El blog de Marc Bernabé

Ginga Tetsudō 999 (Expreso galáctico 999)

Thursday, September 17th, 2009
  • Título: 銀河鉄道999 –Ginga Tetsudō 999– (Expreso galáctico 999)
  • Autor: Leiji Matsumoto
  • Editorial: Shōnen Gahō-sha
  • Revista: Shōnen King
  • Años publicación: 1977-81
  • Clasificación: shōnen, ciencia-ficción
  • Tomos: 18

Tengo en mi biblioteca varios tomos de obras de Leiji Matsumoto, el gran revitalizador de la “space opera” en el manga de los años 70 y autor de obras esenciales del género como Capitán Harlock o Queen Emeraldas, además de diseñador de personajes en la mítica serie de animación Uchū Senkan Yamato (Crucero espacial Yamato), que marcó un antes y un después en la historia del anime. Hasta ahora, sin embargo, no sé muy bien por qué, aún no me había decidido a redactar ninguna reseña. Pues nada, en parte por petición de algunos lectores del blog y en parte porque me apetece, me voy a dar el gustazo de reseñar Ginga Tetsudō 999 (Expreso galáctico 999), seguramente su obra manga más conocida y apreciada en Japón.

Ginga Tetsudō 999 (los números se leen en inglés: “three nine”) está protagonizada por Tetsurō Hoshino, un chico muy pobre que vive en la Tierra en un futuro no especificado en el que la mayoría de las personas han cambiado sus cuerpos humanos por cuerpos mecánicos. Sin embargo, Tetsurō y su bellísima madre (¡esos estilizados y preciosos diseños femeninos de Matsumoto, uffff!) son de los pocos que aún son 100% humanos. En un momento dado, Tetsurō y su madre sufren un ataque de uno de estos humanos mecanizados (ahora los llamaríamos ciborgs, ¿no? ^_^) que mata a la madre y la diseca para decorar su casa. Tetsurō, desorientado y triste, vaga en medio de la nieve y cae tras perder el conocimiento. Más tarde, se despierta en casa de la misteriosa Maetel, una guapísima mujer que se parece mucho a su madre y que le ofrece un billete para subir al mítico Expreso Galáctico 999, que solo parte una vez al año de la Tierra para viajar hasta Andrómeda, haciendo innumerables escalas en su recorrido. El sueño de Tetsurō es conseguir él también un cuerpo mecánico con el que poder vivir indefinidamente, pero no tiene dinero con el que pagárselo. Sin embargo, como existe el rumor de que en una de las paradas del Expreso se regalan cuerpos mecánicos a los viajeros del tren, acepta el ofrecimiento de Maetel.

Tetsurō no entiende por qué Maetel le ofrece semejante valiosísimo billete solamente a cambio de que “deje que ella le acompañe en su viaje”, pero tampoco se lo piensa dos veces al aceptar participar; su anhelo de conseguir un cuerpo mecánico puede más que los peligros que le acecharán en el trayecto. Antes, sin embargo, toma un fusil de casa de Maetel, va a casa del asesino de su madre y se lo carga a él y a todos los que le acompañan, incendiando después su mansión hasta los cimientos. Una vez cobrada su venganza, Tetsurō sube al mítico Expreso Galáctico 999 (un tren que vuela por el espacio y que tiene apariencia de tren antiguo de vapor, aunque es una nave espacial en toda regla) junto a la enigmática Maetel y, juntos, emprenden un viaje que les llevará hasta Andrómeda.

Tetsurō, Maetel y el Expreso Galáctico 999

En el camino, irán parando en varias estaciones, a cuál más variopinta (Marte, Titán, Neptuno, Comet Station, Mefisto…), donde el tren estará estacionado durante un día de cada uno de esos sitios (que puede ir de las poco más de 24 horas de Marte a los más de seis días de Neptuno). En ese tiempo podrán descender libremente del tren y hacer algo de turismo. En cada uno de estos lugares, así como durante el propio trayecto por el espacio, Tetsurō y Maetel sufrirán innumerables peligros, conocerán a muchísimos personajes de todo tipo y tendrán montones de aventuras.

Estamos ante una obra extraña por la peculiar atmósfera que Matsumoto consigue darle, una atmósfera llena de melancolía, misterio y muchísimas cosas sin explicar. ¿Quién es Maetel? ¿Por qué parece tener siempre una respuesta para todo? ¿Por qué acompaña a Tetsurō así por las buenas? ¿Es ella humana? ¿Mecánica? ¿Un fantasma? ¿A qué responden los extraños actos de los diferentes personajes que van apareciendo? Por no decir la que creo que es la pregunta subyacente en todo el manga: ¿realmente vale la pena cambiar un cuerpo humano por otro mecánico? ¿Es el anhelo de Tetsurō algo erróneo? ¿Se arrepentirá Tetsurō de haber deseado tanto un cuerpo mecánico?

No entiendo mucho de arte o sensibilidad japonesa, pero existen un par de nociones estéticas intrínsecas del arte y el pensamiento japonés, el wabi-sabi y el mono no aware. Creo que la segunda noción casa muy bien con la atmósfera y la sensación que despierta Ginga Tetsudō 999 en el lector. El mono no aware es algo así como “la melancolía subyacente en las cosas”, “la empatía hacia lo que es efímero”; y puesto que es complicado explicar este concepto, porque hay que “sentirlo”, os remito a la Wikipedia por si os interesa ahondar más en él (lamentablemente, el artículo no está en español). No conozco un manga que explote más y mejor este sentimiento de melancolía, tristeza y enigma que Ginga Tetsudō 999; es una verdadera maravilla en este sentido. ¿Es realmente un manga de ciencia-ficción? Claro que sí, ya que salen naves espaciales, planetas lejanos, fusiles de rayos y cosas así, pero… Es mucho más que un manga de ciencia-ficción. Es realmente un pozo sin fondo de sensibilidad… Una sensibilidad muy japonesa, añado, y también complicada de comprender y apreciar para un occidental que no haya tenido cierto contacto con Japón.

Cuando hablamos del “expreso galáctico”, es irremediable relacionarlo con Ginga Tetsudō no yoru (La noche del expreso galáctico), el archiconocido y archiquerido (en Japón, claro) cuento del genial novelista Kenji Miyazawa en el que aparece también un tren que vuela por el cielo. Leiji Matsumoto no ha escondido en ningún momento que se inspiró en este cuento, entre otras fuentes, para crear este genial manga. A su vez, una película de Doraemon (en España conocida por el título de Doraemon y el tren del tiempo) está claramente inspirada en Ginga Tetsudō 999.

Ginga Tetsudō 999 cuenta con una primera parte de 18 volúmenes (en su edición original) publicados en la revista Shōnen King de la editorial Shōnen Gahō-sha entre 1977 y 1981, pero Leiji Matsumoto decidió retomar la serie bajo el mismo título y, a partir de 1996, la siguió en la revista Big Gold de Shōgakukan. Más tarde, la serie se mudó a la Big Comics y finalmente se fue publicando aperiódicamente en Internet; actualmente está disponible una edición en 21 tomos (el último publicado en 2005) que imagino que recopila toda la parte clásica y, a partir de ahí, empieza la nueva. Un poco lioso, la verdad. Por cierto, Matsumoto se ve que ha declarado en algún momento que le gustaría concluir la serie en el capítulo número 999 (aún le quedan unos cientos de capítulos, o sea que ya puede ir espabilando ^_^).

Este manga forma parte del “universo Leiji Matsumoto”, en el que distintos personajes como la reina Emeraldas o el capitán Harlock, entre otros, aparecen de vez en cuando con papeles secundarios. Sin embargo, aunque forma parte de este “Leijiverso”, a mí me parece que lo hace de forma bastante tangencial o, como mínimo, de forma menos notoria que en otras obras. Evidentemente, por cierto, este manga fue adaptado al anime en lo que actualmente se considera una serie de culto, y también se han realizado películas de cine (de animación), varios OVA e incluso un musical de teatro, entre otras adaptaciones.

Por su extensión y su antigüedad, considero complicado que veamos esta obra publicada en España, al menos a corto o medio plazo. Quién sabe si algún día el mercado español del manga estará suficientemente maduro como para aceptar (y convertir en rentable, que es otra cosa muy distinta y muchísimo más complicada) la edición de una obra maestra del manga clásico como esta, aunque actualmente el público es todavía muy joven y ávido de “lo último” (aunque sea de calidad discutible) en vez de aceptar y pedir obras inmemoriales como esta simplemente porque “el dibujo se ve anticuado”. Paciencia, paciencia…

Lo mejor

  • Una obra llena de sensibilidad muy especial.
  • Unos diseños femeninos deliciosos.
  • Dibujo clásico pero aún en boga.

Lo peor

  • El evidente machismo que se esconde detrás de la obra de Leiji Matsumoto (no solo en este título, sino en general) y que se manifiesta en frases como “las mujeres no están hechas para X” o “deja que te proteja yo, como buen hombre que soy” y similares.

Gekiga baka-tachi!! (¡¡Los tontos del gekiga!!)

Thursday, September 10th, 2009
  • Título: 劇画バカたち!! –Gekiga baka-tachi!! – (¡¡Los tontos del gekiga!!)
  • Autor: Masahiko Matsumoto
  • Editorial: Seirin Kōgeisha
  • Revista: Big Comic Zōkan
  • Años publicación: 1979-84 (publicación en revista) / 2009 (libro)
  • Clasificación: seinen, autobiografía
  • Tomos: 1


Hace unos meses reseñé la obra Gekiga Hyōryū de Yoshihiro Tatsumi, un manga autobiográfico lanzado en conmemoración del 50º aniversario de la acuñación de la palabra gekiga (“dibujos dramáticos”, más o menos –hay muchas variaciones, pero para que se entienda– lo que actualmente se conoce como “seinen manga”). En aquel momento no lo sabía, pero Gekiga Hyōryū ya había sido licenciado por Astiberri y no creo que su versión española tarde mucho en aparecer por estos lares. Antes de seguir con esta reseña, por cierto, recomiendo releer la de la obra de Tatsumi ya que daré cosas por sabidas.

Lo que prácticamente nadie sabía es que antes de Gekiga Hyōryū ya existía otro relato en forma de manga sobre los inicios del gekiga y que precedía al de Tatsumi en 16 años, ya que fue publicado entre 1979 y 1984 en las páginas de la revista Big Comic Zōkan por Masahiko Matsumoto. La obra nunca fue publicada en forma de tomo hasta que, en abril de este año 2009, seguramente gracias al éxito cosechado por la biografía de Yoshihiro Tatsumi, la misma editorial Seirin Kōgeisha decidió rescatar la obra de Matsumoto del olvido.

Masahiko Matsumoto (1934-2005) fue uno de los principales integrantes del movimiento gekiga, junto con Yoshihiro Tatsumi (el que inventó la palabra), Takao Saitō (autor de Golgo 13, Survival, Breakdown, etc.) y otros autores. Esta obra se centra básicamente en los inicios de estos tres autores desde su debut en Osaka hasta que se mudaron a Tokio después del éxito de publicaciones como Kage, Machi o Kagi. Así, nos cuenta lo mismo que Gekiga Hyōryū, solo que empieza después y acaba antes. Mientras que Gegiga Hyōryū se inicia con la infancia de Tatsumi y su hermano y nos cuenta su trayectoria durante los años 50 hasta llegar a principios de los 60, Gekiga baka-tachi!! se centra solamente entre los años 1953 y 1957 aproximadamente. El final, por cierto, es abrupto y da la sensación de que se podría haber seguido perfectamente con la historia, pero que alguien (no necesariamente el autor) decidió dejarla aparcada. Aun así, esto no resta importancia al evidente valor documental de este libro.

Saitō, Matsumoto y Tatsumi currando en Osaka

Aunque ambas obras se solapan y básicamente cuentan la misma historia, es interesantísimo compararlas y observar el cambio de punto de vista entre los dos autores. Es decir, en esta ocasión tenemos el raro privilegio de poder “escuchar” dos versiones de la misma historia, con algunas situaciones descritas de forma radicalmente distinta según las cuenta Tatsumi o Matsumoto (un poco como en la película Rashōmon XD).

Matsumoto, Tatsumi y Saitō debutaron a principios de los años 50 con la editorial de Osaka Hinomaru Bunko, para la cual dibujaban historias para su publicación y distribución en la red de librerías de alquiler (kashihon’ya). En un momento dado, ante la dificultad que tenía un solo dibujante para realizar historias largas para recopilarlas en un solo tomo, se les ocurrió la idea de colaborar unos cuantos autores con historias cortas para formar una especie de “libro-revista” de periodicidad mensual titulada Kage (Sombra). Aunque al principio costó un poco, Kage obtuvo un gran éxito por lo innovador de su concepto y por lo transgresor de sus contenidos, en los que figuraban detectives, pistolas, persecuciones, asesinatos… en una época en la que el manga en general se nutría básicamente de contenidos muy blancos para niños.

El éxito de Kage propició que salieran muchas publicaciones que imitaban su estilo, algunas de ellas, como Machi (Ciudad) o Kagi (Llave), dibujadas o incluso directamente editadas por los propios autores de Kage. Con tal de desmarcarse del manga más infantil y también para responder a las críticas de asociaciones de padres y demás por la crudeza de sus historias, estos autores buscaron una denominación alternativa, ya que, según ellos, lo suyo era “manga que no es manga”. Así, Matsumoto propuso en 1956 la denominación “komaga” (dibujos de piezas), que no llegó a cuajar; al final fue la palabra “gekiga” (dibujos dramáticos), propuesta por Tatsumi, la que se impuso en 1957, y poco después estos autores formaron el llamado Gekiga Kōbō (Taller Gekiga) para canalizar su obra.

Según se puede leer en el artículo explicativo que acompaña a Gekiga baka-tachi!! (una verdadera rareza que se agradece mucho), esta obra fue propuesta por el exitoso Takao Saitō a su editor en la revista Big Comic. El editor, pues, aceptó contratar a Matsumoto, que por aquel entonces había caído en la más absoluta de las oscuridades y se dedicaba a dibujar manga pornográfico con el seudónimo de Takashi Inaga, para que hiciera esta obra en los números extra (zōkan) de Big Comic. Big Comic, por cierto, es donde, desde 1969, se publica Golgo 13, la obra magna de Takao Saitō, por lo que seguramente por esto Matsumoto decidió enfocar Gekiga baka-tachi!! de modo que explicara varias anécdotas de la juventud de Saitō (menudo pillo estaba hecho el tío, por cierto) para complacer a los lectores de Golgo 13.

Al final de la obra, además, se incluye un texto de Takao Saitō en el que aclara varias cosas sobre su modo de ser, su actitud hacia la profesión de mangaka, su relación con Matsumoto y Tatsumi, etcétera. También dice expresamente que él no piensa crear nunca su autobiografía, con lo que lamentablemente no vamos a poder conocer nunca una tercera versión de los hechos que rodearon al nacimiento del manga para adultos.

Kage (Sombra) y Machi (Ciudad)

Monday, September 7th, 2009
  • Título: 影 –Kage – (Sombra) y 街 –Machi– (Ciudad)
  • Autor: Varios
  • Editorial: Shōgakukan Creative (edición facsímil)
  • Revista:
  • Años publicación: 1956-1966 (Kage) y 1957-1962 (Machi) / 2009 (edición facsímil)
  • Clasificación: seinen, gekiga
  • Tomos: 120 (Kage) y 63 (Machi)
Portada de Kage 1

Leyendo la obra Gekiga Hyōryū, el manga autobiográfico de Yoshihiro Tatsumi, es imposible refrenar los impulsos para ampliar, por poco que sea, los conocimientos sobre el manga de la época que aparecen en el libro. O si no ya me diréis cuando os leáis la edición española de este interesantísimo libro que está preparando Astiberri…

Una de las cosas que más llaman la atención de la época en la que Yoshihiro Tatsumi, Takao Saitō y Masahiko Matsumoto, entre otros, estaban creando las fundaciones de lo que poco después se conocería como gekiga (dibujos dramáticos) y que ahora se conoce como seinen manga (manga para adultos) es el tema de sus primeros pinitos con los libros-revista, sobre todo Kage.

En los años 50, la edición de manga estaba clarísimamente dividida en dos tipos de editoriales, que tenían rutas totalmente distintas de publicación y distribución. Mientras las editoriales grandes publicaban revistas infantiles que incluían manga (de Osamu Tezuka, Fujiko Fujio, Shōtarō Ishinomori, etc.) que se vendían en las librerías de todo Japón, había otras editoriales, mucho más pequeñas y humildes, que centraban su negocio en publicar tomos de manga exclusivamente para la red de librerías de alquiler kashihon’ya y con distribución limitada a zonas concretas. En los años 50 había kashihon’ya por todas partes en las que, por un módico precio, uno podía alquilar un manga o una novela para leer tranquilamente en casa o en la misma tienda.

Portada de Machi 1

Tatsumi y los suyos trabajaban para este último mercado de librerías de alquiler, un mercado en el que, por supuesto, había muchos menos tabúes y manías respecto a qué era lo que se podía publicar y cómo. Como se cuenta en Gekiga Hyōryū, un día los jóvenes y motivados creadores que trabajaban para la editorial de Osaka llamada Hinomaru Bunko tuvieron la idea de unirse para crear antologías de historias cortas de misterio y detectives. Así, en vez de dedicar un solo autor varios meses de su tiempo a realizar un libro unitario, entre varios podían unirse para, con solo unas pocas páginas al mes cada uno, poder lanzar un libro mensualmente, numerado como si fuera una revista. Así es como nació Kage (Sombra), en 1956. Kage obtuvo un gran éxito y, cómo no, poco después empezaron a salirle imitadores por todas partes. Incluso, como nos cuenta Tatsumi, los propios autores de Kage empezaron a comprometerse con otras editoriales para realizar otras de estas cabeceras, como Machi (en la que no participó Takao Saitō porque el tipo no tendía a caer muy bien).

En febrero de este año, la editorial Shōgakukan Creative (ojo a esta editorial porque lo que están haciendo desde hace solo unos pocos años con reediciones facsímil de obras de manga clásico es increíble) tuvo la genial idea de crear una edición facsímil de los números 1 de Kage y Machi para saciar la curiosidad de gente como yo mismo. Y es que en 2009 se conmemora el 50º aniversario de la acuñación de la palabra gekiga, un movimiento del que Kage y Machi son los embriones.

Página de la interesantísima historia El hombre de la habitación contigua, incluida en Kage 1

La edición de Shōgakukan Creative imita perfectamente la edición original de ambas revistas, tanto en tamaño como en aspecto. Lo único que han añadido es una pequeña página extra de créditos al final de cada libro, pero aparte de esto, la edición es exacta a la de los años 50 de ambos libros-revista: así, ambos cuentan con unas 96 páginas, tienen tapa dura, un primer pliegue de páginas a todo color y el resto de los pliegues impresos con tintas de colores cambiantes. Ambos libros vienen en una caja de cartón y están acompañados de un folleto con interesantes artículos complementarios, como por ejemplo una entrevista a Takao “Golgo 13” Saitō, una cronología, etcétera.

Leídas ahora las historias contenidas en Kage y Machi, la verdad es que parecen más bien pueriles, pero si lo colocamos en su contexto, en el que el manga era solo para niños y tenía unos contenidos francamente anodinos y planos, puedo comprender la revolución que armaron al crear un tipo de manga no para niños (lo normal en la época), sino para lectores adolescentes y adultos que habían crecido leyendo las obras de Tezuka y compañía y que querían seguir leyendo cómics, aunque no infantiles. En Kage 1, por cierto, se incluye la legendaria historia Rinshitsu no otoko (El hombre de la habitación contigua) de Masahiko Matsumoto, una obra que impactó enormemente a Tatsumi y a los demás autores de su círculo y que moldeó los inicios del manga para lectores adultos, con violencia realista, sangre, muertes y un uso impresionante de las técnicas cinematográficas para absorber al lector.

Las demás historias incluidas en ambos títulos tienen altibajos, ya que las hay bastante aburridas, pero otras, sobre todo las de Tatsumi y Matsumoto, resultan muy interesantes pese a su evidente “primitivismo” visto ahora. Ni que sea para observar la evolución increíble de Takao Saitō (el autor de Golgo 13, Survival y Breakdown, recordémoslo) desde su anodina primera historia para Kage hasta ahora, o la evolución en dibujo y estilo que ya hay entre las obras de Tatsumi y Matsumoto entre 1956 (en Kage 1) y 1957 (en Machi 1) vale la pena hacerse con esta magnífica edición facsímil.

Kyojin-tachi no densetsu (La leyenda de los gigantes)

Friday, September 4th, 2009
  • Título: 巨人たちの伝説 –Kyojin-tachi no densetsu– (La leyenda de los gigantes)
  • Autor: Yukinobu Hoshino
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Shōnen Jump
  • Años publicación: 1977
  • Clasificación: shōnen, ciencia-ficción
  • Tomos: 1


Antes que nada, gracias mil por los comentarios que estáis poniendo en el anterior post, el del Concurso, porque me están siendo muy útiles y pronto iréis viendo cambios en este blog porque algunas sugerencias me parecen muy buenas. De momento, y hasta que se cierre el concurso el día 15, sabed que los que todavía no hayáis participado podéis hacerlo sin ningún tipo de problema. Yo sigo con los posts y esta vez me he decidido a poner este, y se lo dedico a ale/pepino, que ahora mismo está en plan ci-fi setentero. ¡Espero que te guste, ale!

Hace más de un año y medio, cuando empecé con este blog, reseñé la obra Munakata kyōju ikōroku, una obra sobre un profesor de folklore que va desentrañando misterios del antiguo Japón. Este manga, obra de Yukinobu Hoshino, sigue publicándose hoy en día (lleva 11 tomos, lo que la convierte en la obra más larga de este autor de longeva carrera) y, por supuesto, personalmente sigo leyendo, a medida que salen, los tomos de este impresionante manga que ganó un prestigioso premio Media Arts Festival en 2008.

Si la serie de Munakata es lo más nuevo de Hoshino, esta vez quise indagar en los inicios de este gran autor esencialmente famoso por su obra de ciencia-ficción 2001 sen’ya monogatari (Las dos mil y una noches) –una obra que tendré que releer y reseñar un día de estos–. El manga elegido ha sido esta Kyojin-tachi no densetsu (La leyenda de los gigantes), serializada en la Shōnen Jump en el año 1977, tan solo dos años después de su debut como mangaka.

Este manga es curioso en el sentido de que tiene dos partes muy diferenciadas, pero vinculadas entre sí y ambas relacionadas con períodos glaciares. La primera parte se enmarca en el contexto de la 4ª glaciación, hace 60.000 años, y nos narra la historia de una estirpe de gigantes con poderes mentales –los Titanes–que habitaban en una zona muy concreta de la Tierra donde la gravedad era menor. Ante la amenaza del intenso frío, que podía acabar en breve con toda la avanzada civilización titán, los gigantes deciden construir una especie de pirámides en puntos estratégicos de todo el mundo para realizar un plan increíble que consiste en unir sus mentes y, con la ayuda de las pirámides, que magnifican el efecto, “robar” un gran pedazo del Sol para trasladarlo al espacio entre Júpiter y Marte, creando así un quinto planeta ardiente que se convertirá en un segundo sol que iluminará y calentará de nuevo la Tierra. El plan parece funcionar al principio, pero pronto las cosas se tuercen y el nuevo planeta estalla (lo que origina el actual cinturón de asteroides, se entiende). Los titanes, pues, son diezmados.

Ciencia-ficción clásica de la buena. ¡Este dibujo no parece para nada setentero! Hoshino estuvo realmente adelantado a su tiempo.

La historia se traslada entonces al año 1981, cuando una quinta glaciación amenaza a la Humanidad entera. Es entonces cuando a unos científicos se les ocurre enviar una misión tripulada a Júpiter para montar un tinglado (que también implica pirámides y tal) con el que hacer explotar el enorme planeta para convertirlo en un pequeño sol que ilumine y dé calor a la Tierra. Empieza entonces una saga de ciencia-ficción a lo 2001, odisea del espacio, en la que las cosas empiezan bien en el Prometeus (la nave que va a Júpiter) pero luego se tuercen cosa mala.

La leyenda de los gigantes es una historia de ciencia-ficción clásica, muy de su tiempo, que empieza de forma más bien titubeante, pero que tiene una última parte que va in crescendo y que me enganchó muchísimo. No es ninguna maravilla del manga moderno, y Hoshino aún tenía mucho que pulir en el campo del dibujo para llegar al nivel que alcanzó en los 80 y que sigue teniendo ahora. Aun así, el manga tiene un dibujo que aguanta muy bien el paso del tiempo, al contrario que la mayoría de las demás obras de manga de finales de los años 70, que ahora parecen de lo más anticuadas.

El argumento la verdad es que está bastante cogido por los pelos, es extremadamente fantasioso (¿hacer estallar Júpiter para conseguir un segundo sol?), y también contiene ingredientes típicos de la Guerra Fría (rusos y americanos en plan chungo), por lo que en este aspecto sí es un manga anticuado, como una de esas novelitas “pulp” de ciencia-ficción. También sorprende la premisa de que la Humanidad esté ante la amenaza de una glaciación, algo que a absolutamente nadie se le ocurriría en la actualidad, donde se habla siempre del calentamiento global y la amenaza que representa.

Bueno, un manga interesante, sin más, y bastante curioso para observar la trayectoria de un gran mangaka (que internacionalmente es bastante desconocido) como Yukinobu Hoshino, por el cual rompo una lanza. Alguien debería publicar de una vez Las dos mil y una noches en España, que además es una serie cortita de cuatro tomos. ¿No os parece?

Sorteo: ¡tomo 8 de Pluto, edición de lujo japonesa!

Wednesday, September 2nd, 2009
Como buen fan de Naoki Urasawa, he coleccionado los 8 tomos de Pluto a medida que han ido saliendo en Japón. No sé si sabréis que en Japón iban saliendo simultáneamente dos ediciones de esta impresionante obra: la normal y la de lujo (de hecho, la de lujo solía salir una o dos semanas antes que la normal). Evidentemente, en mi colección figura la de lujo-lujazo, de tamaño A-4 (igual que en la revista Big Comics Original, donde se publicaba), calidad de papel e impresión estupendos, portadas con tinta metalizada y troquel, además de todas las páginas a color publicadas en la revista.

El tomo 8 que sorteo con los dos extras que trae (los dos últimos capítulos de la serie en forma de separata, igual que se hacía en los años 50-60). He quitado el precinto que envolvía al conjunto para hacer la foto.

Por si fuera poco, los tomos de la edición de lujo siempre venían con algún extra en forma de cómics realizados por Urasawa cuando era adolescente (antes de su debut), una historia inédita, el capítulo original de Astroboy en la que se basa Pluto (obra de Osamu Tezuka), etcétera. En fin, un lujazo asiático en forma de manga.
El caso es que por circunstancias que no vienen al caso he acabado con dos ejemplares de la edición de lujo del tomo 8 de Pluto, y he decidido sortear uno de ellos en este blog, valorado en 1700 yenes (casi 13 euros), sin contar el transporte desde Japón.

Comparación de la edición de lujo (izquierda) con la normal (derecha). La normal la tengo como material para traducir para la edición española de Planeta deAgostini.

La mecánica del sorteo es muy sencilla: solo tienes que dejar un comentario en este mismo post con tu opinión sobre este blog, cómo lo mejorarías y cuál es tu sección favorita. ¡Así me sirve de paso para hacer un sondeo entre los lectores, que siempre viene bien!
Luego asignaré un número a cada comentario (no necesariamente por orden de llegada) y una mano inocente (aún por decidir) sacará el número ganador. Por cierto, solo serán elegibles los residentes en España, básicamente para no acabar teniendo que gastarme demasiada pasta en Correos (aunque si vives fuera de España y quieres dejar tu comentario igualmente fuera de concurso por supuesto puedes hacerlo, ¡de hecho, hazlo, por favor!)
El plazo es hasta el día 15 de septiembre. El 16 anunciaré el vencedor en este mismo blog.

Páginas a color en la edición de lujo que no vienen en la normal

¡Suerte!