca en Google una historia corta de Moto Hagio que se llama “Hanshin” (que no henshin :P). No pongo directamente el link porque no sé si a Marc le molestará que enlace un manga escaneado y colgado en Internet alegalmente.
Ai, que tienes la piel fina. 😛
En realidad cuando digo ñoño no me refiero solo a “temas amorosos”, por ejemplo, las mismas Clamp, por mucho que haya más violencia, sangre o lo que sea, el concepto en si, el dibujo es ñoño a mis ojos. Pero oiga, que en realidad yo soy muy ñoño xD
Bueeeno, te acepto lo de ñoño como concepto global 😛
Alguna shojera muyyy convencida te va a echar la caballería encima, Capitán. Lo de que te pille lejos… bueno, es cuestión de hablarlo con el resto de “altos mandos”. O, más que hablar, de pasar a la acción directamente! ^_^! Una cosa está clara, tú mismo lo viste: ¡hay sushi después del baby!
¡Anda! Se ma había pasado el comment de Hustinetten ^_^
Que curiosas las diferencias entre España y Japón en cuanto al embarazo. A mi me pasó como a ti y me puse con mogollón de libros para ver que me iba a pasar y cómo enfocarlo correctamente. Entiendo, perfectamente, el estado de Riko tras el parto porque pasé por algo similar así que me apunto este tomo a mi lista de mangas pendientes.
Te ha quedado genial! (y no me olvido del andador! aunque a este paso Gemma ya estará dejando el instituto cuando tenga el rato de llevartelo xDDDDD)
No te preocupes por el andador, que ya te escribiré pero hay cambio de planes… en todo caso, quedamos cualquier día para el cafelote y mami talk, igual pasarnos bibliografía!!!
Muy interesante el comentario, Vero, tanto por el tema del manga como por tu punto de vista tan adecuado. Es que hay que ver, hay mangas para todo ^^ Por esta regla de tres, seguro que hay shôjo de la tercera edad, y si no hay, terminará por salir. Por cierto Marc (o Vero, por qué no), a ver si haces una reseña de Like Shooting Stars in the Twilight de Kenshi Hirokane.
A la idea de ser madre le tengo muchísimo respeto, en el sentido de que me da miedete, por la carga de responsabilidad que implica. Comprendo que este manga te dejara mal sabor de boca, como si lo de tener un niño ya no fuera suficientemente complicado por sí solo ¡encima a meterle más jaleos! ¡Uf!.
Por otro lado, me choca que en Japón criar a los hijos esté tan centrado en la madre. ¿A los padres no les gustaría compartir la tarea? Porque no me puedo creer que a los hombres no les haga ilusión tener un hijo y hacerse cargo de él, roles tradicionales aparte.
Y ¿qué es eso del milagro del 8%? ¿Tiene algo que ver con la baja tasa de natalidad en Japón?
Lo España-Japón y el papel de padre en la crianza de los hijos es cultural pero también lógico por cómo está estructurada la sociedad: a pesar de la creciente incorporación de la mujer al mercado del trabajo, la verdad es que las jornadas de los hombres todavía son mucho más largas. Ellas, si no dejan de trabajar del todo al tener hijo, pasan a hacerlo media jornada o en trabajos esporádicos que nos les implican las malditas horas extras o los uchiawase (copitas, cenas y demás compromisos sociales) relacionados con el trabajo, o al menos no tanto. (Ojo que estoy generalizando, pero van por ahí los tiros)
Lo del milagro… ¡Próximo post en unos días!
Yo soy otro de esos que van saltando de género en género, buscando variedad, aunque mi preferencia está en la comedia. Aún así, me permito un dramón de vez en cuando.
Precisamente dejé de ver Nana cuando Komatsu se embaraza, que ya se me hacía intragable. Nunca se sabe si acabaré siendo padre (¡Socorrooooo!). Y en GinTama mencionan varias veces la Violencia Doméstica. Así que… tarde o temprano deberé leerme este.
Deduzco que de traerse a España no se ha dicho nada, ¿no?
Bon començ, Calafell-san. Més tard o més aviat tindrà el seu propi blog. Oi que si? 😀
De moment, amb el blog del marit i el de la filla vaig servida… (!) Però m’ho estic passant tan bé que treuré el cap més sovint, definitivament!!
Gracias, Marc, por dejarme meter bazaaa!
Gracias Marc, por dejarle meter baza xD