Atención: este post está escrito bajo el antiguo formato de “Adivina qué mangaka es”, en el que se presentaba una foto antigua del mangaka y el lector debía adivinar de quién se trata. Ahora el formato ha cambiado, pero dejo la redacción del artículo tal cual.
Ya he comentado en otras ocasiones que las mujeres mangaka se resisten a dejarse fotografiar y mucho menos a poner sus fotos en los tomos. Esto es debido a que en los manga shôjo no se solía ni se suele poner la foto de la artista (generalmente son tímidas a matar). Pero en este caso he encontrado una sola excepción, puesto que esta autora realizó un shônen que se publicó en una colección en la que sí iban fotos de los dibujantes en la solapa. ¡Ajajá! Te pillé. Veamos pues, ¿quién es esta señorita de 29 años? Haz clic en el link de debajo “Lee el post entero” para conocer la respuesta.
Time machine: 27 años más tarde…
Pues casi casi que diría que esta mujer ha mejorado con los años, al menos en esta foto, a los 57 años, tiene una cara súper alegre, mientras que en la anterior parecía no estar en su mejor día. En cualquier caso, inclinaos ante uno de los pilares del shôjo tal y como lo conocemos ahora: Keiko Takemiya.
Una de las cabezas visibles del “Grupo del 24” de mangakas que revolucionaron el shôjo en los años 70, Takemiya es una de las pioneras de lo que ahora conocemos como “shônen-ai” (cuya versión más hardcore es conocida como yaoi), es decir, manga con relaciones homosexuales entre chicos. Tengo ya a punto de caramelo una reseña de su obra Kaze to ki no uta y supongo que la terminaré de perfilar y la subiré en los próximos días, así que pronto sabréis más sobre todo este sidral que montó la amiga Takemiya.
En este blog, Takemiya tiene ya comentada una de sus obras más conocidas, Tera e…, que es de donde he sacado la primera foto, concretamente de su tomo 1, publicado en 1979. La segunda foto es de un viaje que realizó a Estados Unidos en 2007.
Resulta que hace unos años asistí al concreso anual de la Japan Society for Studies in Cartoons and Comics, celebrado precisamente en la Universidad Seika (sinceramente, en general fue un verdadero coñazo), y me metí en una conferencia sobre Terra e… No recuerdo muy bien de qué iba, pero sí recuerdo que el ponente estaba contando un montón de cosas que no venían mucho a cuento y haciendo elucubraciones sobre si la autora quería decir esto, aquello o lo de más allá en tal o cual escena… La gracia fue que, cuando terminó la ponencia, precisamente resultó que Takemiya estaba en la sala y fue y le dijo muy educadamente al ponente que ni hablar, que ella no se había planteado para nada todo eso que él había dicho. Me hizo mucha gracia, porque el ponente no sabía cómo ponerse, se sonrojó a lo bestia y se quedó mudo. Debió pensar “mierda, me he pasado mil horas analizando el puñetero manga y mil horas más para preparar esta ponencia para nada”. ¡Je, je! Pobre hombre…
Los problemas que existen de analizar los trabajos de personajes todavía vivos. Ahora todos no podemos poner a decir qué podía decir Cervantes en su obra x, total, ya murió.
Pobrecito, se quedaría…
ooooh…la reina del ci-fi shojo^^
Anhelle, supongo que cuando escribió el Quijote, Cervantes tendría en mente a un friki de la novela de fantasía épica medieval al que le gustaba hacer cosplay y rol en vivo. Y luego, sin quererlo, se convirtió en una de las obras cumbres de la literatura universal. XDDD