El blog de Marc Bernabé

Entrevista a Yoshito Usui (año 2008)

Wednesday, September 30th, 2009

Como traca final de mi homenaje particular a este gran autor y amigo que fue Yoshito Usui, aquí va la entrevista (más bien, una distendida conversación) que le hice el año 2008 y que se publicó por entregas en los tomos 1 a 4 de la nueva edición de Shin Chan de Planeta deAgostini. Y hasta aquí llega esta intenso homenaje, espero que os haya gustado. Por mi parte, ahora me tomaré unos días de descanso y la semana que viene retomo el blog con su curso habitual.

Tomo 1 de la nueva edición de Shin Chan de Planeta deAgostini en la que se publica la primera parte de esta entrevista

Tomo 1 de la nueva edición de Shin Chan de Planeta deAgostini en la que se publica la primera parte de esta entrevista

Conversación con Yoshito Usui

por Marc Bernabé (equipo de traducción de Shin-chan)

Hace unos años tuve la suerte de conocer a Yoshito Usui, el creador de Shin-chan, y su esposa Hisako, en Tokio. Con el tiempo, mi compañera Verònica Calafell y yo hemos acabado haciendo muy buenas migas con el matrimonio Usui y nos hemos visto repetidas veces. Después de reiteradas invitaciones a visitar España para que pudieran ver de primera mano el fenómeno que su niño cabezón e impertinente ha despertado en nuestro país, finalmente aceptaron, pero con dos condiciones: querían venir en un viaje estrictamente privado y, por encima de todo, querían probar la comida casera de mi abuela (!), de la que tanto les había hablado en Tokio.

Usui acaba de cumplir los 50 años y, aunque siempre se vaya quejando de su “avanzada” edad, es un hombre muy dinámico que va a nadar todos los días para mantenerse en forma. Es modesto y no quiere que su foto salga publicada en ningún medio porque, según él, si se conociera su cara, bajaría la popularidad de su serie fetiche.

Aprovechando la coincidencia de su visita a Barcelona con la decisión por parte de esta editorial de publicar una nueva edición del manga de Shin-chan, mantuvimos la conversación que transcribimos a continuación:

Marc Bernabé: Buenos días, señor Usui, y gracias por atendernos hoy. ¿Qué le parece empezar explicándonos su trayectoria?

Yoshito Usui: Bueno, si quieres te cuento un poco mi vida. Verás, nací en el año 1958 en Shizuoka, aunque actualmente vivo en la ciudad de Kasukabe, en la prefectura de Saitama, a una hora y pico de Tokio. No fui a la universidad; en vez de eso, decidí estudiar en una escuela de diseño, a la par que trabajaba a tiempo parcial. No acabé el curso de diseño, pero eso no me impidió entrar a trabajar en una empresa de publicidad, donde me dedicaba a hacer ilustraciones para anuncios y este tipo de cosas.

Pero a mí lo que me gustaba era el manga y, aunque dibujo fatal, quise hacer mis pinitos, así que en 1987 envié una historia a la editorial Futabasha. Resultó que les gustó e incluso recibió un pequeño premio. Eso me permitió debutar con un manga llamado Daraku-ya Store Monogatari (Historia de la tienda de los corruptos). Con el tiempo, pude ir dibujando varios manga que me encargaban para las revistas que publica la editorial, sobre todo la Manga Action. Se trataba principalmente de pequeños gags de cuatro viñetas, de esos que tanto gustan en Japón. Luego, en 1990, empecé con Shin-chan, serie con la que sigo actualmente. Aparte de Shin-chan, otra serie representativa mía sería Super Shufu Tsukimi-chan (Tsukimi, la superama de casa).

MB: ¿Y cómo se le ocurrió la idea de Shin-chan? Sabemos que usted tiene dos hijas. ¿Se ha inspirado en ellas?

YU: Sí, sí, sobre todo en mi hija pequeña, que cuando tenía cinco años hacía cosas que nunca hubieras esperado que hiciera. Me encantaba observarla y ver con qué trastada me sorprendería cada vez. En general, mi inspiración proviene de mis propias experiencias como niño, de observar a mis hijas y a los demás niños y personas de la calle.

MB: Supongo que ni usted ni sus hijas iban por ahí enseñando el culo (risas).

YU: ¡No, no, claro que no! (risas) Esto es una cosa que me saqué yo de la manga para darle más carácter a mi personaje. La verdad es que, aunque no lo parezca, el humor que a mí me hace gracia es bastante soez; un tipo de humor que, al menos en Japón, no queda muy bien. Quiero decir, que si cada vez que se me ocurre una de mis paridas más bien “guarrillas” la soltara en público, mi mujer ya haría años que me habría pedido el divorcio por la vergüenza ajena que le haría pasar (risas). Así, el manga de Shin-chan es una especie de válvula de escape a través de la cual puedo aliviar mis imperiosas ganas de decir chistes guarros.

MB: Es cierto, este tipo de humor gusta también mucho en España.

YU: Y en Japón también, lo que pasa es que queda mal reconocerlo. Sé de buena tinta que Shin-chan tiene muchísimos “lectores escondidos”. Es decir, gente que disfruta mucho leyendo la serie y se ríe con mis bromas estúpidas, pero que nunca lo reconocería en público. Queda muy bien decir “me encantan los manga de Naoki Urasawa” (del que, por cierto, soy gran fan), pero si dices que te encanta leer Shin-chan entonces la gente te mira raro.

MB: Creo que entiendo lo que quiere decir (risas). En este sentido, España es un país más abierto. Es cierto que probablemente hay muchos fans de Shin-chan que nunca confesarían serlo en público, pero aquí la gente no se corta tanto y al que le gusta Shin-chan, normalmente lo dice sin problemas. Ya que estamos, ¿cuál cree que es el secreto del éxito de su serie?

YU: Vaya, es una pregunta complicada… Yo creo que la propia naturaleza de Shinnosuke y su familia es lo que ha conseguido que Shin-chan no sea flor de un día. Los Nohara son una familia totalmente normal, llena de defectos, es cierto, pero también les une un vínculo fortísimo que hace que siempre estén unidos ante cualquier adversidad. Es una familia totalmente normal que se pelea y se discute, pero que también lo pasa muy bien y se quiere con locura. En este sentido, mi familia es muy parecida a los Nohara: somos todos bastante simplones e ingenuos, pero cuando nos reímos, nos reímos de verdad; y cuando nos peleamos, nos peleamos de verdad. Y, por encima de todo, nos queremos mucho.

MB: Vaya, tiene que ser maravilloso tener una familia como esta. Felicidades.

YU: Gracias. Estoy muy contento de tener la familia que tengo, y por lo que te conozco, estoy seguro de que tú tendrás una similar. Ahora mis dos hijas, por cierto, están trabajando como ayudantes mías. Entre los tres vamos dibujando el manga y la verdad es que las dos trabajan muy bien.

MB: ¡Qué suerte! Aparte del anime, existen multitud de productos derivados de su personaje, películas, videojuegos, etc. ¿Colabora en su creación?

YU: Al principio sí colaboraba: solían pedirme la opinión para casi todo. De hecho, las tres primeras películas de cine están basadas en historias originales mías. Sin embargo, en un momento dado me di cuenta de que se conseguían mejores resultados en todos los aspectos si yo no estaba involucrado, así que decidí dejarlo todo en manos de los respectivos equipos que se habían formado.

MB: Venga, hombre, ya será menos… Eso es mucha modestia por su parte.

YU: ¡Pero es que es verdad! Mis historias son bastante sosas comparadas con las que se sacan de la manga otros creadores jóvenes. He tenido la suerte de que con las versiones animadas de Shin-chan, tanto de televisión como de cine, han trabajado y trabajan estupendos directores y creadores jóvenes y llenos de energía. Así que creo que lo mejor es dejar a los personajes en sus manos para que vayan renovándolos y dándoles su propio toque personal. Yo, por mi parte, me dedico exclusivamente a la versión manga.

MB: En ese caso, ¿cabría por ejemplo la posibilidad de que algún prometedor creador español, ya sea director de cine, creador de videojuegos o lo que sea, trabajara en el futuro en productos relacionados con Shin-chan?

YU: Claro, claro, por supuesto. Por mi parte, sería un placer.

MB: ¿Le ha sorprendido el éxito que Shin-chan ha tenido y sigue teniendo en España?

YU: Por supuesto, ha sido una enorme sorpresa. España es un país que está muy lejos de Japón, por lo que nunca habría imaginado que una obra mía sería tan bien recibida en un lugar tan lejano y diferente. Piensa que el modo de vida de los españoles y los japoneses también es bastante distinto, por lo que aún me alegra más que gente a priori tan alejada del estándar japonés lea mi cómic y vea la serie de animación basada en mis personajes. Es una gran sorpresa.

MB: Por cierto, el otro día estábamos paseando por mi vecindario y nos cruzamos a un abuelito, ¿recuerda? Aquel abuelito, vecino y conocido mío, me saludó y me preguntó qué tal estaba. Yo le respondí que muy bien y luego les presenté a usted y a su esposa diciéndole que “este señor es el creador de Shin-chan y ella es su mujer”. ¿Recuerda lo que le dijo el abuelo?

YU: ¡Sí, sí! (risas) ¡Me preguntó que si yo no iba por ahí enseñando el culo, como Shinnosuke!

MB: Exacto. Supongo que con esta anécdota le ha quedado claro que, en España, Shinnosuke se ha convertido en un personaje entrañable y conocido por absolutamente todos, jóvenes y viejos. ¿A qué cree que es debido?

YU: Bueno, ¡de hecho ya me gustaría a mí saberlo! (risas) Yo imagino que es gracias a la tarea de todos los que trabajáis en este proyecto aquí en España. Por ejemplo, sin las estupendas traducciones que Verònica y tú realizáis, mi serie no habría tenido ni la mitad de éxito. Yo coloco en el manga muchísimas bromas y juegos de palabras que tienen sentido solo en japonés, pero vosotros las adaptáis y creáis juegos de palabras distintos que funcionan tan bien o mejor que los del original. Si la gente no se riera con las barrabasadas de Shinnosuke, lógicamente la serie no tendría ningún éxito. Así que considero que vuestro trabajo de traducción tiene que ser una de las claves.

MB: Como diría Shin-chan, sonrojándose, “No es para tantooo” (risas). El mérito es de un equipo muy profesional y muy grande: los estupendos actores de doblaje, el licenciatario de la serie, que ha sabido venderla y colocarla muy bien, las cadenas de TV que han confiado en Shin-chan y la han mimado, la editorial Planeta deAgostini, que publica el manga y procura que todo el mundo lo pueda comprar y disfrutar…

YU: Claro que sí, no te falta razón. Es un trabajo de equipo en el que, si fallara una sola pieza, los resultados no serían los mismos.

MB: A mí lo que no deja de sorprenderme es que en otros países muy cercanos tanto física como culturalmente a España, como Francia o Italia, la serie ha pasado sin pena ni gloria. Los Pirineos están a poco más de cien kilómetros de aquí, Barcelona, y justo al otro lado está Francia… Aquí, la serie ha tenido un éxito espectacular y en cambio al otro lado de los Pirineos no ha acabado de arrancar. De hecho, el único país occidental en el que Shin-chan ha obtenido un éxito sonado es España… En fin, cambiando de tema, ahora mismo se encuentra en nuestro país en un viaje privado. ¿Qué le ha parecido lo que ha visto hasta el momento?

YU: Bueno, antes de venir a España tenía la típica imagen de ella que tenemos todos los japoneses: los toros, el calor, el cielo azul… En definitiva, y usando el apodo que le damos en Japón, “el país de la pasión”. Así que pensaba que vería a mucha gente extremadamente pasional, llena de energía y vitalidad. Y realmente ha sido así: he tenido la gran suerte de poder conocer a vuestras familias y todos ellos me han parecido adorables, muy amables y alegres. Y, por encima de todo, he visto que no solo están llenos de energía, sino también de buenas intenciones. Esto es lo que más recordaré, sin duda. Ayer, por ejemplo, estábamos paseando mi mujer y yo y acabamos perdiéndonos. Le preguntamos el camino a un chico que vimos por la calle y, aunque ni él sabía japonés ni nosotros español, hizo un gran esfuerzo por entendernos e indicarnos con muchísima amabilidad por dónde ir. Por el momento, aquí todavía no he conocido a nadie que me haya causado mala impresión, la verdad.

MB: Vaya, me alegro muchísimo de oír esto. A propósito, Shinnosuke ha visitado Barcelona en el anime, pero no en el manga. ¿Hará que los Nohara visiten nuestro país en el manga?

YU: ¿Pues sabes una cosa? No había caído en eso, pero es verdad. De acuerdo, lo haré. Este mismo año me comprometo a hacer una historia sobre Shinnosuke en España.

MB: Vaya, pues ya tengo ganas de leerla.

YU: No te quepa duda de que voy a sacaros a todos, que conste. No tengo ni idea de cómo enfocaré la historia, pero supongo que las familias tendrán un papel protagonista.

MB: Vaya, ¡qué vergüenza! ¡A ver con qué travesuras nos “atacará” Shin-chan! Por cierto, ¿tiene alguna anécdota curiosa que contarnos?

YU: ¿Alguna anécdota curiosa? Bueno, pues por decir algo que me haya ocurrido recientemente, ¿recuerdas el otro día, cuando estuvimos jugando un rato al ping-pong en casa de tu abuela? Pues nunca en la vida me habría imaginado que algún día jugaría a ping-pong con una familia española, y es algo que recordaré con mucho cariño. Igual que ayer, cuando vinimos escuchando canciones de Hikaru Utada en el coche, una cantante japonesa que me gusta muchísimo. Fue muy curioso estar viendo un paisaje tan distinto al japonés a la vez que escuchaba la voz de una cantante que oigo en casa a menudo.

MB: Ciertamente, produce una sensación extraña, sí… En lo referente a anécdotas, por cierto, también está lo de que la ciudad de Kasukabe les concedió a Shin-chan y su familia la ciudadanía honorífica.

YU: Cierto, esto tampoco me lo esperaba.

MB: Y es que es algo que no es muy común, al menos para personajes de manga y anime. Creo recordar que el primero en recibir tal honor fue Astroboy y poco después llegó el turno de los Nohara.

YU: Bueno, puede ser, pero me parece que es algo que últimamente está bastante de moda en Japón, tampoco tiene tanto mérito. Se les da la ciudadanía a varios personajes de ficción que han tenido mucha influencia en la sociedad, no sé. Esto demuestra, imagino, que el manga es una poderosa herramienta que proporciona sueños a la gente. Pero sí, la verdad es que el hecho de que los Nohara sean ahora ciudadanos de Kasukabe en la vida real, igual que yo mismo, fue algo que nunca habría imaginado y es una anécdota curiosa que contar.

MB: Hace unos meses estuve hablando con su editor en Japón, el señor Masuo, que me contó que su sueño era superar con Shin-chan la gesta de Jarinko Chie, el manga con más tomos que ha publicado jamás la editorial Futabasha, con un total de 67 volúmenes. ¿Qué tiene usted que decir a esto? ¿Se ve capaz de superarlo?

YU: Hombre, lo siento por el pobre Masuo, pero la verdad es que no. De hecho, últimamente he disminuido considerablemente el ritmo de trabajo y solo produzco material como para publicar un solo tomo al año. Haciendo cuentas, y pensando que ahora mismo todavía no he llegado al tomo 50 y que Jarinko Chie se terminó en el 67, pues tardaría… ¡Casi veinte años más! Y me temo que mi cuerpo se acabará rindiendo antes, la verdad.

MB: Bueno, tal vez la solución sería dejar la serie en manos de sus ayudantes, que como nos ha dicho antes son sus propias hijas…

YU: Sí, sí, no estaría mal. Podrían heredar la serie, es verdad, y así yo podría dedicarme a hacer el vago sin parar (risas).

MB: Cambiando un poco de tema, ¿es Usuto Yoshii, el mangaka que sale en la serie, una representación de su propia persona o se inspiró de alguna manera en su figura para crearlo?

YU: Ya sabes que Usuto Yoshii es un tipo bastante despreciable, ¿no? Pues está inspirado en mí, efectivamente, pero solamente en lo que respecta a mis defectos y la faceta más ruin de mi carácter. Es un poco como si fuera “el Usui malvado”, el lado oscuro de mi persona.

MB: Lo entiendo muy bien. Aunque… Disculpe la pregunta, pero supongo que no se dedica a fotografiar sus excrementos después de haber ido al váter como hace Yoshii, ¿verdad…? (risas)

YU: (risas) No, no, fotos no saco, pero sí procuro observarlos, ¿sabes? Los miro y pienso “vaya, hoy me ha salido muy saludable”, o “buf, últimamente tengo el cuerpo revuelto”. ¿Tú no haces lo mismo?

MB: (risas) No, no, ni se me había ocurrido.

YU: Pues es muy importante observar la propia caca, hombre. Es un buen método para comprobar cómo andas de salud.

MB: Ya, bueno… (risas) Dejemos este tema, que esto empieza a oler mal… (risas) Por cierto, en un par de las películas de animación sale otro personaje, que tiene su propio nombre (Yoshito Usui) y que no parece mala persona. De hecho, aparece en unos cameos cantando en el karaoke y todo, y de hecho se lleva bastantes palos, el pobre…

YU: Ah, ese personaje es distinto a Usuto Yoshii, hombre, porque soy yo mismo. Este otro pobre diablo sale vestido de forma rarísima, le pegan bastante… De hecho, no sé si sabías que fui yo mismo quien le puso la voz.

MB: ¿De verdad? ¿Incluso cuando canta en el karaoke es usted mismo cantando?

YU: Sí, sí, incluso en el karaoke. Bien pensado, aquí tienes otra de esas anécdotas curiosas sobre las que me preguntabas antes. ¡He hecho mis pinitos en el mundo del doblaje y todo! (risas)

MB: ¡Qué suerte! (risas) Por cierto, usted no es muy dado a conceder entrevistas, por lo cual esta charla es un privilegio absoluto, ¿pero cuál es la pregunta que le gustaría que le hicieran y que nunca le han hecho?

YU: Vaya, pues no suelen preguntarme qué tipo de mujeres me gustan, ni tampoco cuáles son mis aficiones, ni qué películas me han gustado últimamente, porque piensa que a mí me gusta bastante el cine. Y son preguntas que me gustaría que me hicieran.

MB: Bueno, pues vamos allá: ¿empezamos por las películas?

YU: Sí, perfecto. Mira, de cine americano últimamente he disfrutado bastante de las películas de Resident Evil y de la saga de Bourne. Me gusta bastante este tipo de cine. También tengo muchas ganas de ver la nueva de Indiana Jones.

MB: ¿Y qué hay de lo de las mujeres?

YU: Ay, las mujeres… Pues mira, de japonesas me gustan tipo Aya Hoshino, que es una modelo muy guapa y muy famosa. Es tan mona y simpática… De occidentales, pues creo que me quedo con Angelina Jolie.

MB: Vaya, vaya, no tiene mal gusto (risas). Finalmente, ¿cuáles son sus aficiones?

YU: Pues recientemente me ha dado por ir a balnearios, que en Japón hay muchos y muy variados. Solemos ir mi mujer y yo a un balneario distinto de los que quedan relativamente cerca una vez al mes, para pasar allí una noche y relajarnos. Vamos a Nikkō, a Shimoda… A veces vamos un poco más lejos. Nos sirve para desconectar un poco.

MB: Para terminar, con ocasión de esta nueva edición del manga en España, ¿tiene algún mensaje para los lectores?

YU: Pues a los nuevos lectores del manga les diría que muchas gracias por leer mis historias y que, si alguna vez les ocurre algo desagradable y mi manga les ayuda a animarse, me harán muy feliz.

MB: Me parece una manera fantástica de dar por terminada la charla. Muchísimas gracias por dedicar este tiempo a los lectores de esta nueva edición del manga, ha sido un placer.

YU: Al contrario, muchísimas gracias a todos los lectores y televidentes por el apoyo que le están dando a mi personaje.

(Entrevista realizada el 24 de mayo de 2008 en Barcelona)

Entrevista a Yoshito Usui (año 2002)

Tuesday, September 29th, 2009

Para dar por concluida esta semana de homenaje a Yoshito Usui (que al final serán diez días), voy a publicar en este blog, con el amable permiso de Planeta deAgostini, las dos entrevistas que le realicé a Yoshito Usui en su día. La primera es del año 2002, del mismo día en el que le conocí.

Portada del tomo de Planeta deAgostini en el que se publicó esta entrevista

Portada del tomo de Planeta deAgostini en el que se publicó esta entrevista

Lo siento, pero no tengo el texto redactado en mi ordenador (solo he encontrado la versión catalana) así que os tendréis que conformar con scans de las páginas del volumen 9 de la edición A4 de Shin Chan. Por cierto, vaya cagada del diseñador, que puso Yoshio en vez de Yoshito. Ingrid Mesado, Viviana Gorgollón y Josep Sadurní tradujeron en su momento al castellano, a partir del original catalán, esta misma entrevista. Ahora me la acaban de mandar, por lo que debajo de las dos páginas escaneadas pego su texto. ¡Muchas gracias por cederlo!

Mañana mismo subiré la otra entrevista, esta sí en formato texto y muuuucho más extensa que esta. Espero que os gusten. Como siempre, haced clic en las imágenes para ampliarlas.

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Día 16 de Febrero de 2002, barrio de Ginza, Tokio. Marc Bernabé, uno de los traductores de Shin-Chan, se encuentra con Yoshito Usui, creador del personaje, y lo entrevista. Aquí tenéis los resultados.

Marc Bernabé, que firmo esta entrevista, soy junto con Verónica Calafell el traductor de la serie Shin-chan al catalán, tanto en la versión animada que emite el 3xl.net, del canal K3, como en la versión cómic que edita Planeta DeAgostini. De hecho, este texto sale publicado en ambos sitios. Conseguí concertar una cita con el dibujante Yoshito Usui, el creador de Shin-chan, y su mujer, una encantadora pareja, y aproveché para hacerle la entrevista siguiente después de explicarle el éxito que tiene su creación en Cataluña y la polémica que ha generado.

Cabe destacar que tiene una superstición con las fotografias: sostiene que si su foto o imagen sale a luz públicamente, entonces sus creaciones dejarán de venderse y de tener éxito. Es una superstición como cualquier otra, pero el hecho es que no pude hacerle ninguna fotografía para ilustrar el artículo. A cambio, me obsequió con un dibujo y una dedicatoria (¡en catalán!) para todos los lectores y espectadores de Shin-Chan.

Yoshito Usui es un hombre afable de cuarenta y pocos años, delgado y de estatura mediana, con el pelo largo hasta los hombros teñido discretamente de castaño. La verdad es que no se parece prácticamente en nada a su parodia de la serie, Usuto Yoshii. No tiene bigote ni tampoco lleva gafas.

Bien, después de esta pequeña introducción pasaremos a la entrevista…

Comencemos la entrevista. Ante todo, buenas noches. Primera pregunta: ¿Cuándo debutó?
Yoshito Usui: “Buenas noches. Bueno, fue cuando tenía 27 años… es decir, debe hacer unos 15 años. Comencé a dibujar Shin-chan hace unos 11 años, más o menos… Y un año después, se estrenó la serie en la televisión. Actualmente, se celebran los diez años de emisión”.

¿Qué otras obras ha dibujado, aparte de Shin-chan?
Y.U.: Sólo tengo una, se llama Super Shufu Tsukimi-san (La Sra. Tsukimi, super-ama de casa).

¿Eh? ¿Sólo una? Pero si hay otras… Yo las he visto en las librerías…
Y.U.: Bueno, aquellas son obras de hace muuucho tiempo… Y no las quiero contar porque me da vergüenza (risas). O sea, que lo dejamos en Shin-chan y Tsukimi-san.

Muy bien, como usted quiera… Por cierto, ¿vive en la ciudad de Kasukabe, igual que Shin-chan? ¿Tiene hijos?
Y.U.: Sí, vivo en Kasukabe, pero allá no hay absolutamente nada, es una ciudad muy aburrida… Y sí, tengo dos hijas de 17 y 15 años respectivamente.

¿Se parecen a Shin-chan, sus hijas?
Y.U.: Pues no, no mucho… (risas)

¿De dónde sacó la idea de Shin-chan?
Y.U.: De mi propia infancia…

¡No me diga que usted se parecia a Shin-chan, cuando era pequeño!
Y.U.: No, parecerme, no mucho, pero siempre he pensado que me hubiese gustado ser un niño como él…

¿En qué le habría gustado parecerse a Shin-chan? ¿Quiere decir que le gusta el carácter de su personaje?
Y.U.: Eso mismo… Ojalá hubiese sido tan revoltoso como él (risas).

¿De dónde saca los gags y los juegos de palabras que salen continuamente en la serie?
Y.U.: Bueno, sobre los juegos de palabras, no he inventado nada nuevo, simplemente me fijo en los niños, en qué hacen y qué dicen, y ellos suelen cometer este tipo de errores con el lenguaje, muchas veces adrede. De hecho, me imagino que los niños catalanes deben hacer exactamente lo mismo. Me gustan mucho los niños y me fijo bastante en ellos.
Sobre los gags, bueno… Supongo que me los invento a base de observar todo lo que pasa a mi alrededor y también inspirándome en mi propia experiencia.

En un principio, la obra se publicó por entregas mensuales en una revista muy poco conocida llamada Manga Action (ahora, no obstante, la serie se publica en la revista Manga Town) ¿Por qué cree que Shin-chan, siendo una serie que en principio muy poca gente tendría que conocer, ha tenido un éxito tan grande en Japón?
Y.U.: Pues no tengo ni idea… (risas) Ni la más remota idea.

¿Cuando comenzó la serie, pensó que podría convertirse en un éxito?
Y.U.: Bueno, de hecho no la comencé pensando en si podría tener éxito o no, pero me esforcé mucho en ello.

Hay gente que critica su obra y dice que, comparada, por ejemplo, con Dragon Ball, está… ¿Cómo lo diríamos…?
Y.U.: ¿Mal dibujada? Sí, es verdad, lo reconozco. A decir verdad, a mí me encanta Dragon Ball, y mientras hago mi trabajo de dibujante, muchas veces me pongo a mirar las aventuras de Goku para ir aprendiendo a dibujar mejor (risas).

¿Trabaja con ayudantes? Su parodia en la serie Shin-chan, el dibujante Usuto Yoshii, tiene a su mujer que le ayuda… ¿Su caso es el mismo?
Y.U.: No, yo trabajo completamente solo… Y mi mujer no me ayuda (risas).

¿Cree que Shin-chan es un cómic o una serie de dibujos animados para niños?
Y.U.: En absoluto. Esta serie la pensé como una serie exclusivamente para adultos. Y por lo tanto, encuentro normal y comprensible que los padres no quieran dejar que sus hijos la vean.

Pero de hecho, en la televisión japonesa la serie se pasa los viernes por la tarde, justo cuando acaba Doraemon… Siendo así, es inevitable que los niños la miren, ¿verdad?
Y.U.: Sí, acaban mirándola… No creo que sea lo más apropiado, la verdad. Yo les dije a los de la cadena de televisión que la serie estaba enfocada para los adultos, pero ellos me dijeron que no les importaba, que la emitirían en aquella franja de todos modos…

Usted empezó la serie pensando exclusivamente en el público japonés, y por lo tanto, Shin-chan està repleto de referencias a la cultura nipona. ¿Qué opina, que la serie haya traspasado ahora las fronteras de Japón?
Y.U.: Pues la verdad, me preocupa el hecho que no la entiendan… Creo que el trabajo del traductor es fundamental en este aspecto, porque tiene que trabajar más de la cuenta para adaptar bromas y situaciones y para aclarar lo mejor posible los puntos de la cultura japonesa que serían en principio difíciles de entender para los extranjeros.

Muchas gracias por apreciar nuestro trabajo… La verdad es que traducir la serie es realmente difícil por el hecho de tener que reinventar bromas. Siempre intentamos ponernos en su piel y pensamos: “Si el Sr. Usui fuese catalán, en esta situación diría tal o cual cosa”. ¿Qué piensa de que sus bromas sean cambiadas y reinventadas, a veces casi totalmente? Porque las bromas que ponemos en la versión catalana a veces no tienen ninguna relación con el original…
Y.U.: Me parece perfecto. Os animo a continuar así, creo que el éxito que tiene Shin-chan en Cataluña es en gran parte gracias a vuestro trabajo. Si no se adaptasen bien las bromas, la serie perdería gracia y acabaría haciéndose aburrida. ¡Tenéis luz verde para continuar adaptando e inventando!

¡Muchas gracias por la confianza! Bien, cambiado de tema, ¿qué opina del éxito abrumador que está teniendo Shin-chan en Cataluña?
Y.U.: No me lo puedo creer… Bien, el hecho que se pueda ver Shin-chan en un lugar tan lejano de Japón como es Cataluña es… Bueno, increíble…

¿Qué opina de la chica que hace la voz de Shin-chan en la versión japonesa, Akiko Yajima? Se trata de una voz grave, muy poco de niño pequeño, al contrario que la versión catalana. Cuando dibujó a Shin-chan, ¿se lo imaginaba con la voz grave de Akiko Yajima o con la voz más infantil de Cristina Mauri, la actriz catalana que pone la voz a Shin-chan?
Y.U.: Bueno, a decir verdad nunca me había imaginado qué voz tendría Shin-chan. Me gusta mucho la voz que le ha puesto Akiko Yajima, creo que es una actriz de doblaje excelente. Sobre la versión catalana no te puedo decir nada porque todavía no la he visto.

En Cataluña hay muchas voces que dicen que Shin-chan no es un programa adecuado para los niños, y se ha iniciado un debate sobre la educación de los propios hijos y el papel y la responsabilidad de la televisión… La televisión no es un canguro, no es un parking para los niños pequeños, y son los padres los que se tienen que responsabilizar de la educación de sus hijos. ¿Qué opinión tiene sobre esto?
Y.U.: Bien, está claro, como te he dicho antes, que Shin-chan no es en absoluto una serie para niños pequeños. Así que recomiendo a los padres que les preocupe la idea de que sus hijos vean la serie que simplemente no se la dejen ver. La cadena de televisión no tiene nada que ver en esto porque ellos se limitan a emitir la serie. Los padres más preocupados tendrían que ser responsables y no dejar que sus hijos la vean.

En cierto programa se llegó a afirmar que los japoneses no tienen sentido del humor. ¿Qué opina de esto?
Y.U.: Bueno, tanto como que no tenemos… Lo que sí que reconozco es que nuestro humor no es ni de lejos tan refinado como el de otros pueblos del mundo, y mucho menos el mío (risas).

Bien, hablemos del futuro… ¿Hasta cuándo piensa continuar con Shin-chan? ¿Está cansado de dibujar la serie?
Y.U.: Mmm… No tengo ni idea, podría ser que la acabe tanto el próximo mes como dentro de unos años, la verdad es que no me lo he planteado. Y sí, a veces me siento ya cansado de la serie…

¿Tiene algún proyecto futuro? ¿Alguna cosa que le gustaría hacer, después de Shin-chan?
Y.U.: Ni uno, nada de nada. Incluso es posible que deje el mundo del cómic, quién sabe…

¡Hombre, no diga esto! A usted le gusta dibujar cómics, ¿no?
Y.U.: Mmm… No lo sé, tú… A veces te quemas tanto y estás tan cansado que lo aburres…

En la serie hemos visto que Shin-chan ha viajado varias veces, a Guam o a Hokkaidô… Le gustaría escribir una historia en la que Shin-chan y familia van a Barcelona, por ejemplo?
Y.U.: ¡Ya lo creo que sí! Me encantaría hacerlo, de veras… Quién sabe, tal vez en un futuro…

Bien, pues aquí acaba la entrevista. Muchísimas gracias por su tiempo. Por cierto, ¿le gusta el pimiento?
Y.U.: (risas) ¡Sí que me gusta! Sobretodo el que preparan en los bares de pinchitosde pollo… ¡Ah, y gracias a tí! Lo he pasado muy bien. ¡Muchos saludos a todos los lectores y espectadores catalanes de Shin-chan!

Traducción: Ingrid Mesado, Viviana Gorgollón y Josep Sadurní. 2002-04-14

Visita a la editorial Futabasha

Monday, September 28th, 2009

La verdad es que me estaba guardando la redacción de esta entrada para más adelante, dentro de mi serie dedicada a los museos y lugares curiosos dedicados al manga en Japón. Pero tras el triste destino que tuvo Yoshito Usui, he pensado que estaría mejor sacar ahora esta “pieza de artillería” que me guardaba, enmarcándola dentro de lo que sería esta semana de homenaje al fallecido autor de Shin Chan.

El edificio de Futabasha

El edificio de Futabasha. He chorizado la foto de Panoramio porque no atiné a sacar una yo. ¡Qué burro!

Y es que la editorial Futabasha es la que edita los cómics y demás libros relacionados con Shin Chan que están a la venta en Japón, desde los 49 tomos de la serie en sí hasta los distintos “refritos” de la misma en forma de “especiales” (recopilando por ejemplo las mejores historias en las que Nevado tiene un papel especial, o el abuelo, o lo que sea) o versiones en baja calidad para venderlas en las tiendas 24 horas, versiones en formato bolsillo, o incluso libros educativos (Shin Chan te enseña historia del mundo, o matemáticas, geografía, etcétera…), hasta libros relacionados con las películas o los videojuegos del personaje. Esta es la web  dentro de Futabasha dedicada únicamente a los libros relacionados con el personaje, mientras que este es el site del personaje en el que se engloba un poco todo lo que hay alrededor suyo: los libros, el anime, las películas, los videojuegos, etcétera.

La editorial Futabasha se encuentra en el corazón mismo de Tokio (aquí), a unos 15 minutos a pie de la estación de Iidabashi y bastante cerca de la adorable zona tradicional de Kagurazaka (lugar en el que merece la pena perderse una tarde; es un poco lo más cercano a Kioto que hay en Tokio). Por fuera no es más que un edificio más, del montón, como tantos otros que hay en Tokio.

Una editorial es realmente como una oficina más (clic para ampliar)
Una editorial es realmente como una oficina más (clic para ampliar)

Las fotos que acompañan a este artículo las tomé el año 2008 porque en un momento dado tuve la idea de intentar hacer un artículo bastante currado sobre el mundo del manga para ver si podía interesar a alguna revista o periódico. Así, mi intención era visitar una o dos editoriales, entrevistar a algunos editores y autores, etcétera. En definitiva, romper un poco la “barrera” que nos separa a los aficionados al manga del público en general y tratar de dar una visión real sobre lo que es el manga y lo que representa, intentando derrumbar algunos tópicos en el proceso. Al final, la falta de tiempo me impidió redactar el artículo y mucho menos, claro, intentar encontrar una revista que lo publicara, así que estas fotos habían quedado inéditas hasta ahora mismo.

No era la primera vez que iba a Futabasha; ya había estado en el año 2003 con el equipo de TV3 que acompañó a los ganadores del Megaconcurs de aquel año y alguna vez había acudido el Sr. Tooru Masuo, antiguo editor-supervisor de Yoshito Usui para Shin Chan, a alguna cena que habíamos tenido con el autor. Así, decidí llamarle para ver si me podía ayudar con este tema, a lo que él accedió encantado. Por cierto, si os lo preguntabais, sí, Tooru Masuo es el mismo que aparece en el manga de Shin Chan con su propio nombre, el editor de Usuto Yoshii que “es buen chico, aunque a simple vista no lo parezca”. XDDD

Uno de los múltiples cameos de Masuo (derecha) en Shin Chan

Uno de los múltiples cameos de Masuo (derecha) en Shin Chan

Muchos os habréis preguntado alguna vez cómo es una editorial japonesa de manga por dentro. Seguro que os la imagináis como un lugar divertido, lleno de monigotes por todas partes y tal. En realidad, las editoriales son básicamente todas iguales (bueno, al menos puedo hablar por tres o cuatro en las que he estado): un montón de mesas juntadas en grupo, con el jefe en cabeza mirando a su equipo -como en cualquier oficina japonesa, por otra parte-, y, eso sí, todas las mesas y rincones llenos de papelajos y trastos por todos los lados, tanto que hasta sorprende que quede espacio para un ordenador o incluso para meter los pies entre tanto fichero y archivo y papelajo que acaban guardando debajo de la mesa porque simplemente no hay más sitio.

Arriba: abarrote total / Abajo: monigotes y Tooru Masuo-san (clic para ampliar)

Arriba: abarrote total / Abajo: monigotes y Tooru Masuo-san de verdad (clic para ampliar)

Futabasha es una editorial generalista, es decir, no solo edita cómics. Creo recordar que tiene unas cinco plantas, y cada planta se organiza por secciones. Por ejemplo, en una planta están todos los que editan revistas generalistas, en otra los de cómics, en otra los de novelas y libros en general, etcétera. La particularidad de Futabasha es que es una editorial que pone mucho énfasis en el sector erótico, es decir, libros y revistas (y también cómics) de tipo erótico o directamente pornográfico. Como mínimo una planta (creo que eran dos, pero no lo recuerdo) está íntegramente reservada para los editores que trabajan en este campo, con pósters y revistas guarras por todas partes. Casi nada…

Durante esta visita del año pasado conocí a Ken’ichi Suzuki, actual supervisor-editor de Shin Chan después de que Masuo fuera promocionado a redactor jefe de la revista Manga Town. Por cierto, el Sr. Suzuki también aparece en el manga de Shin Chan, solo que lógicamente lo hace en los tomos más recientes. Él me enseñó in situ cómo trabajan los dibujantes y los editores de manga, algo que seguramente ya sabéis pero que de todos modos voy a explicar, ya que estoy con este artículo y tengo algunas fotos ilustrativas.

Más imágenes de la editorial por dentro (clic para ampliar)

Más imágenes de la editorial por dentro (clic para ampliar)

Primero, el editor se suele reunir con el autor para discutir cómo evolucionará la serie, qué historia van a hacer, etcétera. Estas reuniones es bastante normal que se realicen en restaurantes de los llamados “familiares” (famiresu, contracción niponera de “family restaurant”), que en general abren las 24 horas del día, están muy bien de precio y son bastante cómodos y realmente prácticos para “refugiarte” o tomarte un descanso mientras de paso te tomas desde unos espaguetis a un café. Después, el dibujante vuelve a su casa o estudio (generalmente trabajan en su casa o se han montado su estudio en su casa) y trabaja en lo que ellos llaman el “neemu” (no sé de dónde proviene esta palabra, parece del inglés “name”, pero no sé), que básicamente es poner sobre el papel la disposición de viñetas y el texto aproximado para cada página, acompañado de unos monigotes feos mal dibujados que representan ser los personajes. Para que os hagáis a la idea, es más o menos el equivalente a los “storyboard” del cine.

Un neemu: este está MUY elaborado para lo que es habitual (clic para ampliar)

Un neemu: este está MUY elaborado para lo que es habitual (clic para ampliar)

Este “neemu” se manda generalmente por fax a la editorial para que el editor introduzca o sugiera los cambios que le parezcan. Por si no ha quedado claro hasta ahora, el editor es el gran olvidado de la industria del manga, y muchas veces prácticamente el editor acaba siendo parte fundamental en el éxito o fracaso de una obra, convirtiéndose en ocasiones en casi el guionista, aunque casi nunca sale acreditado (Naoki Urasawa fue quizás de los primeros en hacerlo, acreditando a su editor –actual mánager– Takashi Nagasaki en sus obras).

Una vez corregido el “neemu”, ya todo está en manos del dibujante, que debe esforzarse por acabar la entrega en el plazo de tiempo determinado, que generalmente es tremendamente justo y por lo tanto los dibujantes suelen trabajar mil horas y pasarse noches en vela por culpa de eso. Es en este momento cuando entran en escena los ayudantes de los mangaka, que se encargan normalmente de dibujar los fondos, poner las tramas, pintar las partes negras, corregir cositas y eso. En el caso de Yoshito Usui, al ser el suyo un estilo muy simple y sin tramas ni fondos detallados ni nada, había trabajado siempre solo excepto en los últimos tiempos, cuando sus hijas empezaron a ayudarle.

El editor compara el neemu (derecha) con la página finalizada (izquierda) (clic para ampliar)
El editor compara el neemu (derecha) con la página finalizada (izquierda) para ver si hay cambios o errores (clic para ampliar)

Una vez está lista la entrega, normalmente es el editor el que se desplaza hasta la casa o estudio del autor para recogerlas, cuando no está allí desde horas antes esperando ansioso a que termine para, una vez recogidas las páginas, correr a la editorial para comprobar que todo está en orden, mandar a rotular los textos y enviarlo todo a la imprenta para que la revista pueda salir a tiempo.

Hablando de rotulación, me quedé anonadado cuando, en el año 2003, cuando visité Futabasha por primera vez, vi que aún rotulaban los cómics a mano. Es decir, escribiendo a máquina los textos (con una especie de curioso Dymo), recortándolos del papel y pegándolos con precisión milimétrica dentro de los bocadillos con la ayuda de cola y unas pinzas. ¡En pleno siglo XXI, y aún lo hacían a mano! No podía salir de mi asombro. Cuando volví en 2008, sin embargo, me dijeron que ahora de la rotulación se encargan estudios especializados externos y que lo hacen por ordenador, exactamente igual que como rotulan aquí en España los profesionales del sector. Menos mal… De nuevo, Japón, pese a su fama evidente como país tecnológico, demostraba anacronismos realmente increíbles e impensables.

Monigotes de Shin Chan, el personaje estrella de Futabasha, en un rincón (clic para ampliar)

Monigotes de Shin Chan, el personaje estrella de Futabasha, en un rincón (clic para ampliar)

Esta, pues, es la editorial que publica Shin Chan desde el primer día, y algunos de los profesionales que están detrás del éxito de esta serie, lo cual me parece también un justo homenaje, no solo al malogrado Yoshito Usui, sino también al gran equipo profesional que había detrás de él. ¿Os ha gustado la visita? ¿Os esperabais que las editoriales de manga fueran así?

Artículos sobre Usui en la prensa

Sunday, September 27th, 2009

Estos días hemos podido colaborar, bien como redactores, bien como entrevistados, en algunos artículos de prensa, concretamente para los periódicos Avui, La Razón y El País. Los pongo aquí para que no caigan en el olvido.

Shin Chan se queda huérfano
(LA RAZÓN, 22 de septiembre)
por Marc Bernabé

Este domingo se confirmaba la desgraciada muerte de Yoshito Usui (1958-2009) después de que se recuperara su cadáver accidentado del fondo de un enorme precipicio en una zona montañosa. Usui había sido declarado desaparecido desde que el pasado 11 de septiembre se fue de excursión y no regresó a casa. Esta persona, modesta y reservada, a simple vista “un japonés más”, fue en realidad un genio del humor que consiguió traspasar fronteras. No en vano, creó al polémico, zafio y maleducado (pero sumamente adorable) niño cabezón Shin Chan en 1990 como tira cómica para una revista de cómics enfocada básicamente a oficinistas.

Shin Chan conoció pronto una adaptación a televisión en forma de dibujos animados, y su emisión vino acompañada de una gran polémica en Japón debido a la irreverencia del personaje. En el año 2001, la serie desembarcó en España y, como no podía ser de otra manera, cosechó un gran éxito y, de paso, desató también la polémica.

Usui llevaba trabajando ininterrumpidamente en el cómic de Shin Chan desde hacía ya 19 años y, a pesar de que confesaba sentirse bastante cansado de su oficio como dibujante, últimamente hablaba con ilusión del hecho de que sus dos hijas veinteañeras habían empezado a ayudarle en su trabajo. Según decía, “dibujan mejor que yo (lo cual no es tan difícil)”.

Shin Chan puede gustar o no, pero lo innegable es que ha dejado una huella imborrable en toda una generación. Con el fallecimiento de su autor, nos deja un dibujante de cómics, sí, pero también una cálida persona, un marido y un padre de familia. Un mago del humor japonés que ha conseguido calar muy hondo en nuestro país.

Dibujo dedicado a Manu, donado para el blog

Dibujo dedicado a Manu, donado para el blog

Adéu a Yoshito Usui, el pare d’en Shin Chan
(AVUI, 22 de setembre)
per Verònica Calafell

Aquesta setmana ens ha deixat un mestre de l’humor. Vivia a l’altra banda del món, al Japó, en una petita ciutat dormitori al nord de Tòquio, Kasukabe, que cap de nosaltres no sabria situar al mapa si no fos perquè ell la va fer famosa a través dels seus personatges.

Yoshito Usui (1958-2009) era un home discret, de poques paraules, que fugia de la fama i les fotografies i s’entestava a dur una vida anònima malgrat haver creat un dels fenòmens socials més destacables dels anys noranta al Japó i d’aquesta última dècada a Catalunya. No volia que el maregessin gaire. Preferia la muntanya que les festes de l’elit editorial de Tòquio i s’estimava més quedar-se tranquil•lament a casa, amb la seva dona i dues filles, que fer grans viatges.

També era un home observador, un caçador d’històries pròpies i alienes en les quals s’inspirava per crear les aventures i desventures del seu personatge. El Shin Chan, sí, el del “culet, culet”, la “trooompa” i la “Misae del cul gros”. Aquell que sempre té 5 anys i és desvergonyit, irreverent i alhora adorable.

Yoshito Usui va crear el Shin Chan l’any 1990 en forma de manga. El van seguir l’animació, les pel•lícules, els videojocs i el marxandatge. Tot això només ho supervisava, mentre continuava creant guions, introduint personatges nous i dibuixant sense parar: tenia entregues cada quinze dies. Shin Chan va creuar fronteres: va arribar a Taiwan, a Corea… I onze anys més tard, l’any 2001, aterrava a Catalunya. Avui les seves bromes formen part del nostre bagatge, tots el coneixem i als uns els agrada més que als altres. No ha passat desapercebut, en poques paraules.

Al seu creador, en canvi, li agradava passar desapercebut. Però avui no és el dia, Yoshito, avui et volem retre un homenatge. Perquè sense saber-ho, i segurament sense pretendre-ho, vas construir un pont entre la terra japonesa i la catalana: el pont del humor i de les rialles. Gràcies. En paraules del Shin Chan, sàpigues… Ei, que et trobarem a faltar!

Dibujo dedicado a Irene, donado para el blog

Dibujo dedicado a Irene, donado para el blog


Obituario: Yoshito Usui, creador del manga ‘Shin Chan’
El personaje es el niño más irreverente de la televisión
(EL PAÍS, 27 de septiembre)
por Lila Pérez Gil

Es más que probable que ni una sola madre querría tener como hijo a Shinosuke Noara, Shin Chan, el personaje de un niño irreverente, grosero, irrespetuoso y chillón que creó el dibujante japonés Yoshito Usui. El 20 de septiembre, la policía de la prefectura de Gunma, a unos 100 kilómetros al noroeste de Tokio, confirmó que Usui, de 51 años, había muerto el pasado día 11, cuando se fue a hacer senderismo por las montañas Arafuna.

Aunque la ruta senderista está bien señalizada y apartada de los acantilados de Tomoiwa, y pese a que, según su familia, Usui visitaba el lugar con frecuencia, todo apunta a que se acercó demasiado al borde del precipicio para tomar una foto del paisaje y cayó. Unos excursionistas encontraron días después su cuerpo al pie de una pared de cien metros de alto, con sus cosas metidas en la mochila, salvo su cámara digital, cuya última foto era precisamente una de esas peligrosas vistas.

Usui nació el 21 de abril de 1958 en la prefectura de Shizuoka, al este de Tokio. Estudió diseño mientras trabajaba y después estuvo en las oficinas de una empresa de publicidad. Pero en los años ochenta lo dejó todo para dedicarse al manga.

“Era una persona de lo más común, un japonés cualquiera”, recuerda por teléfono el experto en cultura nipona y traductor de japonés -y de Shin Chan– Marc Bernabé, de 33 años, que lo conoció en 2001 y con quien desde entonces trabó una buena amistad. “Era delgado, para nada especial, muy reservado, pero te hacía continuamente preguntas sobre tu vida”, añade. “Hablando con él no te hacías a la idea de que tuviera tanto humor dentro como para crear esos cómics. Si acaso, de vez en cuando, soltaba alguna broma, pero enseguida se retraía, le daba como vergüenza. Es que en Japón no está bien visto eso de contar chistes”. Tampoco le gustaba que le sacaran fotos “ni figurar en ninguna parte”.

El fenómeno Shin Chan, que nació como una tira cómica y pronto pasó a ser un dibujo animado que llegó a España en 2001, atrajo tantas críticas como parabienes. Para algunos, el niño era un mal ejemplo para los menores, que había que evitar. Para otros, una caricatura de los modelos familiares.

Autorretrato de Usui

Autorretrato de Usui

En su blog, Bernabé, que está dedicando esta semana a escribir tanto la biografía de su amigo como a recordar los momentos pasados junto a él, recalca que este mangaka (así se llama a los dibujantes de manga) no sólo se dedicó a historias familiares. Además de Shin Chan recuerda otra, titulada Super Shufu Tsukimi-san (Tsukimi, la súper ama de casa), destinada más al público treintañero, sobre la familia de una señora más bien desastrosa y despistada, con un marido oficinista (como fue Usui muchos años) y dos hijas (como tenía Usui). “No podía evitar ver un sesgo autobiográfico de Yoshito en esos dibujos”, apunta Bernabé. Los gags escatológicos de Shin Chan, el niño que le afea a su madre el trasero tan gordo que tiene, y que se baja los pantalones y enseña el suyo al grito de “¡culito culito!”, se repetían en estas viñetas.

Pero también tuvo tiempo y valentía para meterse con la yakuza, la mafia japonesa, con historias con escenas grotescas de sangre y sexo. “Me he reído por lo absolutamente cafres y hasta de mal gusto que llegan a ser”, describe Bernabé.

Usui visitó Barcelona en dos ocasiones. “En 1990 como turista típicamente japonés, en autobús, parada y a hacer fotos”, comenta Bernabé. “El año pasado vino a visitarnos. Quería ver cómo vivíamos, lo que comíamos. Y sobre todo, ir a comer a casa de mi abuela, que le preparó de todo, hasta una escudella“.

La editorial que publica Shin Chan en Japón, Futubasha Manga’s Town, ha anunciado que Usui dejó dibujos hasta mediados de octubre. Shin Chan, que nació en 1990, se ha quedado huérfano después de 59 volúmenes con sus aventuras. A menos que las hijas de Usui, de 24 y 22 años, y que según su padre dibujaban mejor que él, vuelvan a contar sus historias.

Mix Connection

Friday, September 25th, 2009
  • Título: みっくす・こねくしょん –Mix Connection–
  • Autor: Yoshito Usui
  • Editorial: Futabasha
  • Revista: Manga Action
  • Años publicación: ? (pre 1993)
  • Clasificación: humor, 4-koma
  • Tomos: 1

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Cuando en 2002 entrevisté por primera vez a Yoshito Usui, le pregunté por sus obras aparte de Shin Chan, sabiendo que tenía varias y pensando que me daría una lista más o menos exhaustiva. Cuál fue mi sorpresa cuando me habló solamente de Super Shufu Tsukimi-san (Tsukimi, la superama de casa). Perplejo (básicamente porque en casa tenía este tomo de Mix Connection) le dije “pero sí que tienes otras obras, que yo las he visto, ¿no?”, a lo que él me respondió riéndose que sí, pero que prefería obviarlas. En fin, resumiendo, que parece que Usui no estaba muy orgulloso de sus obras antiguas ^_^. Además, en otro orden de cosas, no sé cómo salió en la conversación, pero recuerdo que en otro momento hablamos sobre los yakuza (mafia japonesa), y me comentó que el mundo de la mafia le hacía muchísima gracia y, medio en broma, me dijo que temía que algún día un mafioso se cabreara con él. Entonces no entendí muy bien el comentario (es verdad que en Shin Chan salen algunos mafiosos, pero no es para tanto) pero ahora, después de leer esta obra, creo que ya sé por dónde iban los tiros.

Y es que Mix Connection es una recopilación de tiras cómicas de cuatro viñetas (yon-koma), la mayoría de las cuales se sustentan en bromas alrededor de los yakuza. En ellas aparecen desde los jefes mafiosos a los aprendices jóvenes, pasando, claro está, por los distintos lugartenientes y miembros de las jerarquías yakuza. También resulta divertido el papel de un pobre matrimonio que vive al lado de una guarida yakuza y que tiene que sufrir todo tipo de peregrinas situaciones derivadas de convivir con los mafiosos.

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Tira de la derecha
Viñeta 1: Se sabe que al capo de la banda XY le encantan los perros. Obligaremos a este chucho a tragarse una minibomba, haremos que se acerque al capo y “buuuum”.
Viñeta 2: ¡A por él!
Viñeta 3: Clic.
Viñeta 4: Buuuuuuuuum / Hostia, justo donde he cagado hace un momento.

Tira de la izquierda
Viñeta 1: Tenga, por favor, acepte esto. / La vecina del capo yakuza. / Me lo han enviado mis familiares en el campo. / Vaya, gracias.
Viñeta 2: Ding dooong / Hola, vengo de parte del Grupo Kanitama, los vecinos. / Voooy.
Viñeta 3: El capo me ha dado esto para usted, para agradecerle su gesto… / Vaya, no hacía falta, hombre…
Viñeta 4: Me ha dicho que se lo ha enviado un amigo Sudamericano y… / Opio / Por favor, no tengas más detalles con ellos…

Como podéis ver, los chistes son sorprendentemente “muy” adultos: hay muertes y sangre, pero también mucho sexo (yakuza poniendo o siendo puestos cuernos, masturbaciones y cosas así), yakuza homosexuales, travestis… Vamos, todo un desfile de humor bastante burro del tipo que, en Shin Chan, solo se entrevé ligeramente. A mí me ha gustado bastante la obra y ha habido tiras que me han arrancado sonoras carcajadas por lo absolutamente cafres y hasta de mal gusto que llegan a ser.

No he logrado encontrar en qué año exactamente se publicaron estas tiras, solo que el tomo se publicó en 1993. En internet tampoco hay información (sorprendentemente, por cierto, apenas hay nada en internet sobre las otras obras de Usui aparte de Shin Chan). A pesar de todo, mi deducción es que estas tiras se publicaron sobre finales de los años 80 en la Manga Action y/o alguna otra revista de la editorial Futabasha y en su momento no se recopilaron en forma de tomo unitario. En 1993, cuando hacía un año que el anime de Shin Chan estaba en antena y su éxito (y polémica) estaba en pleno auge en Japón, seguramente los ejecutivos de Futabasha decidieron publicar en tomo otras obras de Usui para aprovecharse del tirón de Shin Chan, y Mix Connection fue uno de los que salieron. Vamos, es una hipótesis, pero imagino que no voy muy desencaminado.

Como he dicho, pues, el humor de Mix Connection es sorprendentemente adulto y a veces hasta raya el mal gusto, por lo que habrá gente que directamente lo aborrezca. Por otra parte, si ya es difícil ver obras como Tsukimi-san editadas en nuestro país, con Mix Connection lo es más, puesto que al basarse muchas de las bromas en el mundo yakuza, si no sabes un poco de qué va la cosa (lo de cortarse el dedo si se comete un error, sacrificarse por el bien de la banda, los juramentos…) te puedes perder bastante. Además, algunas tiras directamente son incomprensibles para un occidental que no sepa mucho-mucho sobre cosas muuuuy concretas de la cultura japonesa, como el segundo ejemplo que pongo. Así, francamente, este tomo no haría mucha gracia traducido, ya que tendría que estar lleno de notitas del traductor que restarían toda la gracia.

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Ejemplo de tira incomprensible para un occidental:
Viñeta 1: ¡Hay testigos que te han visto vendiendo mierda (droga)!
Viñeta 2: ¡Canta de una puta vez, coño! / Es… Es que no sé nada…
Viñeta 3: ¡No he sido yo! ¡No he sido yoooo! / Se acabó el tiempo, Yama-san. Hay que soltarle.
Viñeta 4: Buen trabajo. Tiene que haber sido duro un interrogatorio de tantas horas, ¿eh?  / Nah, no ha sido nada del otro jueves, je, je. / En fin, pasa y come algo, chaval.
Viñeta 5: N… ¡No he sido yo! ¡No he sido yo, lo juroooo! / ¿Y ahora qué le pasa? / Katsudon / Qu… ¿Qué te pasa?

Explicación: Como bien sabe el que ha visto muchas películas o series de policías japoneses, es típico que a los interrogados les den un bol de katsudon (cerdo rebozado y huevo sobre base de arroz) para comer, a menudo para mostrarse amables con ellos para que confiesen de una vez. Así, el pobre chaval acaba asociando el katsudon con el interrogatorio, un poco como el perro de Pavlov.

Nota: Yama-san es típico nombre de detective, en honor al detective Yamamura (Yama-san) de la archifamosa serie setentera Taiyō ni hoero! No os perdáis el opening (Yama-san es el “pájaro” que aparece sobre el minuto 1:10).

Lo mejor

  • Humor muy-muy burro, con sexo, violencia e incorrección política.
  • Los yakuzas molan.
  • Las tiras en las que sale la pobre vecina de los yakuza.
  • El perro Pesu, que se masturba con fotos de perras follando.

Lo peor

  • Dibujo tosco, típico de Usui.
  • Algunos chistes son incomprensibles para un occidental.
  • Algunos chistes no tienen mucha gracia.